domingo, 27 de mayo de 2018

Los capiteles del Museo de Úbeda

No es muy rica la colección de capiteles del Museo de Úbeda; sin embargo, ofrece uno que merece un interés especial, dada su singularidad, al menos, entre lo que conozco. Está catalogado como "romano", pero ofrece rasgos que, en principio, salen de lo más habitual entre estos elementos arquitectónicos. Cuenta con cesto que, por la parte inferior, es de sección cilíndrica y por la superior, cuadrada; tiene un grueso ábaco y la superficie del centro está recubierto mediante elementos vegetales de factura tosca, con una circunstancia singular: el ornato no se reparte por las caras mediante composiciones simétricas. ¿Capitel romano? Si definimos la cultura romana como la que se relaciona con los arquetipos y fórmulas divulgadas mientras se mantuvieron las instituciones imperiales, estaría claro que este capitel no es "romano"; si la valoramos con más amplitud, vinculándola al periodo en el que la península Ibérica estuvo bajo control político y militar romano, acaso fuera admisible catalogarlo en esos términos. En todo caso, se trata de una pieza singular, que también podríamos relacionar con fórmula prerromanas.


JUB01
Especial interés tiene un relieve que contiene la representación de un pequeño capitel de una única corona de hojas de acanto, pertenenciente a un monumento funerario, aparecido en el cortijo de Doña Aldonza, que se atribuye a la época de Augusto. Entiendo que es muy interesante advertir cómo se resuelve la representación de un capitel corintio de pilastra.



Menos "interesante" es el capitel JUB02, bastante erosionado superficialmente aunque se aprecian con relativa claridad todos sus elementos, que lo sitúan en el siglo II.
JUB02
Para finalizar, no desentona en términos de excepcionalidad el capitel JUB03. Se ha catalogado como "visigodo", seguramente siguiendo las hipótesis de tiempos del señor Camps, cuando todo los "anómalo" se consideraba "visigodo". En este caso, me siento incapaz de emitir un juicio de valoración, contando con su parentesco con otro del Museo de Málaga. Puede ser un ejemplar tardío pero también realizado en una zona marginal...

JUB03

Sobre unos capiteles del Museo Arqueológico de Sevilla. Tras la pista bizantina en el sur peninsular.

El Museo Arqueológico de Sevilla tiene una colección numerosa de capiteles, algunos de ellos de excepcional interés. Por desgracia, en las salas se puede ver una selección realizada mediante criterios difíciles de entender y es de suponer que esa situación dure más de lo que nos gustaría a "algunos"... Supongo que sería demasiado ingenuo esperar que museos como éste se sumen a la idea de hacer visitables los almacenes sin necesidad de entrar en los protocolos de la investigación institucionalizada, que siempre impone dedicar demasiado tiempo y esfuerzos a la parte burocrática de esa labor.
Esta entrada nació nació a propósito de una visita realizada Al Museo Arqueológico de Sevilla hace casi un año; lleva demasiado tiempo en la "nevera" porque me han ido llegando noticias de piezas relacionadas con lo que, en principio, iba a ser el núcleo de su contenido, orientado a la huella bizantina en la Bética o si se prefiere, a seguir la pista de la ornamentación arquitectónica durante los años comprendidos entre la aparición de una "estética romana" de marcados tintes locales, que se inclinó hacia las primeras aportaciones orientales, y el nacimiento de las variedades que anticiparon la dispersión medieval. Espero que, a causa de ese retraso, el contenido no esté demasiado descontextualizado. Si así fuera, intentaré remediarlo lo antes posible dado que tengo unos cuantos asuntos pendientes en la ciudad del NO8DO.

Entre Sevilla y Córdoba.

Para afrontar el mencionado proceso, merece detenerse por unos minutos ante un capitel del Museo Arqueológico de Sevilla (el SMA065), que según la cartela procede de Itálica y debió ser realizado entre los siglos II y III.
SMA065
Estructuralmente contiene todos los elementos del orden salvo el conjunto axial. Lo más interesante está en la vertiente ornamental resuelta mediante una talla de escaso relieve y con un tipo de acanto casi plano, que, por el alargamiento de los folíolos, efectivamente hace pensar en las fórmulas orientales de los siglos II y III; sin embargo, no se puede decir que esa relación sea clara. Merece ser destacada la manera de unir las hojas de la corona inferior mediante arcos casi cerrados por completo, según fórmula relativamente común en piezas evolucionadas.
Otro tanto sucede con el cuerpo superior: el conjunto caulículos-cáliz-volutas tampoco responde a lo más frecuente en esa línea. Los caulículos, con remate sogueado, siguen fórmulas tradicionales. Algo más explícito es el cáliz, de escaso desarrollo, tal y como es común en los siglos mencionados; por fín, las volutas también se acercan a modalidades relacionadas con los capiteles corintios asiáticos: las interiores soportan el labio del "kalathos", perfectamente marcado, mientras que las exteriores culminan ante las esquinas de un ábaco de brazos casi rectilíneos y de escasa concavidad. Es de justicia entrecomillar el término "kalathos", porque este capitel se distingue precisamente por ofrecer un elemento que ocupa el lugar del borde del cesto, sin que éste esté bien definido. También tiene interés lo poco que resta de la molduración superior del ábaco mediante un perfil estrecho propio de tiempos no muy avanzados.
Guarda estrecha relación con varios de la Mezquita Mayor de Córdoba, recogidos en las imágenes adjuntas, con dos más del propio museo y oro retallado de la iglesia del Salvador de Sevilla. Todos ellos se distinguen por una interpretación relativamente laxa del orden, con tendencia al ornato tapizante; cuentan con "anomalías creativas" más o menos relevantes en cada pieza y con un tipo de "acanto" de concepción muy plana. más propia de un guante que de una formación "vegetal". Frente a esas liberalidades, se conserva la concepción estructural del orden, con kalathos troncocónico aceptablemente definido. Algunos ofrecen labio del cesto definido mediante moldura gruesa; otros poseen configuraciones diferentes, pero siempre sin romper las amarras con las tradiciones romanas de los siglos I y II. Para complicar la clasificación. poseen ábaco estrecho y de escasa concavidad, que nos invita a relacionarlos con cimacios o, incluso, con sobreábacos como los que están documentados en San Cebrián de Mazote.

Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba

Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba

SSA10, Iglesia del Salvador, S. IV?
Con criterios "amplios", podríamos vincular a este grupo unos cuantos más de la Mezquite Mayor de Córdoba, de concepción estética comparable, en tendencia hacia el hórror vacui,  aunque con varias diferencias significativas: el uso de elementos comunes en el norte de África y en el sur de Italia (series de palmas o "cañas") y ábacos de mayor articulación, próximos a las fórmulas de los siglos I y II, con ornato de mayor o menos complejidad en el frente.

Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba

Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba
Es difícil encontrar paralelos literales a esta serie andaluza; sin embargo, son muy numerosos los que ofrecen fórmulas estructurales y decorativas derivadas de una cierta simplificación de sus elementos, que se suelen catalogar entre los siglos III y IV. Entre los paralelos de estas series me gustaría señalar dos capiteles más; uno del Museo de los Conservadores de Roma, cuyas cualidades podrían soportar el empeño de relacionar a unos y otros de forma directa y otro más de la propia Mezquita Mayor de Córdoba, con cualidades especialmente llamativas desde los asuntos planteados en este blog.

Roma. Capitel del Museo de los Conservadores
El de Córdoba (ver imagen anexa inferior) presenta un labio de kalathos sumamente irregular, aunque el cuerpo superior se acerca más al tronco de pirámide que al de cono. Lo más curioso es que el tallista superpuso sobre las hojas arcos ultrapasados e invertidos de laureas, que también se aplicaron al frente del ábaco. Si se me permite el guiño, podríamos decir que el arco de herradura unido a la laurea podría servir para convertirlo en emblema del "arte mozárabe"...
Dada la configuración del ábaco, ya alejada de las fórmulas romanas convencionales que, en este sentido, ofrecen los demás, éste podría ser el más moderno del conjunto definido, con menos arbitrariedad de la que apreciaría cualquier especialista ortodoxo, en la serie citada. Aunque sería difícil relacionarlo directamente con las fórmulas bizantinas, es indudable que la circunstancia indicada y, sobre todo, el planteamiento apaisado, debería impulsarnos a situarlo entre los más modernos de esta irregular serie, en un momento próximo al año 400.

CMMPr0007. Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba
Al conjunto mencionado, mayoritariamente localizado en la mezquita mayor de Córdoba, se deben unir dos del museo sevillano, que si no he interpretado mal el sentido de las cartelas, están considerados como "visigodos": el SMA034 y el SMA035  (este último procedente del Corral del Rey).  Ambos ofrecen estructuras similares a las descritas y, muy especialmente, al SMA065; pero se distinguen de él y de los cordobeses por algunos detalles ornamentales y por la retícula de trepanaciones que los cubren. A mi juicio, es probable que las trapanaciones sean fruto de una acción realizada en época incierta pero, en todo caso, ajena al diseño original. Podrían "entenderse" como preparación para realizar una talla de mayor "carnosidad" o de contraste entre figura y fondo, como es común en los capiteles califales; pero en todo caso, teniendo en cuenta los paralelos indicados, parece poco probable que las trepanaciones fueran realizadas en el momento de la talla inicial.
SMA034
SMA035
Sin duda, los SMA034 y SMA035 deben corresponder a un momento cultural anterior a "los tiempos visigodos". Y si se propone la cronología de los siglos II y III para el de Itálica, esa misma fecha debería adjudicarse a los otros dos. La inexistencia de rasgos claros de iconografía cristiana entre laos paralelos mencionados—algunos elementos podrían relacionarse con fórmulas de la cerámica moldeada pero también con variedades ornamentales típicamente romanas— impide aventurar una cronología posterior al Edicto de Tsalónica (380), salvo en el caso del CMMPr0007, que pudiera ser el más moderno de todos, acaso realizado en los alrededores del año 400.
En definitiva, todos los capiteles de la serie recogida en las líneas precedentes, por supuesto, incluidos los SMA034 y SMA035, deben situarse, con máxima probabilidad, entre los siglos III y IV. Con cierta prudencia, debo manifestar mi "alegría" porque se plantee la hipótesis de que algunas variedades "evolucionadas" del orden corintio puedan adjudicarse al siglo II; es más, de acuerdo con ciertas observaciones planteadas en este blog (véase, por ejemplo, el caso del templo de Vienne), al menos para quien redacta estas líneas, no sería demasiado sorprendente que a finales del siglo II hubieran existido talleres locales del potencial creativo acreditado por estos capiteles, en los que se aprecia una concepción estética —unos criterios ornamentales— no muy alejada del virtuosismo de los de otras áreas imperiales. Y muy probablemente, lo que hemos visto reflejaría cómo estos talleres interpretaron de manera casi tangencial el influjo oriental que debió llegar a la Bética, un poco antes de la difusión del cristianismo. El alejamiento geográfico podría ayudar a entenderlo, por supuesto, teniendo muy presente la relación secular con el norte de África.


