Los capiteles hispanorromanos (béticos) derivados del orden corintio
Algunos de los capiteles de esta serie ya han aparecido en este blog, especialmente cuando me refería los talleres del siglo IX… Desde lo que informa la propia Mezquita Aljama de Córdoba, aún existiría algún otro argumento para desvincularlos de una iniciativa islámica: si definieran una zona concreta del oratorio, cabría formular la hipótesis de que estos capiteles se hubieran tallado, precisamente, para acotar de algún modo esa zona; eso fue lo que se hizo durante el siglo X bajo la dirección de Yafar.
Desde lo que hoy conocemos, casi aparece de modo natural la hipótesis de que nos encontramos ante un conjunto de capiteles de manifiesta heterogeneidad, que fueron realizados en una situación relativamente paralela a la documentada en Valubilis y en otras muchas zonas del Imperio, que nos habla de un momento en el que, por razones variadas, hubo de ceder la rígida retórica imperial ante la creatividad de unos talleres locales, suficientemente romanizados como para interpretar las fórmulas tradicionales con cierta libertad.
Y ese momento no pudo alejarse mucho del siglo II por razones obvias. A medida que se concretaba la crisis que condujo al Imperio hacia el abismo, seguramente fueron perdiéndose las posibilidades de promocionar grandes edificaciones en honor a los dioses y a los hombres.
La escasa cantidad de capiteles corintios asiáticos, que también documenta la Mezquita Aljama, seguramente es una circunstancia a tener en cuenta, para ayudar a explicar el fenómeno mencionado: la unión de éstos junto con los heterodoxos explicaría la existencia de un cierto empuje constructivo durante la segunda mitad del siglo II y los primeros años del III, cuando menos.
Desde lo que reflejan los capiteles, esa circunstancia no fue exclusiva de la Bética. Encontramos situaciones parecidas en Cartago, Siria, Atenas, en diferentes zonas de la península italiana, muy especialmente en Aquileia. E incluso, en la Galia y en los alrededores del Rin y, por supuesto, en las grandes urbes de Oriente.
En muchas ocasiones se ha enfatizado el paralelismo entre la mezquita cordobesa y la de Cairuán. Se me permitirá que, en esta ocasión, destaque las diferencias y, en especial una que me parece significativa: frente a lo que sucede en la mezquita tunecina, donde abundan los capiteles bizantinos, en la cordobesa no existe ninguno que puede catalogarse con claridad en esa corriente cultural; algunos podrían valorarse con ciertos influjos de esa filiación, pero, en realidad, no hay ningún capitel netamente bizantino. Sin embargo, también allí son relativamente frecuentes las piezas con peculiaridades específicas.
Un detalle significativo: todos los capiteles de este conjunto son de dimensiones considerables, de modo que no pueden proceder de edificaciones modestas y ello empuja desvincularlos de las épocas de mayor penuria económica…
Otro detalle importante: ninguno de los capiteles que veremos se puede relacionar claramente con el cristianismo. Aunque algunos autores los hayan clasificado en “época visigoda”, sólo encontraremos detalles que permitirían ciertas relaciones con referencias que, como ya sabemos, también son forzadas. Y ello sin mencionar que a estas alturas parece claro que con los “capiteles visigodos” pasa lo mismo que con los longobardos, los ostrogodos o los asociados a otros grupos “bárbaros”: las edificaciones relacionadas con esos grupos humanos suelen emplear capiteles reutilizados… No obstante, ello no significa que niegue la posibilidad de que algunos fueran realizados para edificios cristianos; es más, algunos de los que, a mi juicio, son “más evolucionados”, muy bien pudieran haber sido realizados con ese fin.
Desde esas consideraciones, se comprenderá el título que he dispuesto en este apartado: capiteles hispanorromanos; y me consta que es impreciso; sería más adecuado hablar de “capiteles béticos”, pero teniendo en cuenta que alguno puede proceder de la Lusitania, se comprenderá que, con manifiesta injusticia estadística, emplee el término “hispanoromanos”. Y parafraseando al Tenorio, que los andaluces, extremeños y portugueses se peleen por cambiar el nombre si en algún lejano momento tuvieran a bien prestar atención a lo que aquí se dice....
