martes, 13 de octubre de 2009

Breve reflexión sobre la posición del Arte en la cultura visual

Por Elena Vacas

El término “cultura visual” resulta extremadamente fácil de comprender y difícil de acotar a una definición, así que no pretendo hacerlo, prefiriendo dejarlo a la intuición del lector. Pero creo que merece la pena considerar someramente sus orígenes.
Anteriormente se empleaba la expresión “cultura artística”, acuñada en la Ilustración, para interpretar y clasificar los productos visuales producidos desde la antigüedad de un modo sistemático y necesario para la la Historia del Arte. Sin embargo, y condicionado posiblemente por la dificultad de encontrar manifestaciones artísticas de otro tipo, los objetos de estudio de la cultura artística han sido tradicionalmente limitados a esculturas, pinturas, murales, arquitectura monumental y cosas por el estilo. Mientras que este término puede referirse a una tipología objetual muy limitada, y excluye obras intelectuales susceptibles de ser consideradas arte (música, literatura); por otro lado ofrecía indudables ventajas académicas para estudiar y enseñar la evolución histórica de Arte.
Sin embargo, el término cultura artística se queda corto ante la aparición de nuevos productos visuales que nada tienen que ver con los anteriores, como podrían ser el cine, la publicidad, la fotografía, las revistas, caratulas, logotipos, estampados etc. Hoy en día la creación y alteración de la imagen con fines estéticos puebla cada aspecto de nuestra vida, y el espacio de la cultura visual se vuelve imprescindible para lidiar con este tipo de productos. Pero la Historia del Arte no puede mantenerse al margen de este fenómeno y limitarse los objetos de estudio tradicionales. Asistimos por tanto a un cambio aparentemente notable en los criterios de evaluación del Arte. Así como antes el que un producto visual fuera considerado artístico dependía enormemente de su naturaleza (pintura, escultura...), hoy día el Arte no depende de del tipo de objeto, sino de una intencionalidad y ejecución. A priori no podemos conceder a todos los elementos de la cultura visual el estatus de Arte, y tampoco podemos negárselo. Tendríamos pues, que estudiar metodológicamente cada caso para evaluar si un producto visual determinado reúne suficientes cualidades como para ser considerado artístico.
Es aquí donde comienza a quedar en entredicho si realmente se han superado las limitaciones de la cultura artística en sus criterios de evaluación. Ciertamente, el Arte o se encuentra ya supeditado a una tipología objetual, pero encuentra dos nuevas limitaciones irrelevantes para el anterior criterio: el contexto y la intencionalidad. Muchos artistas en el pasado produjeron grandes obras por encargo, probablemente con la única intención de comer. Otros decoraron vasijas que servirían para contener agua o vino, y no estaban pensadas para ser admiradas y dar testimonio de una época. Nadie duda de la validez artística de estas obras cuando pertenecen al pasado, pero tras las reglas no escritas del mercado de arte actual parece que para que un producto sea considerado Arte debe, ante todo, a) haber sido elaborado con fines principal y casi exclusivamente artísticos, (otorgándole demasiadas veces antes de su creación el estatus de Arte) o b) Estar situado en un contexto reconocido como artístico, como podría ser un museo.



Por poner un claro ejemplo, consideremos a la pantera rosa. Veremos que posee un gran atractivo estético, es armónica y proporcionada, a la par que expresiva; y posee además una gran relevancia iconográfica en la cultura visual. Sin embargo, no se nos ocurriría considerar a la pantera rosa una obra de arte. A no ser que llegue un artista reconocido como Jeff Koons, la use para un producto cuya intención es artística, y además sitúe dicho producto en un contexto que pertenece indudablemente al Arte.



