"Ojala te toque vivir tiempos interesantes" (maldición china)
Los hechos.
1. El señor Dívar, que siempre se manifestó como católico
riguroso, persona piadosa y juez
minucioso, fue nombrado por el presidente Zapatero en 2008 para ocupar la
presidencia del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, es
decir, el vértice del poder judicial español.
La decisión se justificó por razones de consenso y porque sintonizaba
bien con María Teresa Fernández de la Vega. Según recogieron los medios, los
"aspirantes progresistas" al cargo se sintieron muy defraudados.
2. Las ideas del señor Dívar. En la Revista de la Hermandad
del Valle de los Caídos (nº 70, enero de 2001), publicó un artículo
("Justicia y Juan Pablo II") esclarecedor:
"Justicia, en la definición de los romanos, consiste en
la facultad «de dar a cada uno lo suyo». Algunos han atribuido a la Reina
Católica el siguiente concepto de lo que era para ella el Orden: «los Obispos
de Pontifical, los Magistrados en el Estrado, los militares en el Campo y los
criminales en la Horca». Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre,
transforma todas las ideas anteriores y en realidad cambia un orden de Derecho
por otro de Amor. Él muere por nosotros pecadores para salvarnos, y con la
gracia de los sacramentos y por el Bautismo, nos hace partícipes de la
divinidad y herederos del cielo. Ciertamente que esto no pertenece a la idea de
lo que es justo según los hombres, sino al derroche de ternura y misericordia,
que sin merecimiento alguno de nuestra parte, se nos da como Don inefable y
gratuito. Hablamos, por tanto, de la Justicia que viene de lo Alto, que Jesús
trae a este mundo y que regala a todos los hombres sin excepción, pero que no
se impone a nadie. Nunca se olvide esto. Existe libertad plena de aceptar o
rechazar lo que el Creador nos da y Jesucristo conquistó para nosotros con su
Muerte y Resurrección. Son verdaderas las palabras del Evangelio: «La luz vino
al mundo pero los hombres prefirieron las tinieblas»"
...
La Justicia de Dios, que antes mencionábamos, es universal e
inmutable y se manifiesta en la verdad que es Cristo. Se exige con radicalidad,
ya que es un error grave alterar la verdad por complacencias humanas. La
misericordia es tener el corazón presto para los hombres, que somos míseros,
pero nunca alimentarles de mentira y engaño que les apartan de Dios. El
«relativismo» del llamado hombre moderno supone un vivir en la confusión y
ambigüedad que le invitan a hacer lo que quiere y no aceptar libremente lo que
Dios quiere. «La doctrina de la Iglesia, y en particular su firmeza en defender
la validez universal y permanente de los preceptos que prohíben los actos
intrínsecamente malos, es juzgada no pocas veces como signo de una
intransigencia intolerable. Ésta estaría en contraste con la condición maternal
de la iglesia. La obediencia a la verdad que es Cristo, cuya imagen se refleja
en la naturaleza y en la dignidad de la persona humana, hace que la iglesia
interprete la norma moral y la proponga a todos los hombres de buena voluntad,
sin esconder las exigencias de radicalidad y de perfección» (Veritatis
Splendor, 95).
Imagen procedente de la página "Poder Judicial España" |
3. El señor Divar tenía la costumbre de viajar a Marballa,
donde se alojaba en hoteles "de lujo"; fruto de ello son los cargos
que ha pasado por un importe próximo a los 13.000 €. Seguramente habrá realizado más viajes similares... El cargo ocupado por el señor Dívar tiene
adscritas varias mercedes; entre ellas, la posibilidad de gastar una partida
predefinida en los presupuestos anuales, con carácter reservado, es decir, sin
necesidad de dar explicaciones sobre las razones del gasto. Dicho de otra manera: si el señor Dívar se
gasta ese presupuesto en lo que se le antoje, nadie podría encausarle, porque
el gasto sería estrictamente legal. Así lo ha explicado unas cuantas veces el
Fiscal General del Estado durante los últimos días. Enésima confrontación entre legalidad y legitimidad...
4. El 8 de mayo José Manuel Gómez Benítez presentó una
denuncia contra el presidente del Supremo y del Poder Judicial, por los viajes
de éste a Marbella. Siguió otra presentada por José Luis Mazón (de la
Asociación Preeminencia del Derecho). Según contaron testigos presenciales no citados por los
medios, el seño Dívar se quejó en la Comisión Permanente del CJPJ en los
siguientes términos: “¿Por qué han tenido
esa crueldad conmigo, si hay otros vocales que gastan más?”
5. Después de algunas manifestaciones desafortunadas, el
señor Dívar convocó una rueda de prensa en la que aseguró que sus viajes a Marbella
tenían carácter oficial y reservado; por ello no podía ofrecer más
detalles. El Fiscal General del Estado y el Ministro de Justicia dieron por
buenas las explicaciones...
Imagino el problema de conciencia que le habrá ocasionado al
señor Dívar la situación, habida cuenta que él mismo había escrito lo siguiente
en el artículo mencionado:
"Resulta asombroso que el Papa, en su Magisterio,
llegue a concretar puntos de la vida humana y social que tienen una actualidad
permanente. Así, escribe el Pontífice: «en el ámbito político se debe constatar
que la veracidad en las relaciones entre gobernantes y gobernados; la
transparencia en la Administración pública; la imparcialidad en el servicio; el
respeto de los derechos de los adversarios políticos; la tutela de los derechos
de los acusados en procesos y condenas sumarias; el uso justo y honesto del
dinero público; el rechazo de medios equívocos o ilícitos para conquistar
mantener o aumentar a cualquier costo el poder, son principios que tienen su
base fundamental en el valor trascendente de la persona y en las exigencias
morales objetivas del funcionamiento de los Estados» (30 de diciembre de 1988).
«Cuando no se observan estos principios, se resiente el fundamento mismo de la
convivencia política y toda la vida social se ve progresivamente comprometida,
amenazada y abocada a su disolución» (AP. 18,2-3. 9-24)."
4. Los medios de comunicación (con alguna excepción
memorable) han orientado sus
"informaciones" para destacar la inmoralidad que supone gastar dinero
de los contribuyentes en beneficio personal. El señor Dívar debe dimitir. No es admisible
que el Presidente del Consejo General del Poder Judicial se gaste el dinero de
los contribuyentes en beneficio propio, aunque sea legal. Ningún partido político le va a defender... por demasiadas razones.
Las dudas
Me pregunto cuántas personas, como el señor Dívar, tienen
asignadas partidas presupuestarias del mismo fuste. También me pregunto si incidentes como éste "fortalecen las instituciones", como llegó a decir el Ministro de Justicia. ¿Qué ha de suceder para que se
acaben los privilegios de casta y para limpiar todas las estructuras del Estado español? ¿Hay dinero para "gastos reservados" y para indemnizaciones surrealistas pero no para Educación y Sanidad?
Las consecuencias
Me imagino a Angela Merkel paseando solemnemente ante los leones de la carrera de San Jerónimo flanqueada por canónigos turiferarios para enmascarar ese olor, que tanto molestaba a la señora Beckham. No eran ajos...
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