Por Lumga
Situada al norte del Bundestag en la capital de
Alemania, se encuentra uno de los principales museos de arte contemporáneo de
Berlín, la Hamburger Bahnhof. El inmenso edificio que hoy acoge una notable
colección de arte y numerosas exposiciones temporales es una reconvertida
estación de tren de mediados del siglo XIX. Testigo de todas las
transformaciones y cambios ocurrieron en Berlín durante todo el siglo XX, fue
en 1996 cuando abrió como el museo que conocemos. Es uno de los muchos museos
que se pueden disfrutar por toda la ciudad y su entrada resulta más asequible
si es en un bono de uno o tres días, el "museum pass", perfecto para
turistas con inquietudes culturales, y con un descuento del cincuenta por
ciento sobre todos los precios si se presenta un carné de estudiante. En Berlín
todos los museos son de pago. La visita tuvo lugar en julio de 2014.
El espacio más amplio de la Hamburger Bahnhof es la nave central comunicada
con las alas del edificio por pasillos y escaleras en los que hay instaladas
obras de Dan Flavin en diálogo con algún trabajo de Beuys. Las obras expuestas
en esta nave central bajo el título de Everyday
Life tratan la cotidianidad y la ausencia desde tres puntos de vista
diferentes. Alcudi Project de Paola
Pivi es una gigantesca instalación en la que la artista pretende recrear
mediante la impresión a escala 1:1 la vista aérea de su isla natal descompuesta
en varios rollos. Un work-in-progress que lleva realizando desde 2001 en el que
establece que cada vez que esta obra sea expuesta debe añadírsele un rollo,
haciendo un total de casi cuatro mil rollos los necesarios para completar la
imagen. A través de lo utópico de tal empresa pone en relevancia la
imposibilidad de revivir la experiencia del hogar cuando se vive alejado de él.
La obra Die
Lieblingskleider die Männer und Frauen während ihrer Arbeit getragen haben de Bojan Šarčević presenta las ropas favoritas de varios
trabajadores de diferentes sectores que vistieron durante quince días seguidos
en sus respectivos trabajos. La presentación de estas ropas sucias pero
impecablemente dobladas y expuestas sobre mesas con una aterradora frialdad
puede entenderse como una crítica a los medios de producción del sistema
capitalista cada vez menos conscientes del elemento humano presente en toda
actividad económica. Por último, Gesamtbesitz
de Florian Slotawa es una instalación formada por todos los objetos, cajas y
demás bienes de la casa del artista apilados como para ser transportados en una
mudanza (coche Volkswagen incluido) junto a unos televisores que muestran el
inventario de todos los elementos de la instalación. Un trabajo que a través de
la descontextualización de los objetos habla de cómo pueden revelar aspectos de
la identidad de una persona y cómo en ellos reside parte de ella.
Every Day Life, Hamburger Bahnhof. |
A través de un largo pasillo que parte de la nave central, intervenido por varios artistas, se llega al rieckhallen donde se encontraba instalada la exposición Wall Works sobre las distintas maneras que el arte de los últimos cincuenta años ha enfocado su relación con la pared entendiendo por ello de manera más amplia su discurso con el espacio arquitectónico y expositivo del museo y cómo han derivado de este cuestionamiento nuevas formas de creación como la instalación o la video proyección o la creación site-specific. A lo largo de las cinco enormes salas de esta parte de la Hamburger Bahnhof se pueden ver trabajos de Daniel Buren, Joseph Kosuth, Michelangelo Pistoletto o Sol LeWitt junto a otros artistas más actuales como Nasan Tur o Katharina Grosse. Desde obras minimalistas y conceptuales, pasando por pintura, dibujos e instalaciones, como la de Bruce Nauman, la selección ofrece una completa y variada recopilación de trabajos sobre el motivo de la exposición. En cada sala hay extensos paneles explicativos en alemán e inglés de los trabajos incluidos así como una zona con catálogos de exposiciones similares y de los artistas participantes para consulta del público. La última obra es No Exit de Richard Artschwager, una serie de lámparas dispuestas en el techo del interminable pasillo de salida con la palabra Exit sobre ellas haciendo una alusión irónica a las dimensiones de esta parte del museo.
