De nuevo se plantea el problema. La rebelión de los egipcios ha sobrepasado los límites de la anécdota para entrar en el campo de los hechos históricos y, de inmediato, han surgido las primeras víctimas y, entre ellas, la "primera por excelencia": "la verdad", que siempre es mártir preliminar. Egipto ocupa un lugar esencial para el equilibrio estratégico de Oriente Medio y en cuanto se advirtió la relevancia del evento, sucedió algo que apenas han enfatizado los medios occidentales: la coincidencia temporal entre la llegada de la CNN junto con otras cadenas occidentales (también españolas) y el intento de bloquear las actividades informativas de Al Jazira (según transcripción tradicional española, o Aljazeera según transcripción inglesa) en El Cairo. Resultado: se ha incrementado la oferta informativa, aunque los resultados sean desconcertantes desde el interés informativo del ciudadano. Hoy mismo, los redactores españoles de cierta cadena de televisión se empeñaban en traducir el término التحرير ("Tahrir", en castellano, "Liberación") por "Libertad". Los egipcios se estaban manifestando en "la plaza de la Libertad" y no en "la plaza de la Liberación". Cuestión de sutileza...
Otros resolvían la traducción de modo más precario, manteniendo el término árabe, por supuesto, con pronunciaciones "aproximadas", sin pararse ante el hecho de que la "h" intermedia de la transcripción corresponde con la "Ja" árabe suave. He oído llamar a la plaza "tajir" (transcripción con sonidos castellanos), "tarir", "tajarir", etc. No nos relacionamos bien con el "idioma verdadero", como para hacerlo con el "andaluz antiguo"...
Más curiosa era la interpretación de la locutora de la cadena radiofónica que con un fondo sonoro en el que se oía fuerte y claro الله أكبر ("allahu Akbar", en castellano, "Allah es el más grande") comentaba que los egipcios estaban pidiendo libertad. Parece obvia la intención de presentar los acontecimientos de Egipto como una rebelión popular para alcanzar un "sistema democrático", según modelos occidentales. Alguien debería informar a los periodistas que para los musulmanes ese paradigma político es tan extraño como tomar bebidas alcohólicas para celebrar cualquier acontecimiento social.
En otra entidad supuestamente informativa la corresponsal decía que en la plaza de "Tarir" se habían reunido "islamistas" y laicos, hombres y mujeres, ancianos y niños... Nueve de cada diez egipcios son musulmanes. Si los términos consagrados por el uso no se adaptan a nuestros intereses, inventamos otros...
El control de la situación es tan precario que Al Jazira ha podido reanudar sus actividades sin demasiados contratiempos y, de nuevo, podemos contrastar los datos proporcionados por las cadenas europeas y norteamericanas con la qatarí (Qatar tiene un gobierno pro-occidental)... si nos interesa acercarnos un poco más a "la realidad". La verdad siempre será inalcanzable; o no... Véase el teorema de Gödel...
Es difícil prever lo que sucederá en Egipto durante los próximos días, pero algo parece claro: los autodenominados "medios de información" nos contarán los hechos según convenga a sus intereses (ideológicos, comerciales, políticos, etc.), sin demasiados escrúpulos. Y desde esos planteamientos, para los "occidentales", cada vez será más difícil entender lo que pueda suceder en los países islámicos...
No hace falta ir tan lejos. ¿No notais la diferencia a la hora de anunciar nuevas medidas económicas entre los distintos canales televisivos o la misma prensa?.
ResponderEliminarSin duda los informantes se sienten pastores y nosotros el rebaño, siempre dispuesto a orientarnos donde estiman oportuno.
Al fin y al cabo "lo dice la televisión o el periódico", debe ser cierto.