Por Patricia Puchol Carabaña
La exposición que se está llevando a cabo en este momento en el Reina Sofía del artista Andreas Fogarasi, “Vasarely go home” se puede considerar como un nuevo formato dentro del mundo de las exposiciones, algo tan insólito que deja de ser una exposición para pasar a ser lo que yo llamaría como una muestra desordenada de las obras…
Las diferentes piezas de las que se compone la serie se encuentran distribuidas por las amplias instalaciones del Museo Reina Sofía. Podría encontrarse algo de sentido común y coherencia, si las piezas estuvieran colocadas a una distancia razonable como para poder seguir de una en otra sin perderse. Y en tal caso si el recorrido a seguir tuviera un significado o persiguiera algún fin.
Pero me temo que no es el caso. Las piezas se encuentran distribuidas sin ningún tipo de concepto a seguir por el museo. En lugares tan insólitos como los pasillos, la terraza superior… da la sensación de que se trata de piezas olvidadas que no guardan relación unas con otras, ya que en varios casos se encuentran en simples lugares de paso, o sitio a los que la mayoría de la gente no llega.
¿Con qué fin se hace algo así? ¿Para qué se consigue y se prepara una exposición, si después se va a descolocar y desquitar de cualquiera estructura posible? No posee un planteamiento claro, no hay principio y fin, no hay textos explicativos ni presentación… simplemente piezas danzando a sus anchas por el museo.
Acaso el museo persigue un objetivo contrario al de cualquier institución que presenta la obra de un artista: desacreditar su obra y echarla a perder.
Irónicamente observo esta “exposición” y me planteo si el Reina Sofía ha querido hacer lo mismo que János Major le hizo a Vasarely (hecho sobre en el que se inspira la obra que se presenta). Es posible que a su modo se pueda interpretar esta muestra de la obra como un “Fogarasi go home” por parte del museo.
A todo eso añadiría que moverse por el museo es casi una travesía por un laberinto.
ResponderEliminarLa primera vez que fui a ver esta exposición sólo encontré la mitad, luego ya me enteré de que había más obras en la terraza y en algún pasillo.
ResponderEliminarY todavía no sé si se me ha pasado alguna...
Vamos, un caos. Deberían replantearse los itinerarios. Ir a este museo es toda una aventura.
Perela sal del cuerpo y la voz de tus alumn@s!
ResponderEliminarSerá necesario un exorcista. Ja, ja, ja
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