Nasan Tur, Berlin Says... 2014. |
La última de las exposiciones temporales
tiene una duración hasta verano de 2016 y se titula A-Z The Marzona Collection, una extensa retrospectiva sobre el arte
conceptual de la década de los sesenta y los setenta, enfocada en el análisis
de obras de artistas, las exposiciones clave y las técnicas y procedimientos en
la investigación y el comisariado de este arte por parte de museos y equipos
curatoriales. Tomando las letras del alfabeto como iniciales de las palabras
clave sobre las que discurre cada etapa de la exposición (una propuesta
bastante conceptual en sí) suman un total de nueve exposiciones. En el momento
de mi visita estaba instalada la segunda de ellas DEF, en referencia a Documentation,
Erhalten (conservación) y Fotografie
(fotografía). La exposición presentaba la importancia de estas actividades
en el conocimiento y comprensión del arte conceptual. La documentación como
punto de partida en el proceso creativo de muchos artistas y como medio
artístico en sí, así como un proceso exhaustivo de los museos para ofrecer una
interpretación adecuada de la obra y su puesta en público. La conservación de
estas obras como parte fundamental de su perpetuación en el tiempo pues muchas
de ellas estaban realizadas en materiales efímeros o con una pretensión de no
dejar rastro documental como esencia de su significado, para la que se había
restaurado una escultura de Richard Long junto a la que se mostraba toda la
documentación empleada, desde entrevistas al artista, exposiciones previas y
datos químicos de los materiales empleados. Por último, la fotografía también
como elemento de registro de muchas de estas obras y como medio artístico en sí
ante la ausencia de la obra original. Un rasgo característico del arte
conceptual de esas décadas es el intento de escapar a la objetualización y
fetichismo de la obra de arte y convertirla en mercancía, por eso proliferaron
nuevas técnicas como la performance, el happening, el arte efímero, los textos
y las instrucciones. Muchas veces la fotografía era la única manera de
atestiguar la existencia de estas piezas para el trabajo de museos, galerías y
archivos, y durante esos años su empleo por muchos de los artistas la puso en
un plano muy relevante dentro de los medios artísticos. La exposición DEF a mi entender destaca un hecho
relevante dentro del mundo del arte contemporáneo, que es la importancia de la
actividad del comisariado como complemento a la del artista y que últimamente
ha visto incrementada su influencia en el panorama mundial gracias a
exposiciones sobre estas actividades dentro de los museos y a otros proyectos
más ambiciosos, como Cities on the Move o
do it de Hans-Ulrich Obrist, donde el
espacio de exposición y el contexto espacio-temporal y social es planteado como
un medio artístico y sus premisas conceptuales guardan mucha relación con las
propuestas de muchos de los artistas conceptuales de décadas atrás.
El resto de las salas exponen obra de
Joseph Beuys, desde video-performances hasta instalaciones, artista muy
presente en todos los museos de arte contemporáneo de la ciudad y que merece
una entrada aparte. También hay una pequeña muestra de obras de jóvenes
artistas berlineses en otro de los espacios pero ésta, salvo un par de piezas,
presenta menos interés. También es muy agradable recorrer la tienda del museo
porque, como es habitual en los museos de Berlín, se centra muy poco en souvenirs
y productos similares y mucho más en libros, catálogos y prensa especializada.
Es posible encontrar una gran variedad de entrevistas, libros de artistas,
verdaderas joyas en cuanto a diseño, libros descatalogados así como DVD's y discos.
No es por hacer apología del consumo, pero comparada con tiendas de museos de
otras ciudades europeas es una gozada curiosear en ésta. Sin duda uno de los
museos de arte contemporáneo con más calidad y relevancia en sus propuestas que
he visitado y bastante claro y accesible para el conocimiento de un público
menos especializado. Las fotografías están permitidas en todo el museo.
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