Sublime. (Del lat. sublīmis).
1. adj. Excelso, eminente, de elevación extraordinaria. U. m. en sent. fig. apl. a cosas morales o intelectuales. Se dice especialmente de las concepciones mentales y de las producciones literarias y artísticas o de lo que en ellas tiene por caracteres distintivos grandeza y sencillez admirables. Se aplica también a las personas. Orador, escritor, pintor sublime.
Sublimación.
1. f. Acción y efecto de sublimar.
Según el Diccionario de uso del español de María Moliner:
Sublime (del lat. «sublïmis»)
1 (lit.) adj. Muy *alto: ‘El sublime cedro’.
2 Aplicado a las acciones humanas, a las palabras o escritos y a las obras de arte, de gran belleza y tal que provoca una emoción noble: ‘Unos compases sublimes. Las sublimes palabras del Evangelio’. ¤ Noble, con grandeza moral, espíritu de sacrificio, generosidad, etc.: ‘Un sublime acto de heroísmo’. ¤ Se puede aplicar al que realiza obras sublimes; particularmente, a un gran artista: ‘El sublime Beethoven’. Þ *Bello, *bueno, *generoso, *noble.
Sublimación
1 f. Acción y efecto de sublimar[se].
2 Psi. En *psicoanálisis, mecanismo inconsciente por el que la energía inherente a los instintos se deriva a una actividad socialmente valorada.
A mi me llama la atención simplemente la desacertada definición de sublime por parte de María Moliner, y esto concretamente:
ResponderEliminar"Aplicado a las acciones humanas, a las palabras o escritos y a las obras de arte, de gran belleza y tal que provoca una emoción noble (...)Noble, con grandeza moral, espíritu de sacrificio, generosidad, etc."
Está confundiendo claramente a mi modo de ver, gran belleza con sublimidad, lo sublime no tiene que ser bueno ni noble, ni siquiera bello, de hecho, en eso consiste, en una admiración casi inexplicable por algo que sentimos que nos sobrepasa, y nos sobrecoge en un sentimiento ambiguo de atracción y repulsión al mismo tiempo.
“La pasión causada por lo sublime es el asombro, y esto es aquel estado del alma en el que todos sus movimientos se suspenden con cierto grado de horror. No se puede reparar en ningún objeto más ni por tanto razonar sobre el objeto que la absorbe, la mente está llena de él.” Edmund Burke.
“El estremecimiento es la parte mejor de la humanidad. Por mucho que el mundo se haga familiar a los sentidos, siempre sentirá lo enorme profundamente conmovido”. Goethe.
Se trata de una categoría estética llena de ambigüedad, entre fascinación y horror, belleza y monstruosidad, generosidad y crueldad, muerte y vida. Es distinto placer el que nos genera la belleza del que nos genera lo sublime. Se trata de un placer menos explicable, y por así decirlo irracional. Burke acentuaba el carácter inconsciente de esta atracción-repulsión, ya que no responde al placer de cánones bellos, sino que nos atrae hacia lo grotesco, lo tenebroso y monstruoso, y esto es lo que de momento encuentro como punto de unión con Freud.
El sentimiento de lo sublime se relaciona más con lo que sentían los románticos, con ese mundo oscuro, y en un sublime más evolucionado, más tecnológico a partir de las revoluciones industriales, con la fascinación por ejemplo que siente la ciencia ficción hoy en día con el tema del fin del mundo, de la humanidad, el hombre subyugado a las máquinas, y de cierta forma el ciberpunk.
Perdón, que se me descolgó una última aclaración de que por todo esto me parecía adecuado aclarar primero que la definición está equivocada, antes de ver realmente su relación con Freud y la importancia de ésta.
ResponderEliminarCreo que si no desacertada, la definición es tal vez imcompleta. Imagino que el tipo de heroísmo noble del que habla el diccionario de Maria Moliner es el heroismo trágico. Desde ese punto de vista tendría relación con lo que comenta Burke sobre lo sublime poniendo como ejemplo la tragedia shakespereana " parece inexplicable el placer que los espectadores obtienen de la pena, la ansiedad y otras pasiones en sí mismas desagradables e inquietantes". Lo sublime provoca una conmoción (si bien es cierto que para que conmueva no nos tiene que tocar de cerca,existe una distancia), y lleva asociado en cierto grado sentimientos en tono negativo. Dichos sentimientos negativos son los que acercan ésta postura con las ideas de Freud sobre el concepto de lo siniestro, el sujeto que se siente sin autonomia frente a lo que amenaza. El terror relacionado con lo siniestro en psicoanálisis, para Burke está siempre detrás de lo sublime (un terror deleitoso, eso sí)
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