Todos los capiteles de este grupo derivan del orden corintio y ofrecen cualidades que van desde una fidelidad absoluta a la estructura del orden hasta fórmulas relativamente "degeneradas" que, sin embargo, es posible relacionar con las menos evolucionadas. En algunos caso, incluso, es posible establecer entre ellos un proceso evolutivo prácticamente lineal.
Una pieza "suelta" casi "canóniga"
CM0416 |
El CM0416 ofrece una estructura evolucionada, en la que cuesta encontrar la referencia al kalathos en la parte superior, aunque aún existe una mínima alusión. En consonancia, el ábaco, ornado con lengüetas, es de trazo irregular y de escasa curvatura. Lo más original acaso se encuentre en el modo de resolver el conjunto axial mediante una espata cuyas brácteas culminan en aros de los que surgen segmentos que se unen a las volutas interiores. Sin embargo, cuenta con florón vinculado al correspondiente pedúnculo.
Las dos coronas de hojas de acanto apenas se alejan de las fórmulas de los siglos I y II en una técnica de talla demasiado esquemática, casi de dos planos.
La hechura de las volutas, sumamente livianas y, sobre todo, la naturaleza de los acantos, definidos mediante folíolos largos y ojales casi triangulares no permiten adelantar mucho su realización.
Alrededor del año 200, pero hacia el siglo III.
Soporta un cimacio obtenido a partir de la reutilización de un bloque que contiene molduración en una de las caras. Las otras tres responden a la fórmula habitual: tronco de pirámide y reborde prismático,
Primera serie
Existe un grupo de capiteles con estructuras comunes que, sin embargo, definen un proceso evolutivo prácticamente lineal. Están repartidos entre las dos zonas consideradas pero con una circunstancia relevante: es posible que todos ellos estuvieran originalmente en la ampliación del siglo IX.
CM0613 |
El CM0613 puede servir para encabezar un grupo de varios capiteles, que están estructurados de manera convencional, con un cuerpo inferior cilíndrico con dos coronas de hojas de perfil sensiblemente rectangular y peraltado y un cuerpo superior donde se aprecia con claridad un kalathos troncocónico sobre el que se adhieren caulículos, cálices de expresión mínima y pegados a unas volutas asimismo de escasa entidad.
Éste concretamente, cuenta con conjunto axial con una peculiar “anomalía”: el pedúnculo no culmina en el florón, porque éste se apoya en dos acodos que nacen de los discos interiores de las volutas. Enseguida veremos que no todos poseen esta cualidad.
Las volutas exteriores fueron talladas dejando libre el hueco definido entre ellas, el kalathos y el ábaco.
Tiene ábaco de cierta concavidad, decorado en su frente con un motivo que recuerda fórmulas convencionales, pero de interpretación "libre".
Son de especial interés las soluciones empleadas para definir el ornato vegetal mediante agrupaciones de hojas paralelas con una plegada, según modo similar a lo que ofrecen los capiteles corintios asiáticos, con una diferencia relevante: aquí no se marcan hojas afiladas ni ojales muy abiertos, sino todo lo contrario: los ojales son casi lineales y los bordes de las hojas están redondeados
También es relevante el motivo empleado en sustitución de los florones tradicionales: aquí se empleó una flor de multitud de pétalos que, tal vez, intente emular a un girasol.
Sería absurdo negar las circunstancias que avalan su valoración como capitel “evolucionado”; sin embargo…
A la hora de catalogarlo, no creo que, al menos en este caso concreto, se pueda hablar de influencias orientales directas y mucho menos bizantinas; tampoco hay nada que nos permita relacionarlo con el cristianismo. Y aunque, como ya he indicado varias veces, en Córdoba no han nada que permita hablar de influjo bizantino, no creo que en este caso se pueda pensar en una cronología muy avanzada, que fuera una respuesta local a aquellas fórmulas. Parece más “razonable” relacionar este capitel y sus similares con iniciativas locales relativamente tardías, que contando con el caso de Volubilis, no deberíamos llevar más allá del siglo IV.
Siglos III-IV.
CM0520 |
Si no fuera porque la venera no sólo es elemento cristiano, acaso pudiéramos relacionarlo con los capiteles de alguna iglesia primitiva, tal vez, con la ravenática de San Francisco… ¡Precisamente!
