jueves, 27 de septiembre de 2012

El Museo de Ávila


Fue inaugurado en el año 1971 y se diría que ha cambiado poco desde entonces. Forma grupo con museos como el de Cáceres o el Valladolid; como ellos, quedó al margen de la generosidad presupuestaria de los "buenos tiempos" y es previsible que entre en simas oscuras por muchos años... Está organizado en dos conjuntos: la Casa de los Deanes, con estructura de museo convencional, y la iglesia de Santo Tomé, que es una especie de almacén abierto al público desde el año 1998. Lo visitan casi 30.000 personas al año.


Las vitrinas son como las de Soria, demasiado "convencionales"; también es mejorable el sistema de iluminación y, por supuesto, la climatización.
Frente a lo que sucede en el museo de Burgos, en éste hay muchos paneles explicativos y algunos con textos demasiado pedagógicos, pero discutibles en ciertos detalles.  El dedicado al Islam, colocado detrás de tres candiles, dice: 
"El Islam sirvió de vehículo de propagación de la cultura musulmana dejando una huella profunda en la Península, durante su estancia de casi ocho siglos, que aún hoy perdura, no sólo en los rasgos lingüísticos sino también en los modos de vida.
Mahoma (570?-632), designado como enviado de Alá, unificó por medio de una nueva concepción religiosa recogida en el Corán, parte del mundo árabe, al que imprimió un nuevo modo de vida. Posteriormente el deseo de propagar esa religión, que era tolerante con las demás, originó una rápida expansión a través de la denominada Guerra Santa, que, entre otros fines, servía de camino al Paraíso. Su avance por los territorios del Sur del Mediterráneo impuso un cambio radical a los pueblos conquistados, principalmente en el aspecto cultural"
Creo que sería fácil mejorarlo, tanto en la forma como en algunos aspectos del "fondo", sólo teniendo en cuenta que el término "islámico" alude a los aspectos culturales y el término "musulmán" (sometido), a las personas.  Algo parecido sucede con el panel dedicado a "lo mudéjar"...

Entre las piezas más interesante —siempre desde mis preocupaciones "obsesivas"— debo citar varios fragmentos  descontextualizados, el jarro de Balbarda y una pieza rota, aparecida en los alrededores de la iglesia de San Pedro.
Entre los fragmentos existe un capitelillo, probablemente de ventana, procedente de El Raso (Candeleda), un fragmento de cruz laureada (probablemente), un cimacio con cruces y otras piezas de reducidas dimensiones. La descontextualización impone prudencia en su clasificación...





El jarro de Balbarda me parece pieza muy interesante y sorprendente, por la inclusión de varias representaciones animadas; una de ellas (figura 10 del calco) se ha interpretado como un "emperador con cetro y lictor" y como "el arcángel con la cruz y la lanza con las dos esponjas (de hiel y vinagre)" . Existe cierta relación con los repertorios ornamentales de los objetos califales de lujo (bronces, marfiles, etc,).  El debate que la rodea es, en cierto modo, razonable, aunque no me parece oportuna la adscripción a “tiempos visigodos”; es mucho más probable que sea de los alrededores del siglo X, por la vinculación con la iconografía de las miniaturas mozárabes. Desde ese punto de vista, el jarro de Balbarda aparecería como paradigma de arte mozárabe (sin comillas). Por desgracia para los partidarios de inflar esa categoría, la aparición fuera de contexto abre otras posibilidades y, entre ellas, la realización tardía, por ejemplo, en tiempos románicos o, incluso, posteriores, sin olvidar la hipotética adscripción a la corte califal. Lo más probable: que fuera realizada a partir del siglo X… sin mayores precisiones, mientras no existan referencias conocidas más claras.



La placa fragmentada posee una crátera, dos delfines y, muy probablemente, un crismón. La han clasificado como "placa paleocristiana, siglo IV/V" y aunque subscribo la cronología, no sé si es correcto hablar de "arte paleocristiano" en este caso...

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