No quiero entrar a valorar la obra de Koons, tan solo llamar a atención del lector sobre el hecho de que el Arte puede apropiarse de elementos del bagaje visual popular, como podría ser una lata de sopa; y sin embargo, estos elementos no pueden ser Arte en sí mismos.
Como hemos dicho antes, sería absurdo considerar todos los elementos de la cultura visual como artísticos, y potencialmente de cualquier elemento se puede hacer Arte. Quizá esas acotaciones de intención y contexto sean necesarias para evitar la confusión entre Arte y cultura visual.
Pero dejemos de lado el punto de vista artístico y consideremos a la cultura visual desde una perspectiva social más amplia. Al fin y al cabo, el porcentaje de productos visuales situados dentro de los parámetros antes mencionados es pequeñísimo si lo comparamos al resto de productos visuales que no encajarían en ellos. Y lo que es más preocupante, no solo son más sino que sus cualidades, estéticas y conceptuales están cada vez más cuidadas, a la par que siguen resultando accesibles al público en general. Al igual que el Arte, no se limitan siempre a lo tradicionalmente bello, sino que buscan la transgresión y se sirven de ella para hacer llegar su mensaje, quizá con mayor eficacia que un Arte cuyo público, además de ser reducido, está “curado de espanto”. El mercado del Arte no considera a estos productos dignos de entrar en su valorado espacio, y sin embargo rivalizan cada vez más en calidad con la obra puramente artística
Entonces me asalta la siguiente duda: ¿cabe esperar que la sociedad se involucre cada vez más con el Arte? La barrera de intención y situación tras la que se atrinchera el arte moderno, provoca que difícilmente pueda competir en accesibilidad con los productos visuales más populares. ¿Un espectador, bombardeado a diario por este tipo de imágenes, se tomará la molestia de acercarse al Arte moderno? Probablemente le resulte críptico y adopte una postura defensiva ante este, sintiendo que si bien no es imposible de comprender; resulta demasiado difícil y el esfuerzo no merece la pena cuando se halla rodeado de imágenes con un alto nivel de prestancia, y que no precisan de tanto esfuerzo para ser descodificadas.
Se habrá notado que hasta ahora me he referido por separado a Arte y cultura visual. La razón es que dentro de este panorama encuentro cada vez más problemático incluir al Arte en la cultura visual. Pidamos a cualquiera que nos defina el renacimiento en cinco imágenes, casi con toda seguridad las cinco serán obras de Arte reconocidas. Ahora bien, si le pedimos que defina el siglo XX con el mismo número de imágenes, podemos predecir que no todas serán obras de Arte. Esto no seria relevante si al menos una lo fuera, os animo a hacer la prueba. La imaginería política, televisiva, musical o de cualquier otro tipo resulta más accesible y representativa de mundo contemporáneo para el grueso de la sociedad. Cuando hablamos de cultura visual, podemos asegurar que se trata de cultura en tanto en cuando tiene una difusión masiva en la sociedad, sus componentes tienen un carácter icónico dotado de intención y significado, y evoluciona conforme a los criterios estéticos, adaptándose uniformemente incluso al periodo ecléctico que vivimos, regido por las modas. El arte moderno también es ecléctico, puede que icónico; pero su difusión social es más que discutible, así como su relevancia iconográfica, si lo comparamos a la de la cultura visual. Cabría cuestionarse la importancia real que tiene el arte contemporáneo para la sociedad en la que vive.
Si deseamos integrar realmente al Arte en la cultura visual, quizá habría que plantearse la creación de un nuevo criterio artístico que conceda menos importancia al quien y al donde, y mas a la calidad técnica y conceptual del producto resultante, y su repercusión social. Desde luego no sería cómodo admitir que el Arte pueda encontrarse en un "spot" publicitario o en un graffiti (algo abiertamente comercial, o imposible d comercializar no tiene cabida en lo que entendemos por arte hoy día), pero creo que si queremos que el Arte tenga un lugar no ya en la cultura visual, sino en la cultura general; debería impregnar todos lo aspectos de nuestra vida tal y como lo hace la imaginería popular. Porque el Arte es perfectamente inútil salvo para la mente humana. No nos ayuda en términos de supervivencia física, y sin embargo resultaba difícil vivir sin él. Nos ha servido de recreo, de testimonio, nos ha provocado emociones e inducido a reflexionar; nos a confortado y ha desafiado nuestras concepciones. Hasta ahora el Arte nos ha hecho cambiar y evolucionar, ha sido un arma poderosa de la sociedad. Nos ha ayudado al progreso y al conocimiento; si no del mundo, al menos de nosotros mismos. Y creo que es la obligación moral de todo artista tratar de seguir sirviendo a la sociedad en la que vive, en lugar de escindirse de ella.

8 comentarios:

  1. Me pregunto ¿por qué tenemos esa necesidad de clasificarlo todo? Al igual que ocurría en la paradoja de Russell, el ser humano emplea mucho tiempo en construir cajones para encerrar el conocimiento, poniéndole etiquetas y escribiendo libros sobre dónde se encuentran, en lugar de disfrutar simplemente de lo que se nos ha dado. Podemos presumir de tener la gran ventaja de saber discernir entre el producto artístico y el producto visual genérico y de tener la “paciencia” de pasar más de cinco minutos ante una obra de arte, y sin embargo estamos más preocupados en quejarnos de que la publicidad le gana terreno al arte (que no digo que no integre un problema) o de que éste ya no constituye el centro de la vida sociocultural como en el Renacimiento.

    Estoy de acuerdo en que como artistas tenemos la obligación de servir a la sociedad, pero sin olvidar que aparte de artistas somos seres sensitivos con la capacidad de exclamar de emoción ante la belleza (estética o intelectual) de la obra en cuestión; cosa que ha cedido terreno, por ejemplo, a la preocupación por la política del museo de turno, o a la necesidad de analizarla hasta el delirio en busca del quinto pie del gato.

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  2. Creo que hay un punto en el que no estoy de acuerdo con M. Lozano, en cuanto a que dice que tenemos la ventaja de saber discernir entre lo que es arte y lo que no... Cuanto más tiempo paso en la carrera menos claro tengo lo que es arte y lo que no.

    Antes de entrar en la facultad sabía perfectamente lo que era arte, lo tenía más o menos claro, o al menos suponía que cada cuál tiene su propio canon sobre qué es y qué no es arte... Pero de repente te encuentras viendo una regleta de enchufes en ARCO y piensas que te están vacilando, mientras la "jet" artística modernilla del momento te dice que eso es arte y tu eres un paleto... ¿Cuestión de gustos tal vez?

    Y como ha dicho Elena igual una cultura posterior dentro de miles de años nos estudia y expone una regleta en un museo del futuro como un elemento artístico del pasado, como nosotros hacemos con las ánforas griegas... ¡Cielo santo!

    Lo único claro que tengo sobre qué es el arte es que es morirse de frío, ea.

    Salud

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  3. (carcajadas) Buenísimo lo de la regleta. No sé si dentro de 4.000 años estudiarán esa regleta, pero desde luego la forma del ánfora es más estética.
    Acerca de la barrera que divide el arte y la cultura visual,yo lo tengo muy claro:
    El "arte" contemporáneo no llega a comerse las heces de la cultura visual. Esto es debido a tres causas, o leyes:
    1. - La constancia y lo efímero: anuncios nuevos no paran de salir dejando anticuados a los anteriores.
    2. - Lo que atrae: eros y tánatos muy presentes en los anuncios, pero sin sobrepasar las barreras de lo moral(se conoce que los niños ven esos anuncios).
    3. - Al igual que la Sexxxta ha conseguido hacerse con las reporteras y locutoras más sexies, las grandes empresas se han hecho con licenciados en bellas artes, en audiovisuales, diseño, publicidad, etc. Gracias a estos chaqueteros y lame-culos de sus jefes las multinacionales son capaces de dejar en el olvido cualquier consumible con el nombre de arte; sobre todo si tienes que ir a un museo a estar callado, no fumar, no beber, no ver chicas sujetas a la moda y encima leer párrafos y párrafos de divagaciones con abigarramientos epistemológicos y problemas de integración social a lo largo de la vida de un artista(esto sería lo más interesante seguro). ¿Para qué ir a ver fotos a una galería si tienes 14 fotos nuevas esperándote en las marquesinas?
    Y es que la publicidad se adapta al modo de vida "sin reposo" de las ciudades. Para más inri te lo dan todo mascado. Normal que a la gente de a pie les parezcan más artísticas las reflexiones de un monólogo del club de la comedia que las de un artista que explica su obra con aspecto infumable y friki. A mi entender el arte contemporáneo lo lleva crudo pues esto que diferenciamos como el resto de la cultura visual no tiene pinta de acabarse, sino de ser más y más sutil: ¿Habéis visto un cartel (no sé si de colonia) en el que aparece una chica desnuda tapándose (con la típica postura de taparse sentada)los 30 centímetros cuadrados(aprox.) de censura obligada de su cuerpo, y que su expresión es de una psicópata del inframundo?Probablemente no sea el primero de este tipo con mezcla de sensual y satánico, pero me parece que puede ser impactante para los niños.
    -LA SOLUCIÓN: Creo que la solución sería que los artistas nos moviésemos con el lenguaje "ya mascado para qué reflexionar" que utiliza la publicidad, pero con un toque sutil de algo que sí que hiciese reflexionar. Puede que la solución no sea esa,o que ya esté más que hecho y nada, pero esa era mi opinión.Salud, Antonio

