Este fin de semana convenía parar en el maravilloso conjunto etnográfico-religioso del valle de Bohí (o Boí), dominado por las dos conocidas iglesias de Tahull, quintaesencia del románico catalán...
Cuentan que cuando Puig i Cadafalch descubrió las pinturas estuvo a punto de volverse loco imaginando que pudieran acabar en el mercado de antigüedades y, en consecuencia, movió Roma con Santiago (valga al caso la manida coletilla) para dejarlas a cubierto de Santa Codicia, patrona de los mangantes con sotana. Y decidió trasladarlas a Barcelona... Hoy están debidamente sacralizadas y protegidas en el Museo de Arte de Cataluña de donde no saldrán de momento, a pesar de las garantías que determina la ley, seguramente, porque también aquí la voracidad museística prevalecen sobre el "sentido común"... Si no somos capaces de resolver un "conflicto" tan simple, ¿cómo enjugar entuertos tan complejos como los de Pérgamo, Ëfeso, Egipto...?
En este caso concreto, el conflicto entre sentido común e intereses locales, por un lado, frente al "egoísmo institucional" de los museos, se ha "resuelto" con dos tipos de medidas: la dotación de infraestructuras y la realización de réplicas para ofrecer carnaza a los turistas. Quienes peregrinen hasta tan recóndito lugar, encontrarán un conjunto delicioso de pueblos con encanto, diseñados a mayor gloria de la escenografía rural moderna políticamente correcta, con varias iglesias románicas remodeladas con criterios afines hasta conseguir "testimonios simbólicos" de las raíces culturales catalanas... Quienes ilustran la visita ofrecen una explicación políticamente correcta fácil de interpretar en sintonía nacionalista con unas gotas de malicia: las iglesias de Tahull testifican la "europeidad catalana" en contraposición al resto de "las regiones" del "estado español", caracterizadas por las pervivencias islámicas. Siguiendo costumbres ancestrales, la pasividad de las piedras, como la del papel, permite recrear la historia para reforzar las ideologías dominantes... La sencilla ornamentación del exterior de las iglesias ("arquillos lombardos") proporciona una coartada perfecta para establecer estrechas relaciones con el norte de Italia, que aseguran aún más la "individualidad" de estas reliquias en contraposición a otras obras de la misma época repartidas por el resto de la geografía peninsular (en Castilla-León, sobre todo). Y las pinturas, de manifiesta inspiración bizantina como todas las realizadas bajo los primeros impulsos de Cluny, según los criterios políticamente correctos indican la misma dirección, porque algunos temas iconográficos están documentados ¡en Inglaterra!
Sin embargo...
Es obvio que el movimiento románico, en cuyo seno debemos incluir estas iglesias, responde a un impulso político, religioso y cultural con epicentro al otro lado de los Pirineos y, en consecuencia, no es preciso forzar un milímetro los argumentos para dejar clara esa vinculación con la "Europa" altomedieval, por supuesto, en paralelo a lo sucedido al oeste desde tiempos de Alfonso VI (finales del siglo XI). Sin embargo, no creo que se pueda ir mucho más allá, porque los llamados "arquillos lombardos" no se puedan identificar como rasgos culturales específicos de la arquitectura lombarda. De hecho, aunque sea obvio que existen en las obras más relevantes del románico lombardo, utilizar arcos o arquillos ciegos como recurso ornamental es una fórmala de racionalidad constructiva (en Tahull tienen la función de conseguir unos centímetros para el "vuelo" del tejado) que, con distinta complejidad, podemos encontrar en todo el mundo y en cualquier época, asociada al uso de materiales poco capacitados para soportar tracciones (piedra y ladrillo). Casi todas las iglesias románicas repartidas por Francia y España los tienen, pero también podemos verlos en La Giralda; la reconstrucción que hizo Félix Hernández del alminar de la mezquita mayor de Córdoba, también; en la propia mezquita mayor son abundantísimos los arcos ciegos en configuraciones variadísima... ¿Arquillos lombardos? A mi juicio, sería mejor hablar de "arquillos ciegos"...
