domingo, 19 de octubre de 2014

La Hamburger Bahnhof de Berlín

Por Lumga

Situada al norte del Bundestag en la capital de Alemania, se encuentra uno de los principales museos de arte contemporáneo de Berlín, la Hamburger Bahnhof. El inmenso edificio que hoy acoge una notable colección de arte y numerosas exposiciones temporales es una reconvertida estación de tren de mediados del siglo XIX. Testigo de todas las transformaciones y cambios ocurrieron en Berlín durante todo el siglo XX, fue en 1996 cuando abrió como el museo que conocemos. Es uno de los muchos museos que se pueden disfrutar por toda la ciudad y su entrada resulta más asequible si es en un bono de uno o tres días, el "museum pass", perfecto para turistas con inquietudes culturales, y con un descuento del cincuenta por ciento sobre todos los precios si se presenta un carné de estudiante. En Berlín todos los museos son de pago. La visita tuvo lugar en julio de 2014.


 La sala principal de la parte este del edificio en del piso bajo alberga obras de la colección Marx del empresario de la construcción Erich Marx, algo muy habitual en los museos de arte contemporáneo, en el marco de la exposición The End of the Twentieth Century. The Best is Yet to Come. A Dialogue with the Marx Collection (traducción del alemán). Ha debido haberse prorrogado hasta este verano porque repasando la documentación las fechas la extendían hasta abril de 2014. En ella se presenta obra de artistas alemanes y extranjeros de suma relevancia en la historia reciente del arte contemporáneo como Joseph Beuys, Marcel Broodthaers, Anselm Kiefer, Mario Merz, Robert Rauschenberg o Andy Warhol. La línea curatorial de la exposición se basa en las obras de estos artistas que en el momento de su realización ofrecían una mirada sobre el futuro, pesimista u optimista, y cómo la podemos interpretar hoy en día. Lo más destacable en mi opinión son las obras de Warhol Double Elvis y Ambulance Disaster legibles como una predicción del sensacionalismo y la banalización de las imágenes más crudas como consecuencia de la sociedad de la información, uno de los trabajos de Robert Rauschenberg vestigio de una performance como un origen de la multiplicidad de medios artísticos y lenguajes hoy en día disponibles y reconocidos en la práctica artística, y la mirada utópica de Joseph Beuys presente en varios de sus trabajos expuestos.
El espacio más amplio de la Hamburger Bahnhof es la nave central comunicada con las alas del edificio por pasillos y escaleras en los que hay instaladas obras de Dan Flavin en diálogo con algún trabajo de Beuys. Las obras expuestas en esta nave central bajo el título de Everyday Life tratan la cotidianidad y la ausencia desde tres puntos de vista diferentes. Alcudi Project de Paola Pivi es una gigantesca instalación en la que la artista pretende recrear mediante la impresión a escala 1:1 la vista aérea de su isla natal descompuesta en varios rollos. Un work-in-progress  que lleva realizando desde 2001 en el que establece que cada vez que esta obra sea expuesta debe añadírsele un rollo, haciendo un total de casi cuatro mil rollos los necesarios para completar la imagen. A través de lo utópico de tal empresa pone en relevancia la imposibilidad de revivir la experiencia del hogar cuando se vive alejado de él. La obra Die Lieblingskleider die Männer und Frauen während ihrer Arbeit getragen haben de Bojan Šarčević presenta las ropas favoritas de varios trabajadores de diferentes sectores que vistieron durante quince días seguidos en sus respectivos trabajos. La presentación de estas ropas sucias pero impecablemente dobladas y expuestas sobre mesas con una aterradora frialdad puede entenderse como una crítica a los medios de producción del sistema capitalista cada vez menos conscientes del elemento humano presente en toda actividad económica. Por último, Gesamtbesitz de Florian Slotawa es una instalación formada por todos los objetos, cajas y demás bienes de la casa del artista apilados como para ser transportados en una mudanza (coche Volkswagen incluido) junto a unos televisores que muestran el inventario de todos los elementos de la instalación. Un trabajo que a través de la descontextualización de los objetos habla de cómo pueden revelar aspectos de la identidad de una persona y cómo en ellos reside parte de ella.

