lunes, 14 de octubre de 2013

Patrocinios

Por Erc

Entrar en un museo ya visitado previamente intentando verlo con los ojos de quien lo visita por primera vez no es tarea fácil, ya que inevitablemente uno tiene una imagen  previamente formada de la institución. Ciertamente, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ha construido una identidad institucional sólida y cumple con la definición de museo del ICOM, la cual lo presenta como “una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y difunde el patrimonio material e inmaterial de la humanidad con fines de estudio, educación y recreo.”
En esta definición se hace un énfasis especial en el museo como instrumento de comunicación y el MNCARS como centro de su categoría lo tiene muy en cuenta. Su seña de identidad proviene de su importante colección y como en el caso de la mayoría de los museos, una de las máximas preocupaciones que debe tener es darla a conocer. Considero que a pesar de que inevitablemente siempre existirá un sector de la sociedad que no acceda él, se advierte un claro esfuerzo en realizar una buena labor de difusión. Además, las exposiciones temporales se han convertido en su actividad complementaria por excelencia, aunque en los últimos tiempos más de un museo parece que sienta la necesidad de programarlas por razones de prestigio o con motivos de financiación. A este hecho le encuentro el peligro de que si las mismas no tienen una clara relación con el museo, el público puede dejarse llevar por su deseo de contemplar lo irrepetible o más novedoso, quedando en un segundo plano los fondos del museo.
El Reina Sofía para llegar al gran público se vale de diferentes servicios, tales como venta de publicaciones, servicios de información, actividades en las salas y fuera de ellas, visitas guiadas, reproducciones y venta de regalos… Por poner un ejemplo la librería del museo se ha convertido en líder del fondo editorial sobre arte contemporáneo, destacando también por la rapidez en poner a la venta catálogos de exposiciones extranjeras.
Ahora bien, por otro lado, ciertos de los servicios complementarios ofrecidos al público (carteles, señalética, paneles informativos, planos de situación o puntos de mediación) parece que no serían posibles sin la presencia de una importante red de patrocinadores, los cuales constituyen una fuente de financiación indispensable. El patrocinio, el mecenazgo y los colaboradores se han convertido en un pilar fundamental de esta institución, y así se nos hace patente a lo largo del recorrido por el museo.


No es casualidad, desde luego, la presencia del característico Pantone Red 032 CV de la Fundación Banco Santander en las butaca de las zonas en que se desarrolla el programa pedagógico que patrocina, o por supuesto su logotipo por doquier. Un mediador del museo nos indicaba personalmente que cada vez se va extendiendo más  de forma sutil la imagen corporativa de dicha Fundación, la cual invierte en el departamento de Educación, que a su vez contrata a profesionales especializados que actúan como mediadores entre las colecciones y el público. Estas personas están a disposición de todo visitante que desee realizar cualquier tipo de consulta o requiera de una explicación específica de una obra o sala en concreto. Eso sí, su función sólo se intuye, pues el concepto de mediación impreso en las camisetas rojas no a todo el mundo le resulta claro y muchos se preguntan  por su función real o no se atreven a abordarles directamente. Una buena iniciativa de cualquier modo.
Igualmente, si el programa de Atención al Visitante del Museo puede desarrollarse se debe a la colaboración de otro fuerte patrocinador, como es la Fundación Mutua Madrileña, presente en toda herramienta a disposición del visitante que le ayude a mejorar su experiencia museística. Un papel importante desempeñan también mecenas como la propia Asociación de Amigos del Museo, la Fundación Botín, la Fundación Adolfo Domíguez o Mahou (http://www.museoreinasofia.es/museo/colaborar-museo/mecenas).Sin la participación de esta última entidad, por ejemplo, quizá no sería posible desarrollar ciertas actividades al margen de las artes plásticas, tales como Espacio Acústico, un ciclo de conciertos que dan a conocer el variado panorama de la música actual que este año tendrá lugar a lo largo de diferentes días de Octubre y Noviembre (http://www.museoreinasofia.es/actividades/espacio-acustico-5)
Por supuesto ser patrocinador  o mecenas de una institución como el MNCARS tiene que tener unas ventajas, entre las que evidentemente figuran, si consultamos el documento correspondiente al Departamento de Protocolo del museo, la posibilidad de realizar en todo momento visitas exclusivas programadas por la Fundación Banco Santander o por la Fundación Mutua Madrileña, entre otras, así como todas las relacionadas con las becas otorgadas por dichas entidades.


De todos modos, teniendo en cuenta el panorama económico actual parece imposible prescindir de las aportaciones de este tipo de entidades. Por poner un dato, en 2011 (último año cuyas cifras estadísticas están disponibles públicamente en la web del museo) los ingresos provenientes de los patrocinios suponían un 12’92% del total. En la declaración de intenciones de la Fundación Museo Reina Sofía, creada en 2012, se mencionaba por otra parte, el objetivo de “modernizar los mecanismos de gestión y ampliar el grado de autofinanciación” (http://www.museoreinasofia.es/museo/fundacion) Y en ello están, pero habrá que tener cuidado también con el grado de poder que puedan llegar a tener ciertas entidades dentro de la institución.

1 comentario:

  1. Que al Reina Sofía se lo van a comer las empresas! De verdad lo dudáis?

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