Me pasa Altamira un enlace a la exposición que se ha inaugurado en el MONA, estrechamente vinculado a la figura de David Walsh, personaje que, en algunos aspectos hace pensar en Donald Trump. En la exposición, titulada "On the Origin of Art", se plantea si, como hubiera sugerido Sigmund Freud hace cien años o Leroi-Gourhan y Leming-Emperaire, algo después, no estaremos ante una manifestación cultural íntimamente relacionada con la sexualidad. En relación a ello, Geoffrey Miller, psicólogo evolucionista norteamericano, ha llegado más lejos al enfatizar que, como hubiera dicho Neruda, la creación artística siempre ha formado parte de la estrategia de apareamiento:
"Las personas se asustan con la idea de que las artes visuales cumplen algunas funciones de cortejo (...) Están dispuestos a admitir que se pague a los artistas profesionales, pero no quieren admitir que los artistas echen un polvo. Prefieren tratar la calidad técnico somo si fuera producida por vírgenes altruistas, asexuadas, que persiguen la belleza por sí misma."
Por supuesto, no todos los estudiosos consultados opinan del mismo modo. Brian Boy, amparándose en el ejemplo de Yayoi Kusama, enfatiza el componente social...
"Las personas se asustan con la idea de que las artes visuales cumplen algunas funciones de cortejo (...) Están dispuestos a admitir que se pague a los artistas profesionales, pero no quieren admitir que los artistas echen un polvo. Prefieren tratar la calidad técnico somo si fuera producida por vírgenes altruistas, asexuadas, que persiguen la belleza por sí misma."
Boucher, El baño de diana, 1972, Louvre |
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