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  4. (carcajadas) Buenísimo lo de la regleta. No sé si dentro de 4.000 años estudiarán esa regleta, pero desde luego la forma del ánfora es más estética.
    Acerca de la barrera que divide el arte y la cultura visual,yo lo tengo muy claro:
    El "arte" contemporáneo no llega a comerse las heces de la cultura visual. Esto es debido a tres causas, o leyes:
    1. - La constancia y lo efímero: anuncios nuevos no paran de salir dejando anticuados a los anteriores.
    2. - Lo que atrae: eros y tánatos muy presentes en los anuncios, pero sin sobrepasar las barreras de lo moral(se conoce que los niños ven esos anuncios).
    3. - Al igual que la Sexxxta ha conseguido hacerse con las reporteras y locutoras más sexies, las grandes empresas se han hecho con licenciados en bellas artes, en audiovisuales, diseño, publicidad, etc. Gracias a estos chaqueteros y lame-culos de sus jefes las multinacionales son capaces de dejar en el olvido cualquier consumible con el nombre de arte; sobre todo si tienes que ir a un museo a estar callado, no fumar, no beber, no ver chicas sujetas a la moda y encima leer párrafos y párrafos de divagaciones con abigarramientos epistemológicos y problemas de integración social a lo largo de la vida de un artista(esto sería lo más interesante seguro). ¿Para qué ir a ver fotos a una galería si tienes 14 fotos nuevas esperándote en las marquesinas?
    Y es que la publicidad se adapta al modo de vida "sin reposo" de las ciudades. Para más inri te lo dan todo mascado. Normal que a la gente de a pie les parezcan más artísticas las reflexiones de un monólogo del club de la comedia que las de un artista que explica su obra con aspecto infumable y friki. A mi entender el arte contemporáneo lo lleva crudo pues esto que diferenciamos como el resto de la cultura visual no tiene pinta de acabarse, sino de ser más y más sutil: ¿Habéis visto un cartel (no sé si de colonia) en el que aparece una chica desnuda tapándose (con la típica postura de taparse sentada)los 30 centímetros cuadrados(aprox.) de censura obligada de su cuerpo, y que su expresión es de una psicópata del inframundo?Probablemente no sea el primero de este tipo con mezcla de sensual y satánico, pero me parece que puede ser impactante para los niños.
    -LA SOLUCIÓN: Creo que la solución sería que los artistas nos moviésemos con el lenguaje "ya mascado para qué reflexionar" que utiliza la publicidad, pero con un toque sutil de algo que sí que hiciese reflexionar. Puede que la solución no sea esa,o que ya esté más que hecho y nada, pero esa era mi opinión.Salud, Antonio

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  5. Yo no sé lo que es arte, y mi pregunta me voy dando cuenta mientras avanzo en la carrera, no es saber qué es arte y qué no. Sinceramente, y se me puede acusar de ignorante (quizá es que aún me queda demasiado que aprender), pero quiero ser sincera y decir que ni sé lo que es arte, ni me importa. Yo sé el tipo de cosas(arte o no) que quiero hacer, el tipo de cosas (arte o no) que a mi me han inspirado y las que me apasionan, las que me han hecho crecer y han desarrollado mi imaginación y configurado parte de mi forma de ser. Y yo antes me empeñaba en que eran arte, ahora me da igual si lo son realmente o no, porque es difícil especificar qué es arte, y me parece que depende de la persona, y en este aspecto concreto no siento como vital superar este escepticismo.

