La noticia es un bombazo que podría cambiar muchos capítulos de la historia del arte del siglo XX, aunque no el planteamiento de este blog. Según recoge The Art Newspaper, la famosa Fuente, firmada por R. Mutt en 1917, podría ser, en realidad, obra de la baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven. Al menos eso es lo que plantea un estudi presentado por William Camfield, Kirk Varnedoe y Héctor Obalk, que parece tener bastante sentido. La argumentación descansa en tres datos muy relevantes:
1. La "explicación" de Marcel Duchamp sobre cómo "realizó" la obra, tras adquirirla en los almacenes JL Mott Iron Works, se comprobó falsa, toda vez que el modelo de urinario jamás fue vendido en ese establecimeinto.
2. La existencia de una carta escrita por el propio Marcel Duchamp a su hermana el 11 de abril de 1917, que permaneció inédita hasta 1983, y en la que se puede leer que "una de mis amigas, bajo el seudónimo masculino de Richard Mutt, envió un urinario de porcelana como una escultura ". Y los estudiosos enfatizan que Duchamp se refiriera a "la obra" como "escultura".
3. Está documentado que Elsa von Freytag-Loringhoven se dedicaba a recoger objetos de naturaleza "extraña". El pintor George Biddle describió su habitación en Nueva York en 1917 llena de "cosas extrañas, artículos de ferretería, alfombrillas de automóviles... latas de ceniza..." (“odd bits of ironware, automobile tiles… ash cans, every conceivable horror, which to her tortured yet highly sensitive perception, became objects of formal beauty… it had to me quite as much authenticity as, for instance, Brancusi's studio in Paris.”)
Si la Fuente de Marcel Duchamp es la apropiación indecente de una "obra" "realizada" por una señora excéntrica de vida extraordinariamente agitada, habrá que arrancar demasiadas páginas de la Historia del Arte. Tal y como plantea la revista mencionada, acaso fuera mejor dejar las cosas como están, aunque sólo sea por eludir las implicaciones económicas que tendría una recatalogación tan espectacular...
Realmente, las cosas que rodean al arte son divertidas, en ocasiones, extremadamente divertidas.
1. La "explicación" de Marcel Duchamp sobre cómo "realizó" la obra, tras adquirirla en los almacenes JL Mott Iron Works, se comprobó falsa, toda vez que el modelo de urinario jamás fue vendido en ese establecimeinto.
2. La existencia de una carta escrita por el propio Marcel Duchamp a su hermana el 11 de abril de 1917, que permaneció inédita hasta 1983, y en la que se puede leer que "una de mis amigas, bajo el seudónimo masculino de Richard Mutt, envió un urinario de porcelana como una escultura ". Y los estudiosos enfatizan que Duchamp se refiriera a "la obra" como "escultura".
3. Está documentado que Elsa von Freytag-Loringhoven se dedicaba a recoger objetos de naturaleza "extraña". El pintor George Biddle describió su habitación en Nueva York en 1917 llena de "cosas extrañas, artículos de ferretería, alfombrillas de automóviles... latas de ceniza..." (“odd bits of ironware, automobile tiles… ash cans, every conceivable horror, which to her tortured yet highly sensitive perception, became objects of formal beauty… it had to me quite as much authenticity as, for instance, Brancusi's studio in Paris.”)
Foto Tate |
Realmente, las cosas que rodean al arte son divertidas, en ocasiones, extremadamente divertidas.
Esta noticia debe estar dando un miedo tremendo, ya que supondría un cambio espectacular, un cambio que quizás no sería fácil aceptar, y cuanto menos es una gran decepción. Ya a parte de lo que supondría para los historiadores del arte... Aunque la atribución y robo de obras está a la orden del día y la competitividad entre los artistas es tan obvia, sigue doliendo asumirlo a quienes aún miran con inocencia o sinceridad. ¿Es que hay que ser siempre así para ser alguien? Demasiadas teorías y artistas caerían blancos por esto.
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