miércoles, 29 de septiembre de 2010

El Museo Arqueológico de Sevilla tiene el mal de Alzheimer


Hacía más de veinte años que no entraba en el Museo Arqueológico de Sevilla, más o menos el tiempo que he mantenido en latencia trabajos antiguos... Lo recordaba como tantos otros: organizado con criterios provincianos de influencia alemana, pobre y mal atendido, muy por debajo de las posibilidades objetivas de una zona arqueológica tan rica. Hechas las transferencias a la Comunidad Andaluza, las "nuevas" autoridades culturales han tenido mucho tiempo para resolver las carencias de antaño: recuerdo que durante algunos años, debían cerrar las salas porque no tenían dinero ni para las servidumbres más elementales. Pero está claro que, al menos en este aspecto, nuestra "nueva" estructura político-administrativa no ha favorecido el cambio de rumbo... Un dato muy significativo: el sistema tercermundista de refrigeración recogido en la fotografía adjunta (tomada en las proximidades de los aseos, delante de un panel retroiluminado).

En la parte "técnica" las carencias aún son más penosas: cartelas imprecisas, desactualizadas o, incluso, erróneas, señorean por las salas para informar al visitante de hasta qué punto las instituciones culturales navegan por cauces de indolencia. Me limitaré a dejar testimonio de las "anomalías" apreciadas en un paseo muy breve, sin salir de mis preocupaciones más inmediatas:

1. Se echan en falta cartelas que precisen un poco más las genéricas de cada sala.

2. Son frecuentes las catalogaciones manifiestamente mejorables. Así, por ejemplo, clasifican como "Capitel corintio. Mulva (Sevilla). Siglo II III", a un ejemplar que, al menos desde los tiempos de Pensabene (Scavi di Ostia, I Capitelli, 1972), debería aparecer como "capitel corintizante". Y no es el único caso, porque como sucede en muchos museos españoles, los criterios de clasificación no distinguen las variedades corintizantes ni tampoco las orientalizantes (corintios asiáticos). En consecuencia, a pesar de los trabajos de Gutiérrez Behemerid y de las tres o cuatro tesis sobre capiteles presentadas recientemente, con frecuencia aparecen instalaciones que confunden las circunstancias históricas asociadas a las diferentes modalidades. Las piedras hablan de importantes cambios sociales...

3. En la sala islámica ofrecen al público cuatro capiteles, clasificados, según figura en la cartela, como "CAPITELES EMIRALES Y CALIFALES. SIGLOS X-XI" (sic), sin mayores precisiones. Acaso se pudiera discutir cuándo empieza y cuando acaba el califato cordobés, pero, en el estado actual de los conocimientos, a efectos de clasificación arqueológica, más allá de la muerte de Almanzor (1002), cuando la corte califal se desmoronó, es difícil imaginar la construcción de edificios con piezas de esa calidad. A mi juicio, los cuatro capiteles de la sala, muy probablemente, fueron seleccionados para recoger la evolución de estos elementos durante el siglo X; únicamente, si aceptamos la hipótesis (muy forzada) de Gómez Moreno sobre la existencia de un excepcional "taller emiral" durante la época de Abderramán II, cabría imaginar que uno de ellos hubiera sido realizado durante el siglo IX, pero nunca en el siglo XI.

4. Es demasiado evidente el desequilibrio entre la extensión y el contenido de las salas "hispanorromanas" y las salas "hispano-islámicas". Según parece, los museos, como los obispados, también deben contribuir a "modificar" la historia. Al-Ándalus sólo fue una "anomalía superestructural", que los procesos posteriores borraron absolutamente. Hace muchos años, junto a la puerta del hotel Maimónides, uno de los mayores especialistas en cultura hispano-islámica de la época, de aquellos que proporcionaron argumentos a la insularidad existencial de García Gómez, nos dijo: "Todo el mundo sabe que los cordobeses somos de origen visigodo"... Faltaría más. Las peculiaridades andaluzas son rezagos de la herencia cultural visigoda.

La pérdida de la memoria histórica nos vuelve, en primer lugar, estúpidos y luego, locos.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Verano del 2010 en Segovia

