Por Andrea López Montero
Y nos sorprendía la película de Labute. Está claro que la realidad siempre supera la ficción. Mejor vivir en la literatura.
A raíz del artículo aparecido en la prensa...
En un tema tan peliagudo como la muerte, generadora de las grandes cuestiones de la existencia, destino que nos iguala; y que en caso de no ser ocultado por los mecanismos de la fe y la religión, nos asusta.
Y ahora este artista se aprovecha de lo universal de la misma para centrarse en la polémica del contenido artístico; sinceramente ¿hemos de creer que esto es arte?
El hecho de convertir a un moribundo en objeto artístico expositivo, creo, se sitúa en los límites de toda ética. Y el discurso del “artista” en este caso no creo que pueda dotar de humanidad y convencimiento a su proyecto, dadas las contradicciones en que se embarga, y no es de extrañar.
Y es que no creo que los defensores de una muerte digna vean dicha dignidad en hacer de la misma un mero espectáculo.
“La belleza de la muerte” idea que dice le persigue. “Lo bello no es sino el primer grado de lo terrible” que decía Rilke.
Y lo terrible esta en la seducción que nos provoca el sufrimiento ajeno y que data de la crueldad natural del ser humano y cuya educación y avance debería limitar en cualquier caso, vuelve a estar hoy en la superficie, argumentadamente enmascarada, eso sí.
La belleza asociada a la violencia; el placer de la tortura; el morbo que atrae irremediablemente a las masas.
Desde luego el tema de la muerte ha dado y dará para mucho en todos los ámbitos; ahora de eso a convertir al moribundo en elemento central de la exposición creo hay un paso aunque no haya sido este hombre el primero en darlo. No puede considerarse algo innovador. El muerto o el riesgo de muerte como espectáculo es una constante. Temática morbosa argumentada por el “artista” que pretende quitarnos el miedo a la muerte… ¿viendo como un tío muere?
La realidad de la agonía, las salas de cuidados intensivos y los quirófanos; realidades cotidianas incómodas: es obvio ¿pero desde cuando han sido de otra manera? La muerte no es elegante. Sencillamente es.
Imágenes de muertos nos bombardean diariamente, pero no constituirán una inhibición ante la propia muerte, es un estímulo distinto e incomparable. Cuando nos toque, haber quién no tiene miedo…
Construir un lugar hermoso para la muerte ¿una galería donde ser visitado como si de un jarrón se tratase? Creo que la dignidad y la protección no las veo por ninguna parte, si es lo que reclama “el artista”:… dignidad y protección para morir; convertir a un moribundo en objeto artístico a visitar no creo que sea la mejor forma.
El hecho de que este artista abogue por un orden de visitas a los amantes del arte me hace preguntarme: ¿Cuántos amantes de este arte habrá? ¿Cuántos irán creyéndose la argumentación de la “obra”?
Esta “provocación”, que no es tal, solo se entiende en componentes económicos, en la atracción de los estímulos bajos que rigen la naturaleza humana.
Hasta que punto debemos frenar nuestra “curiosidad” ante este tipo de actos. ¿Queda algún tipo de valor social a parte de la mera teórica religiosa? ¿Todo vale?
Y luego alguno se escandaliza de que aun hoy exista el espectáculo taurino, ¡tan primitivo y bárbaro! En una sociedad tan desarrollada como la nuestra…. ¡Ay!
Si actividades como esta son calificadas como obras artísticas, y otras de índole similar han sido amparadas y difundidas por los organismos de arte en despunte, tanto lo mismo daría calificar lo taurino como arte.
Desde luego por “conmover”, conmueven ambos.
Por último me pregunto qué lleva a una persona a convertirse en un objeto artístico de estas calidades ¿hasta qué punto lo hace de manera voluntaria creyéndose la argumentación del artista o está tentado por otros menesteres? ¿Qué seducción encuentra en que le vean morir?
Y nos sorprendía la película de Labute. Está claro que la realidad siempre supera la ficción. Mejor vivir en la literatura.
A raíz del artículo aparecido en la prensa...
En un tema tan peliagudo como la muerte, generadora de las grandes cuestiones de la existencia, destino que nos iguala; y que en caso de no ser ocultado por los mecanismos de la fe y la religión, nos asusta.
Y ahora este artista se aprovecha de lo universal de la misma para centrarse en la polémica del contenido artístico; sinceramente ¿hemos de creer que esto es arte?
El hecho de convertir a un moribundo en objeto artístico expositivo, creo, se sitúa en los límites de toda ética. Y el discurso del “artista” en este caso no creo que pueda dotar de humanidad y convencimiento a su proyecto, dadas las contradicciones en que se embarga, y no es de extrañar.
