Por Oliver Domingo
Últimamente, estamos viviendo una época en la que por unas cuestiones u otras, el mundo entero se está rebelando en favor de sus derechos. Desgraciadamente, hoy en día hay muchísimas cosas por las que luchar para conseguir un cambio. Por suerte, muchos de nosotros vivimos en lugares en los que tenemos más libertad para poder expresarnos. Así mismo, el poder, las injusticias y la capacidad para cambiar las cosas, son más factibles para nosotros que pertenecemos a la raza humana. Con esto quiero decir, que hay otros animales con los que compartimos nuestra tierra que no pueden luchar por sus derechos por sí solos y necesitan nuestra ayuda. No quiero dar a entender que esto sea una postura desde el veganismo radical. Reconozco que a día de hoy, consumo carne a diario como la mayoría de los humanos que habitamos la tierra, pero creo que el tema que voy a abordar es cuestión de sentido común y sobre todo de una sensibilidad que cada vez está llegando más a la gente joven. Sin dar más rodeos, el tema del que quiero hablar como dejo claro en el título es del arte circense y de cómo veo a día de hoy su futuro.
Hace dos semanas, participé en una concentración convocada por la asociación “Equanimal” en contra de los circos que utilizan a los animales en sus espectáculos. Nos colocamos pacíficamente enfrente del “Circo Mundial”, que actualmente presenta sus actuaciones cerca del centro Comercial de La Vaguada, en Madrid. Comprobamos algo que era de esperar, la mayoría de la gente que pasaba, sobre todo los coches, que aminoraban la velocidad, nos saludaban con mensajes y gestos de apoyo, incluso las personas mayores que pasaban por allí. No hubo ninguna muestra de desaprobación, salvo la de un chico que probablemente fuera un trabajador del circo, pues se paseaba solo con una pancarta que decía: “Sí al circo con animales”. En una sociedad como la de hoy, por suerte, esas palabras se caen por su propio peso. Reconozco que yo no suelo participar en este tipo de concentraciones, todo surgió por unos amigos y realmente, sé que lo que defendí es algo que la mayoría de jóvenes y no tan jóvenes piensan, pero es cierto que nos da pereza levantarnos. Cada vez nos alejamos más de nuestros orígenes salvajes de la era cavernícola, y la sensibilidad a cierto tipo de temas empieza a tener importancia.
Actualmente, el circo se entiende como un espectáculo artístico en el que participan acróbatas, magos, payasos o adiestradores de animales. Si comparamos los espectáculos de animales de hoy con los de los romanos, puede que no nos parezca tan salvajada, ya que antes el entretenimiento eran los duelos de vida y muerte entre hombres y animales, cosa que también se sigue haciendo a día de hoy en las corridas de toros. Sé que ese es otro polémico asunto, pero haya o no haya sangre, el maltrato hacia los animales está asegurado. Éstos no solamente son sacados de su hábitat natural, sino que son duramente adiestrados además de ser víctimas de trastornos psicológicos causados por el enjaulamiento.
Sé que a la mayoría alguna vez nos han llevado nuestros padres a ver estos espectáculos de pequeños, pero ahora realmente tenemos conciencia de lo que hacemos y es hora de plantearse hasta qué punto un arte puede atentar contra los derechos de los animales. Creo que a este tipo de circos le está llegando la hora y lo que de verdad hay que empezar a valorar en estas actuaciones son prácticas como la del teatro, la música, la acrobacia, la magia, la danza, etc. En esencia, unas formas de expresión verdaderamente artísticas y que no hieren a nadie. Por ello, quiero continuar bien, hablando de arte y haciendo mención a un circo espectacular que creo que es el futuro de este mundo y hacia lo que tendrían que ir más orientados estos espectáculos. Me refiero al “Circo del sol”, que además estos días actúan en nuestro país con su último espectáculo de triple salto mortal bajo el nombre de “Zarkana”. Este conocido circo, surgió en el año 1984 en Canadá, y en principio, todo empezó con la idea de la unión de varios artistas que trabajaban en la calle. El proyecto se basaba en la concepción original del circo, pero cosas como el vestuario, el juego de luces, la música de fondo y la coreografía, empezaban a tener gran importancia y su práctica era muy cuidada. Hay que destacar que desde sus inicios, nunca utilizaron ningún animal en sus espectáculos.
La primera vez que la compañía salió del país fue en el año 1987 dando un espectáculo en Estados Unidos. Poco a poco, el “Circo del Sol” fue abriéndose camino, y hoy en día mantienen diversos espectáculos simultáneos. Entre artistas y empleados de todo tipo, cuenta con unos 3.500 trabajadores procedentes de 40 países diferentes.