    Una cosa que me llama mucho la atención, y que no sé si alguien comparte conmigo. Para mi, en este caso, la pantera rosa es arte y la obra de Koon no,y me da igual quién sea considerado artista y qué "cosa" de las dos esté en un museo (si os cabrea que los museos manden, que los museos digan qué es arte, creo que hay que empezar entrando a un museo sin la mentalidad de ver arte, sino de ver "cosas" que simplemente nos puedan interesar). ¿Por qué creo que la pantera rosa es más arte que la obra de Koon? Fácil, ¿no nos quejamos de los reclamos sexuales publicitarios? ¿De lo banal de los anuncios cambiantes y de la cultura visual supérflua? Y en este caso, ¿qué se ha hecho para que la pantera rosa se convierta en arte? Le hemos puesto a una rubia semidesnuda y retozona a la pantera rosa al lado para que nos dé morbo, pero claro, si la pantera rosa es solo un dibujo animado, es banal, si tiene una mujer con la pechera al aire al lado, se expone en un museo. Sea cual sea el mensaje de la obra, como si la mujer es útil para el mensaje que quiere transmitir como si no, la imagen que crea va a captar nuestra mirada, nos va a llamar la atención por medios provocativos que si se usan en la calle son fáciles, pero si los escondes en obras de museos, son arte y hay que buscarles un significado profundo o realizarles una crítica estudiada.

    Las bases de mi conocimiento, personalmente en mi caso, no me las puso el arte en su mayoría, ni la literatura de renombre. Eso vino después, y cuando resultó que vino. Yo aprendí de los videojuegos, de la tele, del cine, de los libros de fantasía y terror (tema que me empujó a escribir y en una ocasión alguien licenciado y muy listo me dijo que no hiciera porque no sabía y porque la fantasía era una porquería), y creo que lo importante son las cosas de las que puedas aprender, con las que puedas evolucionar como persona o que te inspiren, y de ahí saldrán las grandes cosas y las grandes ideas. Y eso se corta si tenemos prejuicios sobre lo que es arte y lo que no, sobre lo que merezca o no la pena, lo culto de lo inculto. Todo está relacionado y es más de sabios observar y aprender de todo, que dedicarse a intentar demostrar sapiencia y despreciar las cosas de lo que nos empeñamos en tratar como "pueblo llano".

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  6. Bueno, con menos prisa por publicar comentarios tengo que rectificar el mio. En mi anterior comentario dije que no me parecía vital superar este escepticismo, y quise decir relativisimo, por si a alguien más le había sonado extraño, no había sido mi intención.

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  7. Intentaré responder por separado en la medida de lo posible; no por personalizar mi comentario, sino porque creo que con un tema tan amplio y complejo es mejor ir poco a poco.


    La necesidad de clasificación del Arte no la he querido tocar por parecerme ya demasiado engorroso el texto. Sin embargo, merece la pena estudiarla en detalle.

    A mi parecer la necesidad de clasificar el Arte es obvia, desde el punto de vista didáctico. En cuanto a criterio, cada uno tiene el suyo. Pero si se trata de transmitir conocimientos, no se debe abusar de la opinionn personal. Si solo valiera el criterio de cada uno, aparte de una empanada mental tremenda, a los alumnos nos tocaria vivir en el reinado absoluto del relativismo epistemológico y estético, tampoco creo que (de momento) la cosa este tan mal.

