Quien se pasó una semana llorando porque había sacado un notable, es decir, el ministro Wert, explicó ayer a la opinión pública a través de TVE1 sus planteamientos e ideas. Si cabía alguna duda sobre el futuro de la Educación y de la Universidad, el horizonte quedó diáfano. Con la sencillez que le caracteriza, se despojó de las mayúsculas que ennoblecían sus cargos. Ahorro en el gasto, esfuerzo de los profesores, el incremento del número de alumnos por aula no supone pérdida de calidad... Lo de siempre, pero con una acotación importante derivada de la actualidad: es imprescindible reajustar el gasto por razones excepcionales. ¡"Hay que racionalizar el gasto"! ¿Racionalizar? ¿Estaría de cachondeo o hablaría en serio?
"La educación universitaria es casi gratuita". En consecuencia, si se sube el precio de la matrícula, la recaudación sería más distributiva y, por consiguiente, más justa. Quienes carezcan de medios, pueden contar con las becas concebidas como factor de reajuste... Frente a esta argumentación, se me ocurre un escollo obvio: el peso de la "economía sumergida" que, a efectos de cómputo fiscal, prima negativamente a quienes dependen de un sueldo y favorece a quienes tienen capacidad para acreditar escasez de recursos, aunque tengan un yate de lujo en Puerto Banús...
Se declaró partidario de emplear el "modelo dual" alemán para reforzar la formación profesional de grado medio. Lo dijo con gesto serio, indicando que ello ayudará a resolver ese penoso 50 % de paro que afecta a la juventud. Es notorio que las empresas españolas contratan trabajadores alemanes con formación profesional media...
No habló mucho más de la Universidad en ese programa... no era necesario. En los días previos había indicado su intención de consultar con una comisión de expertos la falta de correspondencia entre "inversión" y "resultados" de la universidad española... ¿Falta de correspondencia entre "inversión" y "resultados"? La comisión está formada por Teresa Miras (Bioquímica), Óscar Alzaga (Derecho), José A. de Azcárraga (Física), Salvador Barberá (Económicas), José Campany (Telecomunicaciones), Elisa Chulia (Sociología), Luis Garicano (Economía), Félix Goñi (Medicina), Rafael Puyol (Geografía), Matías Rodríguez (Económicas) y Mariola Urrea (Derecho)... ¿Funcionará como casi todas las comisiones universitarias? ¿Es necesaria una comisión o políticos honestos con sensatez? Todos los profesionales sabemos bien dónde están los grandes y graves problemas de la universidad española, aunque seamos parcos al expresarlo en voz alta, por razones obvias. Todos sabemos, por ejemplo, que la voluntad de unos políticos —si la tuvieran— guarda poca relación con los objetivos profesionales de un profesor de "gran prestigio" y que tal y como están las cosas, el profesional de "gran prestigio" difícilmente recalará en las universidades españolas... aunque sólo fuera por no tratar con sus "señores naturales". Escandaliza la escasísima presencia de "expertos" con proyección humanista, formativa y educativa en la comisión de expertos... Deduzco que el ministro está pensando, sobre todo, en una "universidad rentable"... Si el objetivo es éste, podría ahorrarse los debates sobre galgos y podencos, porque "la solución", inevitablemente, conducirá a privatizar la gestión de las universidades españolas. Puedo estar equivocado, pero el panorama luce diáfano.
Las universidades podrían ser socialmente muy rentables —con una rentabilidad que no podrán valorar los actuales dignatarios políticos— si los profesionales formados en ellas supieran quiénes fueron Boris Viam y Paul Valéry y, desde luego. conocieran el argumento de la novela antes de citar su título para ofrecer ante los "medios de comunicación" la imagen de "persona cultivada" que dictan los manuales de estilo para políticos con futuro.
Lo sucedido en el programa de Televisión Española en presencia del señor Wert me parece un hermoso ejemplo de metáfora especular... Tapó la espuma de los días con espuma de los días...
"La educación universitaria es casi gratuita". En consecuencia, si se sube el precio de la matrícula, la recaudación sería más distributiva y, por consiguiente, más justa. Quienes carezcan de medios, pueden contar con las becas concebidas como factor de reajuste... Frente a esta argumentación, se me ocurre un escollo obvio: el peso de la "economía sumergida" que, a efectos de cómputo fiscal, prima negativamente a quienes dependen de un sueldo y favorece a quienes tienen capacidad para acreditar escasez de recursos, aunque tengan un yate de lujo en Puerto Banús...
Se declaró partidario de emplear el "modelo dual" alemán para reforzar la formación profesional de grado medio. Lo dijo con gesto serio, indicando que ello ayudará a resolver ese penoso 50 % de paro que afecta a la juventud. Es notorio que las empresas españolas contratan trabajadores alemanes con formación profesional media...
Boris Vian |
Paul Valéry |
Por si cabían dudas, también habló de la futura "Ley de mecenazgo"... según modelo francés —¡¿según modelo francés?!—, concebida para pasar de una "cultura de la subvención" a una "cultura de la participación". ¿"Cultura de la participación"? ¿El servicio cultural era un regalo generoso del Estado? El modelo liberal por encima de todo. Es decir, continuidad en el camino ya emprendido: las mejores exposiciones seguirán estando financiadas por los bancos... mientras naden en la abundancia de los beneficios especulativos. Llamar a eso "cultura de la participación" es absurdo, tanto como pretender que la política cultural se mueva mediante impulsos afines a los de la Florencia en la época de los Medici.
La acotación me ayuda a entender lo que está pasando con la Educación. Si los gestores del Estado español tienen clara la voluntad de supeditar su gestión a criterios de "rentabilidad" en el sentido mencionado, y no de utilidad pública, es "lógico" quitar fondos a la educación para emplearlos en reflotar bancos. Los bancos son —deben ser— rentables; los jóvenes, estúpidos. Un joven bien formado puede convertirse en un perroflauta "indignado", sobre todo si ha leído a Boris Vian (1920-1959) y advierte que el señor ministro, del que depende la Educación y la Cultura españolas, confunde al polifacético autor de L'Écume des jours, cuya vida quedó marcada por la crisis del 29, con Paul Valéry (1871-1945). Algo así como confundir a Rodin con Picasso.Las universidades podrían ser socialmente muy rentables —con una rentabilidad que no podrán valorar los actuales dignatarios políticos— si los profesionales formados en ellas supieran quiénes fueron Boris Viam y Paul Valéry y, desde luego. conocieran el argumento de la novela antes de citar su título para ofrecer ante los "medios de comunicación" la imagen de "persona cultivada" que dictan los manuales de estilo para políticos con futuro.
Lo sucedido en el programa de Televisión Española en presencia del señor Wert me parece un hermoso ejemplo de metáfora especular... Tapó la espuma de los días con espuma de los días...
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