lunes, 19 de mayo de 2008

Combate a muerte

Por Julián de la Cruz Rodríguez


Coincidiendo con la lectura de “El Fin del Arte” de Donald Kuspit encontré en un blog dos citas por separado que parecían haber sido ingeniadas para una lucha conceptual premeditada. Ambos textos, uno de Marcel Duchamp y el otro de Giuseppe Pinot-Gallizio, inclinan actitudes rigurosamente bipolares, dispuestas a obviar cualquier tipo de “dirección” y se presentan, sobre todo, como un problema manidísimo que Donald Kuspit parece no poder aclarar.

Los que quieran superar, en todos sus aspectos, el orden establecido, no pueden ligarse al desorden del presente, incluso si es en la cultura. Hay que luchar sin esperar más, también en el campo cultural, por la aparición concreta de un futuro. En su posibilidad, presente ya entre nosotros, la que desacredita todas las expresiones de las formas culturales conocidas. Hay que llevar a su destrucción o desfiguración a todas las ambigüedas existentes, para llegar un día a una verdadera, directa y real distinción. No se trata de una distinción de posibilidades, más bien una distinción entre quienes hayan sabido provocar el desorden sin amarlo y los que lo hayan provocado intencionadamente. Yo pienso, sin duda, que la victoria será para los primeros. Marcel Duchamp
No tiene sentido alguno luchar si esa misma lucha no existe en unidad de los elementos culturales, sociales o políticos ya existentes, en una tendencia por superar lo ya escrito y no en desempeñar un papel partiendo desde la nada. El problema del dadaísmo es, entonces, que ha pretendido una revolución en el ámbito cultural sin base y autómata, tergiversando el arte como un juego. Y ¿ cómo vas a hacer del arte un juego sin tan siquiera proponer unas reglas para este ? Giuseppe Pinot-Gallizio

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