    Por mucho que quisieramos olvidarnos de que somos seres sensitivos, no podríamos. Pero tampoco conviene irse al otro extremo, y cloncluir precipitadamente que la ciencia y el pensamiento racional no tienen cabida en el Arte. A poco que pensemos nos daremnos cuenta de que no es así ¿qué seria del dibujo sin la anatomía, o de la perspectiva sin las matemáticas, o de la escultura sin la física...? Si no a la hora de valorar una obra, al menos creo que durante el proceso de creación, razón y expresión deben ir juntas. Dicho de otro modo, y citando a Khalil Gibrán, "tu razón y tu pasión son el timón y las velas de tu alma viajera"

    Porque la destreza no es innata, y no creo que ningún artista pueda progresar valiéndose solo de su sensibilidad, sin desarrollar razonadamente su técnica. Y a la inversa, si la obra transmite las mismas emociones que una piedra, por muy depurada que sea la técnica es dificil que nadie empatize con ella. A todos nos seduce la idea de que el Arte es como el amor, que no se puede atrapar en los libros, que hay que vivirlo por uno mismo...y estoy convencida de que es imprescindible conocerlo de primera mano. Pero esta f ilosofía llevada al extremo nos supondría olvidar prácticamente todo lo que hemos aprendido, dejar la facultad y empezar desde cero. Sin embargo nadie se plantea seriamente esta opción radical porque la clasificación ofrece muchas ventajas, tanto si eres autodidacta como si esperas que te enseñen otros. Otra cuestión son los criterios en base a los cuales de realiza dicha clasificación y transmisión de conocimientos. Esto creo que debe preocuparnos, no por exponer en un museo; sino por quienes quieran estudiar Arte hoy y dentro de treinta años. Si los estudiantes de hoy, y potenciales artistas de mañana, se sienten timados al visitar ARCO (con todas las implicaciones de las siglas, que no del evento social), me parece que hay un problema.

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  8. Segunda parte

    Accerca del comentario de Antonio, me gustaria expresar mi punto de vista

    1- La constancia y lo efímero: Creo que la idea general del Arte como algo permanente se podría aplicar a lo sumo hasta los años 60. Pero hoy dia los artistas y sus obras se suceden al igual que los anuncios. Seguro que sin esfuerzo se nos ourren varios anuncios memorables en los ultimos cinco años...

    2- Lo que atrae: No estoy segura de si te refieres a que el Arte sobrepasa las barreras de lo socialmente aceptado y la cultura visual no. Si bien la publicidad no suele sobrepasar ciertos límites en cuanto a contenidos, otras formas de cultura visual, como las que podrias encontrar en internet; no se fijan un límite en cuanto a contenidos, sino un límite de edad, y una franja horaria en el caso de la televisión; para "controlar" el acceso a dichos contenidos. Si lo he entendido mal, y querias decir que el Arte no se tira de cabeza al morbo...tampoco estoy de acuerdo

    3- La sutileza y la crudeza son recursos igualmente validos, utilicemoslos para nuestros fines. No creo que haya que darlo todo mascado, pero si creo que la obra debe de ser capaz de hablar por si misma. Y, aunque para cada uno la experiencia sea distinta, en ella se deben encontrar las claves que permitan intentar descubrir la intención del autor.

    Ix de Picas

    No creo que sea posible ir a un museo con la unica intención de ver cosas. Al menos debes querer poder procesarlas, yo personalmente espero aprender algo que me sirva para avanzar, otros pueden querer adquirir cultura... . Vamos estos sitios, y a veces pagando entrada, con unas expectativas que muchas veces quedan frustradas, pero no podemos deshacernos de ellas sin más. Si no esperáramos ver Arte, no nos molestariamos en ir; nadie iría a mi casa o pagaría por ver la regleta de mi ordenador, por mucha metafísica que quiera añadirle.

    Por otro lado creo que es importante la matización de que la formación del artista ocurre en su mayor parte en la cultura visual. Por hilvanarlo con la controversia en torno a la pantera rosa, podriamos fijarnos en Warhol. A simple vista puede parecer que uno de sus logros es hacer arte de la cultura visual. Pero creo que el auténtico mérito es que estas obras, por su propio atractivo, han sido reintegradas en la cultura visual, casi hasta la exageración. Sin embargo, parece que hemos aceptado tácitamente que esta relación arte- cultura popular es unilateral, y que el Arte no necesita ser aceptado en la cultura visual, el artista es el dios todopodero que puede prescindir del reconocimiento de esa gran mayoría que no forma parte del mercado del arte. El caso del señor Koons tampoco es el peor de todos... http://images.artnet.com/artwork_images_114880_459323_antonio-ortega.jpg

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