martes, 24 de febrero de 2009

ARCO 2009

Hace años perdí la costumbre de recorrer ARCO y, sin embargo, cada mes de febrero tengo la obligación profesional de recomendar recorrer los stads... con hondo pesar, porque poco a poco mis tragaderas se van estrechando... o las ruedas de molino aumentan de tamaño hasta alcanzar dimensiones descomunales.
Puede que mi percepción esté equivocada y me gustaría que alguien con argumentos sólidos me iluminara, pero hoy por hoy mi imagen de ARCO se define con cuatro brochazos de cromatismo patético:
1. Me parece una feria concebida para reforzar un hipotético mercado de pretendida homologación estética, que con el paso de los años, apenas ha cambiado desde la situación inicial, porque tanto el mercado como la feria se siguen sosteniendo gracias a las entidades oficiales, al coleccionismo institucional (bancos, aseguradoras, etc.) y a un grupo poco numeroso de coleccionistas impenitentes.
2. Entiendo que la feria se sostiene, sobre todo, gracias al "prestigio curricular" que proporciona a quienes participan en ella, y a las posibilidades que ello implica a efectos de proyección profesional (para los artistas) y comercial (para las galerías).
3. "Creo" que la actual gestión de ARCO establece, de hecho, dos grandes grupos, que son fiel reflejo de nuestra estructura social:
a) Los privilegiados, que "usan" ARCO como evento socio-comercial, financiado con el dinero de los contribuyentes, los jóvenes artistas y los "pringaos". En él se integran quienes acuden al evento con gastos pagados: políticos, funcionarios de alto rango (de nombramiento discrecional) relacionados con las administraciones involucradas, técnicos de museos o en general, funcionarios relacionados con la adquisición institucional de obras de arte, ejecutivos de entidades financieras, compañías de seguros, clientes potenciales (especuladores, comisionistas, etc.)... personas del grupo social próximo a las galerías que exponen, etc.
b) Los "pringaos". Quienes deben pagar por cometer el terrible pecado de la curiosidad estética... Lo dijo Thomas Krens cuando desembarcóo con el Guggenheim-Bilbao: si el interés estético de la sociedad puede funcionar como "locomotora financiera", ¿por qué desaprovechar su energía...?
4. La gestión ofrece una imagen de glotonería financiera impropia de una entidad pública, que debería regirse por el viejo principio de Nulla Ethica sine Æsthetica. Me parece escandaloso que se aplique tarifa reducida de 21 € a los estudiantes de Bellas Artes y, en general, a cualquier persona que pudiera acreditar interés académico para visitar el certamen... Francamente, no sé cómo no se le cae la cara de vergüenza a todas las personas relacionadas con la gestión de ARCO, a quienes recorren sus pasillos con etiquetas de privilegio y a quienes dirigen la inauguración con cara de circunstancias.


He oído decir que la entrada no era tan cara porque, sin ir más lejos, la EXPO de Zaragoza fijó precios más elevados y en ambos casos la gente acudió en tropel... Sí, en efecto, si 100 millones de moscas comen mierda y alguien pone una tienda donde la vende a 50 € el kilo, la mierda debe ser exquisita...
Ignoro cómo justificarán los "responsables" de turno tanta arbitrariedad, pero desde el territorio estético, la conclusión que surge casi necesariamente es obvia: ARCO se rige por los principios del pensamiento político liberal y los artistas y quienes aspiren a serlo deben comprender que su proyección profesional pasa por satisfacer a quienes pueden pagar... aquello que, según nos decían los acólitos de Immanuel Kant, no tiene precio. Para partirse de risa.

domingo, 22 de febrero de 2009

Caja Madrid y las sombras... de una gestión cultural penosa

Casi por pasar el rato, hemos dado una vuelta por la sala de CajaMadrid para echar un vistazo a la exposición que, en contubernio con Tita's Museum, ambas instituciones dedican a "La sombra". Los gestores de la entidad financiera madrileña se superan evento a evento. Supongo que, tras "Las lágrimas de Eros" (anunciada para el próximo mes de octubre), dedicarán la sala a "El color"; luego pueden seguir con "La luz", "El brochazo", "Los pigmentos"... Y si se les acaban las ideas, me ofrezco a inventar cien obviedades del mismo tipo, con referencias míticas comparables a la fábula de Plinio el Viejo sobre la hija del alfarero Butades. Para la luz, podríamos recurrir al mismo mito (la joven perfiló la línea que separaba la luz de la sombra), hablar del resplandor de Zeus o recoger cualquier comentario de Eumolpo... a modo de vía transversal... A mi tampoco me falta sentido del humor, aunque disimule, ni ganas de tomar el pelo a la gente.
Por fortuna, en nuestros días no falta público para cualquier exposición, por inoportuna que sea, y no creo que a nadie se le ocurra discutir iniciativas tan descafeinadas, pero la imagen de la entidad financiera madrileña no puede quedar en buen lugar, sobre todo, si comparamos este engendro con lo que ahora mismo hay en Caixa-Forum.
Por el lado positivo... Es un buen momento para contemplar diez o veinte pinturas (según los criterios selectivos de cada cual) de planteamientos representativos, difíciles de ver en circunstancias "normales"; entre ellas destaca La sombra sobre la mujer, de Picasso.

Me ha divertido especialmente que dedicaran un apartado a "la sombra" en el cine... En la misma línea, cuando realicen la exposición dedicada a "el color", deberán crear una sección cinematográfica... Será interesante ver qué películas descartan... porque seguro que para ilustrar la importancia del color en el cine eligen la trilogía de Krzysztoft Kieslowski.
Dicen que la muestra de Tita's Museum es más interesante... Así, pues, a pasar por caja...

Caixa-Forum sigue en su línea

Caixa Forum sigue siendo actualidad cultural gracias a un conjunto de actividades que, por aquello de las comparaciones, nos hace sentir envidia sana e insana de algunas cosas catalanas: la costa, el clima, el conjunto monumental de la ciudad antigua, algunos famosos cabarets... la capacidad gestora de la Caixa. Estos días podemos contemplar una exposición muy interesante con obras de la propia entidad bancaria, un pequeño montaje explicativo sobre la obra de Barceló en Ginebra y, lo que parece recabar la mayor aceptación social: las obras de Rodin, que convocan verdaderas aglomeraciones de público ávido del arte de toda la vida.
Acudimos el sábado y además de cumplir el rito obligado de las fotografías, dimos un paseo por las salas de "Zonas de riesgo", donde han reunido varias obras interesantes, alguna de pasado conocido en una exposición memorable del Reina Sofía... Lo más curioso: un joven guía con aspecto de Harry Poter empollón en Historia del Arte, explicaba a la puerta de una sala de proyección una vídeo-obra a un grupo de personas... Seguramente, tenían poco tiempo para hacer una visita detallada... La exposición, según mi juicio, es de un nivel bastante alto.
En otra sala de pocos metros cuadrados se ofrece al público una especie de "reportaje" fotográfico y videográfico sobre la polémica obra de Barceló, que apesta a promoción simbiótica...
En definitiva, obras para todos los gustos...