Las iglesias del monte Naranco
Santa Cristina de Lena
Se visita con guía en periplos que también incluyen la iglesia del monasterio. Lo más llamativo es la persona que lo enseña, un joven muy bien documentado, de personalidad excepcional y locuacidad sobresaliente.
La arquitectura asturiana ofrece una serie de cualidades que la colocan en un lugar muy destacado del arte de la Edad Media, sin necesidad de forzar los términos como se ha hecho con excesiva frecuencia. Dejando a un lado Santullano —y la Cámara Santa— que, a mi juicio, es construcción anterior a la "dinastía asturiana", las iglesias del siglo IX responden a las siguientes cualidades:
Las dos iglesias están en la ladera del monte Naranco, separadas por quinientos metros, y aunque componen grupo cultural, en realidad, son dos edificios muy diferentes. Para llegar a ellos el visitante se encuentra con una situación muy parecida a la de Lena, con una notable diferencia: en el monte Naranco sólo existe un aparcamiento, pero enorme, con capacidad para muchos automóviles y algunos autobuses; pero como en Lena, para llegar a las iglesias desde él debemos recorrer un camino en pendiente de más de mil metros. También en este caso, la autoridad competente ha apostado por mostrar los edificios "asturianos" en ambiente natural, entre prados...
Por fortuna, la carretera del monte Naranco pasa muy cerca de los dos edificios y aunque existen muchas placas que prohíben detener los automóviles, la mayor parte de los visitantes optan evitar la caminata y dejan los coches junto a ellos —asumiendo el riesgo de multa— o en las plataformas de los bares próximos, un poco más alejados, pero no tanto como el aparcamiento oficial.
Santa María está sobre un prado extenso desde el que se puede ver Oviedo prácticamente por completo y desde el que se percibe con nitidez el centro comercial de Calatrava...
Las dos iglesias están a cargo de una mujer joven, embarazada de ocho meses (o así), que las enseña alternativamente según franjas horarias predeterminadas. Se diría que la mujer compagina perfectamente el trabajo con la preparación al parto... a riesgo de protagonizar una anécdota de esas que salen en los programas informativos de televisión:
"Una mujer, la "vigilanta" —los medios de comunicación suelen expresarse con corrección política, aunque embistan al diccionario— de las iglesias del Naranco, da a luz entre Santa María y San Miguel. Le auxiliaron los turistas que andaban por allí; uno de ellos, que había dejado el automóvil en lugar prohibido, la condujo hasta el hospital más próximo. La madre y el bebé llegaron en perfecto estado. Aunque no se conoce el sexo del recién nacido, está claro el nombre que pondrán al bebé, porque hay opciones para ambos"
Todo muy natural, aunque a quienes no estén familiarizados con los sistemas de gestión cultural españoles, les parezca esperpéntico. Es mucho más "razonable" emplear a una mujer en avanzado estado de gestación para cuidar de dos iglesias separadas 500 metros, que hacerlo con dos vigilantes, uno para cada iglesia. La "razón": de ese modo, mientras la señora va y viene, los visitantes tienen tiempo para disfrutar del entorno natural y hacer fotos..
Santa María es un edificio de morfología extraña para una iglesia, por lo que tradicionalmente, se ha aceptado que fue construida como pabellón de caza o algo parecido, aunque terminó siendo iglesia bajo la advocación de Santa María. Está articulada mediante dos plantas principales y otra más de tamaño angosto. Ello se traduce en el aspecto exterior de gran esbeltez y ligereza que le caracteriza y le proporciona la notoriedad que todo el mundo reconoce.
Los paramentos y contrafuertes son de mampuestos irregulares, sin que se aprecie uso de ladrillos, con piezas más cuidadas en las zonas más "delicadas".
La planta alta —que muy probablemente estuvo pintada en tonos tan vivos como los de Santullano o Valdedios—, está abovedada mediante un sistema de arcos fajones con contrafuertes exteriores y muros aligerados con arcos ciegos. Está decorada mediante relieves de poco volumen que definen medallones capiteles de dos modalidades diferentes: unos están inspirados en el orden corintio y otros en capiteles facetados, que acaso intenten emular a ciertas variedades bizantinas con escaso éxito. Los del primer grupo consta, en la parte inferior, de collarino sogueado y dos coronas de hojas de "acantos" muy estilizados, acaso inspirados en piezas tardías afines a las que hay en Lena. El cuerpo superior contiene ábaco cuadrado, con caulículos y volutas de extrema estilización. Los facetados definen compartimentos mediante doble sogueado (o laureado), ocupados por figuras humanas sumamente sumarias y motivos animados muy relacionados con la iconografía medieval bizantina divulgada por todo el Mediterráneo mediante las telas y los marfiles.
