Es posible que sea la parte menos censurable del engendro colocado en la plaza de la Encarnación, que analizó sistemáticamente y con ingenio
José Fariña:
"El contraste, la contradicción, el absurdo, son básicos para vender un producto. Hace muchos años aprendí que para unir dos cosas en el recuerdo hay que establecer mentalmente entre ellas una relación impactante ya que los vínculos normales se borran muy pronto. Por ejemplo, para recordar la relación entre un hombre y un perro no es adecuada la imagen de ambos paseando tranquilamente por el parque. Mucho mejor es la del descuartizamiento e ingesta del uno por el otro (a ser posible que el perro trinche y se coma al hombre). Eso es lo que han hecho Las Setas con La Encarnación, comérsela ¿no parece absurdo que esta escultura haya podido surgir en una trama urbana como esta? Pero, precisamente, esta paradoja ayuda al impacto. Y probablemente, para promocionar una imagen turística de la ciudad, sea el camino adecuado. La pregunta que habría que hacerse es si realmente Sevilla necesitaba este tipo de imagen para su promoción. En el artículo anterior titulado Hacia un urbanismo de código abierto planteaba la necesidad de una ciudad transparente. ¿Ha podido elegir el ciudadano qué quería en La Encarnación? ¿Hubiera preferido que se construyera otra cosa con los más de cien millones que dicen ha costado la escultura?"
Cobran 2 € por entrar, pero no pagan los residentes o nacidos en Sevilla, los discapacitados ni su acompañante y los menores de 16 años. Cuando comenté al empleado de la puerta lo recogido en el artículo 104 de la ley 2/2006 de Educación, me respondió que le daba igual lo que dijera la ley, porque él estaba obligado a cumplir las instrucciones recibidas y no tenía capacidad para tomar decisiones por su cuenta... Cumplir la ley en España, con frecuencia, es contravenir "las normas". ¿A quién obligan las leyes en España? Sólo a los "pringaos". Por evitar complicaciones estériles, no dije más, pagué el arbitrio o "impuesto reaccionario", e iniciamos el paseo… haciendo cábalas sobre por qué será tan frecuente que en las instituciones culturales el cumplimiento de la ley sea tan relajado… A lo mejor es que los gestores se creen dueños y que, por ello, no tienen otras obligaciones que las deducidas de sus entrañas. Si alguien se puede gastar más de cien millones de euros en setas, qué relevancia puede tener una "chorrada" como cobrar o no cobrar a los docentes no sevillanos por el micelio
Quienes han diseñado el Antiquarium han tenido que elegir lo museable entre los múltiples restos aparecidos durante la actividad arqueológica, sacrificando los que juzgaron irrelevantes... Es muy probable que la elección haya sido sensata. Asimismo, han debido elegir entre las diferentes opciones para conseguir una presentación interesante de un yacimiento tan peculiar y excepcional. Y tampoco parece inadecuada la solución adoptada, similar a la de otros lugares con circunstancias afines, pero forzando algo los componentes escenográficos. Particularmente, hubiera apostado por una iluminación más diáfana y homogénea (como la de la Olmeda), pero reconozco que el efecto general es atractivo y ello cuenta como una cualidad muy importante en cualquier planteamiento museístico actual.
Los paneles informativos no son generosos, porque han dejado el mayor caudal documental para los monitores interactivos, que, sin embargo, no proporcionan demasiados datos, aunque reconozco que ello puede ser una virtud: es importante no atosigar a los visitantes con información excesiva.
He echado en falta que se hubieran colocado algunas piezas de las muchas que guarda o esconde el museo provincial para incrementar el atractivo global, porque los restos de muros, suelos, columnas y alcantarillas son poco atractivos.
Me han interesado especialmente los capiteles, entre los cuales hay varios de excepcional interés. El más relevante es, a mi juicio, el catalogado como
“capitel corintio de acanto espinoso en mármol blanco, siglo V; cristianismo; final del imperio romano”. Y aunque parezca asunto pejiguera, debo indicar a quienes han realizado la instalación, que no es
“un capitel corintio de acanto espinoso”, sino “corintizante”, porque carece de buena parte de los elementos tradicionales del "orden"; de hecho, se tarda menos en indicar lo que conserva que en citar las carencias: sobre un cesto levemente troncocónico, sólo muestra cuatro hojas sobre las que descansa un ábaco escasamente cóncavo, pero de cierto grosor. Deduzco que quienes han redactado los textos se sienten "por encima" de las sistematizaciones al uso; pero si es así, deberían haber desarrollado algo más las explicaciones. Bastaría, por ejemplo, con haber indicado "capitel derivado del orden corintio" o, incluso, si persisten en su postura "crítica" frente a esas sistematizaciones, explicarlo como concreción material "paradigmática" del mito de Calímaco sobre la aparición del orden corintio. Así lo explicaba Vitruvio:
"(...) Una muchacha de Corinto, ya de cierta edad para contraer matrimonio, falleció a causa de una enfermedad. Después de sus exequias, su nodriza recogió unas copas que le gustaban mucho a la muchacha cuando vivía y las puso todas juntas en un canastillo de mimbre, que llevó a su sepulcro; las colocó encima y con el fin de que se mantuvieran en buen estado durante mucho tiempo, las cubrió con unas tejas. Casualmente colocó el canastillo sobre la raíz de un acanto. Con el tiempo, las raíces del acanto, oprimidas por el peso, esparcieron en derredor sus hojas y sus pequeños tallos, al llegar la primavera; sus tallos crecían en torno al canastillo y por los lados salían al exterior bajo el peso de las tejas, lo que obligó a que fueran formando unas curvaturas o volutas en sus extremos. Calímaco, llamado catatechnos por los atenienses, gracias a la exquisitez y primor de sus tallas de arte marmóreas, al pasar delante de este sepulcro observó el canastillo y la delicadeza de las hojas que crecían a su alrededor. Quedó gratamente sorprendido por esta original forma de las hojas y levantó unas columnas en Corinto, imitando este modelo (...)"
