domingo, 28 de septiembre de 2008

Máquinas y almas

Por razones de nostalgia profesional, he vuelto a recorrer la exposición que, hasta el próximo 13 de octubre, se pude contemplar en el Reina Sofía (MNCARS)... aunque ya no estuviera completa.

Lo discutible.
Los organizadores reciben al visitante con una frase de Albert Einstein: “La experiencia más grandiosa es el misterio. Es la emoción fundamental que yace en la cuna del arte auténtico y de la ciencia auténtica.” Es peligroso sacar una frase de contexto y mucho más en asuntos estéticos... Los profesionales del MNCARS deberían tenerlo en cuenta. Si Albert Einstein levantara la cabeza y viera qué “cosas” hay en los museos de arte contemporáneo, acaso se tragara sus propias palabras. ¿Misterio? Dónde está el misterio de la obra de Daniel Canogar? ¿Dónde en la de Theo Jansen? ¿Acaso en el espíritu del estúpido que no acierta a comprender cómo se pueden mover sus máquinas? Para el idiota todo es misterioso... ¿Los organizadores de la exposición se refieren a esa modalidad de “misterio”?


Lo positivo.
Y sin embargo, la exposición continúa atrayendo a la gente y se ve a los más jóvenes disfrutar, sobre todo, en las salas más interactivas...
Magnífica exposición para activar la curiosidad de los jóvenes hacia el arte contemporáneo, aunque lo que hay en las salas sea más propio de un “museo tecnológico”, en el que se hubieran recogido unas cuantas “prácticas de física recreativa”. Por este camino, los comisarios de arte contemporáneo podrían ofrecer al público muchos efectos y reacciones espectaculares: la vistosa reacción producida al mezclar yoduro de potasio y nitrato de plomo... El erudito espabilado podrá explicar a los espectadores que Júpiter se hace presente para fecundar a Danae...


En síntesis
Desde el punto de vista estético, la exposición me parece una chorrada; desde el punto de vista divulgativo o de la “Educación Estética”, un acierto pleno...

Lo anecdótico
1. En una de las salas y entre la pasividad general, dos jóvenes de rasgos orientales (probablemente chinos) habían aprovechado los sofás bajos dispuestos para contemplar las obras, para echarse una siesta. En el espacio inmediato, dedicada a Theo Jansen, la “vigilanta” se abalanzó bruscamente sobre una joven que intentaba hacer una fotografía a una de sus “máquinas”... Pregunté a la empleada a qué se debía su, para mí, celo incomprensible y, sin ninguna coherencia comunicativa, respondió con la cantinela asumida: que existían “hojas de reclamaciones” y que ella se limitaba a cumplir con su trabajo y aplicar las instrucciones recibidas... Deduzco que, hasta el momento, los sagaces gestores habían prohibido hacer fotos pero no echarse a dormir. Mucho me temo que a partir de hoy también prohibiran practicar la siesta, esa costumbre que nos distigue como pueblo hedonista...
Por lo visto, bajo el imperativo de los sagrados derechos de edición y reproducción, los “nuevos medios”... sólo pueden entrar en los museos de la mano de los artistas...
2. La exposición es su vertiente virtual está patrocinada por idealista.com, el portal inmobiliario líder en España, según reza en su publicidad. ¡Qué cosas!
¿Quién ha convertido los museos en entidades surrealistas?

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Damien Hirst y el negocio del arte

