martes, 15 de septiembre de 2009

¿La afluencia de público garantiza la gestión del director del Museo del Prado?

Hoy al mediodía, uno de los periodistas que generan las consignas referenciales de la Cadena Ser felicitaba al director del Museo del Prado por el éxito de la "exposición Sorolla" y, a modo de epílogo sagaz, mencionaba el precio de la entrada, mucho menor que la del Bernabéu...
Ya advertí en su día que era previsible la afluencia masiva... contando, incluso, con las penalidades impuestas a los diletantes estéticos. La sintonía de Sorolla con los criterios de valoración estética de amplios sectores sociales actuales, aún deudores del siglo XIX, es obvia: arte como verosimilitud ("de comprensión sencilla") + habilidad ("no somos capaces de hacerlo") + "belleza" ("bonito", "agradable de ver", etc.) + unas gotitas de "subjetividad"... El balance económico de la exposición habrá sido un éxito balsámico para los bolsillos del contribuyente. Los 3 ó 4 millones de euros recaudados, deben ser suficientes para amortizar los gastos imaginables (transporte, seguros, gestiones, comisiones, etc.) y ofrecer un "beneficio" substancioso para financiar otras actividades menos populares... ¿O no? Lo recaudado por el Museo del Prado acaso no sea suficiente para tapar las vergüenzas de un alejamiento tan clamoroso de su teórica función social. Según el ICOM:
“Un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, y abierta al público, que se ocupa de la adquisición, conservación, investigación, transmisión de información y exposición de testimonios materiales de los individuos y su medio ambiente, con fines de estudio, educación y recreación.”
En España todo empezó cuando Thomas Krens desembarcó en Bilbao, pero... "¿Quién mató al Comendador? Fuenteovejuna, Señor".
Si los "mandarines" del PSOE persisten en esa línea, que hasta ahora parecía exclusiva del PP, me estoy imaginando por dónde se orientará la gestión de los museos emblemáticos... ¿Cuándo veremos una antológica de Isabel Guerra en el Reina Sofía? ¿Y de Imán Maliki? En tiempos de crisis, sería idónea para atraer a quienes tienen por costumbre acudir a los espectáculos deportivos. Me imagino a Florentino Pérez aterrorizado...
"Y aún dicen que el arte es caro"
Más plausible es que, a modo de corolario neo-liberal, el Museo del Prado aproxime sus precios a los de los estadios de fútbol...
Poco a poco, los grandes museos emblemáticos se están convirtiendo en Infraestructura Turística y, francamente, no sé si ello es "bueno" o "malo".

6 comentarios:

  1. Pues ahora se va a Valencia... Yo pagué y visité por enésima vez pagando, la permanente.

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  2. ¿Valencia...? ¿Donde las Fallas? Mmmm ¡No me des ideas!

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  3. Aunque fuese así, que lo dudo, no deberíamos alegrarnos de que muchas personas, aún sin formación académica suficiente, hayan podido admirar obras de arte? A lo mejor, este primer acercamiento, les anima a posteriores visitas, nunca se sabe.
    El arte es para goce y disfrute de todo el mundo, no sólo de unos pocos doctos.

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  4. Eres sumamente optimista; mi impresión es que los museos se están convirtiendo en "parques temáticos", que han perdido TODA su carga "educativa". El caso Sorolla es elocuente. Desde criterios históricos, Sorolla fue la bestia parda que impuso a los pintores españoles (sobre quienes ejerció su poder, que fue mucho)una actitud esencialmente antivanguardista, es decir, ultraconservadora. Si se hubiera asumido una estrategia crítica, la exposición de Sorolla podría haber sido magnífica, pero a mi me ha parecido que se ha preferido reforzar la sacralizacíón...

    Existen otras maneras de evitar el elitismo del arte.

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  5. Vale, a mí me gustaría que contaras (visualmente) cómo sería esa exposición de Sorolla vista desde un punto de vista critico.

    ¿Faltaban obras?
    ¿Contastes?

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  6. No hay que inventar nada; hace muchos años que la Historia del Arte y, por supuesto, la Museología aplican (aplicaban) métodos (modelos) de análisis críticos, según parámetros de evolución social, histórica, etc. El problema es que si los museólogos actuales lo hacieran así, si colocaran grandes paneles explicando el conflicto que supuso en España la aparición de las Vanguardias, deberían aparcar la mitificación (y, por supuesto la mistificación "positiva" para consumo de la beatería estética) y ello implicaría rebajar la capacidad de atracción. Me consta que quienes acuden a las exposiciones de este tipo reaccionan más positivamente (actitud de acudir) si oyen decir que es "preciosa, maravillosa, bellísima", que si les dicen que es "muy interesante". Si perseguimos incrementar el número de visitantes, estorban las consideraciones críticas, que en el caso de Sorolla podrían ser muy negativas.

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