Las iglesias del valle de Bohí componen un conjunto homogéneo de fuerte caracterización gracias a que apenas se han conservado iglesias de la misma cronología y del mismo ciclo cultural. Las iglesias románicas que se construyeron por toda el norte de la península Ibérica fueron sustituidas por iglesias góticas o de época posterior; exceptuando el Panteón Real de san Isidoro y alguna otra iglesia aislada, las que han subsistido se encuentran en áreas rurales marginales (Segovia, Soria, etc.). De todas ellas, las de Tahull acaso sean de las más pobres e irregulares desde el punto de vista constructivo, si exceptuamos las torres, que proporcionan un matiz de excepcional interés. Son edificaciones rústicas, de muros irregulares tanto en concepción como ejecución, con graves problemas de sustentación, de cimentaciones precarias, con cubiertas de madera... Sin embargo, las torres son edificaciones concebidas con elegancia y racionalidad, estructuradas mediante tramos de carga progresivamente aligerada, que parecen más cercanas a los alminares almohades que a la torre de San Ambrosio.
Francamente, es tentador plantear una hipótesis estrafalaria: que las "cuadrillas" de constructores empleadas por Ramón Guillén (obispo de Barbastro) o quien tomara la iniciativa edilicia, no procedieran del norte sino del sur... Por puras razones de proximidad geográfica, parece más fácil que se emplearan alarifes andalusíes o cuadrillas de "constructores" formados en las tradiciones constructivas de Al-Ándalus, que permanecieron vigentes, cuando menos, hasta el siglo XII en Aragón y la actual Cataluña: Lérida se rindió a las tropas cristianas en 1149. De hecho, millares de catalanes recibieron un curso acelerado de capacitación constructiva durante los años finales del siglo X, cuando, tras el saqueo de Barcelona, fueron conducidos por Almanzor a Córdoba y empleados como esclavos en la construcción de la última ampliación de la mezquita mayor...
Para mayor abundamiento, la pervivencia de las fórmulas constructivas islámicas y la habilidad para construir torres de proporciones extremadamente esbeltas, por supuesto, con arquillos ciegos, está documenta pocos kilómetros al sur, en la arquitectura mudéjar de Aragón, hasta época muy tardía, con ejemplos tan excepcionales como las de Teruel.
Contando con el factor islámico, se "entendería" con mayor facilidad la existencia de "magníficas" torres junto a iglesias de escasas pretensiones arquitectónicas, que podríamos asociar a las fórmulas utilitaristas consagradas en Al-Ándalus. De ese modo, la realización de estas iglesias podría entenderse como producto de un impulso "europeo", comparable al imperante en la mitad norte de la península Ibérica, mientras que su realización y, sobre todo, la de las torres deberían interpretarse como pervivencia de fórmulas islámicas... Y aceptando ese hipótesis, deberíamos culminar diciendo que las iglesias del valle de Bohí no son tan ajenas a las corrientes mudéjares imperantes en el resto de la Península... En apariencia, el uso de la piedra contradice esa hipótesis, pero los constructores emplearan sillares tan pequeños que parecen ladrillos... parra crear efectos ornamentales muy parecidos a los proporcionados por éstos. En todo caso, es importante tener en cuenta que para usar ladrillos se precisa una infraestructura "industrial" (arcilla, hornos, etc.) seguramente inexistente en lugar tan apartado y escondido.
Imagino al espíritu de Puig i Cadafalch sacudiéndose en su tumba... Desde mi punto de vista el "espíritu catalán" se manifiesta en el tratamiento aplicado al patrimonio histórico-artístico, que envidio y debería servir de ejemplo a tanto mangante indolente de las dos mesetas... Y dejando a un lado las disquisiciones político-históricas... cualesquiera que fueran las razones para "recuperar" el valle de Bohí (o Boí), el resultado es, sencillamente, magnífico. Regresaré en cuanto pueda a solazarme con la gastronomía catalana, con ese paisaje maravilloso de Aigues Tortes y con el soterrado candor nacionalista de los (las) cicerones... A lo mejor no son más europeos que los segovianos, pero en ciertos asuntos se lo montan de PM.
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