Por Larisa
Esta exposición se puede visitar en La Casa Encendida desde el pasado 20 de noviembre hasta el próximo 12 de enero.
Conformada por obras de artistas de Debajo del sombrero, plataforma que trabaja para el desarrollo de artistas con diversidad funcional, organiza este recorrido por sus diferentes trabajos realizados durante varios años. Este grupo trabaja en diferentes lugares, desde la Facultad de Bellas Artes, La Casa Encendida con el proyecto El sombrero en la Casa hasta el espacio Intermediae de Matadero. La iniciativa surge del documental “¿Qué tienes debajo del sombrero?” de Julio Medem, donde repasan la vida y obra de la artista Judith Scott en el Creative Growth Art Center, California.
Este proyecto, el primero en España, reúne en tres salas obras de dibujo, pintura, escultura y vídeo de artistas con discapacidad mental. En cuanto a contenido y significado de las obras dicen mucho del trabajo de estas personas, te invita a pensar sobre cada pieza y a profundizar en los artistas. Sin embargo, el diseño expositivo parece hablar de algo completamente diferente al planteamiento de las obras. Comenzando por el título de la exposición nos pone en alerta de lo que vamos a ver… Mundo Extreme.
Las paredes de las salas están pintadas de un gris muy oscuro, casi negro, con la iluminación baja, tenebroso, un ambiente lúgubre casi evita que entres en el lugar. Desde fuera se escuchan los gritos que salen de la proyección audiovisual emitidos desde un pasillo oscuro. Dentro de la primera sala, nos encontramos las obras en grandes marcos pintados del color de la pared, situadas a la altura de los ojos para una persona de estatura media. En una pantalla digital van pasando algunas de las obras no expuestas. En el centro nos encontramos con un largo banco corrido donde los espectadores se pueden sentar por ambos lados a contemplar la sala. Los dibujos son de pequeño formato y en uno de los laterales podemos leer palabras y nombres escritos en unas planchas de metal.
Me planteo lo siguiente, si las obras se han situado para ser vistas por gente más alta de un metro sesenta, los niños que vayan tendrán unas fabulosas vistas a las luces que se reflejan en el cristal, es más, ¿y si acuden personas que se identifican con el proyecto, y por sus circunstancias van en silla de ruedas? Parece un mensaje contradictorio, da la sensación de que las personas encargadas del montaje no tenían muy claro qué estaban montando.
Pasemos a la otra sala, las esculturas en jaulas, enmarcadas en barrotes que las separan, la iluminación baja, la oscuridad de las paredes, sin duda las conclusiones de cualquier espectador no parecen a simple vista favorables para un trabajo tan bonito como el de esta plataforma, puede entenderse que el diseño es extraño, claro, porque son personas extrañas. En mi opinión, no me parece acorde el planteamiento de la muestra con la forma de exponerlo, la coherencia entre lo que se cuenta con el cómo se cuenta es un factor clave en cualquier exposición.
Para finalizar, os dejo las palabras del comisario de la muestra Álvaro Matxinbarrena: “El montaje tiene una doble intención, acusar la hondura y complejidad de la obra y al mismo tiempo envolverla en un clasicismo intencionado, solemne y lineal”.
Quizás vuestra percepción sea diferente, por ello os animo a que os deis una vuelta y saquéis vuestras propias conclusiones.
Esta exposición se puede visitar en La Casa Encendida desde el pasado 20 de noviembre hasta el próximo 12 de enero.
Conformada por obras de artistas de Debajo del sombrero, plataforma que trabaja para el desarrollo de artistas con diversidad funcional, organiza este recorrido por sus diferentes trabajos realizados durante varios años. Este grupo trabaja en diferentes lugares, desde la Facultad de Bellas Artes, La Casa Encendida con el proyecto El sombrero en la Casa hasta el espacio Intermediae de Matadero. La iniciativa surge del documental “¿Qué tienes debajo del sombrero?” de Julio Medem, donde repasan la vida y obra de la artista Judith Scott en el Creative Growth Art Center, California.
Este proyecto, el primero en España, reúne en tres salas obras de dibujo, pintura, escultura y vídeo de artistas con discapacidad mental. En cuanto a contenido y significado de las obras dicen mucho del trabajo de estas personas, te invita a pensar sobre cada pieza y a profundizar en los artistas. Sin embargo, el diseño expositivo parece hablar de algo completamente diferente al planteamiento de las obras. Comenzando por el título de la exposición nos pone en alerta de lo que vamos a ver… Mundo Extreme.
Las paredes de las salas están pintadas de un gris muy oscuro, casi negro, con la iluminación baja, tenebroso, un ambiente lúgubre casi evita que entres en el lugar. Desde fuera se escuchan los gritos que salen de la proyección audiovisual emitidos desde un pasillo oscuro. Dentro de la primera sala, nos encontramos las obras en grandes marcos pintados del color de la pared, situadas a la altura de los ojos para una persona de estatura media. En una pantalla digital van pasando algunas de las obras no expuestas. En el centro nos encontramos con un largo banco corrido donde los espectadores se pueden sentar por ambos lados a contemplar la sala. Los dibujos son de pequeño formato y en uno de los laterales podemos leer palabras y nombres escritos en unas planchas de metal.
Me planteo lo siguiente, si las obras se han situado para ser vistas por gente más alta de un metro sesenta, los niños que vayan tendrán unas fabulosas vistas a las luces que se reflejan en el cristal, es más, ¿y si acuden personas que se identifican con el proyecto, y por sus circunstancias van en silla de ruedas? Parece un mensaje contradictorio, da la sensación de que las personas encargadas del montaje no tenían muy claro qué estaban montando.
Pasemos a la otra sala, las esculturas en jaulas, enmarcadas en barrotes que las separan, la iluminación baja, la oscuridad de las paredes, sin duda las conclusiones de cualquier espectador no parecen a simple vista favorables para un trabajo tan bonito como el de esta plataforma, puede entenderse que el diseño es extraño, claro, porque son personas extrañas. En mi opinión, no me parece acorde el planteamiento de la muestra con la forma de exponerlo, la coherencia entre lo que se cuenta con el cómo se cuenta es un factor clave en cualquier exposición.
Para finalizar, os dejo las palabras del comisario de la muestra Álvaro Matxinbarrena: “El montaje tiene una doble intención, acusar la hondura y complejidad de la obra y al mismo tiempo envolverla en un clasicismo intencionado, solemne y lineal”.
Quizás vuestra percepción sea diferente, por ello os animo a que os deis una vuelta y saquéis vuestras propias conclusiones.
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