Los sentidos nos engañan... ¿Seguro? Para comprobarlo, basta con reconsiderar cuántas veces nos engañan los sentidos cada día. Si nos sentamos ante una mesa, lo que parece ser un teléfono, suele ser una bicicleta y lo que parece ser un teclado suele ser un balón; y si estamos frente a un volante, lo que percibimos como camiones suelen ser vacíos cósmicos... Y los medios se preguntan quién fue el estúpido que metió la pata...
El sistema perceptivo visual, en su capacidad discriminatoria "inteligente" (sólo pongo comillas para enfatizar), puede equivocarse, sobre todo si en el campo visual existen circunstancias que favorezcan la equivocación. Es el caso de casi todas las "ilusiones ópticas" (excluidas las relacionadas con el color y con los contrastes de luminosidad) y es el caso del "avión canario". Lo que el observador "vio" fue un perfil aparente que, desde la distancia, podía interpretarse como el el de un Boeing 737. Quienes intentan localizar al responsable del error deberían tener en cuenta que a cualquier persona con los mismos medios de observación, muy probablemente, le habría sucedido exactamente lo mismo, porque los humanos compartimos el mismo sistema de discriminación visual. El problema no es quién se equivocó al interpretar mal la gabarra con la grúa sino quién no dotó de mejores medios de observación a los profesionales de la seguridad que no tuvieron capacidad para contrastar con eficacia la primera alarma.
Foto EFE |
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