Los capiteles de volutas en V con cuatro hojas angulares. 

El Museo Arqueológico de Sevilla posee tres capiteles que nos obligan, una vez más, a enfrentarnos con el problema de los capiteles con volutas en V, en este caso, con una única corona de cuatro hojas angulares. Cuando trataba del que hay en el Museo de Málaga, adelantaba que me detendría ante este tipo de piezas con un poco más de detalle... Cumple recuperar el asunto de los capiteles con volutas en V para ofrecer una reflexión que acaso ayude al lector a familiarizarse con los problemas de clasificación que ofrecen los que, por su concepción estructural, se aproximan a dicha modalidad.
Desde lo que conozco, existe un grupo relativamente numeroso de capiteles que responden a esa estructura y que ya han aparecido en alguna ocasión en este blog (por ejemplo, los de Puente Genil). Entre ellos, destacan unos cuantos, repartidos entre los museos de Málaga, Córdoba, Sevilla y Madrid, a los que se podría añadir alguna piezas suelta más, de concepción bastante similar pero no lo suficiente como para establecer que componen una "familia clara".
Estos capiteles han sido valorados como "protobizantinos", no sé si con demasiado acierto, teniendo en cuenta que el prefijo "proto" implica "primero". Si han aparecido en la Bética, sería forzar los términos adjudicarlos a un "primer taller bizantino": los primeros talleres bizantinos deberían situarse donde naciera la cultura bizantina, obviamente, en Bizancio o, forzando mínimamente los términos, en los lugares donde se generaron los modelos más repetidos bajo la hegemonía del Imperio de Oriente. Tal y como hemos visto en una entrada anterior, podría tener sentido aplicar esa valoración a los talleres de Rávena o, incluso, de las proximidades de Atenas, pero no a los de la Bética.
Supongo que con el término "protobizantinos", desean plantear la existencia de algunos capiteles realizados en paralelo a ciertas variedades bizantinzas; pero ni con ese matiz, me parece oportuno el término, puesto que induce valoraciones que se alejan de la realidad material de "los hechos históricos", particularmente claros en el universo de los capiteles: en la península Ibérica como en la Galia, no se aprecia con claridad la implantación de la cultura bizantina, aunque está perfectamente documentada la aparición de unas cuantas piezas que pudieran documentar justo lo contrario de lo que implica el mencionado término.

Museo Arqueológico de Tarragona, MNAT34253
Otra cosa sería que con ese término se estuviera poniendo de manifiesto que, de algún modo, la Bética participó del proceso evolutivo que culminó en la gestación de los prototipos bizantinos, pero en ese caso sería más propio emplear un término menos grandilocuente... Sea como fuere, merece la pena una breve reconsideración sobre el posible origen de los mencionados capiteles que, a su vez, acaso debieran articularse en varios subgrupos, como veremos enseguida.
Desde lo que conocemos parece que los capiteles bizantinos de cuatro hojas angulares y volutas en V y "de lira", podrían derivar de los corintios asiáticos evolucionados. No obstante, es relativamente sencillo ampliar esa hipótesis porque son frecuentes los capiteles con esa estructura aparecidos en Occidente con ornato ajeno a "lo oriental". En consecuencia, se pueden mencionar varias posibles "fuentes" para explicar la aparición de dichas tipologías que, por supuesto, no deberían entenderse como excluyentes:

a) Los capiteles corintios itálicos. Entre los capiteles del Museo Arqueológico de Tarragona, existe uno, el MNAT34253, que nos podría ayudar a concretar la hipótesis. Tiene dos coronas de hojas pero carece de volutas internas como es habitual entre los capiteles itálicos. Ciertos capiteles aparecidos en Cataluña, que algunos estudiosos atribuyen a época tardía, podrían estar documentando la aparición temprana de variedades de cuatro hojas angulares y volutas en V, precisamente, a partir de capiteles como el MNAT34253.