Y es que no creo que los defensores de una muerte digna vean dicha dignidad en hacer de la misma un mero espectáculo.
“La belleza de la muerte” idea que dice le persigue. “Lo bello no es sino el primer grado de lo terrible” que decía Rilke.
Y lo terrible esta en la seducción que nos provoca el sufrimiento ajeno y que data de la crueldad natural del ser humano y cuya educación y avance debería limitar en cualquier caso, vuelve a estar hoy en la superficie, argumentadamente enmascarada, eso sí.
La belleza asociada a la violencia; el placer de la tortura; el morbo que atrae irremediablemente a las masas.
Desde luego el tema de la muerte ha dado y dará para mucho en todos los ámbitos; ahora de eso a convertir al moribundo en elemento central de la exposición creo hay un paso aunque no haya sido este hombre el primero en darlo. No puede considerarse algo innovador. El muerto o el riesgo de muerte como espectáculo es una constante. Temática morbosa argumentada por el “artista” que pretende quitarnos el miedo a la muerte… ¿viendo como un tío muere?
La realidad de la agonía, las salas de cuidados intensivos y los quirófanos; realidades cotidianas incómodas: es obvio ¿pero desde cuando han sido de otra manera? La muerte no es elegante. Sencillamente es.
Imágenes de muertos nos bombardean diariamente, pero no constituirán una inhibición ante la propia muerte, es un estímulo distinto e incomparable. Cuando nos toque, haber quién no tiene miedo…
Construir un lugar hermoso para la muerte ¿una galería donde ser visitado como si de un jarrón se tratase? Creo que la dignidad y la protección no las veo por ninguna parte, si es lo que reclama “el artista”:… dignidad y protección para morir; convertir a un moribundo en objeto artístico a visitar no creo que sea la mejor forma.
El hecho de que este artista abogue por un orden de visitas a los amantes del arte me hace preguntarme: ¿Cuántos amantes de este arte habrá? ¿Cuántos irán creyéndose la argumentación de la “obra”?
Esta “provocación”, que no es tal, solo se entiende en componentes económicos, en la atracción de los estímulos bajos que rigen la naturaleza humana.
Hasta que punto debemos frenar nuestra “curiosidad” ante este tipo de actos. ¿Queda algún tipo de valor social a parte de la mera teórica religiosa? ¿Todo vale?
Y luego alguno se escandaliza de que aun hoy exista el espectáculo taurino, ¡tan primitivo y bárbaro! En una sociedad tan desarrollada como la nuestra…. ¡Ay!
Si actividades como esta son calificadas como obras artísticas, y otras de índole similar han sido amparadas y difundidas por los organismos de arte en despunte, tanto lo mismo daría calificar lo taurino como arte.
Desde luego por “conmover”, conmueven ambos.
Por último me pregunto qué lleva a una persona a convertirse en un objeto artístico de estas calidades ¿hasta qué punto lo hace de manera voluntaria creyéndose la argumentación del artista o está tentado por otros menesteres? ¿Qué seducción encuentra en que le vean morir?
Como tú dices, parece que todo vale ya
ResponderEliminarMe parece algo atroz poder considerar arte algo como esto...
No tiene ni punto de comparación con otras exposiciones aparentemente parecidas, como la ya famosa "Bodies", donde aparte de no estar viendo arte de primera categoría se tratan las cosas con bastante dignidad y con más finalidad científica que artística
Esto en cambio es ver agonizar a una persona, de manera completamente gratuita (en sentido figurado, aquí el amigo se forrará)
Por cierto, el tema ha generado algo de tensión en el foro, una chica a la que hace poco se le murió su abuela, no le ha hecho gracia esta exposición... Intentemos tratar el tema con cuidado en la clase...
Salud
Está claro que este hombre seguro que no, pero alguien cercano a él debe de sacar algo de todo este asunto, no creo que nadie quisiese morir bajo al atenta mirada de personas desconocidas y menos sin sacar nada a cambio. A lo mejor puede resultar fuerte que yo diga que para mí la utilización de la muerte como "espectáculo" solo me emite referencias directas con la pena de muerte, porque podeís no estar de acuerdo conmigo. Sospecho que en el tema de esta exposición hay algo que huele mal, de todas formas no entiendo como la imagen de la Venus desnuda de Cranach puede levantar tanta polémica en una sociedad y que el que una persona vaya a morir como un acto artístico no levante ni el más mínimo revuelo, cada vez estamos más abducidos por lo que en principio era ficción y en la actualidad desgraciadamente es la pura realidad, cada vez nos importa menos temas de este tipo y nos atrae más el morbo. ¿será que nos importan más asuntos menos trascendentes, que la propia muerte de un ser humano? ¡¡A dónde vamos a llegar!!
ResponderEliminar¿ Que institución comprará la obra ?