Por Miguel Ángel Rego Robles

Unos nacen con estrella y otros estrellados, casos como el de Velázquez, pintor de la corte, el cual administró grandes sumas de dinero gracias a su destreza en el ámbito de la pintura. Otros como Van Gogh murieron de manera trágica sin vender un solo cuadro, a excepción del que le compró su hermano Teo. En la actualidad el “artista” y digo artista por no decir “conocedor de los negocios que utiliza como panacea el arte” Damien Hirst ha obtenido varios records subastando 223 obras suyas directamente sin intermediación de marchantes, por tanto se ha embolsado el doble que cualquier otro artista intermediado por uno de estos. En total ha recaudado la friolera suma de 140 millones de euros, para que luego digan que del arte es imposible vivir...
Y me pregunto yo, si nos basamos en el modelo freudiano del equilibrio entre el Eros y el Thanatos, este hombre tiende bastante hacia este último polo, ya que centra su obra en dicho ámbito, la muerte. Pero no creo que tenga ningún problema interno, la verdad, simplemente
como ya dije antes, es que juega a ser artista en tiempos modernos de sensacionalismo, juega legalmente y amparado por los demás jeques que dominan este territorio, para unos intocable y sagrado, y por desgracia para otros, material y sin límite. Como si volviéramos a la década de 1920, con la fiebre del petróleo en las costas estadounidenses, y con esta referencia me centro en la comparación por el culto a la fama y las pertenencias, ya que como reza otro articulo que circula por la red “Damián Hirst tiene tantas casas que ha perdido la cuenta”.
Siguiendo con dicho artículo, tendría una riqueza que doblaría a la de músicos como Elton John y Mick Jagger, otro terreno también explotado por los lugartenientes de la música, donde los productos prefabricados de OT o Spice Girls venden más que otros como Jaco Pastorius (considerado el mejor bajista de la historia) o Jimmy Hendrix (considerado el mejor guitarrista de la historia, aunque en este punto no esté de acuerdo y tire mas hacia las tierras del sur con el genial Paco de Lucia).
Este hombre pasará a la historia del arte como ”el de los animales en formol” pudiendo ser un magnífico pintor como demuestra la técnica de los cuadros
"Vivisection” o “Caesarean Birth” (en la Web de Whitecube se pueden ver todas) basadas en la misma temática, si es que verdaderamente son suyos, ya que hay diversas fuentes que cuestionan su autoría (y no es de extrañar ya que expresa en la cita de más abajo que quiere imitar a Velázquez o Rembrandt, sabiendo que al primero se le atribuyen cuadros que realizaron pupilos suyos como su yerno Juan Bautista del Mazo). Que dirán nuestras próximas generaciones cuando (tengo fe de que sea así) el arte conceptual quede de lado para hacer paso a un arte basado en las cosas bellas como relata de manera extraordinaria, el prefacio sobre El Retrato de Dorian Gray que reza en la parte derecha este blog. Que dirán cuando (y repito que tengo esperanza, aunque esta bella palabra cada vez me produzca más aversión pronunciarla) ya no vivamos en el mundo de la admiración hacia lo repulsivo y feo.
Rembrandt, Velázquez y Goya, todos ellos pensaban, creo yo, en los aspectos comerciales del arte. Yo me limito a hacer lo que harían ellos si estuviesen vivos", dijo Hirst. En parte tiene razón, lo único que cambia son los tiempos en que vivimos, fiel reflejo de la primera potencia mundial, a la cual seguimos en términos artísticos. Eros y Thanatos de nuevo a la palestra, en este caso viendo como Thanatos impera en el planeta donde vivimos, se pasea campantemente poniendo en evidencia a lo puro y bello.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El reciclado como arma conceptual.

