Mi buena amiga Concha, colega implantada profesionalmente en tierras manchegas, me envía una referencia sobre Sir Ken Robinson, personalidad muy reconocida en asuntos de creatividad. Una de sus ideas más controvertidas se podría sintetizar de modo sumamente radical: los actuales sistemas educativos, los que se aplican en todo Occidente, aniquilan (él usa el termino "kill") la creatividad con que nace cada individuo.
Sabiendo que Sir Ken Robinson define la creatividad de modo bastante razonable (capacidad de establecer relaciones entre puntos de vista diversos, ofrecer soluciones válidas, etc.), creo que en el fondo late una cuestión vital para el desarrollo del conocimiento humano: el conflicto teórico entre "lo general" y "lo particular", que en tiempos posmodernos cobra matices nuevos. Y en ese punto deberíamos tener muy presentes algunos de los factores subsanciales del proceso educativo: integrar socialmente a los niños y jóvenes (inteligencia emocional) y potenciar en ellos el desarrollo de las herramientas necesarias para ejercer la libertad (capacidad de abstracción y análisis, independencia de criterio, potencial crítico, etc.)
Aquí sí apuesto por la solución de compromiso: prestar atención especial a los niños o jóvenes con perfiles psicológicos fuera de lo común...
Cuando conviertes tus conferencias en monólogos, nadie te lleva la contraria ni discute lo que arumentas, pero claro, puedes caer en el error de que tampoco te tomen en serio...
ResponderEliminarEso es una solución de compromiso pero del mejor compromiso: personal de pata negra, individual hasta la médula. Y no es que yo crea que tenga más futuro el ministro Gabilondo con sus planes de reforma desde arriba hacia abajo, pero llamar solución a cualquiera de las dos me deja muy insatisfecha.
ResponderEliminarNo hay motivo alguno para pensar que todos los niños nazcan con una elevadísima capacidad creativa que se arruina al educarlos. Sería la única de nuestras capacidades tan uniformemente repartida, y contradice lo que sabemos sobre evolución. No es verdad que todos los niños sean por naturaleza atrevidos y los taimemos. La educación no convierte a nadie en algo totalmente ajeno a lo que es.
La reforma educativa es necesaria y ocurrirá. Los ordenados y férreos sistemas públicos se construyeron para garantizar igualdad y evitar discriminación, y en gran medida esos objetivos se han conseguido, si bien es verdad que a costa de obviar ciertos aspectos de la naturaleza humana que cobran relevancia imparable en el nuevo panorama de “inflaccionismo académico”, como lo llama el encantador sir. Somos diferentes. Los hay más listos y más guapos y más creativos ( a veces incluso, todo a la vez). Y somos muy variados, ningún sistema educativo de masas puede atender a las necesidades individuales concretas de cada alumno. Y añado, ni falta que hace.
El debate de las materias necesarias en el curriculum y el de las vocaciones es interesante, nos comportamos como pueblerinos pacatos y ahorradores en un mundo exuberante. Pero hablemos sólo de la tan traida y llevada creatividad. A mi ver tenemos en la actualidad un cruce entre los modelos románticos de genios autodestructivos y la reacción positivista de racionalidad pura - en la que la inteligencia emocional sirve para integrarse socialmente ¿sólo? - que de tan polarizados son caricaturas imposibles. Desde mi experiencia la creatividad es también emocional, tiene que ver con la autoridad, con la identidad, y con la capacidad de narrar el mundo (la psique, las creencias). Está a su vez conectada con los sistemas de status y con las exhibiciones y los reclamos sexuales, sobre todo en el caso de ellos. Para colmo están la inspiración, la transcendencia, la epifanía y las catarsis para hacerse una idea de todo lo que ese positivismo no me explica.
Pero para mí que no están hablando de esto. Lo que yo entiendo es que los sistemas educativos que aseguraron un lugar común no son suficientes para conseguir respuestas dinámicas a la variabilidad genética que esas mismas garantias de igualdad social evidencian. Hablan de creatividad porque todo el mundo sabe que hay que venderse con ideas elevadas e inspiradoras, pero se les queda grande de lejos. Lo que se promueve aquí, y con bastante lógica irá ocurriendo, es algún modelo que discrimine en redes educativas de excelencia los talentos y capacidades que se puedan detectar, sin abandonar nunca un nivel básico de atención que siga garantizando la igualdad social de oportunidades. Tal y como funciona ahora no hay posibilidad de innovación o experimentación alguna en educación. El problema me parece que se verá cuando los peperos quieran argumentar algo que parece ser lo mismo desde la libertad de elección de los padres (ampliar el concierto a todo privado con demanda) y los sociatas...¿alguien sabe en qué piensa el ministro?
Para Peleolítico Superior... sobre todo.
ResponderEliminarEso sí que es una "solución de compromiso". En este caso, asumo casi todo lo que dices... Conozco personas de curriculum brillantísimo, con gran potencial creativo, incapaces de completar el ciclo formativo "convencional" (en la universidad) por problemas de inteligencia emocional.
La crítica de Sir Ken Robinson encuentra terreno abonado en las circunstancias colaterales al proceso educativo, que casi nunca aparecen en las evaluaciones (PISA) pero que son, con frecuencia, determinantes. Para el caso español (el que mejor conozco), el problema colateral fundamental está en cómo reconducir la preeminencia de las órdenes religiosas. Y no porque los centros confesional sean un lastre ideológico para un sistema educativo democrático y laico, sino por los intereses económicos que ese modelo ha sedimentado, bajo la estructura liberal. Ni el PP ni el PSOE tienen la menor intención de modificar una situación que podría producir reacciones inimaginables pero siempre perversas para sus intereses, al menos mientras no se consoliden centros educativos laicos de calidad (tipo Estudio). En esas condiciones, incluso en los centros de cierto prestigio, personalizar la educación tiene las limitaciones propias de un negocio sustentado en satisfacer a la mayoría de los "clientes"; y como la mayoría de los "clientes" (padres o tutores) tienen hijos estadísticamente normales, no se requieren grandes inversiones de apoyo: con un gabinete pedagógico "aparente" (aunque en la práctica sea inoperante) es suficiente. Y los centros públicos no se ven superados por grandes agravios comparativos. Si el colegio religioso de al lado tiene un departamento de apoyo de la señorita Pepis, el centro público vecino no sobrepasará demasiado esos medios, aunque las necesidades reales de éste multipliquen por diez las del centro concertado. Pero, en todo caso, tampoco ofrecerá resultados muy malos porque la mayoría de los alumnos desarrollaran aceptablemente sus potencialidades (incluida la creatividad) mediante las fórmulas tradicionales.
Así las cosas, el resultado global no será escandalosamente negativo y únicamente saltarán las alarmas cuando aparezcan los análisis comparativos que, por cierto, tampoco enfatizan la creatividad, porque los problemas más graves del sistema educativo español no son, precisamente, los mencionados pro Ken Robinson. Con esa conciencia, la cuestión sería en qué orden hemos de afrontarlos, dónde debemos colocar la posible frustración de una vocación artística entre la carencia de motivación, la precariedad general, la integración social de grupos diversos, etc. Y en tiempos de precariedad financiera...
¿En qué piensa el señor ministro? Tengo entendido que el cargo presupone inhibición de ciertas potencialidades psíquicas... Los políticos... a lo suyo, a ejercer "el arte de lo posible" y a moverse en la dirección de los sectores más influyentes, entre los que no están los padres de hijos "problemáticos" y sí las órdenes religiosas. Y en esa línea se me ocurre que el señor ministro podría utilizar las observaciones de Sir Ken Robinson para reforzar algunas ideas del modelo LOGSE: "Si fracasa el alumno, la culpa es del profesor, que no ha sabido valorar las potencialidades ocultas del alumno". Si fracasa el alumno, acaso sea porque el centro al que acude no tiene medios para valorar y reconducir adecuadamente sus cualidades...
¿Y cuando gobierne el PP? Francamente, no creo que cambie prácticamente nada, porque es muy difícil gestionar peor el sistema educativo, incluso desde el punto de vista de Sir Ken Robinson.
Como iba Ken Robinson a usar un powerpoint... con ese desparpajo que tiene...
ResponderEliminarSu intervención se queda bastante corta, tiene un carácter divulgativo y propagandístico, explica la desconsideración del desarrollo creativo en la educación pública cuyo único papel se ha centrado principalmente en la alfabetización. Como dice Paleolítico superior, el modelo tradicional se ha basado en garantías de inserción e igualdad teniendo, en mi opinión, una repercusión completamente opuesta.
El tema de la creatividad ha sido estudiada mucho en psicología y sociología, desde Piaget a Lévi-Strauss, Graham Wallas o el impronunciable Mihaly Csikszentmihalyi han aportado teorías interesantes sobre el desarrollo cognitivo en relación a la creatividad; la intervención de Ken Robinson también me huele a Howard Gardner,neuropsicólogo que ha desarrollado la teoría de las inteligencias múltiples ( inteligencia emocional, espacial, corporal, naturalista...)También autor de "arte, mente y cerebro" donde tiene varios capítulos sobre el desarrollo artístico en los niños o el estudio cognitivo del origen de la creatividad en el cerebro, dentro del ámbito de la neurociencia, a partir de daños cerebrales.
Esta frase me ha dejado a cuadros y debería de reflexionar sobre ella:
"El propósito de la educación pública en todo el mundo es producir profesores universitarios".