martes, 29 de septiembre de 2009

Berlín, Museo de Arquitectura

Para completar la visita a Turquía, convenía acudir a Berlín... y acercarse al Museo de Pérgamo. Cosas de la rapiña imperialista y de la torpeza de la marginalidad. En todo caso, aunque el problema de los restos "adquiridos" en los países requiera una solución más acorde con la situación sociocultural actual, no se puede negar la importante aportación de las legaciones arqueológicas alemanas en la zona mediterránea... incluida la península Ibérica.Y me ha sorprendido muy positivamente contemplar cómo se están "aclimatando" los museos alemanes (al menos, los que he visitado) a las circunstancias actuales. Aunque los precios son algo caros, existen fórmulas que los hacen asequibles y algunas tardes son gratuitos. Los vigilantes permiten tomar fotografías y, salvo en situaciones muy concretas, la iluminación es adecuada para obtener imágenes aceptables. Aunque parezca sorprendente, no se organizan tumultos de turistas enloquecidos con cámaras en las manos. Y lo más importante: las autoridades culturales mantienen la vocación educativa de estas instituciones... acaso porque aún está muy arraigada la idea de que la formación cultural es un factor de poder muy importante.
Aunque sea odioso comparar la tortilla de patatas con las salchichas de Frankfurt, merece la pena viajar a Berlín sólo para dar un paseo por la Isla de los Museos, incluso contando con la retirada de Nefertiti, descansando hasta que abra las puertas el nuevo edificio dedicado a la colección egipcia.
Argumentaba Wenceslao Fernández Flórez que los pecados capitales eran motor y sustrato del desarrollo cultural... Si la arquitectura madrileña es fruto del maridaje entre la codicia de los especuladores y la ambición de los faraones, en Berlín todo nace, en primer lugar de la ira (la ciudad fue aniquilada durante la Segunda Guerra Mundial) y de la combinación los otros pecados, en proporción diferente de la madrileña, bajo el imperio de una "lógica" extraña al sur de los Pirineos.
Si hasta hace unos días creía difícil encontrar un lugar con mayor expansión arquitectónica que Madrid, ahora debo manifestar arrepentimiento solemne por tanta petulancia provinciana. Tomen nota Albertosis I, el seguramente fallido faraón olímpico, Esperanza-Fuencisla, el alcalde de Segovia (empeñado en obtener la capitalidad cultural) y las autoridades culturales españolas en general, siempre proclives al "milongueo" cosmético, porque España no está haciendo lo necesario para ofrecer una oferta cultural mínimamente comparable a la de otros países europeos. Y, en el aspecto arquitectónico, la hegemonía de Berlín va para largo por múltiples razones. La primera: una gestión ejemplar dentro de las posibilidades del sistema liberal. La segunda: una sensibilidad social mucho más receptiva al "hecho cultural", arraigada durante el siglo XIX. La tercera: para no caer en el caos urbanístico, preconizado por los más pesimistas, la ciudad está obligada a asumir un proceso expansivo jamás visto a lo largo de la Historia.