CM0620 |
CM0510A |
A destacar en este capitel la manera de resolver el ornato de los tallos centrales de las hojas de “acanto”, con incisiones que definen una especie de espiguilla o doble sogueado. Supongo que este detalle habrá servido a algún estudioso para relacionar a todo el grupo con los capiteles de la diócesis de Astorga… Recuerdo al lector que la doble espiguilla e, incluso, el doble sogueado, son motivos del repertorio romano desde, al menos, el cambio de Era.
El cimacio conserva restos de lo que podría ser ornato geométrico.
CM0401B |
El cimacio es un bloque moldurado romano.
CM0519 |
Debe corresponder al mismo momento que los anteriores.
CM0222 |
También tiene interés advertir que en este capitel no se ha calado el espacio comprendido entre el cesto y las volutas exteriores y que esa circunstancia se ha aprovechado para “enriquecer” esa zona con una gran hoja de folíolos alargados y paralelos.
Siglos III-IV.
CM0319 |
CM0813 |
CM0913 |
CM1010A |
Como ya indiqué líneas atrás, entiendo que esta serie debió ser realizada en un lapso cronológico no muy extenso.
Siglos III-IV.
Otra pieza "suelta"
CM1010C |
El de la mezquita cuenta con caulículos, más o menos ortodoxos, volutas de escasa entidad pero con acompañamiento vegetal y remate helicoidal.
Entiendo que este capitel es menos evolucionado que el de Mérida y sin embargo, creo que debería situarse entre los siglos III y IV. En consecuencia, el de Mérida debía adelantarse hasta el siglo IV, a lo mejor para ofrecer una referencia relevante a lo que se vienen considerando capiteles “visigodos”.
Una pareja probablemente sevillana (o, por supuesto, de Italica)
CM0503 |
CM0301
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Sobre un cesto sensiblemente troncocónico muestra dos coronas de hojas de tamaños similares, con acantos de folíolos alargados y paralelos, sobre los que se pliegan otros curvados y también muy largos para definir ojales casi del mismo tamaño que la hoja plegada. Tal y como se aprecia en otros del mismo lugar, los mencionados pliegues curvados se unen a los de las hojas inmediatas para conformar arcos ultrapasados.
Son muy curiosos los caulículos, desmesuradamente largos, con ornato de espiguilla.
También tiene interés la manera de interpretar el cáliz, combinando folíolos largos y bandas de espiguilla.
Las volutas apuntan cierres a medio camino entre la forma helicoidal y la espiral.
A destacar lo que parecen ser flores circulas distribuidas en los espacios más “vacíos”
Son similares a cinco de Sevilla; uno, muy erosionado, estaba en los Jardines de Murillo (la zona fue objeto de acciones vandálicas en 2016); otro en el Salvador y los otros tres en el Museo Arqueológico, con cartelas contradictorias. El parecido en la calle Corral del Rey está catalogado entre los siglos VI y VII. El aparecido en Itálica se sitúa entre los siglos II y III.
Una serie de inclinación tapizante
En la mezquita del siglo VIII existe otro conjunto de capiteles de concepción relativamente homogénea y diseño desconcertante por cuanto su grado de evolución formal debería estar asociado a algún elemento que los vinculara con algún cambio cultural relevante. Y sin embargo, como veremos enseguida, únicamente las veneras pudieran apuntar en esa dirección…
CM0404 |
El CM0404 tiene estructura de capitel corintio al que únicamente falta un tratamiento correcto del conjunto axial; y lo expreso así porque, en realidad, posee elementos “vegetales” que ocupan el espacio de la espata y el pedúnculo. En una cara, es un tallo rematad en cinco “pimientos” pequeños; en otra, es una especie de “hoja” con incisiones diagonales…
Cuenta con cauñiculos, cáliz con acantos comparables a los del CM1010C, volutas de diseño irregular, veneras en lugar de florones y se manifiesta una clara alusión al kalathos en la parte superior.
El ábaco es de escasa curvatura pero presenta incisiones longitudinales que nos remiten a las molduras tradicionales.
Siglos III-IV.
Sobre él descansa una “cimacio” moldurado y escalonado de época romana.
CM0506 |
El CM0506 es similar al anterior, pero con el ornato más estilizado, de manera que desaparecen los ojales definidos con trépanos de cabeza cónica. Tampoco tiene venera sino flores en los ejes del ábaco.
También está asociado a un “cimacio” moldurado y escalonado de época romana.
CM0512 |
El CMO512 es similar al anterior pero con flores y cartelas.
CM0610B |
Siglos III-IV.
CM0904 |
Soporta “cimacio” escalonado y moldurado.
CM0910B |
Dos piezas "sueltas"
En el patio hay otro capitel, el CMP002, de peculiaridades dignas de ser enfatizadas. Estructuralmente sigue la fórmula del orden corintio con todos los elementos propios del orden, perfectamente marcados, si no tomamos en consideración un “pequeño detalle”, que mencionaré enseguida. En ese sentido, tiene especial interés la manera de definir el borde superior del cesto, mediante moldura lisa. Sin embargo, la interpretación ornamental del orden ofrece “alteraciones” que lo convierten en pieza singular. La más relevante a efectos visuales acaso sea la peculiar configuración del cáliz, que ofrece la apariencia de un tercer orden de hojas, en fórmula que ya hemos visto en otras ocasiones y, muy especialmente, en Volubilis. Ese hiperdesarrollo del cáliz altera el carácter de las áreas centrales, tapadas por el “efecto traslapo”. En consecuencia, no se puede decir que este capitel “carezca” del conjunto axial, sino que el desarrollo del cáliz en su parte interior, “lo tapa”.
CMP002 |
A destacar también la naturaleza de las volutas con remates helicoidales y los florones, que hacen pensar en girasoles.
En el momento de proponer una cronología, volvemos a la cuestión tantas veces mencionada sobre la aparición de fórmulas “degeneradas” o “creativas”. Si no contáramos con el precedente bien documentado de Volubilis, donde existen además capiteles con planteamientos estructurales comparables y otros aún más evolucionados, sería tentador adelantar su cronología. Pero a ello aún deberíamos unir la multitud de variedades locales tempranas documentadas en otros puntos del norte de África (actual Túnez), en la zona del Rin, en la Galia, incluso en Roma, en Aquileia, en Rávena…
Desde un punto de vista de que podríamos valorar como “de formalismo comparado”, parece casi una obviedad reconocer que a partir del siglo II —en algunas zonas, incluso antes— proliferaron talleres que engendraron una diversidad amplia de fórmulas que reinterpretaban las tradiciones sedimentadas entre los siglos I a.C. y II d-C.
En ese contexto, parece más oportuno situar al capitel CMP002 en los alrededores del año 200 y más bien hacia el siglo II que hacia el siglo III.
Roma Museo de los Conservadores
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CM1110 |
Ha sidoo suplementado en la parte inferior, de manera que ofrece un aspecto general “extraño” dada la altura de la primera corona de hojas. Como se aprecia en la imagen, en la readaptación de la pieza los artífices se tomaron la molestia de grabar sobre la pasta de enfoscado incisiones relativamente similares a las de las hojas del capitel original.
Lo más relevante del capitel original: carece de conjunto axial y de cáliz. Las volutas de diseño muy evolucionado, “se apoyan” prácticamente sobre las hojas de la corona superior; lo más frecuente es que esta circunstancia sucede de otro modo: que aparezca un tercer orden de hojas que desplace al forro vegetal de las volutas..
No obstante, a pesar del elevado grado de evolución, está marcada la parte superior del kalathos y unos caulículos de diseño sumario. También cuenta con florones y el ábaco, moldurado según fórmula “antigua”, tiene cierta concavidad.
Hacia el año 300.
Un conjunto heterogéneo con cualidades que los relacionan
En las últimas hileras de la ampliación del siglo IX hay varios capiteles que guardan ciertas relaciones entre ellos y que he recogido a continuación: CM0821, CM0721 CM0521, CM0621, CM0922, CM0522, CM0622, CM0221 y CM0120. Es posible que, aunque ofrecen concepciones estructurales diferentes, procedan del mismo edificio o cuando menos, fueran realizados en un lapso temporal corto.