Hemos pasado buena parte del verano en la provincia de Segovia, que es como regresar a momentos fabricados con ladrillos del pasado y pinturas actuales. Como derivación de los apuntes tomados día a día, escribí unos renglones sobre las novedades suministradas por la gestión cultural municipal. Pero al ponerme en el blogger, recordé la máxima de uno de mis "maestros" —en el sentido noble—: "Si no tiene nada que decir, no publique nada". Y como no me gustan las reiteraciones, a las que, por la persistencia de la torpeza política, me veo forzado con frecuencia, me limitaré a conservar las conclusiones de aquel borrador.
No creo que se pueda gestionar peor el potencial cultural de una ciudad como Segovia, que, en términos relativos, no sólo ha perdido la batalla con Burgos, Ávila o Salamanca, sino que ya ofrece menos alicientes que La Granja, bien gestionada en ese aspecto desde hace algunos años. Los "apesebrados "medios de comunicación recogen algunos proyectos que justifican una "situación idílica", como la restauración o reparación de tal o cual iglesia, la próxima apertura de la Ceca... Y, sin embargo, continúa cerrado el corralillo catedralicio de la calle del Doctor Castelo, han restringido aún más las visitas a las iglesias románicas, han cerrado durante unos días algún museo "por vacaciones" (Rodera Robles), han limitado irregularmente el horario de la oficina de turismo y, excepción hecha de Cándido, cada vez es más caro y arriesgado comer en los restaurante para guiris. "Al ave de paso, cañazo".
Este año lo más interesante fue programado durante el mes de julio, cuando pudimos contemplar algún espectáculo musical de interés en la plaza de San Martín y, en contrapartida, sumarnos a un evento fotográfico surrealista, de esos que gustan a las autoridades culturales locales para alardear de "ultramodernidad" y alimentar la gazuza "cultureta" de los pijos locales, que son legión, y el bolsillo de los amiguetes.
Segovia cada vez apesta más a provincianismo rancio. No quiero ni imaginar lo que sucediera si el próximo alcalde fuera del PP.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La mezquita mayor de Córdoba, un ejemplo bochornoso de gestión patrimonial

He vuelto a la mezquita de Córdoba.. Tenía pendiente actualizar mi fichero fotográfico. Y de nuevo, me he escandalizado por los modos de explotación que aplica la Iglesia a uno de los edificios más singulares del planeta, que como tal ya fue valorado por el propio Carlos V: "Habéis destruido lo que era único en el mundo, y habéis puesto en su lugar lo que se puede ver en todas partes".

Me ha escandalizado que, sin valorar la inteligencia de los visitantes, utilice la antigua mezquita como parte de un decorado subalterno, como telón de fondo, que, por contraste y proximidad, debe enaltecer ese otro edificio que es materialización de imposición cultural. Quienes encargaron su construcción seguramente también estaban "enfermos"... de soberbia y petulancia . Me ha irritado oír a los guías aleccionados decir necedades dirigiéndose a las personas de la "tercera edad", que conducen por entre las columnas como a borregos; me ha molestado ver cómo esos profesionales intentan manipular las conciencias de los visitantes e imponen finalizar la visita en la nave central del edificio trivial. Me ha dolido el abandono que se aprecia en muchas partes de la antigua mezquita mayor de la capital del califato; me ha apenado que no se puedan visitar zonas especialmente relevantes... Me ha molestado ver en qué condiciones penosas están los aseos, insuficientes para el número de visitantes.

En la catedral de Córdoba debe existir algún canónigo "enfermo", encargado de imponer doctrina a los restos arqueológicos... De otro modo no se comprenderían hechos comparables a los de los gamberros y que chocan frontalmente con la Ley del Patrimonio Histórico Español.
En la capilla de la Santísima Trinidad existen capiteles encerrados entre barrotes y pintados de modo ultrajante; uno de ellos, corintizante liriforme, ha quedado "muy mono", coloreado en rojo y negro, como un alegato anarquista. Debe ser para que purguen los pecados del pasado; seguramente formaron parte de algún templo pagano y el paganismo no se cura de un día para otro. Asimismo, además de los capiteles que fueron repintados en tiempos precientíficos, son frecuentes las piezas iluminadas recientemente de modo grosero o accidentalmente, y otras torturadas con alambres, clavos y otras herramientas de tortura...
Me gustaría saber qué sucedería si a un conservador enfermo de algún museo arqueológico se le ocurriera pintar bigotes a las imágenes de la Virgen guardadas en los almacenes... Y nadie imagine que intento reivindicar respeto para las comunidades islámicas. Para nada. En estos asuntos, suscribo los postulados de Richard Dawkins y defiendo la supresión de los privilegios consuetudinarios asociados a las religiones que se han desarrollado con vocación de poder. Y desde los planteamientos de este blog, exijo que nadie —ni siquiera los "enfermos católicos"— puedan pasar por encima de las leyes de protección del Patrimonio Histórico-Artístico.
Desgraciadamente, durante los últimos años el Estado español no ha tenido voluntad ni capacidad para imponer el cumplimiento de Ley a los poderosos — tampoco en esta parcela—. Si a un prelado se le ocurre "embellecer" un capitel o cualquier otra "genialidad", nadie le pedirá explicaciones...
Lo que sucede en la mezquita de Córdoba es bochornoso. Supongo que la ministra de cultura está muy ocupada buscando el modo de imponer los intereses especulativos a los ciudadanos para prestar atención a algo tan magro como la erosión sistemática del patrimonio histórico. Además, en la mezquita de Córdoba hay demasiados capiteles.

ARCOmadrid 2011

ARCO 2011 ya está en marcha: el pasado 15 de septiembre se cerró el plazo para presentar solicitudes de inscripción.

