Por Julián Smecta
La definición de disenso resulta a veces tan poco esclarecedora como la lectura de “Imposturas Intelectuales”, que anecdótico o no para algunos su contenido puede acariciarse tan solo como un soplo o, por el contrario, grabarse profundamente en la mente. Si de verdad alguien cree en la lógica, no como mero artefacto para discernir las acepciones de las palabras, propongo también revisar dos fuentes de crítica no específicamente científicas:
1· William Burroughs y la metáfora viral
Burroughs, que era un escritor inteligentísimo pero demasiado charlatán, ideó que el lenguaje es un virus cuyos límites condicionan todas las actividades humanas, de modo que su escritura desestructuraba los marcos temporales, su propia coexistencia espacial y todo su significado. La respuesta ante un lenguaje que abolía la lógica de sí mismo resultaba un lenguaje endémico, en una propuesta hacia el fin reconocido de las palabras, la escritura y el diálogo como factores decisivos en la limitación individual y su marco social.
2· El Koan
En la tradición del budismo zen entre maestro y aprendíz, el koan no es un acertijo. Si bien este tipo de prácticas ayudan a desarrollar ciertos matices de conocimiento en el alumno válidos por sí mismos, el koan marca aquí una ruptura interesante, un doble filo en nuestro constante choque de civilizaciones: el problema conceptual que sea plantea es la negación del pensamiento racional, trascender el sentido literal de las palabras ya que como se refiere el lenguaje en sí mismo no existe. Con ello, el pensamiento discursivo lógico-racional remite a la metáfora viral de William Burroughs, donde este discurso es el empobrecedor del individuo al que “hace prisionero de la ineficacia de los objetos y regímenes racionales”.
Completamente de acuerdo con lo que planteas, de hecho la comparativa de occidente y oriente me parece un punto clave a la hora de ampliar los límites y conocer.
ResponderEliminarLa búsqueda del método científico en las humanidades llevada a los extremos resaltados por Sokal no deja de ser consecuencia de la obsesión de occidente por agarrarse a un concepto fijo y acotado para enfrentarse a la realidad. Pasan a verse dentro de esas acotaciones y la verdad DEBE EXISTIR dentro de los límites definidos por el método, por el concepto, por el término.
Términos que pierden su valor conforme pasa el tiempo, que van transformándose, dado que la realidad no es fija. Términos que no abarcan los valores que trascienden a esos cambios, porque no los observan como objetivos, lógicos o geometrizables.
Nietzsche ya lo planteo en cuanto a un lenguaje a base de metáforas, adaptando el lenguaje al devenir constante.
Pero la metáfora tiende a llevar ( o ser usada) a el relativismo o sofismo que ahora se estila bajo el lenguaje científico, para dificultar más la comprensión y aumentar la sumisión de aquél que se acerca a los teóricos en busca de una respuesta, y que, frente a la incomprensión… o bien pasa a buscar otras sublimaciones, o sitúa a los teóricos como los nuevos pastores de la fe. La historia del rey desnudo.
Si bien las palabras son elementos de doble filo: permiten el entendimiento interpersonal a la vez que dificultan y tapan intencionalidades y propagandas diversas.
En oriente, al acercarse a la realidad de una forma menos limitada, gestual, sensitiva, instintiva más propia del sistema oriental lleva a una comprensión mayor aunque está no pueda sino ser conocida empíricamente por uno mismo, y no delimitarse en un concepto en busca de una verdad absoluta.
Ante la realidad abogar por los valores humanos como nexo de unión, que permanecen de forma intrínseca, global e individual a un tiempo: lo perenne independiente del dogma o religión, la conciencia no sujeta a moralidades externas.
Que es donde el arte tiene sentido y desbanca a la semiótica.
Donde es un todo, cuerpo , mirada, lenguaje… que incide directamente en la percepción, obteniendo unas respuestas , un entendimiento real imposible de conceptuar.
El lenguaje es escaso y no puede, ni debe, aspirar a dominar la amplitud sino a ir colaborando en el conocimiento de la misma, quitando incertidumbre, no añadiéndola.