La parte inferior, es mucho más sencilla —apenas tiene decoración— y sólo se distingue por un conjunto de arcos fajones que orientan su creación bajo influjos de cierta amplitud cronológica, porque ese procedimiento está documentado en época romana.
San Miguel es la peor conservada, porque además de que sólo ha llegado a nuestros días un pequeña parte de la construcción original, ha sufrido diferentes reparaciones y "restauraciones" no siempre afortunadas desde nuestros criterios de conservación del patrimonio histórico-artístico. Para hacerse una idea de lo que pudo ser es imprescindible visitar el Museo Arqueológico de Oviedo, donde se guarda una amplia colección de restos.
También en esta iglesia existe decoración animada y aún es posible contemplar una pintura —muy perdida— con una figura humana de fuerte relación con la miniatura mozárabe.
Si uno llega Asturias por la autopista, es preciso tener cuidado porque es fácil sobrepasar la salida más próxima a la ermita de Pola de Lena. Y aunque la señalización no ayuda demasiado, basta preguntar a cualquier persona para encontrar el camino más apropiado.
Existen dos opciones para dejar el automóvil y llegar hasta la ermita. La primera supone aparcarlo en la parte inferior, a unos cien metros en vertical, que se deben superar mediante un camino empinado, no apto para personas con movilidad limitada o con exceso de edad o peso. La segunda opción supone dejarlo a unos 500 metros, pero prácticamente a la misma altura de la iglesia; desde el aparcamiento debemos recorrer un camino relativamente cómodo, muy erosionado, por el que sólo permiten transitar a vehículos de los propietarios de las fincas; el camino desemboca en la pradera donde se encuentra la encantadora ermita dedicada a Santa Cristina.
Cuida del edificio y cobra la entrada una joven, que me ha parecido sumamente inteligente. Le comento, que hace años se podía llegar en coche hasta las inmediaciones de la iglesia, pero que ahora han eliminado esa opción situando grandes piedras en la entrada desde el camino... Al saber que habíamos estado antes muchas veces, se anima la conversación y nos confiesa que es hija de la señora que nos recibió en las ocasiones anteriores...
De sus palabras deduzco que las autoridades competentes han decidido enfatizar los componentes naturales en la presentación estos edificios. Asturias intenta vender Naturaleza y el arte asturiano ha de estar indisolublemente unido a la Naturaleza. Y lo enfatiza de un modo peculiar, con un gesto amplio de brazos:
—Esto es así... —nos dice sonriente, orgullosa de lo que considera "suyo", señalando el maravilloso entorno paisajístico.
Creo que es mala estrategia desde el punto de vista de la difusión cultural y de la proyección turística, porque los dos caminos actuales dificultan el acceso y, además, es difícil colocar un autobús en los dos aparcamientos próximos. En suma, la autoridad competente no se lo pone fácil al sector social más interesado en asuntos culturales...
Y deduzco, que como suele ser habitual al recurrir al componente "ecológico" (o paisajístico), éste se emplea como coartada para evitar afrontar las inversiones que requeriría acondicionarlo adecuadamente. Si se pretende conservar el paisaje en su totalidad, se podría buscar el modo de "ocultar" un aparcamiento en las inmediaciones. No creo que sea difícil ni demasiado caro...
La joven explica a la media docena de visitantes los rasgos más sobresalientes de la edificación, según los criterios generalmente admitidos...
La diminuta iglesia de Lena contiene rasgos culturales de diferentes momentos culturales; los capiteles adosados a los muros son similares a los de Santa María del Naranco. Sin embargo, contiene un iconostasis definido mediante tres arcos sobre cuatro columnas con piezas reutilizadas. Las que definen cancel bajo el arco central contienen elementos iconográficos comparables a las homólogas conservadas en Rávena y en Constantinopla (Estambul). Los cuatro capiteles componen dos grupos de cualidades afines dos a dos. Los dos centrales son "corintizantes", con collarino, y rasgos de evolución en el ábaco (prácticamente cuadrado) y en el diseño de las hojas, relativamente alejadas de las modalidades de acanto más conocidas. Los otros dos, también con collarino y con ábaco de escasísima curvatura, acreditan reutilización manifiesta porque aunque fueron concebidos para estar adosados y así están en la actualidad, tienen unas dimensiones incongruentes con los fustes; también son corintizantes, aunque de estructura diferente, porque presentan tres filas de hojas, si consideramos como tales las volutas vegetales que definen los ángulos.