Desde 1945 Berlín fue laboratorio donde compitieron los modelos socialista y capitalista, respectivamente respaldados por el dinero americano y la propaganda soviética, para conformar una dualidad extraña, engendrada por una especia de espejo anti-simétrico, de dos áreas metropolitanas fuertemente caracterizadas en sus cualidades respectivas... La visité allá por los 70... La zona occidental me pareció vital pero espantosa, como algunos cuentos "infantiles"; la oriental, apabullante y siniestra.
La caída del muro ha obligado a reunificar la ciudad de "las dos almas negras" y el resultado ha supuesto una metamorfosis extraordinaria. Para ello ha sido necesario afrontar una empresa titánica, encauzada tanto en el aspecto urbanístico (infraestructuras, viales, transportes, etc.) como en el edilicio. Y en este último, en dos vertientes diferentes: la construcción de edificios nuevos y la rehabilitación de los antiguos, que presuponen la revitalización de los duendecillos especulativos y de sus nefastas consecuencias.
El resultado: con múltiples debilidades, Berlín se ha convertido en un colosal museo, donde podríamos repasar la historia de la arquitectura europea desde el año 1945, pero donde brillan con especial fuerza los proyectos posteriores al 9 de noviembre de 1989.
La fase más activa (1989-2009) se abre con un edificio singular y, según quien lo contemple, polémico, el Museo Judío de Daniel Libeskind. ¿Lo más destacable del conjunto global? Desde mi punto de vista, condicionada por las limitaciones de quien se asombra con cualquier cosa, en primer lugar muy destacado debe colocarse la reconstrucción del Reichstag, según proyecto de Sir Norman Foster , obligado a incluir una cúpula. Olvidada la polémica con Calatrava, se ha convertido en uno de los puntos de atracción turística más importantes de la capital alemana. Y, francamente, merece la pena hacer cola y soportar el exhaustivo control de seguridad para recorrerla sobre una pasarela de sustentación milagrosa, que, a su vez, nos proporciona una panorámica espléndida de las inmediaciones.
Según mi apreciación, el segundo gran jalón está en la Postdamer Plaz, donde se celebra la Berlinale; allí se acometió una ambiciosa reforma urbanística, donde destaca el Sony Center (Peter Walker), de concepción escenográfica, tal vez, demasiado espectacular por la noche, pero, en todo caso, muy vistoso.
Existen obras de Gehry (DZ Bank), Calatrava (puente Kroprinzen), Nouvel (Galleries Lafayette), I. M. Pei (Museo Alemán de Historia), Zaha Hadid... Importantes remodelaciones (Isla de los Museos), reconstrucciones (Palacio Real), etc. Todos ellos, cuando menos, estéticamente interesantes. Me ha gustado la interpretación formal que Jean Nouvel hizo del edificio parisino, aunque sean tan obvias las debilidades funcionales. El banco DZ, construido en las inmediaciones de la puerta de Brandeburgo, es un curioso ejemplo de síntesis entre lo "racional" y lo "visceral", entre lo geométrico y lo orgánico, como es habitual en el arquitecto canadiense, pero donde lo más específico de su manera de entender la arquitectura está en el interior, en un curioso "patio" cubierto con una forma de fuertes reminiscencias marinas... o vaginales. ¿No es lo mismo?

Se dice que Berlín ha desplazado a Madrid como capital de "la movida". ¡Chorradas! Al margen de la arquitectura, la movida estética berlinesa es tan cutre como la madrileña o la de cualquier otra gran ciudad europea y, por lo tanto, sería presuntuoso poner una ciudad delante de otra en ese sentido. El movimiento "okupa" languidece entre ratas; los "graffiteros" están mucho más controlados que en Madrid; los muralistas urbanos se han convertido en simples medios de la infraestructura turística con máxima expresión en los restos del muro y en las vallas que ocultan las obras. Los artistas conceptuales ofrecen los repertorios habituales, sin que destaque nada especial... acaso porque ya van demasiados años reiterando provocaciones cada vez menos provocadoras.
Las razones para visitar Berlín son otras, algunas sumamente ejemplarizantes para algunos mandarines del solar patrio: la política de gestión energética, la convivencia pacífica entre las bicicletas y los automóviles, el precio de los restaurantes, la actitud respetuosa ante el hecho cultural y los restos del pasado (aunque sean de la DDR) y, por supuesto, el repertorio arquitectónico.

martes, 15 de septiembre de 2009

¿La afluencia de público garantiza la gestión del director del Museo del Prado?

Hoy al mediodía, uno de los periodistas que generan las consignas referenciales de la Cadena Ser felicitaba al director del Museo del Prado por el éxito de la "exposición Sorolla" y, a modo de epílogo sagaz, mencionaba el precio de la entrada, mucho menor que la del Bernabéu...
Ya advertí en su día que era previsible la afluencia masiva... contando, incluso, con las penalidades impuestas a los diletantes estéticos. La sintonía de Sorolla con los criterios de valoración estética de amplios sectores sociales actuales, aún deudores del siglo XIX, es obvia: arte como verosimilitud ("de comprensión sencilla") + habilidad ("no somos capaces de hacerlo") + "belleza" ("bonito", "agradable de ver", etc.) + unas gotitas de "subjetividad"... El balance económico de la exposición habrá sido un éxito balsámico para los bolsillos del contribuyente. Los 3 ó 4 millones de euros recaudados, deben ser suficientes para amortizar los gastos imaginables (transporte, seguros, gestiones, comisiones, etc.) y ofrecer un "beneficio" substancioso para financiar otras actividades menos populares... ¿O no? Lo recaudado por el Museo del Prado acaso no sea suficiente para tapar las vergüenzas de un alejamiento tan clamoroso de su teórica función social. Según el ICOM:
“Un museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, y abierta al público, que se ocupa de la adquisición, conservación, investigación, transmisión de información y exposición de testimonios materiales de los individuos y su medio ambiente, con fines de estudio, educación y recreación.”
En España todo empezó cuando Thomas Krens desembarcó en Bilbao, pero... "¿Quién mató al Comendador? Fuenteovejuna, Señor".
Si los "mandarines" del PSOE persisten en esa línea, que hasta ahora parecía exclusiva del PP, me estoy imaginando por dónde se orientará la gestión de los museos emblemáticos... ¿Cuándo veremos una antológica de Isabel Guerra en el Reina Sofía? ¿Y de Imán Maliki? En tiempos de crisis, sería idónea para atraer a quienes tienen por costumbre acudir a los espectáculos deportivos. Me imagino a Florentino Pérez aterrorizado...
"Y aún dicen que el arte es caro"
Más plausible es que, a modo de corolario neo-liberal, el Museo del Prado aproxime sus precios a los de los estadios de fútbol...
Poco a poco, los grandes museos emblemáticos se están convirtiendo en Infraestructura Turística y, francamente, no sé si ello es "bueno" o "malo".

martes, 8 de septiembre de 2009

Crónicas Veraniegas. OxigenArte

Entre los actos concebidos para ganar puntos en la carrera por la "capitalidad cultural", durante el pasado mes de agosto se celebró en Segovia un evento denominado "Oxigenarte", que congregó a varios artistas plásticos contemporáneos cuyas obras pudimos ver repartidas por la ciudad en lugares de mayor o menor "potencial expositivo". Y desde este humilde "pasquino", deseo felicitar solemnemente a quienes organizaron el evento y, sobre todo, a quienes seleccionaron a los participantes, porque, según mi punto de vista (naturalmente), es difícil hacer las cosas mejor para conseguir que el público de formación cultural media asuma la consabida cantinela descalificante, según la cual, el arte contemporáneo es un camelo.
Quedó clara la intención de las autoridades culturales segovianas por presentarse "apoyando" al arte contemporáneo ... movilizando las estructuras endogámicas propias de estas iniciativas. El resultado fue tan esperpéntico que hasta Telesegovia se hizo eco de comentarios sumamente negativos, sobre todo, ante la "obra" de mayor repercusión mediática y popular, "Conductus Vocis", encargada a Eugenio Ampudia, que, según la documentación publicada al efecto, "vendió" la idea de presentar al acueducto "flotando", mediante el recurso de forrar los pilares centrales con espejos hasta una cierta altura:
"Conductus Vocis juega con el concepto que encarna el monumento como crisol de culturas y voces populares. La base del acueducto está oculta. Las piedras flotan. El volumen vuela. La estrategia que lo completa implica la participación del espectador. Desde el atardecer hasta la madrugada un interactivo transformará los sonidos emitidos por los espectadores en una intervención luminosa".

El resultado fue sumamente curioso, aunque ajeno a las pretensiones anunciadas: el Azoguejo se convirtió durante unos días en atracción para los segovianos y los visitantes ocasionales, que aprovechaban la instalación para hacerse fotografías inimaginables en el ámbito habitual. Así, pues, aunque las pretensiones de Eugenio Ampudia operaran en territorios de metáforas recurrentes, el resultado estético fue, según mi criterio, sumamente interesante por su capacidad de movilización estética. El montaje interactivo entre sonido y luz resulto un fiasco por la escasa potencia de los proyectores y por la simpleza del software.
La falta de correspondencia entre las pretensiones estéticas expresadas y los resultados observables alcanzó cotas de esperpento sublime en la "instalación floral" de Begoña Vega desarrollada en el patio de la Academia de Artillería", que según el programa tenía la pretensión de "... evocar la atmósfera de una fiesta romana, en la que César y su corte gozan de todo aquello que sus sentidos les ofrecen: música, naturaleza, manjares o danzas... De toda la sensualidad que se oculta en el ocio placentero de la época del Imperio" (sic).
La instalación floral, sumamente "efectista" no podía anular el tono de las "lápidas funerarias" repartidas por las paredes de todo el patio: "Honor y gloria a los que mueren por la Patria..." El resultado final era un montaje híbrido , desequilibrado hacia lugares muy alejados de los objetivos propuestos. Más parecía instalación funeraria hindú con acotaciones fascistas, que evocación romana. El entorno, que condiciona decisivamente la percepción estética, puede engendrar paradojas indeseables.. ¿O buscadas? ¿Se trataba de establecer una relación metafórica entre "César" y Franco?.
Aunque pudimos ver algunas obras interesantes, desde los objetivos explícitos de Oxigenarte, es difícil destacar en positivo alguna de las intervenciones... La de Suso33 fue, sin duda, la más espectacular , aunque a mí no me interese esa línea expresiva, que substancia la domesticación más populista del arte callejero. Me pareció buena idea la instalación de Anna Rubin en la Iglesia de San Martín... La proyección de Canogar era demasiado simple, en el peor sentido del término. La obra de Thomas Engelbert me pareció lamentable. La silla roja de Eloísa Sanz, trivial. Mejor no decir nada de "Esencial Interior" de Ricardo Calero...
Pasados los tiempos en los que estas iniciativas debían valorarse en positivo por sus implicaciones en el erial estético y aunque entre los sectores locales especializados, quienes expresaron públicamente sus juicios fueron sumamente benevolentes , a mi me pareció que Oxigenarte fue un evento lamentable, diseñado desde los resabios más provincianos y endogámicos la política cultural, para alimentar la "mala prensa" del arte contemporáneo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Crónicas veraniegas de la gestión cultural Castellano-Leonesa. Segovia, la ciudad feudal

El domingo 30 de agosto, a media mañana, decidimos visitar algunas de las iglesias románicas de la “parte alta”, que no suelen aparecer en los folletos turísticos sumarios, pero que componen parte substancial del grupo románico, uno de los más completos y singulares de Europa.
Tras aparcar el coche junto a San Sebastián, afrontamos el primer intento… El viejo recinto románico “decorado” por el interior según criterios barrocos de dudoso gusto, está cerrado. Nos consolamos recordando que lo más interesante está en el exterior…
Caminando sobre los muy exclusivos adoquines, propios de la Segovia moderna y posmoderna, entre paredes ciegas de conventos antiguos y casonas abandonadas, nos adentramos en la retícula urbana medieval en dirección a San Esteban, que conserva una torre substancial para el perfil de la ciudad. Desde La Vera Cruz o Zamarramala, completa la silueta de vértices bien armonizados, como de partitura electrónica.


