Hace unos días, Silvia me preguntaba sobre las posibilidades de los artistas como educadores... En Barcelona, en un acuerdo entre el CCCB y el MACBA con los institutos Consell de Cent y Milà i Fontanals, han creado la propuesta Habitació 1418, concebida para interesar a los jóvenes entre 14 y 18 años por el arte contemporáneo. Según recogían los medios, la propuesta combina música, teatro y nuevas tecnologías, con un formato que cede a los asistentes la iniciativa, que luego canalizarán las instituciones mencionadas mediante la intermediación del artista plástico Fito Conesa.
"Mi papel es hacer de puente entre la lluvia de ideas que sueltan y lo que puede ofrecerles la institución. Una libertad que permite que ellos poco a poco configuren el programa", explica Conesa. Un programa que fluctúa entre tres pilares: imagen, texto y nuevas tecnologías. Pero cabe todo. "La dinámica es un poco 'freestyle'", asegura el artista. También la asistencia: uno puede entrar y salir cuando quiera, e ir todos los fines de semana o solo algunos. Aunque los más repiten. ¿Por qué? "Porque es superguay". Esta era la respuesta más repetida entre los presentes el pasado sábado, la mayoría 'roomers' (así se llaman) asiduos.
Aunque las hubo de más elaboradas: "No es un sitio solo para aprender cosas sino que te permite probar y experimentar. Es muy difícil explicar qué hacemos porque cada vez es diferente", a juicio de Erika Fernández, una entusiasta de la Habitació 1418. Tan diferente que ha habido de todo: taller conceptual sobre la mentira, archivo sonoro centrado en el miedo, estampación textil, teatro en la calle, realidad virtual... Ellos proponen, y Conesa, el Macba y el CCCB disponen."
La idea tiene buena pinta; seguro que los jóvenes se entusiasman con la idea... Quedaría hacer una pregunta políticamente incorrecta: es divertido, pero... ¿tiene potencial educativo? Si con ello se consigue que los jóvenes no contemplen los museos como lugares hostiles, está bien.
"Mi papel es hacer de puente entre la lluvia de ideas que sueltan y lo que puede ofrecerles la institución. Una libertad que permite que ellos poco a poco configuren el programa", explica Conesa. Un programa que fluctúa entre tres pilares: imagen, texto y nuevas tecnologías. Pero cabe todo. "La dinámica es un poco 'freestyle'", asegura el artista. También la asistencia: uno puede entrar y salir cuando quiera, e ir todos los fines de semana o solo algunos. Aunque los más repiten. ¿Por qué? "Porque es superguay". Esta era la respuesta más repetida entre los presentes el pasado sábado, la mayoría 'roomers' (así se llaman) asiduos.
Aunque las hubo de más elaboradas: "No es un sitio solo para aprender cosas sino que te permite probar y experimentar. Es muy difícil explicar qué hacemos porque cada vez es diferente", a juicio de Erika Fernández, una entusiasta de la Habitació 1418. Tan diferente que ha habido de todo: taller conceptual sobre la mentira, archivo sonoro centrado en el miedo, estampación textil, teatro en la calle, realidad virtual... Ellos proponen, y Conesa, el Macba y el CCCB disponen."
La idea tiene buena pinta; seguro que los jóvenes se entusiasman con la idea... Quedaría hacer una pregunta políticamente incorrecta: es divertido, pero... ¿tiene potencial educativo? Si con ello se consigue que los jóvenes no contemplen los museos como lugares hostiles, está bien.
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