Los cuatro capiteles y los fragmentos de cancel deben proceder de edificaciones construidas en la Antigüedad tardía, probablemente, en relación a la difusión del cristianismo.
El conjunto culturalmente más homogéneo está compuesto por un grupo de capiteles afines a los de Santa María del Naranco, asociados a la estructura de la iglesia. Son, como los de allí, facetados y con figuras animadas de hechura sumaria...
Sintetizando... Santa Crsitiana de Pola de Lena integra dos grupos de restos de cultura material
1. Cuatro capiteles y restos de canceles reaprovechados, que podríamos situar entre los siglos IV y VII.
2. El conjunto arquitectónico, comparable a Santa María del Naranco, que suele adjudicarse a la época del rey Ramiro...
El monasterio de Valdedios. Un tipo fantástico
También hacía muchos años que no cruzábamos la verja del monasterio de Valdedios; desde entonces, han arreglado muy bien la carretera de acceso desde Villaviciosa y el trayecto resulta especialmente agradable. Milagrosamente aquí se puede dejar el automóvil junto a la puerta del monasterio y hasta es posible tomar algo en el bar de enfrente.
La disposición de la iglesia antigua, "el Conventín", insiste en la ya mencionada vinculación con el paisaje, aunque en este caso, las circunstancias del entorno obran en nuestro sistema perceptivo de modo contrario a la ilusión de la luna; aquí la vieja construcción parece la iglesia de los pitufos. Como sucede en casi todas las construcciones asociadas a la monarquía asturiana —con la excepción obvia de Santullano— es de pequeñas dimensiones y de ello derivan algunas de sus cualidades más destacadas, para bien y para mal. Las ventanas, de dos y tres vanos, tienen alfiz pero el sistema de construcción no es tan depurado como en la ventana de San Tirso porque el cargadero está tallado sobre una única pieza pétrea de excesivo grosor y los capitelillos no están empotrados (enjarjados) en el muro. En las capillas laterales de la cabecera existen dos ventanas de tamaño reducido con arco de medio punto conformado mediante ladrillos en disposición radial.
Fue consagrada en el siglo IX y presenta algunos problemas de datación, sobre los que no me atrevo a exponer hipótesis original alguna: probablemente fue construida en dos fases, durante el siglo IX.Sintetizando.
La arquitectura asturiana ofrece una serie de cualidades que la colocan en un lugar muy destacado del arte de la Edad Media, sin necesidad de forzar los términos como se ha hecho con excesiva frecuencia. Dejando a un lado Santullano —y la Cámara Santa— que, a mi juicio, es construcción anterior a la "dinastía asturiana", las iglesias del siglo IX responden a las siguientes cualidades:
1. Contra el propósito forzado de Sánchez-Albornoz por adjudicar a Oviedo una fuerte expansión urbana durante el siglo IX, los restos conocidos —incluyendo los no mencionados aquí: Santianes, Tuñón, Priesca, etc.—, nos informan de construcciones que hacen un guiño a la explotación turística actual: son edificios asociados a la naturaleza, a los prados, es decir, al ámbito rural. Santullano y San Tirso nos informan de que Oviedo había tenido una cierta expansión urbanística durante la tardoantigüedad que, tal vez, entrara en fase de cierta recuperación durante el dominio de los reyes asturianos. En todo caso, los territorios cristianos de la península Ibérica tardaron bastantes años en cambiar el dominante rural específico de la Alta Edad Media.
2. Son iglesias que, quizás por esa interrelación con el paisaje asturiano —nunca suficientemente valorado— por su tamaño "infantil" y por la esbeltez ofrecen una estampa visual sumamente grata. Son, sencillamente, edificaciones preciosas, si se me permite emplear un término tan manido pero, en este caso, apropiado.
3. Son construcciones que mezclan componentes derivados de la tradición tardoimperial con otros acaso transpirenaicos y ornamentación de fuerte sentido oriental (bizantino).
4. La escala reducida juega en un sentido que se ha enfatizado poco y que, a mi juicio, es fundamental a la hora de hacer una valoración cultural global. Si reducimos drásticamente la altura de un edificio, la dificultad de su construcción decrece también radicalmente. Construir una iglesia como la de Valdedios, por ejemplo, no presenta mayores dificultades de las que presentaría una construcción popular desarrollada en tres o, incluso, cuatro alturas: con bodega, planta baja para los animales, planta alta con las habitaciones y desván o "doblado" para criar palomas, almacenar frutas, etc. Dicho de otro modo: aunque podemos y debemos contar con el "factor carolingio", una arquitectura tan elemental podría explicarse como confluencia entre la herencia tardorromana y la arquitectura popular en piedra que procedente de las aportaciones celtas y autóctonas.
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