Me pasa Raquel la referencia a una noticia que informa sobre la condena a muerte de Ashraf Fayadh por razones acaso dictadas por la reina roja de Alicia. He recordado la figura de San Sebastián, elípticamente aludido y, por supuesto, la de Salma Rusdhi... Sí, ya sé que eran otros tiempos y otros los protagonistas perversos, pero la simetría es clara... como de imágenes especulares...
Y me he preguntado si el evento tendrá una repercusión comparable; seguro que no, porque “todo el mundo” sabe quienes son “los malos” y las noticias solo lo son si las protagonizan ellos, en la doble acepción del término "ellos": ellos, los “buenos” —los blancos— o “ellos” los malos —los rojos—, espejo esencial para una partida de ajedrez diabólica. Lo demás son incidentes colaterales e irrelevantes, aunque contengan consecuencias de infinita perversión. “Ellos” ponen la ambición y las armas y nosotros —los demás—, los pecados y las víctimas. Vivimos al otro lado del espejo.
Y me he preguntado si el evento tendrá una repercusión comparable; seguro que no, porque “todo el mundo” sabe quienes son “los malos” y las noticias solo lo son si las protagonizan ellos, en la doble acepción del término "ellos": ellos, los “buenos” —los blancos— o “ellos” los malos —los rojos—, espejo esencial para una partida de ajedrez diabólica. Lo demás son incidentes colaterales e irrelevantes, aunque contengan consecuencias de infinita perversión. “Ellos” ponen la ambición y las armas y nosotros —los demás—, los pecados y las víctimas. Vivimos al otro lado del espejo.
Foto AP (tomada de BBC Mundo) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario