Esta mañana “tocaba” pasear por suelos de utilidad regia, porque en el Palacio de Oriente han organizado una exposición con el título “Ilustración y Liberalismo”, que en este caso no ha sido posible gracias al auxilio de un banco, sino de la Fundación Rafael del Pino, estrechamente vinculada a la empresa constructora Ferrovial.
“Comisariada” por Emilio La Parra, Carlos Sambricio y José Luis Sancho, nos ofrece la posibilidad de recorrer algunas de las circunstancias culturales de los años comprendidos entre 1788 y 1814, dejando a un lado la manida "Guerra de la Independencia", apenas perceptible...
Lo más interesante: el repertorio de pinturas, las láminas de Piranesi, los proyectos homologables a la arquitectura utópica europea y los objetos de ambientación. Lo mejor: el retrato de José I, obra de Francois Gerard... Noto en mí la pervivencia del espíritu afrancesado... ¿Será grave?
Lo más exótico: la actitud de una “vigilanta”, empecinada en forzar el recorrido de las distintas salas sin la posibilidad de regresar a la precedente; según las instrucciones que ella había recibido de su superior, los visitantes estan obligados a circular según la dirección de la visita y, en consecuencia, si desean regresar, deben salir y volver a entrar. Como es habitual en el Patrimonio Nacional, la protección de las exposiciones corresponde a “vigilantes uniformados” (con aspecto de guardias jurados), poco versados en los protocolos culturales, seguramente aleccionados para tratar a los visitantes con atenciones "estabularias"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario