Es un museo del Ayuntamiento de Barcelona, que contiene una importante colección de escultura y desarrolla una gran actividad cultural, en sintonía con lo que podría ser el futuro de estas instituciones. El día que lo visitamos ofrecían un concierto para arpa y soprano de calidad excepcional, protagonizado por Esther Pinyol e Irene Mas. No sé si es buena idea para atraer visitantes al museo, pero sí para que no parezca un columbario de objetos antiguos.
Por lo demás... acaso debiera afrontar pronto una cierta renovación de las instalaciones...
Desde "mis intereses" más específicos, destacan cinco capiteles, cuatro califales y uno de ubicación más difícil; los califales imponen, a modo de preámbulo, una pequeña reconsideración, que acaso debiera haber planeado en otra entrada.
Los capiteles califales fueron estudiados con mayor o menor profundidad desde los tiempos de Lévi-Provençal, cuando éste hizo públicas buena parte de las inscripciones árabes aparecidas en España. Desde entonces y, sobre todo, a partir de 1939, se acumularon las aportaciones de Manuel Gómez-Moreno, Rafael Castejón, Manuel Ocaña, Leopoldo Torres Balbás, Basilio Pavón Maldonado, etc.
Para sistematizar las pautas evolutivas, contaron con dos grupos de datos: los proporcionados por las inscripciones fechadas que aparecen en algunas cartelas de los propios capiteles y los restos localizados en contexto arqueológico más o menos claro, sobre todo, en al-Zahra. A mi juicio, la mejor sistematización se puede encontrar en el "artículo" (Capítulo VIII) publicado en el volumen V de la Historia de España de Menéndez Pidal, que, en cierto modo, otorga continuidad a las tesis de Gómez-Moreno sobre la evolución de la escultura emiral, comentado en este mismo blog. Con esos condicionantes, Torres Balbás incluía entre finales del siglo IX y principios del X varias piezas que se adaptaban bien a ese modelo, apenas basado en sus intuiciones y en el capitel del Museo Arqueológico Nacional (MAN12), de inscripción parcialmente mutilada.
Uno de los primeros capiteles fechados mediante inscripción, que no ofrece dudas, está en el Alcázar de Sevilla (SA020); su banda epigráfica lo sitúa en el año 936, algo antes del comienzo de las obras de al-Zahra. En la actualidad y si no ha mediado algún milagro de conservación, subsiste sobredorado y pertenece a un grupo estructural típicamente califal, cuyas cualidades se aprecian bien en la imagen adjunta.
Entre los últimos, está el CMA11, fechado el el año 364 de la Hégira, es decir, entre los años 974-75. Por desgracia, fuera de ese período (936-975) y de los años definidos por las obras en la mezquita mayor de Córdoba y las de al-Zahra, no contamos con otras referencias que las deducidas de una evolución formal, siempre hipotética. Esa evolución se manifestó muy insuficiente cuando se excavó la mezquita de al-Zahra y aparecieron piezas de cualidades ajenas a ella. En alguna entrada de este blog ya he sugerido que algunos capiteles aparecidos en Sevilla y en otros lugares de la Península podrían ser del siglo X y no del IX o del XI como han indicado algunos autores.
El primer capitel fechado forma parte de un conjunto muy numeroso de concepción estructural a medio camino entre los capiteles corintios y los corintizantes; todos ellos poseen tres coronas de hojas de reparto anómalo si atendemos a las tradiciones romanas comunes en todo el universo mediterráneo y cuentan con "volutas vegetales" que culminan en motivo floral de concepción relativamente variada, unas veces de diseño plano y otras, con desarrollo helicoidal.
Teniendo en cuenta la voluntad que manifestaron las autoridades califales por recuperar las fórmulas ornamentales hispanorromanas, cabe la posibilidad de que estos modelos repitieran, a su vez, modelos de esa misma concepción cultural. Desde esa hipótesis, el Alcázar de Sevilla cuenta con varios capiteles que podrían ser romanos o repetir modelos con extrema fidelidad. Ese sería el caso del capitel SA011. Tanto si fue tallado en época islámica como en Pleno Imperio (a mi juicio y desde los daos a mi alcance en este momento, lo más probable), da una idea de las fórmulas más antiguas de esta modalidad. En él las volutas vegetales que culminan en los discos angulares, nacen en un arillo colocado bajo la penca de las hojas centrales, que acaso sugiera el nacimiento por detrás de dicha hoja
Si observamos detenidamente ambos capiteles, deduciremos que la realización de estos elementos arquitectónicos experimentó un proceso evolutivo afín al de otros, en la dirección de la estilización y el barroquismo que indica el CMA11. Aunque ambos pertenecen al mismo grupo estructural, las diferencias son notorias; el acanto, inicialmente de concepción próxima a las fórmulas de los siglos I y II, evolucionó hacia fórmulas próxima a los efectos de la talla del marfil. En el capitel más evolucionado conviven coronas de hojas (en el nivel bajo) de tradición grecolatina con otras composiciones nuevas, que podríamos relacionar con los repertorios de la tradición bizantina, pero que determinan una concepción general diferente y propia; las hojas del nivel superior ha sido sustituidas por composiciones construidas mezclando yemas de tres ápices, palmetas de escasas dimensiones, tallos de trazado más o menos caprichoso, arillos, brácteas, etc. Es curioso que, a pesar de esa evolución, subsistan en este capitel elementos que refrescan el peso de los modelos originales: las "volutas vegetales" se envuelven hacia el interior de los discos conformando las estructuras helicoidales de los ejemplares de los siglos I y II.
Tanto el CMA11 como el SA020 cuentan con ábacos de concepción similar, según fórmula muy arraigada durante el Califato, relativamente próxima a la de los capiteles imperiales pero con cualidades específicas derivadas de la pérdida de los florones en beneficio de cartelas de cualidades relativamente variadas (en otra entrada me ocuparé de estas circunstancias).
Desde los jalones definidos por ambas piezas, en principio, es sencillo clasificar cualquier capitel de esta concepción cultural siempre y cuando pertenezca a las tipologías más repetidas: la definida por los dos capiteles mencionados (corintios o corintizantes de volutas vegetales) y la de los derivados del orden compuesto, bien representada en el Museo Frederic Marés.
El BFM02 está catalogado como "de época emiral, finales del siglo IX, principios del X". Aunque está en malas condiciones de conservación (ha perdido los cuatro discos y la primera corona de hojas del cesto), lo que resta permite reconstruir su estructura, similar a la del SA020
A efectos de clasificación, lo más interesante del capitel "catalán" está en el frente del ábaco, ornado con relieves que recuerdan fórmulas más propias de los derivados del orden compuesto. Durante la primera mitad del siglo X son relativamente frecuentes los capiteles con ornato en los frentes del ábaco, aunque lo más habitual es que sean lisos o que cuenten con una incisión simple.
Quien "crea" en los "talleres milagrosos" del siglo IX, acaso debiera situar este capitel en los años comprendidos entre los tiempos de Abderramán II y el año 936, tal y como indica la cartela del museo; quienes sean más escépticos, podrían situar este capitel en los alrededores del año 936 dada la proximidad de sus elementos ornamentales con el capitel "sevillano" (SA020). A mi juicio, teniendo en cuenta que la fórmula está documentada con un conjunto muy numeroso de piezas, lo más probable es que el capitel del F. Marès respondiera a una iniciativa de gran entidad constructiva y ello apunta a los años posteriores a la proclamación del Califato (929).