Por Andrea López Montero

Que curiosa y mágica resulta la acción de reciclar, con el “revivir” que conlleva.
Dotar a un antiguo material de un nuevo uso y una nueva vida, pero cuya constante de su anterior función (o sentido) es imborrable, y acude presta a la mente(a la memoria), siendo inevitable olvidar que antes fue.
La creado que escapa, una vez creado, al control del creador. La ironía de la vida que recogen clásicos como Frankenstein.
Pues aquello modificado o creado por el hombre, una vez pasa a formar parte del medio se agarra fieramente a él, sin ninguna posibilidad alquímica por parte del ser humano. Escapando al control de conseguir que ese objeto sea (pase a ser) esencialmente otra cosa.
Ese objeto ya ha sido, ya se le ha “llevado a la vida”, como si por el mismo acto de ser creado fuese indestructible (como si esa destrucción material no fuese posible en su esencia), y cuya creación en si misma predispone consecuencias ajenas al control de su creador, reacciones propias, por naturales e individuales.
Anécdota derivada de crear una máquina del tiempo (he aquí la resaca de los Cronocrímenes), que por haber sido en si misma hecha, rebasando los dominios naturales, deja abierta la cárcel en que se mantiene el caos y que se hace presente en pequeñas fisuras, aquellos titanes que pudieron ser controlados.
Que hablando de fisuras, parecieran ser más las que quiebran la organización de Guggenheim Bilbo. Aich.
Volviendo de nuevo al peligroso hecho de reciclar, que no es sino recrear. Parece haberse convertido en máquina de doble filo, pudiendo conllevar un atentado para la materia y para la esencia (que si bien son una, el modificar esas “partes inseparables” se erosionase el principio que justificó su existencia).
Arma de doble filo dado que la vida otorgada al objeto contiene sentimientos, pasando a ser materialización de los mismos, y por tanto atentando contra las emociones de las personas.
Y exaltado el valor conceptual del “todo” y añadido al discurso con esa supuesta necesidad de una sensibilidad casi mística que acompaña al artista, hace que el triunfo toque a quien sepa manejarlo. Jugar con los sentimientos y sensibilidades ajenas. Maniobrar con la psique humana.
Lo hace el redactor de Telecinco. Lo hace el artista conceptual de turno.
Distintos niveles (capas culturales), mismos mecanismos naturales. Manipulación en grados de sutileza.
Sutileza que no es sino escondite para la alta cultura, y cuya sinceridad para con las pasiones mundanas queda reducida a lo políticamente correcto. Así pues, refugiados en lo sutil que marca la diferencia entre el gazpacho y la emulsión de gazpacho. Curiosa forma de dejar insatisfecho al sentido.
Mientras que acciones de reciclar sinceras y causales, oportunas sencillamente, consecuan el olvido al ser la mente incapaz a priori de olvidar el uso común aprendido, memorizado, de un objeto.
Que una caja de galletas dentro de un laboratorio siga siendo una caja de galletas, cuando con toda lógica no es el sitio más idóneo a combinar con líquidos de revelado, digamos es sospechoso. En cambio, la mirada recorre la instancia sin reparar en ello, y no es sino en una búsqueda exhaustiva conforme a objetivos en que la caja de galletas puede no ser, o haber dejado de ser, una caja con galletas.
Algo que los familiares de Agustí Centelles, que ahora han encontrado múltiples fotografías descartadas por el fotógrafo en una de esas cajas de galletas, que de una manera más aprendida son caja de costura de madres y abuelas. Reciclado que cae en desuso, curioso juego temporal.
En cambio, el uso del reciclado en el arte actual es constante, el uso del objeto (cual sea) como evocador de una situación. Más listo quien más recicla, y quien mayor capacidad para evocar situaciones mediáticas tenga, valiendo para objetivos externos (impulsar la carrera artística de un neoconceptual).
Quizá mi sensibilidad ante lo que no puedo ver sino como palabrería va en aumento, y mi rechazo hacia la misma empieza a ser inoportuno o injustificado.
En cualquier caso, no puedo sino resaltar como sospechosa de palabrería la obra de Elena del Rivero “Un mapa artístico de la sinrazón”. Y es que esta artista valenciana, con estudio en Manhattan desde hace años entiende de reciclar. Tuvo a bien recibir en dicho estudio cascotes y papeles tras los atentados del 11S. Y hay pocas cosas que sensibilicen más al pueblo americano que este suceso.
Viendo quizá la oportunidad, (y quizá dado su recorrido profesional, pues en doce años, supongo, se ve demasiado y se traga (o no) bastantes juegos conceptuales) conservó los papeles, como relata el artículo publicado en El País.
“Entendió que el papel era el recuerdo físico de miles de personas, que podían estar vivos o muertos después de los atentados”.
Lo entendió y por ello quemó los nombres personales conservando el recuerdo físico a medias y salvándose de problemas. Modificando, manipulando pues dicho recuerdo físico. Como conservar un cuerpo y cortarle las huellas dactilares. Para no alentar problemas quizá con los allegados (dice: “respetar la privacidad de aquellas personas”) y así, curada en saludo y borrando a voluntad el “recuerdo físico” usó los papeles (dice: “para retratar el dolor, la tragedia, mapa emocional de los atentados”.
Tocando a la sensibilidad del pueblo y llamando la atención de un referente internacional. Antes, ya había hecho una instalación con trapos de cocina colgados del techo, que habían sido el papel con que había empapelado su casa seis meses, para retratar “La opresión a la que a veces nos somete el hogar”Y es que hoy reciclando se puede justificar cualquier idea, en vez de tirar la basura. Dado el literalismo interpretativo y la manipulación mediante el manejo virtuoso del lenguaje.