Los medios de comunicación informan de que, por fin, Antonio López ha finalizado la pintura de la "familia real", que, lógicamente, deberá ser rebautizado. Alguna publicación lo ha comentado haciendo notar que entrará en el léxico español una frase nueva que desplazará a otra, porque la realización de la pintura ha tardado más que la construcción de El Escorial. Ya no diremos "duró más que las obras de El Escorial", sino "duró más que el retrato de la familia de Juan Carlos I"
Iker Seisdedos en El País sugiere que Antonio López pasará a la historia como el "gran pintor de la parsimonia". Me permito acotar que en castellano el término "parsimonia" (véase el DRAE) no es sinónimo de extrema lentitud, sino de "lentitud y sosiego en el modo de hablar o de obrar; flema, frialdad de ánimo"; pero también, "frugalidad y moderación en los gastos" y "circunspección, templanza". Pero además, en los ambientes artísticos, el término "parsimonia" fue acotado por Rudolf Arnheim con matices más próximos a las acepciones "secundarias" del DRAE, para definir un tipo de obra conseguida con elegancia y maestría, mediante la combinación del menor número de elementos para conseguir los máximos resultados plásticos. Así, pues, sería mejor que buscaran otro "título", aunque si cala en el lenguaje coloquial lo de "duró más que el retrato de la familia de Juan Carlos I", no sería necesario.
Sea como fuere, Antonio López ya tiene asegurado un puesto relevante en la Historia del Arte, por varias razones. Hoy sólo mencionaré una casi posmoderna desde el punto de vista de la evolución de la práxis estética: ha desarrollado un proceso que ha desbordado ampliamente la relación entre representación y realidad.
Iker Seisdedos en El País sugiere que Antonio López pasará a la historia como el "gran pintor de la parsimonia". Me permito acotar que en castellano el término "parsimonia" (véase el DRAE) no es sinónimo de extrema lentitud, sino de "lentitud y sosiego en el modo de hablar o de obrar; flema, frialdad de ánimo"; pero también, "frugalidad y moderación en los gastos" y "circunspección, templanza". Pero además, en los ambientes artísticos, el término "parsimonia" fue acotado por Rudolf Arnheim con matices más próximos a las acepciones "secundarias" del DRAE, para definir un tipo de obra conseguida con elegancia y maestría, mediante la combinación del menor número de elementos para conseguir los máximos resultados plásticos. Así, pues, sería mejor que buscaran otro "título", aunque si cala en el lenguaje coloquial lo de "duró más que el retrato de la familia de Juan Carlos I", no sería necesario.
Sea como fuere, Antonio López ya tiene asegurado un puesto relevante en la Historia del Arte, por varias razones. Hoy sólo mencionaré una casi posmoderna desde el punto de vista de la evolución de la práxis estética: ha desarrollado un proceso que ha desbordado ampliamente la relación entre representación y realidad.
Imagen tomada de El País |
Desde lo que nos permiten ver las fotografías publicadas por los medios de comunicación, podría ocurrir que se presente públicamente la pintura después de que se haya hecho público cierto divorcio anunciado por la Repubblica...
Por fortuna, gracias a los curiosos fenómenos que rodean a la conducta estética, cuando se vea la obra, serán legión quienes perciban en ella la voluntad de Antonio López para reflejar las malas relaciones "que había" entre la pareja. Supongo que el pintor lo habrá tenido en cuenta y habrá hecho lo conveniente: materializar plásticamente la relación en términos de calculada ambigüedad.
Cuando la cultura deviene religiosa ideologica coactiva el hombre empieza a llamar cultura a lo que no lo es y nace la fabricacion en serie de funcionarios que termina en la mas dramatica y esteril de todas las dictaduras la del irresponsable funcionario que llega a creerse albacea de voluntades y tutor de conciencias entonces surge la dicotomia pais-estado en la que el pais sufre y el estado se resiente y los funcionarios arbitran seguir creando mas funcionarios que al final carecen de funcion pero la fingen para justificar la nomina e incluso la conciencia la unica salida es el incendio a pesar de que el estado bajo una u otra forma siempre renace de sus cenizas en cada cambio de piel el estado encandila al intelectual y al artista diciendoles que quiere escuchar su voz adivinadora pero al poco tiempo esa voz adivinadora empieza a ser de nuevo objeto de administracion por parte de los funcionarios que ahora son mas porque se reproducen por partenogenesis y la cultura vuelve a ser orientada por el corse de las consignas que acaban oprimiendola y asi a lo que parece hasta la consumacion de los siglos enjaular al pensador o el pensamiento de forma mas o menos violenta o inteligente y velada es el arbitrio con el que los politicos los funcionarios las fatuas hormiguitas solemnes y mediocres defienden su status en el que el intelectual no tiene sitio ni debe querer tenerlo
ResponderEliminarcuando termino su discurso a las madres de familia ivon hormisdas el hereje muerto en la batalla de los arapilis se quedo dormido su respiracion era muy ritmica y serena aunque roncaba ligeramente
Camilo Jose Cela