CM0821 |
Los caulículos, con haz de tres facetas y remate sogueado, asimismo repiten modalidades del siglo I.
También ofrece cierta evolución la asociación cáliz-volutas, mediante fórmula que hemos visto muchas veces, tanto en la Península como en Italia y en el área del Rin: el aparato vegetal se adhiere al geométrico hasta casi impedir la percepción de éste.
El ábaco, que cuenta con cierta concavidad, está ornado con florones de desarrollo vertical, próximos a la idea de “piña” o de espiguilla que, muy probablemente habrá sido interpretada como “clara” relación con “lo mozárabe”. Me excuso por no rebatir lo que me parece una simpleza, por supuesto, si esa relación se interpreta de modo directo.
CM0821. Detalle |
Tampoco en este caso se puede hablar de influencias bizantinas, a no ser que confundamos el acanto de hojas pequeñas con el dentelleado de las fórmulas teodosianas. En cambio, sí se puede hablar de cierta relación con algunas variedades de los capiteles asiáticos.
Es uno de los capiteles que Gómez-Moreno situó en el siglo IX (Ars Hispaniae, fig. 54). Pudiera ser una apreciación equivocada, pero la imagen de este capitel no aparece entre las de los capiteles del siglo IX mencionados por Torres Balbás en su Arte Califal.
Siglos III-IV.
CM0721 |
El CM0721 está colocado junto al anterior, tal vez, con la voluntad de mantener vinculados capiteles de concepción similar o procedentes del mismo sitio.
Apenas se distinguen por pequeños detalles, por una manera menos nítida de definir los acantos y por dejar mayor espacio entre las hojas de la corona superior y las volutas.
En este no se aprecian detalles como el mencionado en el caso anterior entre las volutas y el ábaco; en cambio es muy curioso el conjunto de elementos que se emplean para marcar las zonas angulares del ábaco, con flores entre círculos, que simulan ojos.
Siglos III-IV.
La Mezquita cuenta con tres capiteles relacionados con los anteriores, pero que se distancian de ellos por dos circunstancias estructurales y otra formal. Las estructurales: cuentan con grueso collarino abocelado liso y no se aprecian las volutas, tal vez, “ocultas” tras la formación vegetal que llega a los ángulos. La formal: ofrecen un ornato peculiar que, en unos casos, supone perfiles festoneados y en otros, acantos que hacen pensar en fórmulas antiguas o, mejor aún, en lo indicado en el capitel anterior (CM0821).
En todo caso, teniendo en cuenta la configuración de la parte superior de estos capiteles y de los anteriores, sería absurdo no establecer una relación más o menos directa entre todos ellos.
CM0521 |
El CM0521 ofrece una estructura similar a la del anterior con un ábaco casi sin concavidad y gran espesor relativo. Fue tallado con un relieve bastante apoyado en el juego de biseles pero cierto volumen en la vuelta de las hojas y de las “volutas” angulares.
Está decorado con un tipo de acanto similar al de los capiteles corintios asiáticos, pero en miniatura, para configurar un aspecto que también aquí recuerda los usos de la época de Augusto.
Merece ser destacada la manera de aligerar el conjunto de la parte superior del capitel, mediante caulículos casi lineales, volutas vegetales que nada tienen que ver con las de los corintizantes y además se unen en el centro, para componer una pequeña penca.
A destacar también la manera de ornar el frente del ábaco mediante un rebaje discreto, que lo escalona levemente.
Recordando el juicio de V. Scrinari antes citado, se me ocurre si no entraría en ese universo de “recuperaciones antiguas” el uso de collarino abocelado liso que, como sabemos fue relativamente común en los alrededores del cambio de Era.
Obviamente, podríamos interpretar que se trata de una influencia bizantina, pero en ese caso, ¿por qué no hay otros elementos de la misma filiación cultural?. Reconozco que si en la Bética existieran capiteles expresamente bizantinos, en este caso concreto y en los que veremos a continuación, deberíamos apuntar la posibilidad de que fueran producto de un taller paralelo a los grandes talleres bizantinos.
