Algunos días llega uno a la cama con la conciencia existencial anodina, como la de aquel "humorista" americano que salía en Life Lesson de Scorsese; por fortuna también amanecen jornadas prolíficas en acontecimientos. Y hoy para mí ha sido un día memorable, de esos que guardaré en el "almario" con lazos de colores y envoltorio plástico de burbujas.
Todo empezó cuando se me ocurrió dar una vuelta por CaixaForum con la intención de saludar a una amiga muy querida de tiempos pasados, con quien tengo muchas deudas impagables y, de paso, en mi condición de turista, observador de conductas estéticas y consorte especialmente interesado, husmear en lo que se decía en el I Foro de Turismo Cultural. La iniciativa superó todas las expectativas. Ha sido una de las mañanas más fructíferas que recuerdo desde hace muchos años.
Intentaré sintetizar el testimonio...
La primera mesa redonda tenía el siguiente título "Nuevos modelos de gestión de los museos en los circuitos turísticos", estaba moderada por Dolors Vidal Casellas (de la Universidad de Girona) y contaba con la presencia de Sofía Rodríguez Bernis (directora del Mº de Artes Decorativas y presidenta del ICOM-España), Marina Chinchilla Gómez (Coordinadora General de Atención al Visitante e Instalaciones del Museo Nacional del Prado), Susana Arribas Paredes (del Ayuntamiento de Madrid), Elena López-Arias Testa (de El Corte Inglés) y Mikel Asensio Brouard (Universidad Autónoma de Madrid).
Lo relevante
La extraña composición de la mesa, desde lo anunciado por el título del Foro:
- Si deseamos hablar de turismo cultural en España, sabiendo que alrededor del 80% del patrimonio monumental está en manos de la Iglesia, debería haber estado alguien de la Conferencia Episcopal... Y si se trataba de hablar sólo de los museos, mejor otro título: "I Foro de los Museos y el Turismo Cultural" (o algo así).
- Para hablar de turismo en España, hubiera sido conveniente contar con algún representante de los mayoristas que operan en nuestro país, por evitar las ingenuidades formuladas por algunos de los participantes. La presencia de la representante de El Corte Inglés (intervención brillante), como ella misma advirtió, era poco oportuna porque quienes visitan España no suelen hacerlo mediante sus servicios (El Corte Inglés no es mayorista).
No me sorprendió la participación de los cargos políticos, en este caso, de rango medio y alto, siempre proclives a explicar "lo mucho que han hecho y hacen" por el interés de todos... Siempre dispuestos a dar carnaza a las cadenas de telebombo.
Interesante la alocución de María Chinchilla, reconociendo que les queda mucho por hacer en el Museo del Prado... Me hubiera gustado preguntarle muchas cosas... Por ejemplo, qué cifra de visitantes puede atender el Museo del Prado sin colapsarse y qué piensan hacer si, por un previsible "milagro", a pesar de todo, se acelera la cifra de turistas que desean visitar el Museo del Prado... ¿Habrán previsto una nueva ampliación de los toldillos? Y, por supuesto: qué dolencia produce alergia a las cámaras fotográficas...
Me ha parecido muy sensata la apuesta de Sofía Rodríguez Bernis por enfocar la actividad del Museo de Artes Decorativas de acuerdo con los intereses del público. ¿De qué planeta ha salido esta mujer? ¡¿Gestionar un museo de acuerdo con los intereses del público?! ¡¿Se habrá vuelto loca?!
Sofía Arribas, de la corte de Albertosis I, nos recordó llena de orgullo que en Madrid hay ¡87 museos! Berlín cuenta con 365... Seguramente los cargos políticos no tienen tiempo para hacer turismo cultural...
También intervino alguien de la Comunidad de Madrid, que nos explicó la cantidad de rutas culturales diseñadas en la Conserjería correspondiente... ¿Se habrán inspirado en el Madoz o en las guías de carreteras? Dolors Vidal, que no debió estar atenta en ese momento, se preguntó cómo era posible que las agencias de viajes ofrezcan más de 40 rutas turísticas por Italia y que en España apenas existan 10...
En otra línea, Mikel Asensio expuso que la gestión de los museos y la expansión del turismo son asuntos incompatibles, porque movilizan recursos muy diferentes y porque los "touroperatores" asumen posturas prepotentes... Y, aunque no lo dijo explícitamente y mucho menos en los términos que yo emplearé, me pareció entender que para él existen dos tipos de turistas; los "turistas-ovinos" o aquellos que van en "manada" y son un peligro potencial para la propia existencia del museo o del yacimiento arqueológico, y los viajeros ilustrados, de actitud culta y abierta, que sintonizan con las preocupaciones científicas de los conservadores de museos o de los profesores de universidad. Los primeros viajan en autobuses de cincuenta plazas; los segundos no viajan, se trasladan de un lugar a otro en limusinas o a lomos de blancos caballos cartujanos, con sobreros duros afines a los de Heinrich Schliemann.
