jueves, 15 de mayo de 2008

Acotaciones al texto de Ignacio Navas

Por Miguel Ángel Rego Robles

Acerca del artículo de la preprogramación genética escrito por Ignacio
Navas, me ha incitado a reflexionar sobre algunas de las preguntas que
expone y sobre opiniones que plasma.
Destaca que el arte parisino; bohemio de la época, fue el ambiente artístico que imperaba en esa época porque como ya hemos visto, el arte va ligado a la situación social/cultural de cada periodo. Actualmente, esa forma de vida no es considerada como el ambiente reinante, pero aun así sigue siendo una forma de vida. La motivación implícita en el ser humano, las exigencias del ego, son en muchas ocasiones esas formas de vida, y aun más si la persona en cuestión es de las que intentan dar la espalda al sistema y se encuentra “necesitado” de alternativas.
Enfatizando en el arte actual, podemos crear comparación entre los precios de las obras y los sueldos de los futbolistas. Arte al igual que fútbol solapándose como uno de los ápices fundamentales del capitalismo, el entretenimiento/consumo/sensacionalismo (con grandes diferencias obviamente). Eso es lo que quieren difundir magnates del arte contemporáneo, como los del Guggenheim, Arte = Entretenimiento = Distracción ante los verdaderos problemas (y ya de paso sacando tajada en ciudades como Abu Dhabi) Guggenheim = Campo de fútbol (hablando en términos arquitectónicos, cada vez mas futuristas y extraordinarios perceptivamente hablando). Es cierto que el precio del arte lo ponemos nosotros aunque también cierto que está amparado y tolerado por los mandatarios, al igual que el dinero desorbitado que vemos cada día en medios de comunicación dentro del mundo del fútbol. El arte por tanto, se ha convertido en un motor más del sistema, en el que se apoya, ahora los artistas juegan a ser Dios conmocionando nuestra mente con artimañas que tocan esos mecanismos de preprogramación genética.
El arte actual, lo incluyes solo en círculos elitistas, cosa que discrepo, ya que, como marca la globalización, se intenta llegar al máximo público posible (globalización mercantil), por tanto, el MOMA Art como yo lo llamo, plantea sensacionalismo en la “sociedad no elitista”, y admiración en la “sociedad elitista”. Hago un inciso en mitad de este escrito para diferenciar y definir, según lo hace un libro que recomiendo (En busca de un nuevo orden –Ralph Dahrendorf) estos dos términos y como han jugado su papel en la implantación, evolución y en su situación actual. Se plantea, con la globalización (eliminación de los estados/naciones por una forma de gobierno más efectiva) se intenta la aparición de un sistema o mercado económico común, pero al mismo tiempo se creó un mercado denominado de economía sumergida como es el caso de las mafias de narcotráfico. Además iba ligada la multiculturalidad, (que todo el mundo conociera la cultura de los otros) pero lo que se ha conseguido, sobre todo por el efecto de la inmigración, es que en las grandes ciudades multiculturales como
Londres, existan varias culturas pero realmente separadas en diferentes barrios. Relacionándolo con el mundo del arte, cuando se pone como excusa la globalización o la incentivación de multiculturalidad como en los casos de Abu Dhabi o la puesta en marcha de la globalización estética para monopolizar la experiencia. ¿Hasta que punto nos quieren vender el término multicultural para hacernos pensar que quieren que el mundo entero visualice el arte de los demás?¿Simulacro? Siguiendo con esta idea de globalización, la idea actual de museo se adapta a dicho término. Poniendo el ejemplo de la exposición de Picasso, los diferentes “consumidores” que nos podemos encontrar son: estudiantes y personas conocedoras de la evolución y vida artística de Picasso, gente no conocedora, y gente no conocedora pero guiada e informada para contemplar y comprender la exposición. En todos los casos sublimación, aunque de diferentes tipos.
¿Nadie posee una experiencia artística en la época actual? No creo que sea así. Precisamente al poseer cierta experiencia, somos capaces de ser críticos con lo que percibimos, tener una opinión personal propia.
¿Por qué las exposiciones? Interés institucional, por haberlo, lo hay, pero bienvenido sea poder tener la obra de Picasso a unos minutos de casa, ya sea por auto remuneración intelectual o consumista. Quizá el sistema en el que vivimos también se sostenga en esta base, el Reina Sofía nos parece algo que nos sirve de sublimación, el propio sistema actúa de tal manera que nos ofrece ”consumo gusto” con esa finalidad, acercándose al extremo ya hace bastantes años, basándose en una automatización severa de la sociedad para ser simples piezas más del puzle, con un salario paupérrimo, donde apenas tenemos unas horas la fin de semana para desligarnos de él y de nuevo caer en sus redes; el consumo alimentando este círculo vicioso. Interesante el libro Utopía de Tomas Moro en cuanto a este respecto.
Varios matices de la evolución artística:
Bohemios parisinos = Necesidad de un modelo de vida.
Arte conceptual = Aprovechamiento del modelo freudiano para poseer la sublimidad y “poseer” la mente de los espectadores.
Consumismo = Publicidad Cranach, exposición con perro muriéndose, exposición de hombre muriéndose.
La obra Homenaje a Nueva York de Jean Tinguely refleja este pensamiento (curiosamente dentro de este movimiento).
Las altas instituciones se encargan de comprar nuestras sublimaciones, entramos en la sociedad del conocimiento, pero no tenemos en cuenta que ellos son más poderosos (gracias a su poder adquisitivo, como dice Andrea en una de las contestaciones a este articulo, ya que es el verdadero trono del rey) y siempre obtienen ventaja ante la sociedad que sostiene el sistema, así que ese conocimiento es jugado a favor de ellos, ¿se han leído por tanto el modelo freudiano? Lo tienen más que estudiado. Comprando esas necesidades que nos exige el ego y por tanto mercantilizando nuestra vida; solo la creación artística no nos hace partícipes del consumismo y por tanto nos hace estar al margen del sistema (siempre y cuando se jueguen bien las cartas, ya que en un mero suspiro y sin darte cuenta puedes estas ligado a ellos). Si al final acabamos siendo creativos artísticos de profesión acabaremos siendo un producto más para otro numeroso grupo de gente que necesita del consumo para autosatisfacerse. Creatividad no vendida a instituciones como en el caso del Desyellow, a pesar de intereses especulativos que pueda haber detrás de la reapertura de estos lugares.
Iniciativa alternativa de arte, que está sujeta a los grandes magnates y que a su vez desafían al sistema, una vía de escape de la que se intenta explotar por otros caminos pero que lo directo causa efecto sublimacional sin tener que desembolsar dinero y que inspira esa creatividad en el espectador, juego peligroso a lo que se exponen políticos/magnates. Al respecto de esto, es normal que se haga hincapié en “planes Bolonia” y cualquier forma de desaparición de lo artístico como pedagogía. Lo cierto es que no poseo mucha información acerca de los departamentos pedagógicos del Thyssen o del Guggenheim, pero ¿No estará todo unido con la globalización antes planteada?

1 comentario:

  1. Afortunadamente, el concepto "Dr. NO", Octopus o Fu-Manchú como conspiradores globales sólo es un mito.

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