Capitel del Panteón de Roma
b) Los capiteles corintizantes definen una estructura que, en cierto modo y desde el cambio de era, podría considerarse "de volutas en V". De hecho, desde las fórmulas "barrocas" del siglo II, comienzan a proliferar capiteles de diferentes modalidades entre las que también aparecen algunos sin corona inferior y con cuatro hojas angulares (Pensabene, Ostia, 556). Una fórmula híbrida entre las tradiciones corintizantes y la "evolución" de los corintios itálicos dio lugar a fórmulas ornamentales de gran éxito en el universo de las primeras villas "orientales", que encontramos, por ejemplo, en la de Armira (Bulgaria) (Mladenova, 1979), donde aparecen capiteles como el SOMA06, con estructura ya muy próxima a los de "volutas en V", por supuesto, en un contexto ya dominado por las variedades asiáticas. Es de suponer que en las zonas más romanizadas y concretamente, en la Bética, existieran edificios que, con sus propias peculiaridades culturales, participaran del espíritu "renovador" que observamos, por ejemplo, en la llamada "escuela de Afrodisias".

Capitelillo de pilastra de "villa Armira", SOMA06, Museo Arqueológico de Sofía
Por otra parte, desde muy pronto, la simplificación de las fórmulas corintizantes dio como resultado modelos como el del Museo de Mérida (MMAR032), realizado en los alrededores del año 300 (o tal vez, algo antes), con una configuración perfectamente definida de "volutas en V", que no sabríamos decir si deriva de  capiteles como los de el Panteón de Agripa, o de los corintios itálicos; el espesor del kalathos. hace pensar en las modalidades corintizantes, pero no creo que se prescindir de cierto escepticismo...

MMAR032, procedente de la casa romana de la calle Suárez Somonte, ha. 300

Asímismo, es muy probable que desde muy pronto aparecieran piezas con diseños variados, como el capitel de Setúbal (SETM01), de configuración perfectamente definida en el proceso mencionado, pero ya con una única corona de hojas angulares. Asumiendo que es difícil integrar en un modelo evolutivo "la "capacidad creativa" de los talleres "marginales", no creo que sea posible establecer vínculos entre capiteles como éste y otros posteriores de estructura similar. Piezas como ésta, como las de Puente Genil y la de Jaén son testimonios de unas fórmulas que pervivieron a lo largo de los siglos, probablemente, porque hasta la implantación definitiva del cristianismo, subsistirían en mejor o peor estado edificios con capiteles de ese tipo, que pudieron servir como referencias, al menos, hasta el siglo VII. Me excuso por no reiterar más que al hilo de este breve comentario, que durante el siglo X, las fórmulas del Pleno Imperio sirvieron como referencias, como paradigmas, como modelos a imitar. Estos capiteles tienen una cualidad común: no se aprecian en ellos rasgos que los relaciones directamente con las fórmulas bizantinas y, en consecuencia, es razonable situarlos antes del siglo VI. La fuerte valoración del labio del kalathos, la articulación del ábaco, el carácter de las cartelas y la inexistencia de las mensulillas de cul-de-lampe bajo éstas, nos hacen pensar en los alrededores del año 350. Naturalmente, en Hispania y, sobre todo en la Bética, conocida la escasa implantación de las fórmulas estrictamente bizantinas, seria factible imaginar la existencia de algún taller que continuara trabajando con fórmulas del acervo propio durante los siglos V y VI.

SETM01

MPGL02. Puente Genil

JAMU3070, Museo de Jaén
c) A las dos posibles fuentes mencionadas debemos unir la que, en apariencia, parece la más probable, al menos si pensamos en las modalidades más repetidas de volutas en V en época bizantina, que deriven de la simplificación de los los "corintios asiáticos" que encontramos, sobre todo, en el norte de África, en todo Oriente (desde Rávena hasta Damasco) y, muy especialmente, en Éfeso. Esta corriente podría ser deudora, a su vez, de variedades griegas que, al sustituir las volutas interiores por figuras animada, obtuvieron estructuras prácticamente idénticas a las de los capiteles con volutas en V.

Desde las tres fuentes mencionadas, enfrentarse con un caso concreto puede implicar dudas difíciles de dispar. Por ejemplo, los dos capiteles de Éfeso recogidos a continuación podrían definir una secuencia de evolución directa desde fuentes griegas antiguas, que culminaría en prototipos de cuatro coronas angulares y "volutas en V", antes de que aparecieran las modalidades documentadas en Canstantinopla, Rávena y Atenas. Esas fórmulas podrían haber sido asimiladas por las autoridades bizantinas con el criterio conservador que se manifiesta en casi todas las formas de creación estética. Si comparamos los de Éfeso con el de Saqqara, conservado en el Metropolitan, advertiremos que, en más de trescientos años apenas existen las diferencias debidas a la particular evolución de los acantos en la zona Egipcia y, en particular, la documentada por los restos del mencionado monasterio, con los ojales casi triangulares y muy alargados, propios de las modalidades de la tierra de los faraones.

