La exposición ha sido organizada en colaboración en el MoMA, donde pudo ver durante los meses precedentes. No discutiré su relevancia para acercarse a lo que fueron algunas corrientes del arte conceptual durante la década de los sesenta del siglo pasado, pero a estas alturas, cuando ha transcurrido tanto tiempo y han cambiado tanto las cosas, me parece que sólo se justifica por dos razones: materializar la vertiente histórica de los museos de arte contemporáneo y porque ambos museos cumplan también con la función "estabilizadora" que estas instituciones deben asumir frente al mercado del arte, en razón de su integración institucional. En suma, la exposición es muy relevante para los dos sectores mencionados y, por supuesto, para la beatería estética, que asume con fervor la "inconsciente" e "involuntaria" vertiente sacralizadora de los grandes museos. Más allá de esos sectores, no sé a quién puede interesarle recuperar reflexiones estéticas de hace cincuenta años contemplando un bloque construido mediante conchas de mejillones o un panel forrado con cáscaras de huevos.
Para acentuar la deriva pesetera y antipática, que altera las "costumbres" de ambas instituciones, los vigilantes están aleccionados para que nadie haga fotografías; una pena que distorsiona la supuesta función social de las dos instituciones involucradas en el evento, dado que en este caso, más que en otros, sería muy conveniente que los interesados en la cuestión pudieran documentar tanto las obras como los textos que las acompañan, de excepcional interés.
Si ir más lejos, me hubiera gustado dedicar un comentario más amplio sobre esta exposición, pero sospecho que a quienes la han promovido les importa un bledo lo que pueda pensar o escribir un visitante de la plebe...
Para acentuar la deriva pesetera y antipática, que altera las "costumbres" de ambas instituciones, los vigilantes están aleccionados para que nadie haga fotografías; una pena que distorsiona la supuesta función social de las dos instituciones involucradas en el evento, dado que en este caso, más que en otros, sería muy conveniente que los interesados en la cuestión pudieran documentar tanto las obras como los textos que las acompañan, de excepcional interés.
Si ir más lejos, me hubiera gustado dedicar un comentario más amplio sobre esta exposición, pero sospecho que a quienes la han promovido les importa un bledo lo que pueda pensar o escribir un visitante de la plebe...
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