La primera novedad está en el nombre, que supone mayor participación del Ayuntamiento de la capital: ARCOmadrid. Para resolver algunos de los problemas tradicionales, a sus gestores se kes ha ocurrido crear una sección de "galerías emergentes", OPENING, para negocios con menos de 8 años... Es decir, ARCOmadrid decide integrar las actividades especulativas, que sestean en el universo de las entidades efímeras.
También destacan dos secciones, que en cierto modo, proporcionan continuidad a la línea seguida por ARCO durante los últimos años. FOCS RUSIA, que presentará diez galerías seleccionadas por Daria Pyrkina, y SOLO PROJECTS (Focus Latinoamérica), con la colaboración de Luisa Duarte, Daniela Pérez y Julieta González. Extraña que no hayan integrado una sección china... Esperemos que ARCOmadrid no se convierta en el caballo de Troya de la especulación rusa.
Han publicado una "Ficha de Evaluación", con el siguiente baremo:
1. Se valorará hasta 30 puntos la obra y los artistas seleccionados para la próxima edición de ARCOmadrid, teniendo en cuenta la calidad, excepcionalidad de las piezas e importancia de los artistas. Por otro lado, el Comité valorará la singularidad del stand y la interrelación entre las obras presentadas.
2. Se valorará hasta 30 puntos el interés del programa de la galería para fomentar la difusión del arte contemporáneo en su zona de influencia y a nivel internacional, el apoyo a artistas emergentes y la coherencia de la programación presentada.
3. El Comité valorará hasta 20 puntos la presencia de los artistas y obras representados por la galería en exposiciones individuales y colectivas en instituciones, museos y bienales así como sus colecciones. Las galerías indicarán las colecciones a las que ha accedido el artista a través de la galería. (selección de las 5 colecciones más importantes del último año).
4. El Comité valorará hasta 5 puntos la participación en las 5 últimas Ediciones de ARCOmadrid.
6. Se valorará la participación en otras ferias (2009-2010) hasta 10 puntos. El comité valorará entre 0 y 3 puntoscada una de las ferias en las que ha participado la galería.
7. El comité valorará hasta un máximo de 5 puntos la aparición de la galería en los elementos citados, valorando la promoción internacional, así como la difusión en el ámbito local de las exposiciones.

Según quien lo aplique, servirá para justificar la participación de la galería que presente a Isabel Guerra o a M. Barceló. Habrá que esperar... para ver si consiguen cauterizar las heridas del pasado y, sobre todo, crear demanda.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El espectáculo Gaudí

Aunque en las iglesias de Barcelona aún no cobran la entrada, existe una "basílica" que se ha convertido en uno de los focos de atracción turísticos más activos. Y, por supuesto, para entrar es preceptivo pasar por taquilla al módico precio de 12 €, que no incluye la subida a las torres... Como el lector ya habrá adivinado, me refiero a La Sagrada Familia, ese edificio que, simplificando las cosas en exceso, se adjudica a Gaudí, precisamente, cuando la aportación del famoso arquitecto se va diluyendo entre ideas piadosas diversas, algunas especialmente polémicas, aunque no lleguen a la chabacanería de la catedral de Madrid.
Pero es incuestionable que la visita a la Sagrada Familia no deja frío a nadie. En primer lugar porque lo que ya se ha construido proporciona un espectáculo arquitectónico grandioso. Y además, porque con el extenso museo, los gestores proporcionan al visitante una experiencia estética y documental de muchos quilates. El resultado, en términos de conducta estética, es un referente para que tomen nota los descolocados gestores de ciertos museos del centro y la periferia: en la Sagrada Familia podemos ver todo tipo de personas, de diferentes procedencias (son muy numerosos los "orientales"), de todos los grupos de edades... Es, en suma, un espectáculo estético de interés general, que se adapta perfectamente a los gustos de sectores muy amplios.
Recordé a Justo, el de Mejorada del Campo, el discípulo pobre y tosco de Gaudí, católico hasta la extravagancia, maestro de las reutilizaciones, príncipe de la economía sostenible, pero un apestado para las instituciones, a quien sacó del anonimato una marca de refrescos, que también son reguladores intestinales.

Aprovechando el tirón social de Dalí, los propietarios de la casa Batlló han montado un negocio que comprende múltiples actividades, además de la visita. Si el visitante tiene mala suerte y coincide con algún evento (una boda, por ejemplo) deberá asumir ciertas limitaciones. En contrapartida, será testigo de la escenificación asociada al acto: La Casa Batlló pone a disposición de los invitados al bodorrio guías ataviados y maquillados como en la época de Gaudí, que les acompañan y ofrecen las explicaciones pertinentes.
Las gentes pagan casi 20 € y hacen cola para entrar en un edificio que apenas puede visitarse de modo superficial y que cuando está repleto ofrece graves inconvenientes de circulación. ¡Así son los mitos!
En el reverso de las entradas está documentada la prohibición de hacer fotografías, que han levantado. En la actualidad los vigilantes están aleccionados para permitir la toma de imágenes.
Lo más interesante: obviando el repertorio de elementos modernistas, verdadero caudal de ideas arquitectónicas y ornamentales, el espectáculo construido por los propios visitantes, entre quienes predominan personas mayores de veinte años y menores de treinta.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

San Pere de Rodes

He tardado demasiado en visitar una iglesia que, por sus cualidades paisajísticas, es delicia para el viajero, porque se encuentra en uno de los parajes más espectaculares de la geografía catalana, si se llega desde Cadaqués.
El lugar focaliza algunas tradiciones piadosas entre las que destaca la custodia de importantes reliquias... También existen referencias sobre la existencia en aquel lugar de cuevas o antiguas comunidades ascéticas...
Lo más destacable, sin duda, es la iglesia, de planta basilical con algunas peculiaridades que la hacen excepcional: la configuración de los soportes verticales, articulados mediante pilares de sección rectangular sobre los que descansan columnas coronadas con capiteles sin paralelos claros en las zonas próximas.
Según la Historia del Arte "oficial" lo que hoy contemplamos es un conjunto monacal del que los restos más relevantes corresponderían al siglo XI... En mis viejos manuales y en las publicaciones modernas se habla de "influencias califales", especialmente, en los capiteles de la nave central...
Mi opinión es otra porque no encuentro la pretendida influencia califal aunque la vinculación con la "serie bizantina" de la antigua diócesis de Astorga sea particularmente clara, sin que de ello pueda deducirse una relación directa (al menos, eso es lo que yo entiendo).
Por el lado de los datos positivos (las piedras hablan, en ocasiones, con elocuencia): toda la iglesia desprende un tufillo helenístico demasiado intenso, para integrarla dentro de ese "románico lombardo" que materializa las primeras esencias materiales del "espíritu catalán". En esa línea deberíamos situar el fragmento de la entrada, la concepción del "orden constructivo" y, sobre todo, la estructura de cimacios y capiteles, que se inclinan hacia referencias —no paralelos— bizantinas. En concreto, los capiteles se acercan, alternativamente, hacia dos modalidades tipológicas muy bien representadas en la arquitectura de esa corriente cultural: los capiteles-imposta de lacería o cestería y los de tradición "corintia" o "corintizante", que encontramos en Estambul, Túnez (Cairuán) y, por supuesto, también en los monasterios abandonados de Siria.
Entre los de tradición corintia, acaso desconcierte el canon alargado, que podría hacer pensar en los de la Aljafería, pero frente a éstos, en los de San Pere de Rodes se advierte la pervivencia del sentido orgánico del orden tradicional y la concepción del frente del ábaco, en ocasiones, con soluciones ornamentales muy originales; destacan grandes florones y motivos animados en las esquinas, asimismo muy frecuente en los bizantinos .
Frente a lo que sucedía con la serie "mozárabe" de collarino laureado (Escalada, Peñalba, etc.), donde contábamos con un paralelo directo (Wamba), en este caso no conozco paralelos exactos aunque sí algunos parentescos relativamente estrechos, sobre todo, en las áreas italianas de influencia ravenática y bizantiva. Todo ello nos conduce a juzgarlos fruto de una corriente local de fuerte sentido bizantino.
Entiendo que debería ampliarse la banda de atribución cronológica de la iglesia hasta, por lo menos, el siglo VII. La leyenda que habla de la ocultación en una cueva de importantes reliquias en el año 610, "verificada" gracias al hallazgo del cofre, podría esconder la existencia de un monasterio preexistente o, incluso, podría justificar la realización de un edificio de cierta entidad. Los capiteles del interior de la iglesia apuntan en esa dirección.

