Así recogía la noticia La Voz de Galicia hace unos días:
"Este fin de semana el templo románico ubicado en el municipio coruñés de Irixoa abre sus puertas para celebrar las fiestas de San Cosme y San Damián. Los vecinos comprobaron en las misas de ayer el nuevo olor que desprende el solitario templo. Y encontraron la respuesta en el techo, un valioso entramado de tablas de castaño catalogado por Patrimonio y del que solo existe otro ejemplo en la provincia de Ourense.
El sacerdote, avisado por alguna gotera, optó por un tratamiento de choque para alejar las polillas. Ante la evidente falta de presupuesto, recurrió al método más barato: aplicó una mezcla de aceite quemado y queroseno por solo 250 euros. Consiguió su objetivo. Las polillas no se acercarán a esta techumbre en los próximos siglos. Pero no se percató de que su método había destrozado una de las virtudes más singulares del templo.
«Se veían las vetas de castaño, lo recordamos así siempre; ahora el techo está ennegrecido, parecen lajas muertas», señalan vecinos de la parroquia de Mántaras. El cura, que lleva dos años en este rincón de Galicia tras media vida pastoral en Venezuela, cree que lo importante son las piedras y los capiteles, «no unas tablas que deben de tener unos diez años». Los vecinos lo corrigen: «Por lo menos un siglo, y Patrimonio nos dio a nosotros mismos la orden de no tocarlas».
(...) .
Y por lo visto, no ha sido la primera iniciativa "restauradora" del sacerdote...
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