MAEF05. Capitel de los siglos III-IV. Museo Arqueológico de Éfeso

EFDES059. Capitel siglos III-IV. Éfeso, despoblado

Metropolitan. Capitel de Saqqara, s, VI-VII. Foto Metropolitan

Desde el proceso mencionado y si, como en mi caso, no tenemos la preocupación de ser extremadamente precisos —que lo sean quienes estén más interesados en asuntos de rigor metodológico— , es relativamente "sencillo" clasificar las variedades estructurales definidas en otras entradas, entre las que destacarían los capiteles "de lira" y los de dos coronas de hojas "con volutas en V", de los que pudieron derivar las variedades hispanas de la diócesis de Astorga y, muy especialmente, los más "bizantinos" de la serie de Mazote. La existencia de esas dos variedades ayudaría a entender la aparición en época bizantina de las fórmulas de cuatro hojas angulares para piezas de pequeña escala, como las que hay en las criptas de las catedrales de Otranto y Trani, y, por supuesto, los de San Nicolás de Bari y de otros muchos edificios distribuidos por las áreas de gran implantación bizantina, especialmente, en el norte de África (Egipto y la actual Túnez). La imposibilidad de reducir "a escala" los detalles ornamentales forzaría la eliminación de una de las coronas de hojas, hasta definir modelos como los mencionados.
Y para acotar con mayor complejidad la difusión de estas fórmulas, aún restaría mencionar brevemente los cauces empleados para materializarla; dos de ellos están perfectamente documentados y el tercero es fácilmente deducible:

a) La exportación directa de piezas realizadas en Estambul o sus alrededores. En la península Ibérica no han aparecido demasiados capiteles realizados en Bizancio, pero los que conocemos son muy significativos de cómo se materializaron las relaciones con la capital oriental del Imperio. Conocemos capiteles estrictamente bizantinos aparecidos en Barcelona, Palma de Mallorca, Wamba, Toledo... y tal vez, alguno más "escondido" en los almacenes de ciertos museos de la vertiente mediterránea... El conjunto debería añadirse a los repartidos por buena parte del antiguo Imperio Romano, especialmente en Italia (norte y sur), por supuesto, por la cornisa sur del Mediterráneo y por la costa francesa: recuérdese el capitel de Arlés, documentado por Annie Pralong.

b) Mediante la exportación de objetos que podían concretar la materialización de fórmulas de ornamentación arquitectónica como la acreditada por el relicario de Narbona, que por fortuna define una estructura arquitectónica en miniatura con capiteles de cuatro hojas angulares "con volutas en V", sorprendentemente con acantos de dos modalidades distintas. Líneas atrás mencionaba la simplificación que supone suprimir un orden de hojas...De hecho, esa simplificación se manifiesta frecuentemente en las representaciones de elementos arquitectónicos que encontramos en las estelas funerarias de los siglos I al IV y, por supuesto, en los sarcófagos cristianos de los siglos IV y sucesivos; casi todos ello suelen contener capiteles con una única corona de hojas. Por supuesto, existen excepciones como el de la Traditio Legis delle Grotte Vaticane inv. 174 del museo Pio Cristiano, que supera en virtuosismo al muy celebrado de Giunio Basso (359), pero lo más frecuente es que las representaciones de ese tipo cuenten con capiteles "simplificados" con una corona que, en ocasiones, sorprenden por la la proximidad piezas concretas. En todo caso, es de suponer la intervención decisiva de un trasiego muy activo de bienes muebles, más o menos ligeros —orfebrería, marfiles, miniaturas, etc.—, que reforzarían considerablemente este proceso. Los pocos marfiles que han llegado a nuestros días con representaciones de elementos arquitectónicos apuntan en la misma dirección.

Detalle del relicario de Narbona (Museo Arqueológico de Narbona, inv. 869.27.1). Siglo V

Detalle del relicario de Narbona (Museo Arqueológico de Narbona, inv. 869.27.1). Siglo V
c) Mediante artífices que, condicionados por los dos factores anteriores y en un afán por emularlos, crearían las variedades locales de fuerte "sentido" bizantino. Este fenómeno, que obviamente deberíamos situar en un momento posterior a la difusión directa, ayudarían a explicar la aparición de las variedades locales comentadas en este blog, aparecidas en las actuales Grecia, Bulgaria, Rumanía, Croacia y, por supuesto, en la península Ibérica. 

Los capiteles "sevillanos" de volutas en V y cuatro hojas angulares y sus comparables.

Además de los ya mencionados, los capiteles hispanos de volutas en V y cuatro hojas angulares están sobradamente documentados en Sevilla y definen varias "familias" con diferencias significativas, que se dejan sentir en el tratamiento de los escasos elementos estructurales que cubren la superficie del ábaco. Pero en general, se imponen hojas de folíolos alargados y sensiblemente paralelos, volutas estilizadas y un tratamiento escultórico de escaso relieve. La existencia de ábacos de concepción diferente nos informa de que esa cualidad no es determinante a la hora de clasificar una pieza concreta, aunque si parece ser un signo que siempre debemos tomar en consideración. Concretamente y como indicaré más adelante, en la Giralda existen al menos dos capiteles de este conjunto estructural con ábacos de fuerte articulación.

SMA052

En la cartela lo valoran como "capitel visigodo" (procede de la plaza de la Encarnación). Responde a la estructura mencionada de cuatro grandes hojas angulares y "volutas" en V. Frente a otros casos mencionados, en éste nos encontramos con una hojas de claras vinculaciones con las fórmulas bizantinas de los siglos V y VI. Dicho en términos periodísticos: fuera de los capiteles de la diócesis de Astorga, acaso sea el capitel más bizantino de cuantos han aparecido en la Península.
Ello implica que la disyuntiva mencionada de si la fórmula deriva de los capiteles bizantinos o de la evolución de ciertas variedades "corintizantes", en este caso se incline hacia la primera opción. Lo respaldan además de elementos indicados detalles significativos como el motivo ornamental colocado bajo la cartela del ábaco, con cualidades muy similares a las que aparecen en capiteles bizantinos con una o dos coronas de hojas: Encontramos paralelos en Otranto, Trani, Kairuán (Harrazi, 337, 338, 339 y 340), y la forma de las cartelas de sección semicircular.

SMA052
No obstante, es importante tener en cuenta que, como en otros casos mencionados (por ejemplo, los ejemplares de Puente Genil), este capitel ofrece un cuerpo superior bastante alejado de lo más común en las zonas de gran influencia bizantina: se mantiene un ábaco de brazos bastante cóncavos (algunos capiteles bizantinos también poseen esa cualidad) y el kalathos con un formato volumétrico troncocónico, más vinculado con las tradiciones romanas que con las bizantinas.
En todo caso, sería absurdo no reconocer que el SMA52 es uno de los capiteles que ofrecen con mayor claridad la impronta de fórmulas estrictamente "protobizantinas", documentadas en los capiteles "de lira" de  San Apolinar el Nuevo y de Atenas.
A mi juicio, lo más probable es que esta capitel fuera realizado en pleno siglo VI, coincidiendo con los momentos de mayor presencia bizantina en las costas del Mediterráneo.

SMA054 y SMA55

El SMA054 aparece valorado en la cartela como "capitel visigodo. Siglo VI". Es de concepción estructual similar a uno del Museo Arqueológico Nacional y a otro del Museo de Málaga, mencionado en una entrada anterior. 
Entre los paralelos más cercanos debemos mencionar los de saritchin Grad, dos capiteles del museo de Leskovac (Serbia), pero también algunos franceses, probablemente posteriores, documentados por  Fossard (1947) en Saint Philibert de Grandlieu, Jonceles, Poitiers, Béziers. 
Es muy posible que todos los occidentales deban fecharse en época posterior a los orientales, es decir, en los alrededores del año 600.

SMA054

El SMA55, que en la cartela queda acreditado como "capitel visigodo. Siglo VI", responde a circunstancias similares a las del anterior

SMA055
El MAN09 y el MAL13

En el Muaseo Arqueológico Nacional hay un capitel emparentado con estos de Sevilla y con los cordobeses mencionados. Procede de Córdoba y muestra una concepción estructural comparable. En el Museo de Málaga hay otro más, caracterizado por un ornato en las hojas que aún mantiene fresca la idea de los acantos tradicionales. Ambos son los que ofrecen mayor proximidad formal con capiteles del sur de Francia y Cataluña.
Estos dos son los que ofrecen una técnica de talla más depurada, aunque, si pasamos por algo algunas oscilación en las proporciones de los diferentes elementos, la concepción estructural es prácticamente invariante en todos ellos. .
A destacar el fuerte alargamiento de las limbos del capitel del Arqueológico Nacional, que nos remite a las fórmulas derivadas de los tiempos de Diocleciano, y la peculiar manera de reiterar la tradición de los acantos del capitel malagueño, que hace pensar en fórmulas estrictamente orientales (Éfeso, etc.).
Es especialmente llamativa la configuración del ábaco, con "brazos" de fuerte concavidad y cruz de cartelas patada, según fórmula que reaparecerá en los capiteles califales. A destacar: la incisión que recorre el frente del ábaco del MAL13, que hace pensar en fórmulas del Pleno Imperio y que se imitará también en los capiteles califales.
Frente a éstos últimos, el MAN09 y el MAL13, como todos los de la serie, presentan cuerpos superiores distanciados del tronco de cono propio de las series menos evolucionadas.

MAN09

Museo de Málaga MAL13
Otros capiteles de cuatro hojas angulares y volutas en V

El desarrollo de esta modalidad culminó en un grupo relativamente numeroso de capiteles que han aparecido en Córdoba y Sevilla y que he recogido en las imágenes ofrecidas a continuación. Los dos de la Mezquita Mayor se distinguen por poseer ábacos casi cuadrados, según es usual entre lo bizantino, y por contar con collarino liso, en fórmula asimismo documentada en otros de Sevilla. A destacar la manera de resolver las cartelas y los elementos anexos, mediante fórmulas que hacen pensar en lo bizantino. Sería razonable relacionar éstos de Córdoba con un edificio construido en los alrededores del año 600, desde donde serían trasladados al gran edificio emblemático del califato cordobés.

Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba

Capitel de la Mezquita Mayor de Córdoba
El CORC07, que no tiene collarino, presenta un ábaco algo más articulado, así como detalles que lo vinculan con las fórmulas de los siglos del Pleno Imperio, aunque, como tengo indicado, esos detalles no deben tomarse como determinante, al menos, para considerarlo de otro momento cultural.

CORC07 Córdoba
El SG088 ofrece una ornamentación de apariencia más evolucionada si entendemos que el anterior. Sin embargo, tampoco creo que en este caso se le pueda situar más allá del año 600.

SG088
Los dos del Alcázar de Sevilla (SA038 Y SA039), concebidos dentro de las fórmulas mencionadas, ofrecen collarino liso para dar testimonio de una heterogeneidad tipológica dentro de ellas que sorprende e ilustra un momento de cierta expansión constructiva en pleno siglo VI.

SA038

SA039
Los tres capiteles recogidos a continuación y situados en lugares poco accesibles de la Giralda (SG074, SG081, y SG087) completan el ciclo mencionado. Por desgracia, las imágenes obtenidos de ellos no permiten demasiada precisión en el análisis. Desde lo que se percibe, has pudiera ser que alguno fuera realizados durante el siglo X o, incluso, más tarde. Confiemos en que alguien los documente adacuadamente lo antes posible...

SG074

SG081

SG087
Para finalizar, de momento... me gustaría enfatizar varias circunstancias. La primera que aunque algunos de ellos se han valorado como capiteles de gran influjo bizantino, lo cierto es que únicamente unos pocos cuentan con elementos que proporciones argumentos contundentes en ese sentido. La mayor parte de los detalles que podríamos decir de procedencia bizantina pasarían desapercibidos para quienes no estén familiarizados con capiteles realizados ne ese contexto cultural. Apenas el SMA052, que podría ser interpretado como una derivación local de las fórmulas que hemos visto en Constantinopla, Atenas, Rávena e incluso en el sur de Italia; a él deberíamos unir alguna pieza suelta más como, por ejemplo, el fragmento del Museo de Cartagena de la imagen adjunta. Es muy posible que existan en ciertos museos más piezas que permanecen inéditas o que, incluso, se han valorado con demasiada premura; seguramente ellas pudieran servir para enfocar un poco más la cuestión.
Únicamente en lugares como Benevento y alguna otra ciudad mediterránea, cabría hablar de una situación comparable a la relativa ambigüedad que parecen reflejar los capiteles de influencia bizantina aparecidoe en el sur de la Península. En todo caso y desde los datos históricos conocidos por este humilde amanuense, parece incongruente que los restos de ornamentación arquitectónica más bizantinos hayan aparecido en lugares muy alejados de donde se manifestó el poderío de Bizancio...

Museo de Cartagena
Adenda

En el Museo Arqueológico de Sevilla han colocado al SMA053 bajo un cimacio con retícula ornamental relacionada con las fórmulas asociadas a la difusión cristianismo, seguramente para enfatizar su carácter "visigodo". Me remito a lo ya expuesto sobre las piezas comparables, especialmente, en relación a los capiteles reutilizados de Santa Eulalia de Mérida. Éste de Sevilla podría contarse entre los más evolucionados, tal y como acreditan la casi desaparición de toda alusión al cáliz y un ábaco casi cuadrado; pero para matizar la "degradación", advertimos que aún subsiste alusión al kalathos, casi imperceptible. La falta de elementos iconográficos cristianos, de nuevo impone prudencia.
A mi juicio, deberíamos situarlo en los alrededores del año 400, sin otra vinculación con "lo visigodo" que su posible reutilización en alguna iglesia realizada durante los siglos VI y VII.


SMA053

La iglesia de Nuestra Señora de la Sey. Capiteles de Valeria

Valeria es, en la actualidad un pueblo pequeño de la provincia de Cuenca, que cuenta con un importante yacimiento romano, correspondiente a la ciudad fundada a comienzos del siglo I a. J.C. por Cayo Valerio Flaco. Aunque los restos no son demasiado espectaculares, acaso determinen uno de los yacimientos interiores más interesantes de los dos tercios norte de la Península. Los estudios arqueológicos del yacimiento han confirmado que la época de mayor expansión urbana aconteció durante el siglo I d. J.C.


Su existencia como población relevante debió llegar hasta el fin de la Antigüedad, porque está documentada su existencia como sede episcopal en tiempos visigodos: entre 589 y 693 sus obispos asistieron a los Concilios de Toledo. Sin embargo, apenas existe restos arqueológicos que se puedan relacionar con esa época; los estudiosos otorgan esa cronología a ciertos restos funerarios a dos relieves reutilizados en la iglesia de la actual Valeria, donde acaso subsistan otros restos más difíciles de identificar...
La iglesia de Valeria es un templo "románico" —no sé si es oportuna esta etiqueta sabiendo que los arcos de las naves son apuntados — de tres naves que pudo haber sido construido en los alrededores del año 1300. Lo más relevante: que es la única iglesia "románica" de tres naves de la provincia de Cuenca, la cubierta de madera mudéjar y que, para construirla, se emplearon elementos ornamentales romanos, en fórmula sorprendente. Desde mi punto de vista, lo más interesante es, precisamente, el conjunto de éstos, que debemos sumar a unas cuantas piezas sueltas conservadas en un pequeño "museo" ubicado en el interior de la propia iglesia.



