martes, 26 de febrero de 2008

Más sobre Arco

Por C.B.G.



Se dice que en la feria de Arco ha estado algo ausente la pintura y la escultura, hay gente que ha salido algo decepcionada . Arco ha estado protagonizada este año por la nueva imagen , la fotografía, los comentarios no se han dejado esperar, como siempre el viejo tópico “El arte ha muerto”. Nada más lejos de la realidad , Paul Valery decía que una obra de arte era el resultado de una acción cuya meta finita es provocar en alguien desarrollos infinitos, producir el universo de la resonancia visible Podríamos entender con Paul Valery cuando se refiere al infinito estético, que el arte, al igual que la conocida teoría del espacio, se encuentra en continua expansión (una obra de arte suscita a otras y de cada una de estas surgirán otras más, como rompiendo en razones exponenciales constante) .



Todo ello en una aparente contradicción con las teorías hegelianas de las que podría desprenderse en una primera lectura, que nos habla de la muerte del arte como tal , aunque a lo que realmente alude es a la “muerte dialéctica de ciertas figuras de la consciencia dentro del actuar artístico y estético”. Hegel no se refería al final o a la conclusión del arte, si no como señala Humberto Eco, al fin de una determinada forma de arte. Posiblemente los primeros gérmenes, no de la muerte del arte, si no de la nueva situación, se encontrara en algunas pinturas de David que con esa “caída de las imágenes” aludía metafóricamente a esta. No obstante algunos autores les ha interesado escoger el sentido literal de muerte del arte para formular sus propias teorías desde diferentes perspectivas El dadaísmo en particular adoptó este principio como crítica a la sociedad industrial; las vanguardias rusas proclamaron la muerte del arte con una pretensión revolucionaria. Finalmente el futurismo lo proclamó como un culto a la industria moderna. Cada una de ellas representativas de tres actitudes básicas que se han prolongado a lo largo del siglo XX. Estos en definitiva son tres de los rostros, que exhibe la moderna crisis estética Arthur C. Danto también escoge esa idea, aunque se podría dudar a que obedece realmente su intención, si se trata de una convicción propia o una forma de adquirir notoriedad. La manifestación que realiza (El arte ha muerto. Sus movimientos actuales no reflejan la menor vitalidad; ni siquiera muestran las agónicas convulsiones que preceden a la muerte; no son más que las mecánicas acciones reflejas de un cadáver) en el libro “El fin del arte” le valió para conseguir su trabajo de crítico de arte. Lo cual no deja de ser una paradoja aunque el intente debatirla con cierta demagogia al decir “Llegar al final no quiere decir detenerse. El hecho de que haya una cantidad de obras de arte sobre las cuales escribir como crítico es coherente con el advenimiento del fin del arte. El fin del arte significa un pluralismo radical, que no permite la existencia de una sola dirección posible. No existe esa dirección. Todo es posible. Y eso permite desarrollar un tipo de crítica que toma y analiza cada cosa a medida que surge.” Puede que Danton llame pluralismo radical en el arte a lo que Paul Valery llamó infinito estético: Infinidad de tendencias artísticas o pluralidad artística sin dirección en definitiva se trata de multiplicidad de orientaciones estéticas. Y efectivamente es así el periodo más controvertido de eses pluralismo comienza a partir de los años sesenta, cuando se produjeron importantes confluencias de arte música , de cine y perfomance, de pintura y cultura popular . En el arte de los setenta se puede afirmar que la perfomance se convierte en una de las maneras de “ representar “ una imagen. Este cambio o mutación gradual en las rígidas formas del arte moderno da paso a una concepción del arte totalmente distinta que se basa en nuevos presupuestos críticos.

2 comentarios:

  1. Yo creo que Valéry habla en este textito sobre el infinito estético de algo diferente a un arte en expansión. Su análisis se refiere únicamente a las “sensaciones individuales” (provocar en “alguien”). Nada que ver con la obra, ni mucho menos con la frase “la muerte del arte” cuyo sentido ignoro, ya que el arte ni vive ni muere.

    Es más, la frase de Valéry sobre el orden de lo estético (y sus efectos tendencialmente infinitos), solamente tiene sentido si se la compara con el orden de las cosas prácticas al que hace referencia en el mismo texto. En particular Valéry se refiere a esas sensaciones (por ejemplo, el deleite) que quieren “durar en ellas” frente a otras (como el hambre) que hacen lo posible por aniquilarse. Orden de lo estético vs orden de las cosas prácticas.

    Habría que analizar donde queda el arte para cada cual (si en lo estético, o en lo práctico). Yo, en particular, no estoy de acuerdo aquí con Valery. A mí una obra de arte tiene que saciarme y nutrirme igual que un bocata de mortadela. Nada de desarrollos infinitos.

    Dicho esto, no creo que se pueda comparar este texto de Valéry con la muerte del arte Hegeliana y todo lo demás que dices. Valéry siempre habla de sensaciones individuales (más o menos trascendentes... es poeta). Y eso vive y muere con cada individuo, independientemente de Hegel, Eco o quien sea.

    Tampoco creo que tenga el mismo sentido esa necesidad de cambio y deseo de los que habla el poeta, esa continua sed que sentimos... con lo que apuntas de Arthur C. Danto y la infinidad de tendencias (¿).

    Saludos
    Vera

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  2. Dice CBG

    (Para Vera) Se perfectamente a lo que se refería Valery pero he querido dar otra vuelta de tuerca partiendo de esa idea La riqueza de los textos se encuentra en la diversidad de lectura que podemos intuir a partir de ellos. Precisamente Valery gustaba de esa ambigüedad.

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