Las noticias de estos días dibujan un futuro incierto para los centros dependientes o vinculados a Bankia. Los pecados de las castas privilegiadas asociadas al poder, los parásitos y los comisionistas caerán, de nuevo, sobre unas actividades sociales que, muy probablemente, sólo encontrarán "rentabilidad" en el territorio publicitario... a su debido tiempo, cuando estén resueltas las incertidumbres asociadas a "los fondos tóxicos". Dicho con otras palabras: la crisis de Bankia muy probablemente supondrá una merma importante en las actividades financiadas hasta ahora por esas viejas entidades que nacieron con el objetivo de canalizar en dirección social parte de sus beneficios.
El fiasco se va a notar especialmente en Canarias y Levante, donde CajaCanarias y Bancaja apadrinaban varias salas de exposiciones de cierto nivel; en Ávila, Segovia y Zaragoza; y, por supuesto, en Madrid, donde el puré de guisantes se extiende por La Casa Encendida y por la Sala de las Alhajas. Espero y deseo que los nuevos gestores mantengan la primera y como mucho, reajusten la orientación de la segunda, a mi juicio demasiado supeditada a los intereses de esa Fundación cuyo nombre me incomoda.
¿Es imaginable un replanteamiento de la "acción social y cultural" de la entidad nacionalizada según las fórmulas de La Caixa? Ojalá, pero mientras subsistan los problemas financieros, es previsible un orden de prioridades en el "gasto" que, según los hábitos imperantes, anteponga las conveniencias personales de los gestores a los intereses de la entidad a medio y largo plazo.
En consecuencia, es previsible que salgan damnificados las personas del sector "cultureta" pero, sobre todo, los jóvenes estudiosos y creadores que perderán uno de los pocos recursos de cuasi-profesionalidad activos hasta ahora. A ello habría que añadir la repercusión directa o indirecta sobre las entidades, que como el Museo Esteban Vicente, tenían comprometidas aportaciones importantes... Algunos Centros y Fundaciones regionales van a necesitar urgentemente ingresos alternativos... que, de momento, no saldrán del erario. En suma, se vislumbran malos tiempos para las actividades culturales...
Y aún existe otra cuestión importante... Me pregunto qué sucederá con las colecciones de arte que, hasta la fecha, habían reunido las viejas Cajas de Ahorros. Las de Caja Madrid y Bancaja tienen cierta entidad... ¿Establecerán algún comodato "discreto" como el de la CAM? Hagan lo que hagan... ¡con luz y taquígrafos!.
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