En la segunda mesa, la moderadora Rocío Gutiérrez González sintetizó la categorización del profesor Asensio con dos constructos francamente irritantes: "turistas deseables" y "turistas soportables"...
En ese punto se apoderó de mi mente un relámpago con la imagen de Sophia Engastromenos con las supuestas joyas de Helena de Troya y por razones afines a las de Groucho Marx, salí rápidamente. Aunque sea turista-ovino, como casi todos mis congéneres, no se me ocurre llevarme nada... salvo fotos, por supuesto, cuando lo consiente el dueño del museo.
¿Que en España apenas existen diez rutas turísticas...? Será para "turistas-ovinos", porque los "turistas deseables" tienen a su disposición infinidad de rutas; basta darle las instrucciones oportunas al chófer de la limusina.
¿Turismo cultural en España? La cuestión es simple: si se ofrecen al turista potencial visitas interesantes, que coincidan con las expectativas mayoritarias, se desarrollará el turismo cultural. Si, por el contrario, nos empeñamos en imponer al posible visitante nuestros gustos y juicios (los de quienes ven en el turismo un peligro terrible), restringiremos radicalmente el número de visitantes. En esa línea lo están haciendo ejemplarmente en Castilla-León, en Castilla-La Mancha, en Andalucía...
En España existen zonas con infraestructuras turísticas capacitadas para la explotación de los bienes culturales en Cataluña y en el País Vasco. En el resto... no existe sensibilización social ni política sobre esa importante parcela de la "actividad industrial" y, en muchos lugares ni tan siquiera, las condiciones mínimas necesarias (por lo general, por obra y gracia del estamento religioso) para que se puedan organizar "rutas turística de interés cultural" con un mínimo de atractivo. Y si el lector tiene interés en concretar un juicio que pudiera parecer aventurado, eche un vistazo a los comentarios que, sobre ese aspecto, existen en este mismo blog... Y por lo que se refiere a los museos... En España, los políticos prefieren inaugurar museos nuevos de dudosa proyección que proporcionar dinero a los "viejos" para hacerlos más atractivos y operativos.
Nox fugit historiae lumen dum fulget iberis
Los problemas de siempre, las divisiones de siempre. Yo, todavía, no he dado con la fórmula para armonizar todos los factores que entran en juego en la cultura-industria.
ResponderEliminarNo creo que exista. Pero a estas alturas, en ciertas cuestiones no tiene sentido la defensa numantina de intereses desfasados. El crecimiento del turismo cultural se aprecia en el horizonte desde hace años y sin embargo, aquí hacemos una ampliación del Prado sin tenerlo en cuenta... Cuando además, la reforma de el Louvre ya se había hecho, entre otras cosas, para facilitar la circulación de las personas... Y francamente, no creo que los directores de museos sean estúpidos. También aquí se perfila con nitidez la incapacidad de nuestra clase política...
ResponderEliminarBueno,con las lumbreras oficiales que asistieron ... ¿qué querías?
ResponderEliminarTéngase en cuenta que algunas de ellas, muy amparadas por el poder político de turno, han tenido en sus manos cambiar las cosas, pero no hacen más que predicar buenas intenciones y promocionarse.
El turismo cultural le importa un bledo a la mayoría de los gestores de los museos, que sólo quieren mantenerse en el candelero, agradando a sus superiores y siendo "bienmandaos".
Y en cuanto al comentario de Alp, "no creo que los directores de los museos sean estúpidos", le recomiendo que investigue cómo se nombran. Son apéndices de nuestra clase política y, a veces, proceden de ella o están íntimamente relacionados.
Para "Anónimo"
ResponderEliminarTe agradezco mucho la sugerencia, aunque me temo que es innecesaria ;-))) porque durante algún tiempo tuve mucha relación con los museos, especialmente, de Madrid. Y existen designaciones políticas y nombramientos "por méritos". Naturalmente, las designaciones políticas responden a lo que comentas, pero no los otros, a su vez, condicionadas por "fenómenos" más complejos que la arbitrariedad de los políticos
En todo caso, debo hacerte notar que entre quienes asistieron a ese Foro había personas de cuya solvencia profesional (como museólogos y gestores culturales) no me cabe la menor duda. Ítem más: una de las personas que había allí es, a mi juicio, una de las más capacitadas que existen en España (obviamente, no conozco a todas). Aunque también es cierto que algunos participantes mostraron puntos de vista demasiado limitados, por decirlo de manera cortés.