Como tendremos oportunidad de ver en otra entrada dedicada a los cimacios, éstos tampoco apuntan en esa dirección…
Siglos III-IV
El capitel descansa sobre uno de los fustes (estriado) más ricos de la Mezquita y, a su vez, soporta un cimacio que es fruto de retallar un bloque de perfiles escalonados, que, además contienen en la parte superior una banda de roleos con racimos, cuya realización algunos estudiosos sitúan en el siglo IX. A mi juicio, los relieves del cimacio asociado a este capitel como los del correspondiente al CM0621, son romanos. En cambio, sí parece claro que se eligieron para ornar una zona especialmente importante de la Mezquita.
CM0621 |
La similitud entre ambas piezas se prolonga en el uso puesto que, como el CM0521, también corona otro de los capiteles estriados de la mezquita y soporta un cimacio de interesantes cualidades.
La imagen de este capitel sí aparece en la obra de Torres Balbas (Arte califal), como pieza del siglo IX (fig. 203). Y por supuesto, en la de Gómez-Moreno (fig.54).
Siglos III-IV.
Contiene un cimacio similar al del capitel anterior.
CM0922 |
Existen cuatro capiteles más que es posible relacionar con los anteriores y que establecen la culminación de lo que pudiera ser un proceso evolutivo asociado a la construcción de un único edificio. Comparten con los anteriores ornato festoneado con acantos de hojas cortas, collarino y se alejan de ellos en la eliminación de los caulículos.
Siglos III-IV.
CM0522 |
A destacar en éste el grueso ábaco liso con cierta concavidad y “florones”, ya muy geometrizados.
En todo caso, sería absurdo no reconocer la “distancia” que hay entre este capitel y los corintios más evolucionados de esta serie de gran collarino liso, aunque a efectos de clasificación, ambos deben ser colocados en el mismo nicho.
Aparece citado explícitamente como capitel del siglo IX en el Ars Hispaniae de Gómez-Moreno (fig.56) y también en la de Torres Balbás (fig. 200)
Siglos III-IV.
Soporta un cimacio ornado de cruces, que no fueron borradas.
CM0622 |
CM0221 |
CM0120 |
A destacar en este caso el sogueado que recorre el frente del ábaco.
La pintura con dos tonos en oposición para acentuar el efecto figura-fondo me parece, sencillamente, “magistral”.
Siglos III-IV.
Otros capiteles "sueltos"
CM0610C |
Este capitel cuenta con dos coronas de hojas de alturas diferentes —pudiera ser que fuera recortado en la parte inferior— de perfil similar al de los capiteles de la serie anterior. Además, cuentan con cinco vénulas verticales en paralelo con ornato de espiguilla (o doble sogueado)
Para mayor proximidad, también en éste los caulículos apenas están marcados por un bocel fino rematado con un cáliz sogueado y las volutas casi han desaparecido tras un forro de hojas en peine. Sin embargo, las volutas culminan en remate helicoidal y en la parte superior se aprecia la protuberancia del kalathos, detalle que asegura su vinculación con las fórmulas propias del Imperio de Occidente.
CM0610C. Detalle |
Sin contar con nada específicamente cristiano, es difícil asociar este capitel a esa corriente cultura, pero si tomamos en consideración la naturaleza del ábaco, no sería de extrañar que hubiera sido concebido para soportar un ábaco…
Este capitel no aparece explícitamente en la obra de Gómez Moreno pero sí en la Torres Balbás (fig. 202).
Existe uno en San Cebrián de Mazote, más evolucionado, que podríamos relacionar con éste.
Siglos III-IV.
CM0103 |
Supone un paso muy relevante en el alejamiento de los modelos del siglo I y II. Cuenta con dos coronas de hojas de folíolos alargados y paralelos, que no son muy extraños en el mundo mediterráneo, ya que se conocen piezas con hojas similares en el norte de África (Cartago), en Aquileia…
Cuenta con caulículos sumarios y un cáliz asimismo estilizado, definido mediante incisiones verticales. También tiene volutas de muy escasa entidad y no tiene definido el cesto en la parte superior, de manera que ésta está tallada sobre una especie de prismatoide sumamente irregular.
El ábaco tiene poca curvatura aunque se distinguen incisiones que, tal vez, implicaran en estado original alguna suerte de molduración.