Las hojas tampoco son de
“acanto espinoso”, según las fórmulas que definen esa cualidad, en primer lugar, porque "
akanthos" significa "espina" y la expresión "acanto espinoso", aunque sea muy usada y redundante, se suele reservar para las modalidades ornamentales que más se parecen al
acanthus mollis, es decir, a la variedad más difundida de las
acanthaceae en las zonas más húmedas del ecosistema mediterráneo. Más concretamente, las hojas de este capitel, muy alargadas y definidas mediante biseles, siguen modalidad alejada de aquella pero de manifiesta “influencia asiática”. Hubiera sido más correcto decir que es un capitel corintizante (o derivado del orden corintio) con hojas (¿de acanto?) de influencia oriental.
Me ha sorprendido gratamente que lo hayan clasificado en el siglo V, porque tradicionalmente, los capiteles "raros" se colocaban en el cajón de sastre de “lo visigodo” o, incluso, por ofrecer un toque crítico, "de época visigoda". Supongo que aparecería en un contexto definido mediante otros elementos, pero aún así, es importante tener en cuenta que es habitual la reutilización de estos objetos y que esa concepción ornamental está documentada, cuando menos, a partir del siglo III; en consecuencia, no sería extraño que éste hubiera sido tallado durante el siglo IV, cuando Pensabene sitúa uno más elemental, que se le parece (Pensabene, Ostia, nº 661). En todo caso, carece de elemento ornamental que justifique la adjudicación a tiempos cristianos, porque las “flores” de los frentes del ábaco son reflejo tosco y simplificado de las habituales en tiempos romanos.
|
Capitel del Antiquarium |
|
Ábaco del capitel de la imagen superior |
Tampoco estoy de acuerdo con la cartela que informa sobre otro:
“Capitel corintio liso de factura tosca en granito. Siglo VI. Cristianismo. Periodo visigodo”. Sólo suscribo lo de la “factura tosca”. Tampoco tiene rasgos cristianos y mucho menos elementos que podamos vincular con la cultura visigoda. No es corintio; tal vez, de concepción derivada de alguna variedad corintizante o, incluso, de un prototipo compuesto; y no creo que sea tan “moderno”: el ábaco ofrece mayor concavidad que el anterior y, en consecuencia, lo más probable es que sea anterior.
|
Capitel del Antiquarium |
Y otro tanto sucede con un “capitel” de concepción sumamente tosca de ábaco cuadrado; tipológicamente es el más evolucionado del conjunto, pero para clasificarlo es más efectivo conocer el contexto arqueológico, por supuesto, teniendo en cuenta la posible reutilización, incluso, aunque sean sumamente pobres.
|
Capitelillo del Antiquarium |
En la casa de las columnas, datada entre los siglos IV y V han aparecido dos capiteles en aceptable estado de conservación que, en este caso, sí son corintios y muy probablemente, del siglo II (no es posible contemplarlos de cerca). En ellos se pueden ver coronas de hojas algo evolucionadas, pero aún muy dependiente del "acanto espinoso", es decir, de las modalidades griegas que contenían ornato idealizado del
acanthus mollis (ver el capitel del templo de Zeus Olímpico de Atenas)
.
|
Capitel de la "casa de las columnas" (Antiquarium) |
|
Capitel de la "casa de las columnas" (Antiquarium) |
|
Capitel del templo de Zeus Olímpico, Atenas |
A la vista de los restos aparecidos, no sé si no se habrán precipitado a la hora de clasificar los fragmentos de
“mensae” como pertenecientes a piezas circulares. Están documentadas placas comparables con varias formas y, entre ellas, parece que destacan las denominadas “mesas sigma”, que han aparecido en la península Ibérica, en el norte de África, en Italia y, en general, en las zonas relacionadas con Constantinopla (Grecia, por ejemplo). Si el análisis cristalográfico ha dictaminado que se trata de mármol griego (Paros), a lo mejor son restos que deberíamos clasificar como bizantinos… En el
Metropolitan hay una extraordinariamente bien conservada, procedente de Italia y que está clasificada como “bizantina, siglos V-VI”.
|
Restos del Antiquarium de Sevilla |
|
Mesa sigma del Metropolitan, siglos V-VI (foto MET) |
En suma, un interesante montaje museístico, acaso concebido para dejar constancia del interés de las autoridades por los asuntos culturales...
No hay comentarios:
Publicar un comentario