La "Biblia para iletrados" de Ripoll

Cada vez me molesta más oír que la escultura románica fue concebida como "Biblia para los iletrados". Lo dijo la joven guía que nos explicó la iglesia de Ripoll y sentí un latigazo en los rincones más obscuros de mi espíritu. Hay sentencias que no adquieren matices de "verdad" por más que las repita todo el mundo y ésta es una de ellas. ¿Biblia para iletrados?
Existen, al menos, tres reparos para proponer una reflexión crítica sobre el latiguillo:
1. Entender un conjunto iconográfico pictórico o escultórico —ya sea románico o de cualquier otro ciclo cultural—requiere estar familiarizado con los elementos empleados en él. Si no sabemos, si no hemos aprendido mediante la comunicación verbal o escrita, que un anciano con barba, túnica y llaves es san Pedro, seremos incapaces de identificarlo y, en consecuencia, de entender lo que nos quiera contar el tallista en una portada con dicha figura. Ítem más, la iconografía es una disciplina de gran complejidad, que requiere una formación específica de muchos años, no exenta de grandes debates entre los especialistas.
2. Sería imposible realizar un programa iconográfico que concentrara el contenido de la Biblia, pero además, es raro encontrar ciclos iconográficos que, tan siquiera, substancien el contenido dogmático fundamental de la Iglesia (el "Credo"). Los programas iconográficos románicos se limitan a unas pocas "escenas bíblicas".
3. Asumiendo con generosidad la hipotética intención retórica del término, deberíamos prestar atención a lo que es más específico de cada ciclo cultural. El románico no fue un movimiento diseñado con el objetivo de divulgar las Sagradas Escrituras entre los iletrados.
Al objetivo de unificar los ritos, probablemente, le correspondió la voluntad de definir de modo claro los elementos fundamentales del "nuevo" cristianismo, aquellos que deberían tener en cuenta quienes estuvieran bajo el manto de poder de los monasterios. Y en ese sentido, acaso fuera mejor hablar de "catecismo en piedra", de proclamas fundamentales o de algo parecido. No obstante, la discutida intención de ilustrar a los iletrados, acaso fuera menos relevante que la de ofrecer imagen de poder o de fuerza económica, porque entender eso sí que estaba al alcance de cualquiera, con independencia del grado de formación, de sus conocimientos previos en asuntos de iconografía cristiana o incluso de su actitud religiosa.
El visitante actual ilustra muy bien la cuestión: aunque sea aficionado al arte románico, necesita que un guía le explique el sentido específico de las representaciones de la portada y no necesitará ningún auxilio para "entender" o, cuando menos, "intuir" la relación de esa iglesia con el poder: le bastaré entrar y encontrarse con el gran "estendard" que cuelga de la nave central: "Dissenyat per Josep Puig i Cadafalch, la ciutat de Mataró va fer-ne ofrena, el 1893, en consagrar la basílica restaurada. Fou destruït el 1936. El Grup d'Història del Casal de Mataró, el 1997, en promogué aquesta reproducció."
Al ver el estandarte, me acordé de la basílica de El Valle de los Caídos... La Iglesia siempre tan proclive a fotografiarse junto al poder nacional.
El edificio está tan restaurado, que es difícil hacerse una idea de cómo pudieron ser las construcciones primitivas: la que promovió Guifré el Pilós (absolutamente desaparecida) y la que patrocinó el abad Oliva, pretendidamente empleada como referencia. Y sólo nos habla de con qué oropeles algunos personajes catalanes del siglo XIX deseaban reconstruir su pasado.
Aunque se haya escrito tanto, huelga afrontar aquí ninguna consideración sobre el "primer románico catalán"; lo haré en otra entrada.

El Museo Nacional de Arte de Cataluña

Hacía mucho tiempo que no entraba en el Museo de Montjuic y sobre sus prácticas museísticas, me habían llegado indicaciones para todos los gustos; incluso, que la dirección había sido afectada por el virus iconoclasta... Al parecer, la torpeza fue superada hace tres o cuatro años...
He recorrido sus salas renovadas con ojos viejos y debo manifestar que no conozco un museo mejor concebido. La distribución espacial, las instalaciones de las pinturas románicas, el ambiente, la iluminación, los espacios de descanso, las dependencias comerciales y de servicios, la organización de las vitrinas... deberían ser referencia para otros muchos museos. A alguien le molestarán las muy sucintas cartelas en catalán; no es mi caso.

Nos enseñó las salas medievales una joven guía de trato amable y formación profesional impecable, que acreditó ante alguna pregunta "perversa".
La buena imagen que tenía desde cuando entré en sus almacenes hace más de veinte años, ha crecido considerablemente. Felicitaciones públicas y solemnes a la dirección y al equipo humano que proyectan un modelo de gestión museística, a mi juicio, ejemplar.

lunes, 6 de septiembre de 2010

"San Salvador", de Oña

Por fortuna, mi capacidad de sorpresa, canalizada voluntariamente hacia las praderas lúdicas, no tiene límites. Este verano me he reído a placer en unos cuantos sitios... ¿Quién ha dicho que el turismo cultural es aburrido? Uno de ellos es el Monasterio de Oña, reutilizado en parte como sanatorio psiquiátrico o algo así (con los actuales hábitos políticamente correctos es difícil encontrar el término adecuado).
Intentamos acceder a esa parte del complejo y nos atendió un conserje, al que acompañaba un "interno", que se encaró con nosotros y nos lanzó una parrafada difícil de comprender en su literalidad, porque el hombre hablaba a velocidad vertiginosa y además lo hacía en tono lineal, sin modulación silábica, como lo hubiera hecho un lector electrónico, No puedo transcribir literalmente el párrafo, pero sí su sentido general: no podíamos entrar... No me consta relación alguna entre el interno y los vigilantes del Museo de la Evolución Humana, pero parece obvio que los disoses juegan con el destino de los hombres y las mujeres.