El BFM01, también muy mutilado, asimismo permite imaginar su estado inicial, dentro de la línea estructural del anterior, con tres coronas de hojas y también con volutas vegetales, que se desarrollan hasta culminar en espiral hasta definir una flor de cuatro pétalos triangulares. En este capitel se aprecia con claridad la formación vegetal que ocupa el espacio definido por la yuxtaposición de las hojas de acanto, que en las piezas menos evolucionadas quedaba vacío; ese espacio está ocupado por una formación vegetal asimétrica de tallos parcialmente entrelazados. Esta fórmula es frecuente entre los capiteles más barrocos de la ciudad aúlica de al-Hakam II. El alargamiento de los folíolos que componen las palmetas y la aparición de motivos "innovadores" en el tercer orden de hojas nos permiten situarlo en un momento intermedio entre los definidos por los dos capiteles que he empleado como referencias. Si añadimos a ello que los acantos estilizados están documentados a partir del año 353 (964-965), podemos situar su realización en tiempos de al-Hakam II, tal y como proponen en el museo.
Los dos capiteles derivados del orden compuesto tienen cualidades similares (apenas se diferencian en el tratamiento del equino), que los sitúan en el mismo marco cronológico y cultural. Se distinguen del anterior por ofrecer foliolos más afilados, como es habitual durante la segunda mitad del siglo X. En la cartela del museo sitúan el BFM04 entre finales del siglo X y principios del XI y el BFM03 en tiempos de al-Hakam II. Si tenemos en cuenta que no conocemos datos contextualizados sobre al-Zahira , donde muy probablemente, se realizaron piezas similares a las de al-Hakam II, debemos ampliar el marco de adjudicación de estos capiteles, cuando menos, hasta la finalización de las obras de la ciudad aúlica de Almanzor,
En suma, a mi juicio, ambos capiteles deberían situarse en la segunda mitad del siglo X.
Por lo demás... acaso debiera afrontar pronto una cierta renovación de las instalaciones...
Capitel SA020 (936) |
Los capiteles califales fueron estudiados con mayor o menor profundidad desde los tiempos de Lévi-Provençal, cuando éste hizo públicas buena parte de las inscripciones árabes aparecidas en España. Desde entonces y, sobre todo, a partir de 1939, se acumularon las aportaciones de Manuel Gómez-Moreno, Rafael Castejón, Manuel Ocaña, Leopoldo Torres Balbás, Basilio Pavón Maldonado, etc.
Para sistematizar las pautas evolutivas, contaron con dos grupos de datos: los proporcionados por las inscripciones fechadas que aparecen en algunas cartelas de los propios capiteles y los restos localizados en contexto arqueológico más o menos claro, sobre todo, en al-Zahra. A mi juicio, la mejor sistematización se puede encontrar en el "artículo" (Capítulo VIII) publicado en el volumen V de la Historia de España de Menéndez Pidal, que, en cierto modo, otorga continuidad a las tesis de Gómez-Moreno sobre la evolución de la escultura emiral, comentado en este mismo blog. Con esos condicionantes, Torres Balbás incluía entre finales del siglo IX y principios del X varias piezas que se adaptaban bien a ese modelo, apenas basado en sus intuiciones y en el capitel del Museo Arqueológico Nacional (MAN12), de inscripción parcialmente mutilada.
Uno de los primeros capiteles fechados mediante inscripción, que no ofrece dudas, está en el Alcázar de Sevilla (SA020); su banda epigráfica lo sitúa en el año 936, algo antes del comienzo de las obras de al-Zahra. En la actualidad y si no ha mediado algún milagro de conservación, subsiste sobredorado y pertenece a un grupo estructural típicamente califal, cuyas cualidades se aprecian bien en la imagen adjunta.
Entre los últimos, está el CMA11, fechado el el año 364 de la Hégira, es decir, entre los años 974-75. Por desgracia, fuera de ese período (936-975) y de los años definidos por las obras en la mezquita mayor de Córdoba y las de al-Zahra, no contamos con otras referencias que las deducidas de una evolución formal, siempre hipotética. Esa evolución se manifestó muy insuficiente cuando se excavó la mezquita de al-Zahra y aparecieron piezas de cualidades ajenas a ella. En alguna entrada de este blog ya he sugerido que algunos capiteles aparecidos en Sevilla y en otros lugares de la Península podrían ser del siglo X y no del IX o del XI como han indicado algunos autores.