Porque las sensaciones superan a la semiótica y está no debe bloquearlas, y aun menos negarlas enrevesándose más y más sin dar ningún contenido a cambio.
por lo sugerido en clase, creo que no hay que omitir que el problema real reside en cómo debemos enfocar nuestra herencia cultural sobre todos los métodos y su lenguaje.
ResponderEliminarTras lo sugerido en clase… más que nuestra herencia cultural el problema reside en el contexto socioeconómico y el desarrollo actual de los métodos, y como a raíz de los valores posmodernos se limita el conocimiento y además se hace doctrina de esa misma limitación como valor indudable e inamovible del hombre actual frente al mundo.
ResponderEliminarLa herencia cultural se compone de algo más que el método racional característico de occidente, y quizá sea en ella dónde se encuentre una referencia más clara y directa para reflexionar sobre el método y el lenguaje y el uso dado a los mismos actualmente..
Habiendo sido mencionado Bertolt Bretch, pensando en el poema “ A los hombres futuros” donde remarca como tras la segunda guerra mundial queda preparado el “ camino para la amabilidad”… y como en realidad no hay sino un impulso y elogio de la avaricia ilimitada, el desprecio y la mediocridad… habiendo “asimilado” la naturaleza egoísta del hombre y dejando de lado lo humano, y el sentido común , exaltándose al individuo triunfador independiente al otro: modelo del neoliberalismo… es en esa desunión por el triunfo donde la particularidad de los métodos y las citas de autoridad toma el lugar de la razón y la lógica, y en busca de esta entran en un sinsentido que es aceptado para que el individuo pueda ser partícipe del elitismo, permitiendo y favoreciendo los cimientos de la economía actual ( fin único) olvidando la ideologia, el placer de aprender sin hacerlo en previsión a desempeñar una función laboral, pasando a ser engranajes automáticos de capitalismo.
El método crea un vacío de contenido en la sociedad que desempeña su función individual sin ser consciente del resto, sin capacidad ni interés de diferir, solamente motivados por el triunfo personal y el desarrollo de su propio ego.
¿El koan es eso de "si un árbol cae en medio del bosque y no hay nadie para escucharlo, hace ruido?"
ResponderEliminarEso me recuerda a cierta corriente filosófica inglesa, que decía que las cosas sólo existen si las percibimos, y no dejan de existir porque siempre hay un ente supremo que las está observando... Creo que esto está un poco superado.
Además, sí hace ruido, seguro, te lo dice un gabarrero ;)
Salud
Burroughs sí ofrece esa ruptura con el lenguaje y su lógica interna, pero también es cierto que puede ser de lo más gráfico y directo. Su misión en esta vida era destruir, el lenguaje, la estructura del mito, y a sí mismo, ya que prácticamente toda su obra está inspirada por el consumo de drogas, o bajo la influencia directa de éstas, como el revelador “el almuerzo desnudo”. Cortazar, en Rayuela y algunos de sus cuentos, también ofrece teorías acerca del desmonte del lenguaje, pero la ironía es, como siempre, que hasta el discurso más radical contra el lenguaje y la comunicación depende de este para ser entendido. Tenemos a Joice, que postula que el pensamiento humano sólo se puede expresar por medio del lenguaje, y de esa idea explota su seminal Ulises. Creo que no es problema del lenguaje como tal. No culpemos a la herramienta, es nuestra ansia de categorizar y dar explicaciones imposibles lo que muchas veces convierte el lenguaje en un disparate.
ResponderEliminarPor ejemplo, el propio Joyce nos ha dejado esta joya:
ResponderEliminar“Los sentimientos excitados por un arte impuro son cinéticos, deseo y repulsión. El deseo nos incita al abandono, a apartarnos de algo. Las artes que sugieren esos sentimientos, pornográficos o didácticos, no son, por tanto, artes puras. La emoción estética es por consiguiente estática. El espíritu queda paralizado por encima de todo deseo, de toda repulsión”
A mí esto me parece una seria demolición sobre cómo nos afecta nuestra herencia y su lenguaje.