ResponderEliminarAl margen de las dificultades éticas y estéticas que esta acción presenta, merece recordar lo que Perela trató el miércoles en clase: desligar el espectáculo por sí mismo del acto artístico. Y es verdad que este peep-show agonizante carece de gusto.
El eco de estas noticias, ¿no es la reacción esperada? Si algo verdaderamente nos disgusta, lo mejor sería ignorarlo. En la sociedad de los media, la única forma de hacer daño es hacerse el tonto, ignorar. Algo que pasa desapercibido es un fracaso… Hay objetos que se transforman en arte debido a la popularidad que acumulan. Sin esto, no hay nada.
ResponderEliminarBueno, habría que matizar una cosa, da lo mismo el bombo que le demos, ya se encargan los medios de "provocar" el debate público. En cualquier caso, cuanto menos atención prestemos al asunto, mejor.
Vuelvo a recordar una frase de Norman Bryson : El espectador es un intérprete, y el asunto es que puesto que la interpretación cambia conforme cambia la realidad, la historia del arte no puede pretender un conocimiento definitivo o absoluto de su objeto.
¿Y esta frase qué? ¿hace o no hace pupa? ¿qué sabemos realmente de ese objeto? ¿que sabemos sobre nuestra percepción? O mejor dicho, el papel de nuestra percepción en la aprehensión de un objeto. ¿Capturamos, hacemos nuestro? ¿Entendemos? ¿Comprendemos? ¿Conocemos?...
Interpretamos lo que vemos. Si buscamos una verdad, creemos "conocer" eso que vemos. Si buscamos divertimento (placer), nos basta con "imaginar" lo que vemos.
Respecto al asunto en cuestión... no dudo que si hiciéramos publicidad, la gente empezaría a construir vídeos con su muerte en directo. Sobre todo lo harían aquellos cuyos delirios de grandeza rozan lo extremo. Hemos visto de todo tras la pantalla de un televisor, hemos visto "capturas" congeladas durante las guerras de gente agonizando a las que llamamos "arte". Poco más nos queda por ver.
Dejaremos de preocuparnos cuando cambiemos de concepto y esperemos menos de ese gran saco al que llamamos arte. Solamente tenemos que abrir el saco y vaciar su contenido para alucinar en colores.
Si el moribundo decidiera filmar su muerte en directo para reivindicar tal o cual cosa, no pasaría nada. Aquí el problema es la "teoría" absurda que va unida al "evento". Las chorradas que dirá el artista y las que publicarán en el catálogo de la galería.
E insisto, el moribundo es un ego maniaco que probablemente ha perdido el juicio o no ha podido hacerse famoso a tiempo. O ama tanto el arte que quiere ser una obra de arte moderno "instalación/performance/happening". Quizás se permita a los espectadores hablar con este hombre. Un happening total.
Yo preferiría donar mi esqueleto a Damien Hirst y que lo cubriera de piedras brillantes...
Para finalizar. Creo que no tenemos que mezclar esto con la "muerte", la "vida", la "decencia" y restos morales asociados a estos conceptos. Aunque el artista claramente meta ahí el dedo para hacer un poco el payaso. Si se profundiza sobre la idea de la muerte, la pérdida, y se mezcla con el espectáculo, la galería, el Arte, nuestros muertos... podemos terminar boxeando y agotados. Sin haber aprendido nada.
Primero fue un perro. Ahora un tipo rico. Nos queda un siguiente paso. Transformar la galería en un féretro, o un sarcófago... Y ahora estoy pensando en uno de mis primeros contactos con el Arte, en el museo arqueológico; aquella vasija llena de huesos y aquellas momias radiografiadas...
Querida Raquel... vas por muy buen camino... tus sospechas arrojan bastante luz al asunto.
ResponderEliminarSi sigues así te recomendaré un librito que no trata sobre arte sino sobre este desquiciado mundo, su hipocresía y el absurdo de esta sociedad nuestra tan superespecial. Por supuesto no está editado. Lo escribió un amigo mío.
El problema es que no hay respuesta a tu sabia pregunta. Solo nos queda reirnos mucho. Piensa sino en todas esas fotos que son portada de los periódicos y de las noticias que muestran a seres destruídos por el hambre, el odio, la enfermedad... ¿Para qué nos las muestran así? En serio. ¿Para qué?
Sin poder evitar ir al grano, te diré que los asuntos trascendentes e importantes suelen pasar desapercibidos porque se han transformado en una pantomima hecha foto, imagen, vídeo, mensaje; los conceptos son como payasos. Imagina a un ser estúpido que puede caer en la mano de cualquiera y transformarse y cambiar de cara obscenamente. Eso ocurre con la mayoría de las cosas verdaderamente importantes.