El primer capitel fechado forma parte de un conjunto muy numeroso de concepción estructural a medio camino entre los capiteles corintios y los corintizantes; todos ellos poseen tres coronas de hojas de reparto anómalo si atendemos a las tradiciones romanas comunes en todo el universo mediterráneo y cuentan con "volutas vegetales" que culminan en motivo floral de concepción relativamente variada, unas veces de diseño plano y otras, con desarrollo helicoidal.
Capitel SA011 |
Si observamos detenidamente ambos capiteles, deduciremos que la realización de estos elementos arquitectónicos experimentó un proceso evolutivo afín al de otros, en la dirección de la estilización y el barroquismo que indica el CMA11. Aunque ambos pertenecen al mismo grupo estructural, las diferencias son notorias; el acanto, inicialmente de concepción próxima a las fórmulas de los siglos I y II, evolucionó hacia fórmulas próxima a los efectos de la talla del marfil. En el capitel más evolucionado conviven coronas de hojas (en el nivel bajo) de tradición grecolatina con otras composiciones nuevas, que podríamos relacionar con los repertorios de la tradición bizantina, pero que determinan una concepción general diferente y propia; las hojas del nivel superior ha sido sustituidas por composiciones construidas mezclando yemas de tres ápices, palmetas de escasas dimensiones, tallos de trazado más o menos caprichoso, arillos, brácteas, etc. Es curioso que, a pesar de esa evolución, subsistan en este capitel elementos que refrescan el peso de los modelos originales: las "volutas vegetales" se envuelven hacia el interior de los discos conformando las estructuras helicoidales de los ejemplares de los siglos I y II.
Tanto el CMA11 como el SA020 cuentan con ábacos de concepción similar, según fórmula muy arraigada durante el Califato, relativamente próxima a la de los capiteles imperiales pero con cualidades específicas derivadas de la pérdida de los florones en beneficio de cartelas de cualidades relativamente variadas (en otra entrada me ocuparé de estas circunstancias).
Capitel CMA11 (974-75) |
El BFM02 está catalogado como "de época emiral, finales del siglo IX, principios del X". Aunque está en malas condiciones de conservación (ha perdido los cuatro discos y la primera corona de hojas del cesto), lo que resta permite reconstruir su estructura, similar a la del SA020
A efectos de clasificación, lo más interesante del capitel "catalán" está en el frente del ábaco, ornado con relieves que recuerdan fórmulas más propias de los derivados del orden compuesto. Durante la primera mitad del siglo X son relativamente frecuentes los capiteles con ornato en los frentes del ábaco, aunque lo más habitual es que sean lisos o que cuenten con una incisión simple.
Quien "crea" en los "talleres milagrosos" del siglo IX, acaso debiera situar este capitel en los años comprendidos entre los tiempos de Abderramán II y el año 936, tal y como indica la cartela del museo; quienes sean más escépticos, podrían situar este capitel en los alrededores del año 936 dada la proximidad de sus elementos ornamentales con el capitel "sevillano" (SA020). A mi juicio, teniendo en cuenta que la fórmula está documentada con un conjunto muy numeroso de piezas, lo más probable es que el capitel del F. Marès respondiera a una iniciativa de gran entidad constructiva y ello apunta a los años posteriores a la proclamación del Califato (929).
Capitel BFM02 |
Capitel BFM01 |
En suma, a mi juicio, ambos capiteles deberían situarse en la segunda mitad del siglo X.
Cpitel BFM04
|
Capitel BFM03
|
En las proximidades de los capiteles califales se ofrece otro capitel de trazas muy diferentes a los de los mencionados hasta aquí. Se aproxima a la idea del capitel imposta, pero tiene un tratamiento demasiado sumario para vincularlo directamente con las corrientes bizantinas pero sí con su influjo. Reconozco mis limitaciones para valorar este tipo de elementos, pero desde lo ofrecido en este blog, me hace pensar en el capitel figurado de Món Sant Benet y, por lo tanto, en que realmente fuera realizado entre finales del siglo X y principios del XI, tal y como indican en la cartela del museo.
Capitel BFM05 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario