El sábado pasado asistimos a una representación de Il Barbiere di Siviglia, de G. Rossini, en el teatro Reina Victoria. Se trataba de en un montaje "popular", gestionado por Enrique Cornejo y "Ópera Madrid", con precios sesnsiblemente bajos (entre 18 y 60 €), al menos, si los comparamos con los de "otros eventos operísticos".
El espectáculo global resultó mucho más que aceptable, dadas las características del teatro y sus limitadas posibilidades espaciales. La orquesta sonó bastante bien; la escenografía y el resto de los elementos de ambientación general, bien; los cantantes-actores estuvieron francamente bien. Lo más negativo: algún problema de "infraestructura" y organización prosaica, apreciables respectivamente en el funcionamiento de la calefacción y en el segundo descanso, que dejó al público perplejo puesto que los músicos permanecieron en sus puestos aunque por megafonía se anunció un descanso de 20 minutos.
El público aplaudió con ganas al final de la representación.
Sin embargo, a pesar de que la obra es objetivamente "buena" y muy fácil de seguir, incluso por quienes no se sienten demasiado atraídos por la ópera, y de que fue representada con un nivel bastante alto, el teatro apenas estaría ocupado en un tercio de su aforo; y una parte considerable de los asistentes lo hicimos sin pagar nada...
Una pena, una verdadera pena.
El espectáculo global resultó mucho más que aceptable, dadas las características del teatro y sus limitadas posibilidades espaciales. La orquesta sonó bastante bien; la escenografía y el resto de los elementos de ambientación general, bien; los cantantes-actores estuvieron francamente bien. Lo más negativo: algún problema de "infraestructura" y organización prosaica, apreciables respectivamente en el funcionamiento de la calefacción y en el segundo descanso, que dejó al público perplejo puesto que los músicos permanecieron en sus puestos aunque por megafonía se anunció un descanso de 20 minutos.
El público aplaudió con ganas al final de la representación.
Sin embargo, a pesar de que la obra es objetivamente "buena" y muy fácil de seguir, incluso por quienes no se sienten demasiado atraídos por la ópera, y de que fue representada con un nivel bastante alto, el teatro apenas estaría ocupado en un tercio de su aforo; y una parte considerable de los asistentes lo hicimos sin pagar nada...
Una pena, una verdadera pena.
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