He tardado demasiado en visitar una iglesia que, por sus cualidades paisajísticas, es delicia para el viajero, porque se encuentra en uno de los parajes más espectaculares de la geografía catalana, si se llega desde Cadaqués.
El lugar focaliza algunas tradiciones piadosas entre las que destaca la custodia de importantes reliquias... También existen referencias sobre la existencia en aquel lugar de cuevas o antiguas comunidades ascéticas...
Lo más destacable, sin duda, es la iglesia, de planta basilical con algunas peculiaridades que la hacen excepcional: la configuración de los soportes verticales, articulados mediante pilares de sección rectangular sobre los que descansan columnas coronadas con capiteles sin paralelos claros en las zonas próximas.
Según la Historia del Arte "oficial" lo que hoy contemplamos es un conjunto monacal del que los restos más relevantes corresponderían al siglo XI... En mis viejos manuales y en las publicaciones modernas se habla de "influencias califales", especialmente, en los capiteles de la nave central...
Mi opinión es otra porque no encuentro la pretendida influencia califal aunque la vinculación con la "serie bizantina" de la antigua diócesis de Astorga sea particularmente clara, sin que de ello pueda deducirse una relación directa (al menos, eso es lo que yo entiendo).
Por el lado de los datos positivos (las piedras hablan, en ocasiones, con elocuencia): toda la iglesia desprende un tufillo helenístico demasiado intenso, para integrarla dentro de ese "románico lombardo" que materializa las primeras esencias materiales del "espíritu catalán". En esa línea deberíamos situar el fragmento de la entrada, la concepción del "orden constructivo" y, sobre todo, la estructura de cimacios y capiteles, que se inclinan hacia referencias —no paralelos— bizantinas. En concreto, los capiteles se acercan, alternativamente, hacia dos modalidades tipológicas muy bien representadas en la arquitectura de esa corriente cultural: los capiteles-imposta de lacería o cestería y los de tradición "corintia" o "corintizante", que encontramos en Estambul, Túnez (Cairuán) y, por supuesto, también en los monasterios abandonados de Siria.
Entre los de tradición corintia, acaso desconcierte el canon alargado, que podría hacer pensar en los de la Aljafería, pero frente a éstos, en los de San Pere de Rodes se advierte la pervivencia del sentido orgánico del orden tradicional y la concepción del frente del ábaco, en ocasiones, con soluciones ornamentales muy originales; destacan grandes florones y motivos animados en las esquinas, asimismo muy frecuente en los bizantinos .
Frente a lo que sucedía con la serie "mozárabe" de collarino laureado (Escalada, Peñalba, etc.), donde contábamos con un paralelo directo (Wamba), en este caso no conozco paralelos exactos aunque sí algunos parentescos relativamente estrechos, sobre todo, en las áreas italianas de influencia ravenática y bizantiva. Todo ello nos conduce a juzgarlos fruto de una corriente local de fuerte sentido bizantino.
Entiendo que debería ampliarse la banda de atribución cronológica de la iglesia hasta, por lo menos, el siglo VII. La leyenda que habla de la ocultación en una cueva de importantes reliquias en el año 610, "verificada" gracias al hallazgo del cofre, podría esconder la existencia de un monasterio preexistente o, incluso, podría justificar la realización de un edificio de cierta entidad. Los capiteles del interior de la iglesia apuntan en esa dirección.
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