Me indica Silvia la existencia del
Museum of Ice Cream, que parece versión USA de nuestro "Museo del Jamón" o del más institucionalizado
"del chocolate" (Astorga). Parece iniciativa extemporánea por cuanto se mancilla una tradición tan noble como la alumbrada hace ya muchos años al amparo de la "instrucción pública". No obstante, si tras recordar la definición ofrecida por el ICOM ("
El museo es una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreo”), nos detenemos con actitud crítica ante la voluntad "recaudatoria" de buena parte de los grandes museos de reconocido prestigio, hasta parece que iniciativas como las mencionadas pueden entenderse como "gestos" simpáticos, que no erosionan el áurea del término "museo". Si un gran museo puede hacer negocio con los derechos de imagen y con el
merchandising, si los museos anteponen la autofinanciación a sus funciones tradicionales, si la conexión entre el museo y la estructura empresarial es tan fluida, por qué no pueden construir museos quienes siempre han vivido de vender productos más o menos placenteros. Al fin y al cabo, el buen jamón, los helados o los chocolates bien hechos, pueden ser objetos de educación, estudio y recreo.
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Foto Kellie Fell. Tomada de cbslosangeleslocal |
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