Por Laura Madrid
En los últimos meses, está siendo noticia la fotógrafa belga Frieke Janssens por su obra ‘Smoking Kids’, en la que los protagonistas son unos niños caracterizados con diferentes roles de adulto y pose de fumadores habituales (cigarrillo o puro incluido).
La artista se inspiró en un video de YouTube de un niño indonesio de dos años que fumaba cuarenta cigarrillos al día. El vídeo destacaba las diferencias culturales entre Oriente y Occidente y cuestionaba que fumar fuese una actividad principalmente para adultos.
Según Janssens, los fumadores adultos son la norma social, por lo que quiso darle un nuevo enfoque al tema para que el espectador se centrase únicamente en el acto de fumar en sí mismo y consideró que la mejor forma de hacerlo era crear un impacto surrealista que sirviese para concienciar sobre el propio acto de fumar.
Además, en aquella época se aprobó una ley que prohibía fumar en bares belgas por lo que hubo toda clase de protestas dirigidas el gobierno al considerar que se les trataba como a niños pequeños que no saben distinguir entre el bien y el mal.
Las imágenes, son cuanto menos inquietantes, dotadas de provocación pero con una belleza contradictoria que se halla justamente en el límite entre lo moral y lo inmoral. No podemos obviar tampoco su aire retro, que nos hace rememorar aquella época en la que fumar estaba lleno de glamour y aún podía hacerse en los lugares públicos.
En los últimos meses, está siendo noticia la fotógrafa belga Frieke Janssens por su obra ‘Smoking Kids’, en la que los protagonistas son unos niños caracterizados con diferentes roles de adulto y pose de fumadores habituales (cigarrillo o puro incluido).
La artista se inspiró en un video de YouTube de un niño indonesio de dos años que fumaba cuarenta cigarrillos al día. El vídeo destacaba las diferencias culturales entre Oriente y Occidente y cuestionaba que fumar fuese una actividad principalmente para adultos.
Según Janssens, los fumadores adultos son la norma social, por lo que quiso darle un nuevo enfoque al tema para que el espectador se centrase únicamente en el acto de fumar en sí mismo y consideró que la mejor forma de hacerlo era crear un impacto surrealista que sirviese para concienciar sobre el propio acto de fumar.
Además, en aquella época se aprobó una ley que prohibía fumar en bares belgas por lo que hubo toda clase de protestas dirigidas el gobierno al considerar que se les trataba como a niños pequeños que no saben distinguir entre el bien y el mal.
Las imágenes, son cuanto menos inquietantes, dotadas de provocación pero con una belleza contradictoria que se halla justamente en el límite entre lo moral y lo inmoral. No podemos obviar tampoco su aire retro, que nos hace rememorar aquella época en la que fumar estaba lleno de glamour y aún podía hacerse en los lugares públicos.
Por otra parte, hay que decir, que ninguno de los niños que aparece en las fotografías estuvo expuesto al humo del tabaco durante el proyecto, ya que los aparentes puros y cigarrillos fueron sustituidos por tiza y palitos de queso, creando el humo a partir de velas y barritas de incienso.
Sin embargo, ¿es ésta una manera lícita de denunciar un acto que no nos gusta? Bajo mi punto de vista, esto es como el típico dicho: ‘haz lo que yo digo pero no hagas lo que yo hago’.
Hay muchos artistas que utilizan como forma de denuncia la realización del propio acto denunciado de una manera muy cuestionable, tales como esta artista o Santiago Sierra entre otros.
En esos casos, la mayoría de la gente sabe que sólo se trata de una obra y que no pretende incitar a llevar a cabo esa acción, sino simplemente entrar en una crítica reflexiva respecto a ella, pero el problema surge cuando estas imágenes, acciones, ect… llegan a unas manos indebidas, a unas mentes influenciables que no poseen aún los recursos suficientes para verlas como tal, pudiendo entender las mismas como ‘lo que debe hacerse’.
Una vez más la polémica vuelve a ser utilizada como forma de publicitarse. Lícito o no, a Frieke Janssens le ha salido muy bien la jugada ya que más de medio mundo habla ya de sus ‘Niños fumadores’. Esta claro que sabe muy bien como venderse.
http://theblackharbor.com/inspiration/frieke-janssens-smoking-kids/
Hay muchos artistas que utilizan como forma de denuncia la realización del propio acto denunciado de una manera muy cuestionable, tales como esta artista o Santiago Sierra entre otros.
En esos casos, la mayoría de la gente sabe que sólo se trata de una obra y que no pretende incitar a llevar a cabo esa acción, sino simplemente entrar en una crítica reflexiva respecto a ella, pero el problema surge cuando estas imágenes, acciones, ect… llegan a unas manos indebidas, a unas mentes influenciables que no poseen aún los recursos suficientes para verlas como tal, pudiendo entender las mismas como ‘lo que debe hacerse’.
Una vez más la polémica vuelve a ser utilizada como forma de publicitarse. Lícito o no, a Frieke Janssens le ha salido muy bien la jugada ya que más de medio mundo habla ya de sus ‘Niños fumadores’. Esta claro que sabe muy bien como venderse.
http://theblackharbor.com/inspiration/frieke-janssens-smoking-kids/
La capacidad crítica nos sugiere que no puede uno obviar la ética a la hora de crear. Es muy fácil arengar a jóvenes y niños, o utilizarlos con fines comerciales, porque se supone que son quiénes más seducen y quiénes más consumen y además no tienen del todo desarrollada la capacidad crítica, tendría que haber más leyes que les protegieran y más denuncias. La libertad es para todos, si quiere que se venda ella misma, pero claro no vendería tanto.
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