Lo pintoresco estaba en la ocurrencia de los brillantes gestores del patrimonio local para explotar la visita al "monumento". En vez de cobrar a la entrada, lo hacen a la salida, no sé si con actitud de engaño... ¡Maldita presunción de indecencia!
Explica el contenido del monasterio una estudiante "en prácticas" de Turismo, agradable, con buenas dotes comunicativas y mucha voluntad, que, según su propio testimonio, debe imponer disciplina a los visitantes para que éstos no utilicen las cámaras fotográficas. Acaso, para impedir documentar una situación particularmente mejorable: el discutible uso de la iglesia  como sala de espectáculos, el pésimo estado de conservación de los paramentos o para fomentar la venta del "libro" que también ofrecen a la salida. Todo un ejemplo de picaresca ramplona, siguiendo el ejemplo de la capital.
Entre lo conservado en Oña, deseo destacar la espléndida mortaja de Sancho García (seguramente, de los talleres califales de la época de Almanzor), que merecería estar en mejor lugar...
(Lamento el reflejo de la fotografía, pero no se pueden colocar filtros polarizadores en los ojos de Atenea)

La herencia de Gila en El Museo de la Evolución: Vuelva usted mañana.

Debo felicitar a los responsables del Museo de la Evolución haber conseguido plenamente una de las metas utópicas de todo museo: divertir. Imagino que su director es una persona con dotes para el espectáculo comparables a las de Tim Burton o Gila... Y lo cierto es que me acordé del gran cómico español, cuando a las puertas del museo me hicieron comprender la diferencia entre una broma y una cabronada. Decía Gila que si marcas un número de teléfono al azar a las dos de la mañana y preguntas por, pongamos por caso, Juan Palomo, la acción es una broma; si repetimos la llamada a las tres con la misma pregunta, habremos hecho una broma pesada. Y, por fin, una cabronada sería llamar a las cinco de la mañana y al oír del otro lado la voz adormilada del interlocutor, decir:
—¡Hola! Soy Juan Palomo. ¿Ha preguntado alguien por mí?
Una broma es que acudas a ver un museo de Burgos y te encuentres con que han cerrado unas cuantas salas por falta de personal.
Hace quince días, regresando del viaje a la Bureba, nos detuvimos unos minutos en Burgos, entre otras cosas, para recoger información sobre el Museo de la Evolución, inaugurado recientemente. Nos parecía sorprendente y maravilloso que en una de las ciudades de tradición religiosa más rancia de la península Ibérica, con instituciones políticas de matiz conservador, para envidia de Dawkins, se hubiera abierto un museo titulado en homenaje a las ideas de Darwin. Con la documentación turística en la mano, enfilamos la autopista de Valladolid...
En el cuadernillo del Museo de la Evolución, diseñado con pretensiones de espectacularidad, se recogen unas cuantas imágenes sugerentes, horarios, tarifas... Y textualmente: "Entrada gratuita: Menores de 8 años, desempleados, miembros del ICOM, Titulares de la tarjeta de Amigo, último domingo de cada mes”. Y, prevenidos por la dificultad de aparcar en Burgos en días laborables, nos dijimos: "Magnífico; acudiremos el 29 de agosto"
El 29 de agosto, a las 9 de la mañana, sin poder consultar en Internet la página del museo, nos poníamos en movimiento... A las 11,30, tras más de doscientos kilómetros de autopista en obras, encontrábamos aparcamiento en las inmediaciones. Sin prisas, disfrutando del celebrado frescor burgalés, que sólo es agradable durante la canícula, nos encaminábamos hacia la escalinata solemne de la entrada. Con el espíritu inflamado de curiosidad, cruzamos las puertas automáticas... Desde el hall se aprecia la majestuosidad del diseño de Juan Navarro Baldeweg y la práctica totalidad del museo, acaso diseñado con esa intención, para ser abarcado de un vistazo desde la entrada: me parece una interesante idea...
Nos llama la atención que en el museo apenas se vean otras aglomeraciones que dos o tres filas de diez personas en la planta baja (-1) ... La repercusión social de su inauguración, patrocinada por la reina, permitía imaginar mayor afluencia...
Pero la gran sorpresa, la que me haría pensar en Gila surgió cuando nos acercamos a las jóvenes que atendían al público para solicitar la entrada; una de ellas, de especial gracejo y descaro, se encaraba con quienes pretendíamos entrar para decirnos que ya no quedaban entradas… Y henchida de satisfacción por su eficacia profesional, nos ampliaba que habían estado entregando la mitad de las entradas durante la semana anterior y el resto a partir de la hora de apertura.
—Algunas personas han venido a las 7 de la mañana para hacer cola —dijo con orgullo.
—¡Pero si el museo está vacío! —repliqué.
—Las instalaciones del museo están concebidas para un número muy limitado de visitantes, para que éstos puedan leer los paneles y ver las salas sin tumultos y con calma.
—¿Son ustedes conscientes de que algunos visitantes pueden haber hecho 300 Km para venir a ver el Museo?
—¡Vuelva usted mañana! —insistió con matices que me pareció entender como un sutil reproche por no querer pagar la entrada.
Al oír la muletilla famosa y percibir los reproches peseteros, se me escapó una carcajada inconveniente, que maticé como pude:
—Querrá usted decir pasado mañana.
—Sí, eso, el martes.
—¿Hay en el museo alguien con autoridad a quien reclamar por esta situación absurda?
—Rellene usted una hoja de reclamaciones —replicó sin perder la sonrisa; y con un giro rápido, varias veces ensayado, me ofreció la hoja.
—Mire usted, señorita, no estoy dispuesto a perder ni un minuto en redactar un texto que para cualquier profesional de estas cosas es innecesario. Transmita usted a quien corresponda que algunos visitantes valoramos esta broma pesada como una práctica museística inaceptable. Y recomiéndele que tenga la bondad de leer a Larra pero, sobre todo, la documentación generada por el ICOM durante los últimos años.
La joven que continuaba sonriendo me lanzó una mirada de Norman Bates.