De esta manera, resulta imposible en ciertos ambientes algo tan simple como profundizar sobre una percepción o un sentimiento. Profundizar de verdad. O sea, tratar sobre cosas humanas, no sobre abstracciones y aspiracionales que sólo están de paso.
En fin.
Saludos
Querida Vera: solo una cuestion...¿de todo lo que nos disgusta tenemos que pasar de largo sin prestar interes?¿todo eso podriamos terminar en un relativismo que no se compromete con lo que nos rodea? Si algo te disgusta o no te gusta, lo mejor es enfrentarte a ello, plantarle cara y tomar conciencia en lugar de actuar indiferente.¿No te parece? En cuanto a la obra del artista me parece, que aunque la moral no es lo que se lleve de moda, si esa persona en lugar de ser un vagabundo, fuese alguien de"mas status" nos pareceria insultante la exposicion, entonces ¿como actuar? yo creo que es una infravaloracion de esa persona, fuera cual fuese su estado.
ResponderEliminar-¿De todo lo que nos disgusta tenemos que pasar de largo sin prestar interés?
ResponderEliminarNo. Somos libres de opinar. Pero si algo se produce por y para crear polémica y si esta se crea, el producto es un éxito. Ejemplo: Risto mejide y Operación Triunfo. Además, hablamos de obras de arte, no de matanzas sin sentido en plazas públicas (acto que, por cierto, genera menos debate).
Aunque el producto artístico en cuestión nos parezca aberrante, por desgracia, nuestras críticas lo alimentan.
Eso no lo digo yo. Está calculado al milímetro.
-¿Todo eso podríamos terminar en un relativismo que no se compromete con lo que nos rodea?
No. El relativismo no tiene nada que ver con eso. Una postura relativista sería decir: No sé, puede que eso sea arte, al menos, está causando alboroto y lo que causa alboroto, como dijo Psthauer (gran filósofo norarlandés), tiene un marcado carácter incorpóreo que pone en tela de juicio la praxis versus la mera forma emergente del factum. Además, se han pagado 3 millones de euros por la obra, yo no la entiendo, tú tampoco, tampoco entendemos lo que dice el filósofo, ¿seremos tontos?... De aquí al “todo vale” hay un pasito. Relativismo supone coger la teoría de la relatividad de Einstein y malearla, pervertirla y adaptarla (falseándola, por supuesto) para el gran público que ni de coña se va a parar a estudiarla a fondo. Más que nada porque no la entenderían. De todas formas, pasar de opinar sobre este individuo y su obra no significa ser relativista, más bien todo lo contrario.
- Si algo te disgusta o no te gusta, lo mejor es enfrentarte a ello, plantarle cara y tomar conciencia en lugar de actuar indiferente.¿No te parece?
Si, me parece. Y aunque parezca que no sé lo que digo, la mejor forma de plantarle cara a algo hoy es ignorarlo. Pero esto, es solamente una opinión. Si uno planta cara a algo es para obtener resultados ¿Qué resultado obtenemos dando bombo al asunto?
Por último decirte que la moral no es algo que esté o no de moda. Es algo inherente al ser humano (e independiente de las tendencias, al menos, debería serlo).
Por desgracia, lo que llamamos sentimiento moral, solamente se enciende cuando alguien activa algo para que se nos encienda. Es muy fácil “crear/producir” una noticia para que cause polémica.
Sin embargo, nadie se plantea tirar los móviles a la basura, dejar de consumir chocolate (hablo del que se hace del cacao que se trabajan muchos niños muy lejos de nuestras casas y que luego sale en bolsa para que lo compren nuestras grandes empresas al mejor precio) y dejar de visitar las galerías de arte. Eso si que sería una reacción interesante. No protestar y darle bombo a ciertos asuntos.
No entiendo tu última frase; sea rico o vagabundo el moribundo, lo que cambiaría es el discurso petardo del artista y de los críticos asociados. Nada más. El estúpido hecho sería el mismo.
Y por supuesto, no estamos infravalorando a nadie. Las preguntas solo deben hacerse al artista, a los que le apoyan (los que ponen la pasta) y al moribundo. Ellos saben lo que hacen.
Por ponerme más pijotera. Imaginemos que alguien “paga” a un mendigo para estar ahí, o mejor… imaginemos que alguien que se está muriendo recibe un cheque para mantener a su familia muerta de hambre a cambio de mostrar su muerte en directo a los visitantes de la galería y a todos los demás que orquestan la acción… ¿Qué haríamos? Obviamente escandalizarnos por el uso y abuso de una persona que se encuentra en situación desesperada. ¿Cuántas veces se ha hecho esto y se sigue haciendo segundo a segundo?
Saludos :-)
La palabra "arte" desencadena fenómenos mágicos...
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