Según informan los medios, a los desequilibrios presupuestarios del Museo del Prado, que en 2013 "perdió" más de 6 millones de euros, y del Reina Sofía, que también "perdió" más de un millón, hay que unir las cifras de la Fundación Colección Thysssen-Bornemisza, que durante el mismo ejercicio perdió (sin comillas, dado el peculiar carácter de su gestión) 5,2 millones de euros.
Vuelvo a preguntarse si el actual planteamiento político desde el que se planifica la gestión de estas instituciones tiene sentido. ¿Era imaginable que, en plena crisis y con la actual "política de precios", se cumplirían los objetivos económicos?
Lo peor no es que estas instituciones "pierdan" dinero, sino que, pasándose por el forro la definición tradicional del ICOM, pierdan visitantes (el Thyssen ha perdido un 25 %), porque ello informa de que el actual modelo de gestión con sacrificios socialmente inaceptables: me gustaría saber cuántas personas han perdido la costumbre de acudir a los museos por razones exclusivamente económicas.
A lo mejor, quienes toman decisiones en estos asuntos debieran replantearse muchas cosas; entre ellas, también la manera de hacer cuentas.
Vuelvo a preguntarse si el actual planteamiento político desde el que se planifica la gestión de estas instituciones tiene sentido. ¿Era imaginable que, en plena crisis y con la actual "política de precios", se cumplirían los objetivos económicos?
Lo peor no es que estas instituciones "pierdan" dinero, sino que, pasándose por el forro la definición tradicional del ICOM, pierdan visitantes (el Thyssen ha perdido un 25 %), porque ello informa de que el actual modelo de gestión con sacrificios socialmente inaceptables: me gustaría saber cuántas personas han perdido la costumbre de acudir a los museos por razones exclusivamente económicas.
A lo mejor, quienes toman decisiones en estos asuntos debieran replantearse muchas cosas; entre ellas, también la manera de hacer cuentas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario