viernes, 22 de julio de 2011

Memorias veraniegas. Bath (Somerset)


Bath es una pequeña ciudad turística dispuesta junto al río Avon, en un paraje idílico, dominado por un pintoresquismo mesurado. El potencial turístico descansa en una abadía gótica, en los restos de unos baños de época romana, edificados sobre una fuente termal y en los edificios de época georgiana.
Aunque de los baños antiguos (Aquae Sullis)  llegaron pocos restos al siglo XX,  lo que se ofrece al visitante es un complejo arqueológico de gran ambición, que contrasta con otras fórmulas de explotación del patrimonio. Me acordé de lo realizado por Moneo en el teatro romano de Cartagena, porque aquí han hecho, justo lo contrario: construir una edificación “instrumental”,  adaptada a los restos arqueológicos para conseguir un “museo” que facilita al visitante la contemplación del proceso sedimentado por el desarrollo histórico en toda su complejidad


Y por supuesto, la acción de los vigilantes no responde a criterios surrealistas. Se pueden tocar las piedras, los visitantes pueden sentarse donde les apetezca y hasta consienten que los recién casados se hagan fotos entre las columnas y los turistas... (seguramente, previo pago)
Entre lo más interesante y sorprendente: el Circo, que es un conjunto residencial georgiano, construido con caliza del lugar (Combe Down), dispuesto en círculo y diseñado en el siglo XVIII por los arquitectos  John Wood el Viejo (muerto antes de finalizar los trabajos) y su hijo John, siguiendo fórmulas ornamentales grecolatinas. Sus relaciones con el Coliseo son obvias.


Lo más alucinante: cobran entrada para acceder a un precioso parque dispuesto junto al río… Confío en que Albertosis  I, el Grande, no copie la idea y ponga taquillas en el Retiro…

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