Existía una del mismo tipo en los Jardines de Murillo de Sevilla, donde fue objeto de actividades vandálicas en el año 2016. El de Sevilla, que carece de ábaco, seguramente cercenado por razones ignoradas, se ha empleado como modelo del que se han sacado varias copias para sustituir a los que había.
Siglos III-IV,
Cartago
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Copia del capitel que había en los Jardines de Murillo (Sevilla) hasta 2016 |
CM0606 |
Es desacostumbradamente peraltado y cuenta con estructura de cesto sensiblemente cilíndrico, ensanchado en la parte superior hasta adquirir forma de tronco de cono bastante regular; dos coronas de hojas de tamaños desiguales, más alta la corona superior que la inferior; “acantos” definidos mediante folíolos paralelos, alargados y curvados, sin elementos plegados. Existen caulículos que ocupan todo el espacio comprendido entre las hojas de la corona alta; de ello brotan una reducidas volutas, acompañadas de ”aparato vegetal”, en forma de folíolos verticales. Pero seguramente, lo más relevante es la mencionada concepción tapizante con la que se decoró este insólito capitel, donde conviden múltiples motivos bien conocidos: arquillos invertidos en la parte superior del cesto, espiguillas, perlados, yemas de tres ápices, etc., etc.
Aunque se han perdido las esquinas del ábaco, es posible que éste fuera de trazado mixtilíneo y de frente liso, sin ornato alguno; en todo caso, sumamente estrecho. Ello nos conduciría a plantear la posibilidad de que se trate de un capitel concebido para soportar sobre-ábaco. Si así fuera, estaríamos ante un extraño ejemplar de sorprendente influencia bizantina, dado que los elementos ornamentales empleados en él están bastante alejados de las fórmulas del Imperio Romano de Oriente.
Alrededores del año 400.
Soporta un “cimacio” romano de sección moldurada muy sencilla: segmento vertical recto, S y segmento vertical recto.
CM0206 |
Lo que se ve del cesto en la parte superior no respeta el diseño troncocónico.
En todo caso, se aprecia el diseño mixtilíneo del ábaco, que debería hacernos pensar en fórmulas que, de momento, sólo me ha sido posible documentar entre lo bizantino. No obstante, teniendo en cuenta la riqueza de los artífices hispanorromanos, me parece oportuno abrir la posibilidad de que el uso de sobreábacos fuera anterior a la aparición de los prototipos bizantinos. En ese sentido, la asociación de los CM0206 y CM0606 con los CM0503 y CM0301C estaría justificada porque los cuatro poseen ábacos de escaso espesor, que podrían justificar el uso de sobreábacos. Lógicamente, la aparición de uno del mismo grupo tipológico que los CM0503 y CM0301C en Itálica podría ser un dato significativo.
Siglos IV-VI, pero con mayor probabilidad de que fuera realizado en los alrededores del año 400.
Sobre él hay un “cimacio” moldurado y escalonado, probablemente, de época romana.
Reconsideración
Los criterios de ordenación de estas series derivan, por una parte, de la imposibilidad de que algunos de los capiteles integrados en ellas fueran realizados durante el siglo IX. Si no fueron realizados en el siglo IX, no caben muchas posibilidades, sobre todo si tenemos en cuenta lo disminuidas que estaban las capacidades de los talleres tardoantiguos en todo el mundo mediterráneo. En ese sentido, la carga hipotética que ha servido para definir esta entrada no es demasiado alta. Sólo quien siga creyendo que en "época visigoda" se afrontaron grandes iniciativas constructivas con el poyo de artesanos experimentados entenderán que situar entre los siglos III y IV los capiteles mencionados es un dislate.
Además hay una circunstancia, a mi juicio, muy relevante: el tamaño de los capiteles impide que podamos pensar en las edificaciones de "escala menor" que serían propias de los tiempos de la expansión de las villas...
Para quienes no se manifiesten escépticos ante estas tesis aún debo hacer notar una cuestión mencionada muchas veces en este blog: que, en realidad, algunas piezas "evolucionadas" fueran realizadas antes del año 200. Confieso que no me extrañaría en absoluto que, en cualquier momento, aparezcan piezas muy "evolucionadas" en contexto perfectamente definido del siglo I. Echar un vistazo a los restos de Aquileia, por ejemplo, ayuda a entender mi prudencia.
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