miércoles, 21 de enero de 2015

The mammal Gallery. Desde Atlanta con ingenio

Por Marchi

Una de curiosidad, recientemente he descubierto la llamada “The Mammal Gallery” (la galería de los mamíferos), localizada en el denominado downtown, barrio a las afueras y bastante marginal,  de Atlanta. Esta galería de nueva creación tiene como punto interesante su propósito bien reflejado en su nombre con cierta ironía. Su “misión” pasa por ser un elemento casi esperanzador para este barrio que de noche se convierte en un hogar de vagabundos y prostitutas. Pretenden relanzar la imagen y economía del barrio por medio de su celebración del arte moderno, los conciertos de música indie y la invitación de personajes ciertamente famosos. Todo este conglomerado de actividades dirigidas a la visión del barrio mejorado tiene mucho que enseñar a cierto centro de arte de lo que he hablado anteriormente y su forma de venderse, incluso situándose en un lugar privilegiado.
El nombre de la galería viene a colación de nuestra condición de mamíferos y las consecuencias que conlleva esto, como parte de la fauna, los rituales sociales son tremendamente importantes, como dice Chris Yonker, uno de los fundadores del lugar ,“Cuando vas a un show, no solamente vas por el arte, sino también porque estás interesado y respetas lo que hace otro ser humano creativamente. También vas a ver gente, a otros mamíferos”*. Sacar partido a esta condición gregaria es una maniobra muy inteligente por parte de los responsables de esta galería, a pesar de encontrarse en un emplazamiento tremendamente desventajosa están empezando a lograr un cierto ambiente mejorado y con la pretensión de comprar el local, quieren quedarse para ver el que ya se anticipa como un buen resultado. Realmente su influencia es notable puesto que como dice Yonker “Ya hay más gente interesada en esta calle desde que nos han visto sobrevivir durante más de un año”*, están consiguiente una mejora de la visión que se tiene del barrio e impulsando su socialización normalizada. Sí, atraen al personal a través de además del arte, personajes famosos y sus grupos Indies en alza, es un suculento cebo para cualquiera que en el primer mundo actual, no solo para aquellos que se interesen por el arte en sí mismo o la música o realmente pertenezcan de alguna manera a estas instituciones, sino para todos los que cuyo estilo de vida reconocidamente egocéntrico o los que casi rozan la excentricidad loca (valor en alza), se valgan del cotarro de la modernidad para ganar terreno en sus perfiles de Instagram con apañados selfies robados con Macaulay Culkin y su banda “The Pizza Underground”.
Bien, el quid de la cuestión que pretendía plantear es: ¿Por qué una novedosa galería de arte moderno del barrio “cutre” de Atlanta, desarrollado en un antiguo local de ambiente, tiene mayor éxito en sus propósitos sociales que un centro de arte, con buena financiación, situado en el paseo del arte de Madrid, y con mejor equipamiento? Bueno, la respuesta es sencilla, cuestión gestión de EEUU vs. España aparte. La clave son las opciones y el aspecto grunge - moderno, como dirigir al rebaño que sin duda aparecerá para echar un vistazo y darse importancia socialmente. Chris Yonker y Brian Egan, fundadores, tuvieron la cautela de no separar la idea del concierto, las performances o la muestra artística fija en sus paredes del concepto social, no por medio de salas de lectura o para la integración del publico por un lado y la atracción de unas bonitas vistas o un restaurante por otro, sino que prescinden de lo segundo para sacarle mayor partido a lo primero a través de un ambiente modernizador que realmente impulsa la integración social y el debate con estas obras. Por otro lado, las fachadas principales de los edificios que la acompañan rezan eslóganes,“Im not a player, I just read a lot” (no soy un jugador, solo leo mucho), a modo de graffiti que ensalza esa imagen bohemia y grunge del arte pero con una reclamación de la intelectualidad que encierra, son conceptos antiguos, leyendas incluso pero tremendamente de moda, “el bohemio-intelectual, sensible, de libre expresión”, también transmitido con ese toque de arte urbano. Estas minucias, forman un conjunto muy potente, ligeramente kitsch e incluso “hipster” pero funcional. El lugar pretende conseguir algo parecido al mercadillo de Camden en Londres, una masificación curiosa, lugar turístico bohemio, un Montmartre de Paris.


Estos planteamientos románticos llevados con esta inteligencia y capacidad de difusión tienen muchas posibilidades, si bien es cierto que hablamos de Atlanta, Estados Unidos y no es lo mismo que Madrid, España, donde todo cada vez mas parece oler a mala gestión, especialmente cultural. Madrid, capital del país, y el emplazamiento es la gallina de los huevos de oro pero la idea es muy mala y la gestión como ya decía peor. El lugar no da para sacar partido del romanticismo bohemio, actualmente más atractivo que un lugar emblemático según para qué ambiente y categoría de futura exclusividad, pero sí para vender una imagen de nuestra difusión del arte mejor, consiguiendo realmente una interación más allá del asunto económico exclusivamente y con una exposición de mejor gestión cultural, alejandose de la fiesta y la pandereta y una terraza con hermosas vistas y restaurante chulo como único punto del ¿centro de arte?.
La idea inicial por la que he tenido la pretensión de escribir sobre este centro de arte en alza seguramente no único en sus especie es porque su descubrimiento casual me llamó ampliamente la atención no sólo por su estética sino por su misión que realmente es comprensible así como el desenlace positivo que están consiguiendo. Además de su optimismo, cosa que realmente falta en el mundo artístico realista hasta el punto que Egan, co-fundador dijo? “Estamos concentrados en ser una especie de fuerza positiva en la calle, así que en todo lo que hacemos, nuestro punto de partida es nuestro barrio, espacio y tiempo”*. ¡Vaya, parece que aún se puede inventar algo!.

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