Creo que lo que hace que este circo sea diferente, independientemente del tema de los animales, es la originalidad de sus propuestas, pues cosas como la danza o el teatro no son las típicas representaciones que estamos acostumbrados a ver, y se renuevan cada año. Buscan sorprender, y sobre todo emocionar al público. Por ello, no es suficiente con tener a los mejores gimnastas, sino que además, tienen que tener la expresividad necesaria para dar vida a un personaje. Pero esto, es sólo una pequeña parte de esa búsqueda de la emoción, pues como ya he dicho, la iluminación, el vestuario y la música, consiguen tocar los estados de ánimo de los espectadores. Por todo ello, este circo ha conseguido un centenar de premios, entre los que destacan los otorgados a la música del compositor René Dupéré, que acompañó a los espectáculos desde su nacimiento.
En España, la compañía del “Circo del Sol” ha realizado cinco espectáculos desde el año 1998, y más de 2.000.000 de espectadores han podido presenciar al menos uno de ellos. Los espectáculos que a día de hoy están vigentes y se representan simultáneamente son: “Alegría” desde el año 1994; “Quidam” desde el 1996; “O” desde 1998; “La Nouba” desde 1998; “Dralion” desde 1999; “Verekai” desde 2002; “Zumanity” desde 2003; “Corteo” desde 2005; “Totem” desde 2010; y desde junio de este mismo año, “Zarkana”. Éste, como ya mencioné anteriormente, se puede ver actualmente hasta finales de año en Madrid. Se trata de un espectáculo de acrobacias realizado sobre estructuras de alambre y tubos en suspensión, acompañado por un escenario cubierto con un mosaico hecho a base de baldosas de cerámica. Además de esto, la proyección de vídeo es otra de sus protagonistas, ya que completan el número interactuando con el movimiento de los artistas. Desde luego, puede ser una buena propuesta para estas Navidades, pero es cierto que el precio no es lo más asequible para alguien joven o para cualquiera en tiempos de crisis. A pesar de ello, la llegada de sus funciones a los diferentes países, suelen esperarse con expectación y siempre están llenas.
Como este circo, han ido surgiendo otros parecidos que no funcionan con la explotación de los animales, como el “Cirque Éloize”, también de Canadá; o el “Circo acrobático de Pekín”, aunque es cierto, que por el momento, “El circo del Sol”, sigue siendo el más relevante.
En conclusión, podríamos decir que es el máximo exponente del circo moderno, quizás pueda llegar a verse como una nueva forma de modalidad artística que poco a poco, va dejando fuera de juego a los espectáculos tradicionales.
Lo que opinas es que no te parece ético que se maltraten a los animales, y que además a este maltrato se le considere de algún modo arte.
ResponderEliminarAsí como con los animales, ¿qué pasa con las personas que se automutilan? Es ético elevarlas a la categoría de arte a pesar del peso conceptual que lleva al “artista” a efectuar su “obra”?
En su caso se puede alegar que lo hacen por voluntad propia, no como los animales a los que obligamos, pero, ¿qué pasa con las personas que se sabe que están enfermas, se automutilan y se considera arte? ¿Es eso ético?
Hay muchas cosas en el mundo del arte que no me encajan con la ética, al menos, con la que yo sigo.
En primer lugar, en ningún momento he hablado de que me parezca ético automutilarse porque de lo que he hablado ha sido del circo... Si lo que quieres saber es mi opinión particular sobre si me parece bien que la gente se lesione y haga de ello un arte, es otro asunto y otra amplia polémica que no tiene nada que ver con esto, pero vamos, concretamente para mí (opiniones hay para todos los gustos) si una persona tiene una enfermedad mental y no tiene un autocontrol sobre lo que hace, evidentemente no es ético, si es eso lo que querías que te respondiese. Igualmente, se podría decir que es una víctima como los animales, por eso no hay que fomentarlo ni aplaudirlo, ni una cosa ni la otra.
ResponderEliminarSaludos.
Yo no he dicho que digas eso, digo que hablas sobre el maltrato de animales, y punto y aparte comienzo con otro tema que para mi esta relacionado de algún modo con lo que has hablado pero que no es lo mismo y sobre lo que obviamente no te habias pronunciado.
ResponderEliminarCFN, entonces no sé qué interés puede tener sacar ese tema en esta entrada, sobre todo habiéndolo mencionado en el primer comentario.
ResponderEliminarAdemás, la forma de decirlo no me parece la más adecuada.
Y... a todo esto... ¿qué opináis sobre el cambio climático?
Tienes razón sobre que el que yo vea que estos dos temas tienen relación, no quiere decir que el resto de las personas lo vean, por lo que quizá no tenía que haberlo sacado.
ResponderEliminarPero a pesar de ello, no creo haberlo dicho de una forma poco adecuada: he dado mi opinión sobre mis propias creencias, sin imponer, y he sacado algunas preguntas que si a nadie le interesan pueden pasar del tema. :S
Lo siento si con ello he molestado a alguien, porque no era esa mi intención, simplemente pretendía abrir el debate sobre el arte contrapuesto con la ética.
Gran espectáculo el que ofrece el circo del sol, caro, pero merece la pena.
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