1. Luces de bohemia. Artistas, gitanos y la definición del mundo moderno
Con el apoyo de la Réunion des Musées Nationaux Grand Palais, la Fundación Mapfre nos ofrece una exposición peculiar en las salas bajas del palacio de Recoletos: "Luces de bohemia. Artistas, gitanos y la definición del mundo moderno". Supongo que la sagacidad del lector intuirá por qué lo de peculiar... El título determina un universo de relaciones, cuando menos, sorprendente. ¿Artistas, gitanos y la definición del mundo moderno? En el mundo del arte estamos acostumbrados al uso de términos con derivaciones retóricas excesivas o, incluso, vocablos de cierta amplitud significativa y acaso por ello, no suene a herejía título tan del siglo XIX. Pero todo tiene sus límites y no soy partidario de la retórica desbocada que proporciona sustento a los juicios más estériles del pensamiento deconstructivo, especialmente en los paneles explicativos de una exposición.
Jamás imaginé que correspondiera a los gitanos un papel relevante en la definición del mundo moderno, pero supongo que para eso están las exposiciones para que los visitantes "aprehendamos" cosas nuevas.
Y paseando por esta exposición he aprendido cosas sorprendentes y maravillosas, que han ensanchado mis horizontes... He aprendido, por ejemplo que la vida bohemia, desarrollada en Montmatre, pone en relación a gitanos y vagabundos con los artistas, porque éstos decidieron asumir la forma de vida de aquellos —"libre y auténtica"— como fórmula para concretar la libertad creativa y la radicalidad antiacadémica:
"El concepto de bohemia artística se forja a mediados del siglo XIX, entre el Romanticismo y el movimiento realista. A partir de esos momentos, se empieza a valorar por encima de todo la libertad creativa del artista, aunque –o incluso porque– ésta conlleve su marginación frente a la sociedad o su fracaso ante el público. La pintura, la literatura, la prensa, la canción, la ópera y el cine contarán las historias de jóvenes talentos condenados a vivir en la miseria para defender su arte. Historias que se nutrirán del imaginario colectivo sobre los gitanos y vagabundos, quienes compartirán con los artistas su necesidad de vivir de forma más libre y auténtica. La vida bohemia se convierte, así, en uno de los grandes mitos de la modernidad.
Este mito se inscribe dentro de la historia, rica y compleja, de los bohemios –de las etnias gitanas errantes–, cuyo nomadismo ha venido siendo tipificado por la historia del arte y la literatura como símbolo de una vida sin normas ni ataduras, libre de las convenciones burguesas. De esta forma, cuando a mediados del siglo XIX muchos jóvenes artistas rechazan las reglas y son rechazados por el sistema académico, se refugian en las buhardillas y en las tabernas de París. Convencidos de su talento e incomprendidos por la crítica, compartirán con los gitanos una marginalidad y una miseria que será, poco a poco, mitificada como premisa de libertad artística y espiritual.
La bohemia gitana y la bohemia artística se convierten desde el siglo XIX en modelos privilegiados para los propios creadores bohemios, que buscaban representar y representarse en esa alteridad. Esta exposición pretende indagar sobre esa historia común, incidiendo en los encuentros y las disparidades entre dichas "bohemias" y su papel determinante en el nacimiento del mundo moderno".
¿La bohemia gitana y la bohemia artística se convierten desde el siglo XIX en modelos privilegiados para los propios creadores bohemios, que buscaban representar y representarse en esa alteridad? Sencillamente alucinante. Seguramente por eso, cuando esos artistas alcanzaron cierto éxito comercial, se compraron una galera y se lanzaron a recorrer el mundo...
No son menos exóticos el resto de los textos "explicativos" distribuidos por las paredes de las salas, que no repetiré por evitar una reiteración estéril. Creo que sólo merece mención especial el dedicado a Goya "como primer gran artista moderno", para "ilustrar" el autorretrato de la Real Academia de San Fernando:
"El artista moderno. El movimiento romántico afianza profundamente esa misma libertad para el arte. Su oposición a las convenciones burguesas rompe el pacto entre la sociedad y el artista, y permite que éste se apropie de aquellos rasgos tradicionalmente asociados a las comunidades errantes. Dentro de los "cenáculos", la autoafirmación de la libertad y la individualidad del artista pasa a ser el rasgo más sobresaliente.
Goya aparece como el primer gran artista moderno, que autoafirma su genio creador. Su Autorretrato ante el caballete (Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid) preside esta sección, junto con el Autorretrato atribuido a Delacroix (Musée des Beaux-Arts, Ruan) o el Retrato de Charles Baudelaire de Émile Deroy (Musée National des Châteaux de Versailles et de Trianon, Versalles).
(...)
Conforme avanza el siglo XIX, el artista progresa en esa identificación con el caminante vagabundo que marca la senda que ha de conducir a un arte nuevo y a una vida, aunque más dura, más verdadera. Ma Bohème, de Rimbaud muestra la vida errante como el camino de la creación. Un par de botas (Van Gogh Museum, Ámsterdam), de Van Gogh, se consagra al respecto como el testimonio plástico más evidente".
¿Goya aparece como el primer gran artista moderno? ¡Creía que el primer gran artista moderno era Velázquez!
¿Las botas de van Gogh...? Me pregunto si Lee Hazlewood pensaba en los gitanos cuando compuso la popular canción para Nancy Sinatra...
Sintetizando...
Creo que es una exposición "cajón de sastre" de esas que menudean por doquier porque alguien ha conseguido respaldo para una idea más o menos peregrina, en este caso, con más puntos de excepcionalidad divergente de lo que conviene al sentido común. No obstante, incluso los aspectos discutibles mencionados hasta aquí podrían interpretarse como virtud por su capacidad para sugerir "otra lectura" de las obras recogidas. En todo caso, la exposición contiene obras bastante interesantes que se contemplarían con agrado si no fuera por las malas condiciones de las salas bajas del palacio del paseo de Recoletos...
2. Impresionistas y postimpresionistas. El nacimiento del arte moderno. Obras maestras del Musée d’Orsay.
Por fortuna, la segunda exposición, confeccionada con obras del Musée d'Orsay, está instalada en las salas altas, de modo más "convencional" y supone una excepcional ocasión para acceder a una parte fundamental del arte durante la primera mitad del siglo XX... No han saqueado el museo parisino para ofrecerla, pero la selección elegida tiene suficiente entidad para dar un paseo por el fin del impresionismo, las corrientes posimpresionistas, el neoimpresionismo, Pont Aven y nabis...
Magnífica exposición para disfrutar y aprender porque en este caso los paneles contienen textos menos retóricos y más claros.
No soy tan sagaz como tú Enrique, pero he de decir que el otro día fui a la expo con algunos compañeros de clase y, a pesar de que se recojan obras de Van Gogh o de Picasso o de Derain, nos pareció a todos (sobre todo la sala roja) una soberana mielda.
ResponderEliminarAsí que el que quiera que vaya, pero que no es gran cosa...