Every Day Life, Hamburger Bahnhof.
A través de un largo pasillo que parte de la nave central, intervenido por varios artistas, se llega al rieckhallen donde se encontraba instalada la exposición Wall Works sobre las distintas maneras que el arte de los últimos cincuenta años ha enfocado su relación con la pared entendiendo por ello de manera más amplia su discurso con el espacio arquitectónico y expositivo del museo y cómo han derivado de este cuestionamiento nuevas formas de creación como la instalación o la video proyección o la creación site-specific. A lo largo de las cinco enormes salas de esta parte de la Hamburger Bahnhof se pueden ver trabajos de Daniel Buren, Joseph Kosuth, Michelangelo Pistoletto o Sol LeWitt junto a otros artistas más actuales como Nasan Tur o Katharina Grosse. Desde obras minimalistas y conceptuales, pasando por pintura, dibujos e instalaciones, como la de Bruce Nauman, la selección ofrece una completa y variada recopilación de trabajos sobre el motivo de la exposición. En cada sala hay extensos paneles explicativos en alemán e inglés de los trabajos incluidos así como una zona con catálogos de exposiciones similares y de los artistas participantes para consulta del público. La última obra es No Exit de Richard Artschwager, una serie de lámparas dispuestas en el techo del interminable pasillo de salida con la palabra Exit sobre ellas haciendo una alusión irónica a las dimensiones de esta parte del museo.

Nasan Tur, Berlin Says... 2014.
La última de las exposiciones temporales tiene una duración hasta verano de 2016 y se titula A-Z The Marzona Collection, una extensa retrospectiva sobre el arte conceptual de la década de los sesenta y los setenta, enfocada en el análisis de obras de artistas, las exposiciones clave y las técnicas y procedimientos en la investigación y el comisariado de este arte por parte de museos y equipos curatoriales. Tomando las letras del alfabeto como iniciales de las palabras clave sobre las que discurre cada etapa de la exposición (una propuesta bastante conceptual en sí) suman un total de nueve exposiciones. En el momento de mi visita estaba instalada la segunda de ellas DEF, en referencia a Documentation, Erhalten (conservación) y Fotografie (fotografía). La exposición presentaba la importancia de estas actividades en el conocimiento y comprensión del arte conceptual. La documentación como punto de partida en el proceso creativo de muchos artistas y como medio artístico en sí, así como un proceso exhaustivo de los museos para ofrecer una interpretación adecuada de la obra y su puesta en público. La conservación de estas obras como parte fundamental de su perpetuación en el tiempo pues muchas de ellas estaban realizadas en materiales efímeros o con una pretensión de no dejar rastro documental como esencia de su significado, para la que se había restaurado una escultura de Richard Long junto a la que se mostraba toda la documentación empleada, desde entrevistas al artista, exposiciones previas y datos químicos de los materiales empleados. Por último, la fotografía también como elemento de registro de muchas de estas obras y como medio artístico en sí ante la ausencia de la obra original. Un rasgo característico del arte conceptual de esas décadas es el intento de escapar a la objetualización y fetichismo de la obra de arte y convertirla en mercancía, por eso proliferaron nuevas técnicas como la performance, el happening, el arte efímero, los textos y las instrucciones. Muchas veces la fotografía era la única manera de atestiguar la existencia de estas piezas para el trabajo de museos, galerías y archivos, y durante esos años su empleo por muchos de los artistas la puso en un plano muy relevante dentro de los medios artísticos. La exposición DEF a mi entender destaca un hecho relevante dentro del mundo del arte contemporáneo, que es la importancia de la actividad del comisariado como complemento a la del artista y que últimamente ha visto incrementada su influencia en el panorama mundial gracias a exposiciones sobre estas actividades dentro de los museos y a otros proyectos más ambiciosos, como Cities on the Move o do it de Hans-Ulrich Obrist, donde el espacio de exposición y el contexto espacio-temporal y social es planteado como un medio artístico y sus premisas conceptuales guardan mucha relación con las propuestas de muchos de los artistas conceptuales de décadas atrás.

El resto de las salas exponen obra de Joseph Beuys, desde video-performances hasta instalaciones, artista muy presente en todos los museos de arte contemporáneo de la ciudad y que merece una entrada aparte. También hay una pequeña muestra de obras de jóvenes artistas berlineses en otro de los espacios pero ésta, salvo un par de piezas, presenta menos interés. También es muy agradable recorrer la tienda del museo porque, como es habitual en los museos de Berlín, se centra muy poco en souvenirs y productos similares y mucho más en libros, catálogos y prensa especializada. Es posible encontrar una gran variedad de entrevistas, libros de artistas, verdaderas joyas en cuanto a diseño, libros descatalogados así como DVD's y discos. No es por hacer apología del consumo, pero comparada con tiendas de museos de otras ciudades europeas es una gozada curiosear en ésta. Sin duda uno de los museos de arte contemporáneo con más calidad y relevancia en sus propuestas que he visitado y bastante claro y accesible para el conocimiento de un público menos especializado. Las fotografías están permitidas en todo el museo.

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