Pero en ocasiones los dioses toman partido por los agraviados... Al salir del museo nos cruzamos con un grupo de personas encabezadas por una señora de edad madura que, sonriente, nos preguntó si queríamos entradas para el museo; a ellos les sobraban dos, que habían recogido el miércoles pasado. Pedí permiso a quien parecía su esposo para darle un par de besos; el hombre se encogió de hombros.
Y aunque la entrada era para las 13 horas, a las 11, 40 cruzábamos el torno ultramoderno...
¿Cómo evaluar un museo tan próximo al Museo del Hombre? Mientras el palacio de Chaillot esté cerrado al público (está prevista la reapertura en 2012), quedan a salvo las comparaciones odiosas, al menos con la referencia más inmediata... ¿Lo que han proporcionado las excavaciones en Atapuerca es suficiente para construir un museo-hito?
Sus promotores han intentado —eso parece— colocar en el edificio de Baldeweg una enciclopedia divulgativa sobre la evolución, con unas cuantas pautas forzadas por su ubicación, en las proximidades de uno de los yacimientos prehistóricos más importantes del mundo. El museo enfatiza la relevancia de Atapuerca, pero… Paradójicamente, en ello creo que están los aspectos más discutibles, en no entender que lo más relevante de un museo debe ser la naturaleza excepcional de sus fondos. Los museos exclusivamente didácticos o de indicación pedagógica no tienen sentido cuando es tan fácil acumular información divulgativa, salvo si asumen la naturaleza de los “centros de interpretación”.
Lo mejor:
Las salas dedicadas a los yacimientos del “Sistema Atapuerca”, aunque se aprecia demasiado que han sido concebidas desde el maridaje entre los intereses científicos y los de generar espectáculo.
Algunos módulos expositivos, a mi juicio, magníficamente concebidos.
¡Permiten hacer fotos sin flash! Únicamente limitan el uso de las cámaras en algunos lugares muy específicos.
Lo más espectacular:
Las “reconstrucciones” hiperrealistas (sala de la Evolución Humana) de algunos de nuestros antecesores, dispuestos en hornacinas cilíndricas afines a los “teletransportadores” de Star Trek.
Lo peor:
Más allá de los indicios deducibles de los rezagos surrealistas, síntoma de arbitrariedad en la gestión de los recursos públicos, es embarazoso señalar todos los aspectos deficientes del Museo de la Evolución Humana en un texto de esta naturaleza. Me limitaré a lanzar un recado a su director, el señor Vicente, que seguramente habrá consultado con "sus expertos": hable usted con profesionales de la práctica museística actual a no ser que le importen un pimiento las servidumbres más elementales de un museo y el negro futuro previsible de una institución concebida para cubrir unos minutos de información local... de vez en cuando.
Algunos paneles contienen textos especialmente desafortunados, en ocasiones, escasamente ajustados al estado de los conocimientos sobre la conducta de ciertos animales y en otras, más próximas a los chascarrillos de Gila o a los comentarios de los enteradillos que pontifican desde los debates de los medios de comunicación. Como muestra, un botón: el panel dedicado a "Las ventajas de utilizar herramientas":

Aumento de la sociabilidad humana
La conducta humana está basada en un incremento constante de la sociabilidad a través de los avances tecnológicos: los seres humanos socializamos a través de la tecnología, y los instrumentos líticos constituyen la impronta más antigua de un elemento cultural
Optimización de la caza
Una ventaja fundamental de tener herramientas es la de poder cazar de manera más eficaz. Estas prolongaciones del brazo humano permitieron la captura de mayor número de presas, aunque inicialmente de pequeño tamaño.
Ampliación de la dieta
La importancia de la caza se deriva de le mejora que supone en la dieta, ya que las proteínas de los productos cárnicos contribuyen al desarrollo cerebral
Mejor aprovechamiento de los alimentos
Con las herramientas de piedra se aprovechan mejor los restos de las grandes presas abandonadas por otros depredadores. Se pueden traspasar las duras pieles y romper los huesos para llegar al tuétano. Nuestros antepasados africanos de hace entre 2,5 y 1,3 millones de años no habrían podido acceder a esa fuente vitamínica —y a muchas otras— sin ayuda de las herramientas.
Manufactura más eficaz de las materias primas
Los instrumentos líticos permiten trabajar con eficacia materias primas como la madera. Seccionar y afilar una rama es imposible sin un filo cortante.
Inicio de la capacidad imaginativa
Crear una herramienta no es un acto trivial. Primero hay que darse cuenta de que es necesaria. Después, y teniendo en cuenta la experiencia adquirida, se diseña en el cerebro. Finalmente, se fabrica. Quizás nuestra capacidad para imaginar y planificar sea hija de la tecnología.
Aumento de la capacidad cerebral
La competencia para fabricar herramientas contribuyó a que aumentara la complejidad del tejido cerebral.

El desarrollo de la industria lítica debe situarse en un proceso amplio que comprende el uso de otros medios "técnicos" mucho más inmediatos como los palos, las fibras de ciertas plantas, los huesos... ¿Seccionar y afilar una rama es imposible sin un filo cortante? ¿La aparición de la industria lítica supone el Inicio de la capacidad imaginativa? Evidentemente, quien ha redactado estos textos jamás jugó con piedras y palos.
Y ante el asunto de la "sociabilidad"...

La valoración de síntesis:
¿Merece la pena viajar a Burgos para visitar el Museo de la Evolución? Lamento contradecir a la Reina, pero creo que no se justifica ni como ilustración complementaria de una visita al yacimiento de Atapuerca, porque, exceptuando las figuras hiperrealistas, lo que hay en el museo se puede encontrar fácilmente en Internet o en cualquier libro de divulgación sobre estos asuntos.
Delante de los paneles que pontifican sobre el desarrollo tecnológico, a propósito de la sociabilidad, recordé las primeras secuencias de 2001, Una Odisea en el Espacio, y sobre todo aquella que culmina en la elipsis más “larga” de la historia del cine, cuando el hueso-arma se convierte en nave espacial. Y concluí que me parecía mucho más interesante el planteamiento de Kubrick-Clark: en estas cuestiones, tan sesgadas por los valores ideológicos dominantes, es mucho más productivo forzar la reflexión que imponer doctrina y convertir al arquitecto en “gran diseñador”. Magnífico escenario para Mathew Barney o para rodar una película en la línea de Stephen Sommers (The Mummy, 1999): Una noche, cuando el edificio está vacío, parpadean las luces de seguridad... A la mañana siguiente los vigilantes descubren varios cadáveres en el interior del museo y advierten la desaparición de Miguelón y Lucy...
Contemplar unos cuantos objetos arqueológicos, cuya valoración depende de su importancia científica, no movilizará el interés de la gente en cuanto se olvide quién lo inauguró. Lo único que justifica el viaje es contemplar la propuesta arquitectónica de Navarro Baldeweg, , aunque en su concepción específica acaso pudieran haberse ofrecido soluciones más funcionales… Como es habitual en España, el desequilibrio entre cascarón y bicho, entre el edificio y su contenido, es brutal; como poner un sombrero con plumas de pavo real a una pulga.
Y no detallaré más mis juicios no sea que aparezca por ahí algún monaguillo atribuyéndome obscuros intereses personales. Además tampoco me apetece convertir este blog en un “rincón del vago” para políticos y gestores incompetentes. ¡Que les ayuden sus amiguetes!
Para justificar mi propia función social, me atrevo a formular unas pocas predicciones. Cuando reabra sus puertas el Musée de l'Home, volveremos a sentirnos provincianos, incluso, aunque no se nos haya olvidado que España ganó el Campeonato Mundial de Fútbol en 2010. Según mi criterio, el Museo de la Evolución Humana (tal y como está en la actualidad) sólo tiene sentido como recurso auxiliar docente, para que de vez en cuando los profesores de Enseñanza Media de Burgos y sus alrededores, martiricen a sus alumnos. Acaso también sea útil como recurso auxiliar para estudiantes universitarios de arqueología prehistórica, pero no creo que movilice mayores intereses. En consecuencia, creo que las cifras de visitantes caerán rápidamente en un período relativamente corto hasta llegar a la situación del otro museo de Burgos. Si pretendían crear un nuevo foco de atracción turística (turismo cultural), han metido la pata hasta el corvejón. Si yo tuviera intereses turísticos, después de visitar el museo, lo habría borrado de mi agenda. Si fuera profesor de Arqueología, de Prehistoria o de Arquitectura, tendría que recomendarlo... por la importancia de los hallazgos de Atapuerca y por la entidad del proyecto arquitectónico