No es posible visitarla, porque según palabras de un vecino de las inmediaciones, “no tiene culto”. En este caso el disgusto es mayor, porque la iglesia tiene gran complejidad arquitectónica… Realizamos las fotografías de rigor y giramos hacia el oeste en dirección a San Andrés.
San Andrés es una iglesia con restos atribuidos al siglo XII, remodelada por el interior con ornamentos incompatibles con cualquier criterio de remodelación arquitectónica. Lo más curioso: las ventanas con cortinas pintadas sobre las falsas bóvedas en juegos toscos de tromp’oeil. Y es que el arte también puede ser divertido… por ridículo. No tuvimos problemas para entrar porque el sacerdote se estaba preparando para la misa y hasta la pudimos contemplar perfectamente iluminada… En ocasiones suceden milagros…
Insuflados de optimismo y como nos encontrábamos en las inmediaciones de la catedral, pusimos rumbo hacia el noreste. Nuevo chasco: la reja que protege una de las puertas de peor gusto que conozco, está cerrada y guardada por un vigilante jurado de Prosegur con esposas y porra, pero sin arma de fuego: es sabido que los turistas no son excesivamente peligrosos. El síndrome de Stendhal se cura con unos cuantos golpes en la cocotera o en el bajo vientre.
Al parecer, la catedral está gestionada según criterios más estrictos que San Pedro de Roma y la cierran cuando se celebra algún culto, dejando en la puerta un “segurata” que amablemente impide el paso incluso a los fieles, indicándoles que si desean asistir a misa, se dirijan a cualquier otra iglesia próxima, porque tiene órdenes para impedir cualquier “interrupción”. Un cartel informa al visitante lacónicamente: “Durante el horario de culto no está permitida la visita turística. Nueva apertura: 13:15 horas” (sic) A las 13:15 se puede pasear por el interior de la catedral… previo pago, naturalmente. Conozco situaciones comparables en Teherán...
Siguiente objetivo: La Trinidad. Nueva frustración. Imposible visitarla porque están en misa. Y para desanimar cualquier opción respetuosa, a la entrada se puede leer un “AVISO IMPORTANTE: ESTA IGLESIA DE LA STMA. TRINIDAD ESTÁ CERRADA A LOS TURISTAS Y AMANTES DEL ARTE PORQUE LOS RESPONSABLES DEL TURISMO DE SEGOVIA NO HAN PUESTO UN GUIA PARA QUE PUEDA SER VISITADA COMO SE HA VENIDO HACIENDO EN AÑOS ANTERIORES. ES UNA PENA QUE LAS PERSONAS QUE VISITAN SEGOVIA NO PUEDAN DISFRUTAR CON ESTA MARAVILLA DEL ROMÁNICO”.
Segovia contiene una de las colecciones románicas más importantes de Europa; sin embargo, es prácticamente imposible visitar las iglesias medievales, porque algunas están siempre cerradas y otras sólo abren en los momentos de culto.
El pecado es, naturalmente, de “los responsables del turismo de Segovia”… aunque no creo que se les pueda acusar por “no poner un guía”, sino por no poner en su sitio a la jerarquía eclesiástica, que usa el patrimonio histórico-artístico religioso con absoluta discrecionalidad, como si la Ley no limitara el derecho de propiedad. Es difícil encontrar otra ciudad de tradición cristiana o islámica donde la jerarquía religiosa haya establecido unos criterios de administración cultural, propios de tiempos señoriales pero incompatibles con las expectativas del turista actual.
Es difícil entender una situación tan anómala y de gestión tan torpe en una ciudad que apenas tiene otras industrias que la turística y que, además, pretende ser nombrada “capital cultural”. Desde la peculiar idiosincrasia segoviana, mi buen amigo Rufino —segoviano por los cuatro costados—me explica que el problema del patrimonio religioso no se polariza entre el uso ritual y el cultural, sino entre quienes lo “utilizan en su beneficio”: los católicos segovianos o los turistas (mayoritariamente madrileños, de momento). Y ante ese dilema, las autoridades políticas conocerían perfectamente lo más conveniente para sus intereses electorales. Ningún segoviano “sensato”, sigue diciéndome Rufino, se enfrentaría a la poderosa jerarquía eclesiástica por un detalle tan exiguo, incluso aunque ello supusiera engrasar los rodamientos de una industria turística alimentada por el acueducto, la catedral, el Alcázar y la celebridad de los figones. Sólo así es comprensible que no se integre en la oferta cultural el recorrido por el importantísimo conjunto de iglesias románicas que, como en el valle de Bohí, dan testimonio de pobreza y marginalidad seculares…
¿Capital cultural o rezagos de burgo feudal? La capitalidad cultural implica asumir unos valores incompatibles con una gestión cultural dominada por consideraciones localistas e indolencia frente a la Iglesia, las iniciativas cosméticas de bajo coste y algunas apuestas ambiciosas de escasa repercusión social. En otra entrada hablaré de las iniciativas para alimento de televisiones locales...

Entre las apuestas ambiciosas de escasa repercusión social destacan las relativamente recientes inauguraciones del Museo Esteban Vicente y del Museo de Segovia; ambas entidades pelean por tener más visitantes que técnicos y subalternos… Es de suponer que en unos años, sucederá lo que en el Museo de Burgos: algunas de sus salas (las de arqueología) estaban cerradas a mediados de agosto, "por falta de personal", según nos explicó el conserje de la puerta.

Y si observamos cómo se está afrontando la conservación y el mantenimiento de los restos histórico-artísticos… sólo cabe sentir vergüenza, no sólo por detalles como los mencionados hasta aquí, sino, sobre todo, porque la mayor parte de las iglesias románicas segovianas subsisten en condiciones patéticas, escondidas tras revocos antiguos y modernos, con frisos ridículos, tarimas carcomidas, edificaciones encastradas por caprichos prosaicos y otras miserias impropias de la Europa del siglo XXI.
¿Capitalidad cultural? Con el precedente próximo de Ávila, la "autoridad competente" debería preocuparse por mantener el codiciado título de “Ciudad Patrimonio de la Humanidad”… Algunas intervenciones recientes como el aparcamiento subterráneo junto a la Vía Roma podrían resultar incomprensibles para ojos poco entrenados en la peculiar idiosincrasia segoviana.

Crónicas veraniegas de la gestión cultural Castellano-Leonesa. La iglesia de Wamba

Santa María de Wamba es un muy interesante complejo religioso donde dominan los restos arquitectónicos y pictóricos románicos, pero donde también subsisten elementos incómodos para la aceptación del bloque mozárabe. De hecho la iglesia contiene uno de las piezas más incontestablemente bizantinas que existen en la península Ibérica, junto con otros dos conservados en Barcelona y Mallorca (ambos sin contexto arqueológico) y los de san Cebrián de Mazote; en concreto, se trata de un capitel reconvertido en pila de agua bendita del mismo tipo que otro aún conservado en la iglesia del Cristo de la Vega de Toledo; ambos forman grupo tipológico con otros de escasas variantes aún conservados en diferentes lugares de Estambul: Museo Arqueológico, área de Santa Sofía y también en la Cisterna.
 

¿Cómo llegó ese capitel bizantino, seguramente, tallado en Constantinopla, a un lugar tan “marginal”? Conociendo los hechos históricos referidos por las fuentes literarias, acaso no fuera tan marginal… pero en todo caso, es obvia la carencia de datos para explicar esta realidad material.
Para completar el asunto, resulta que la zona absidal de la iglesia conserva rasgos de parentesco con el grupo de capiteles de tradición bizantina, que nos permiten suponer su realización en el entorno del siglo VI.
La “guía oficial”, que resulta ser historiadora del arte, nos ofrece comentarios desacostumbradamente documentados e interesantes… y no pone ningún reparo a la realización de fotografías. Gracias a ella sabemos que el cura encargado de la iglesia que nosotros conocíamos, un personaje sumamente peculiar e interesante, a quien molestaba mucho que los turistas le hicieran abrir el osario, ha dejado su lugar a otro nuevo… Acaso lo conozcamos en otra ocasión.

Las imágenes inferiores son, respectivamente, de Toledo (Cristo de la Vega) y del Museo Arqueológico de Estambul.

 


Crónicas veraniegas de la gestión cultural Castellano-Leonesa. Santiago de Peñalba

Muchas veces había experimentado pereza por volver a Santiago de Peñalba. Este año coincidimos con mi buen vecino Gonzalo y hablando de asuntos triviales, se le escapó que había nacido en aquella hermosa localidad… Le pregunté si el acceso seguía en las condiciones intransitables que yo había conocido veinte años atrás y me respondió, casi con estrategia gallega, que era una de las carreteras más seguras de España… porque todo el mundo la recorre con lentitud… Acaso sea cierto el comentario de mi vecino, pero desde este foro deseo advertir que nadie se aventure por una carretera que a mí me pareció la más peligrosa que he recorrido en mi vida: es muy estrecha; el firme, sumamente irregular; las curvas apenas tienen visibilidad; muy frecuentemente hay que rodar en primera...
Pero lo peor no es la carretera. Con el paso de los años, el pueblo de mi memoria se ha convertido en un lugar de ensueño para espíritus ingenuos y de escasa capacidad crítica, porque aunque el paraje es realmente hermoso, el ambiente rural , dominado por la pizarra, se ha convertido en otro artificioso, excesivamente temático, para consumo de turistas aficionados al mito bucólico. Creo que sólo subsisten unas pocas familias (15 habitantes reconocidos), que lo ocupan durante todo el año; el resto son vecinos ocasionales.
Naturalmente, nuestro objetivo era visitar la antigua iglesia y renovar la documentación gráfica….
La iglesia forma parte del grupo mozárabe, definido hace un siglo por M. Gómez Moreno, que hoy muchos consideramos una superchería concebida, sobre todo, para otorgar materialidad arqueológica a una hipotética reacción cristiana al poder califal durante el siglo X… Desde los datos conocidos, la reacción sucedió realmente durante el siglo IX, aunque no es inconcebible que emigrara algún grupo de cristianos durante el siglo X…
Sin embargo… acaso se trate de la iglesia más antigua de la península Ibérica, construida a partir de un impulso (sorprendente) de tradición cultural bizantina (siglo VI), que forma grupo con la de Lebeña y múltiples restos repartidos por la antigua diócesis de Astorga (Mazote, Wamba, Escalada, etc.), y que podría tener sentido en tiempos de Justiniano, cuando éste se propuso (utópicamente) reconstruir la unidad del Imperio Romano. Por desgracia para la transmisión de los conocimientos históricos y arqueológicos esta hipótesis abriría múltiples heridas en la historia oficial de la Iglesia Hispana... Con la Iglesia hemos topado...
Y sin embargo, “se mueve”. No hay más que echar un vistazo a los capiteles de Escalada, a los de Mazote o a la pila de Wamba (es otro capitel) para documentar materialmente ese influjo que otros deberán apuntalar con los testimonios literarios oportunos. Desde mi ignorancia, empero, tengo entendido que existió un tal Martín de Braga...
Quien llegue a Santiago de Peñalba se encontrará con Anabela, “guía oficial” que, gratuitamente, explica el cuento mozárabe personalizado en la figura de san Genadio y, según su propio testimonio, tiene la obligación de impedir la realización de fotografías (incluso sin flash), tal y como reza el cartel oportuno, redactado según las instrucciones recibidas directamente de su jefe en la Junta de Castillo y León, don Luis Prada Calvo.
Los datos para engrosar el repertorio documental de Celtiberia Show, crecen con un cartel que, por el celo de Anabela, no pude fotografiar pero sí transcribir:
“En esta parroquia somos menos de 15 habitantes. El hecho de tener continuamente la luz encendida para las visitas a este monumento nos resulta muy costoso. Si quieres dejarnos un donativo para pagar la luz, puedes introducirlo en el cepillo. Muchas gracias”. Deduzco que ni el Ayuntamiento de Ponferrada, al que pertenece ni las autoridades eclesiásticas ni la Junta de Castilla León aportan un euro para dar respuesta a la penuria de la antigua iglesia… que debería ser tratada como una maravillosa joya arquitectónica de valor excepcional.
Tras unos minutos de diálogo imposible con Anabela, seguramente contratada por razones poderosas e incomprensibles, nos marchamos enfadados, formulando propósito solemne de no regresar jamás, porque además de mi limitada capacidad para soportar arbitrariedades de quienes utilizan sus cargos para prohibir, y puestos a elegir entre santos milagreros, prefiero "san Genarito" (aún no ha sido canonizado oficialmente) a san Genadio.