Se ha dicho que los elementos reutilizados, obviamente, procederían de Valeria y que fueron empleados en la construcción de la iglesia mediante procedimientos y finalidades diversas. Se ha dicho que para la construcción de la iglesia, "se instalaron en un primer momento las columnas romanas, que podemos ver embutidas en sus muros para, después, construir los arcos apuntados de gran tamaño que separan las naves". También, que se recurrió a estos elementos como simple material de relleno, de manera aleatoria... Como el lector imaginará, no puedo estar de acuerdo en absoluto.
Sobre la primera "tesis", es decir, que se colocaran primero los fragmentos de columna romanos para luego construir los muros y los arcos, según fórmula similar a la Tricio, debemos tener en cuenta que, dado el escaso diámetro de los fustes respecto de la altura de la iglesia, parece difícil que, incluso, soportaran el peso de ellos mismos; es mucho más probable que se fueran colocando al tiempo que se construían los muros.
Sobre la segunda tesis: si así fuera, es decir, si se emplearon estos elementos como simples materiales "de relleno", hubiera sido más constructivo y sencillo colocarlos de otra manera —por ejemplo, tumbados en paralelo a la superficie del muro— y no de un modo tan cuidado en cuanto a su replanteo. Parece más probable que la inclusión de estos elementos respondiera a una "finalidad importante" diferente a la mera reutilización de materiales.

Relieve adjudicado a época visigoda
Para intentar aclarar el asunto, se me ocurre hacer una consideración previa. Si Valeria fue sede de un obispado... ¿dónde está la "gran iglesia" que debió tener?. En la iglesia han aparecido lápidas antiguas, unos pocos elementos datables en tiempos visigodo, pero nada más.
Si recuperamos las circunstancias de la iglesia de Tricio, es sugerente plantear la hipótesis de que los restos romanos que hoy vemos en la iglesia (sillares, fragmentos de fuste y capiteles) de sean también restos de la primitiva iglesia cristiana de la sede episcopal de Valeria. Creo que la pobreza las primeras iglesias hispanas y, en especial, de las de "época visigoda" podría explicarse, precisamente, por la circunstancia que ya he mencionado en varias ocasiones: que fueron construidas empleando masivamente restos de las construcciones imperiales.
Ello ayudaría a "entender" el uso que se hizo hacia 1300 de los restos hoy embutidos en los muros de la iglesia de Santa María de la Sey; como en otras muchas iglesias de la península Ibérica y de otros muchos lugares del Mediterráneo, los restos de las "pobres iglesias" antiguas fueron reempleados en las nuevas seguramente para enfatizar la continuidad entre la tradición y el impulso constructivo asociado a los grandes movimientos medievales. Por suerte o por desgracia, al no conocer cómo fue la primitiva iglesia, es difícil asumir dicha carga simbólica pero, en todo caso, parece que la reutilización de materiales fue un "invariante castizo" —si se me permite el guiño— de la primera arquitectura cristiana en todo el universo mediterráneo.

Los capiteles

Entre el yacimiento y la iglesia de la Sey, hay un conjunto de capiteles que ilustran perfectamente los diferentes procesos constructivos. Casi todos ellos están en mal estado de conservación; apenas dos o tres permiten imaginar la naturaleza de todos sus elementos ornamentales. Frente a lo que suele ocurrir en otros yacimientos, en éste, la mayoría parecen ser de la época de Augusto o algo posteriores, es decir, de cuando los trabajos arqueológicos han determinado que Valeria conoció el mayor auge constructivo.
Asimismo, frente a lo que es frecuente en otros lugares, entre o que se ofrece al visitante —me consta que existen unos cuanto más, que seguramente estarán almacenados en lugar seguro—, son proporcionalmente numeroso los capiteles de pilastra y también las variedades corintizantes.

Capiteles corintios

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Uno de los capiteles mejor conservados (CVAL08) ha sido reutilizado como pila de agua bendita, en una posición relativamente anómala —se diría que en Valeria lo anómalo es norma— puesto que se hizo el hueco en la parte inferior. Es un capitel de pilastra con daños puntuales, que, tal vez, estuvo empotrado y que seguramente fue realizado durante el siglo I d-J.C. Es el 216 de Gutiérrez Behemerid, que lo catalogó en época "tardo-republicana y augustea".

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El CVAL11 (268 de GB), que puede ser de época julio-claudia, presenta el ábaco regularizado para que pueda funcionar adecuadamente como peana de una campana.

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Capiteles corintizantes liriformes

Los tres capiteles corintizantes que se pueden ver fueron tallados para pilastras y responden a la variedad liriforme; la factura es de escaso refinamiento —particularmente sensible en el espesor del ábaco y e la hechura de los acantos— y probablemente fueran realizados durante el siglo I.  Gutiérrez Behemerid situó dos de ellos en los alrededores del año 100, en paralelo a los 558 y ss. de Ostia.

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