Carrefour, Goebels y las bolsas de plástico

Carrefour ha movilizado una campaña contra las bolsas de plástico, siguiendo procedimientos publicitarios añejos: "Para 15 minutos que usamos las bolsas de plástico, no compensa. Las bolsas de plástico tardan hasta 400 años en descomponerse. Ayúdanos a retirarlas".
Si aplicáramos los argumentos empleados para "retirar" estos objetos comunes, deberíamos renunciar al "plástico", a uno de los productos (familia de productos) más útiles de la revolución industrial, porque esa cualidad que Carrefour destaca como contaminante es, precisamente, la que justifica su utilidad. Y desaparecerían de nuestras vidas la práctica totalidad de los objetos que nos rodean y materializan la llamada "sociedad del bienestar".
¡Volvamos al Paleolítico! Me pregunto qué porcentaje del volumen total del plástico reciclable corresponde a las bolsas de los supermercados...
Es sabido que el problema no está en el plástico ni en la chatarra ni en cualquier otro producto, sino en la gestión de los residuos. De hecho, sabiendo que es imposible evitar la desidia de los gamberros y demás especímenes antisociales, las bolsas de plástico únicamente son un problema donde las autoridades municipales acreditan indolencia o incapacidad manifiesta. En Madrid, sin ir más lejos, existen varios lugares tapizados con bolsas de plástico... para sonrojo de quienes han perdido la capacidad de sonrojarse.
Ahora bien... ¿Es posible convertir una necedad en una obviedad, mediante repeticiones sistemáticas? Goebbels dixit...
Cui bono? Cui prodest? Y con la campaña, ¿quién se beneficia? ¿El medio ambiente? Si dejan de regalar bolsas de plástico y adquirimos las de tela, lona o de otros productos, ¿cómo recogeremos la basura?. Hasta ahora, las bolsas de los hipermercados eran un medio fundamental para clasificar la basura, porque las normativas de casi todos los municipios imponen su uso, tanto si se utilizan contenedores como otros sistemas...
Al amparo de una iniciativa en apariencia en pro del medio ambiente, Carrefour lanza una formidable campaña de imagen; de paso, se ahorra el gasto de las bolsas y amplia su volumen de negocio con las reutilizabes y con las específicamente diseñadas para contener basura, que acabaremos comprando en sus establecimientos.
Stultorum infinitus est numerus. Al amparo de la frase el bachiller Carrasco, es de suponer la eficacia publicitaria y comercial de la campaña, diseñada siguiendo los cada vez más vivos dictados de Goebbels... Recordemos el famoso "decálogo" de 11 observaciones:
1. Principio de simplificación y del enemigo único: el enemigo es "la contaminación".
2. Principio del contagio. Los "adversarios" son quienes contaminan.
3. Principio de la transposición. Quienes usan bolsas crean los grandes problemas del campo; la tendencia al monopolio de la distribución de las cadenas de hipermercados es asunto baladí.
4. Principio de la exageración y desfiguración. Las bolsas de plástico ensucian las playas, matan aves, estropean árboles, etc.
5. Principio de la vulgarización. La propaganda debe adaptarse al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Los textos empleados en la campaña son sumamente explícitos; parecen consignas políticas.
6. Principio de orquestación. Las cualidades del plástico se convierten en defectos muy graves.
7. Principio de renovación. La campaña se está desarrollando según este principio, primero con textos no firmados, seguidos por una campaña de saturación (en el momento de redactar estas líneas)...
8. Principio de la verosimilitud. Menudean espacios "informativos" que enfatizan la campaña y refuerzan la verosimilitud.
9. Principio de la discreción. Los medios de comunicación que reciben publicidad de Carrefour no enfatizarán los juicios críticos... lógicamente. Los llamados medios de comunicación... ¿siguen siéndolo?
10. Principio de la transfusión. Carrefour se apoya en la sensibilización ambiental preexistente.
11. Principio de la unanimidad. Todos "sabemos" que las bolsas de plástico son nocivas para el medio ambiente.
Por mi parte, procuraré comprar lo menos posible en Carrefour, más que nada, por evitar que me tomen por un ecologista avispado... del séquito de Goebbels.