martes, 18 de octubre de 2011

El Árbol de la Vida. Terrence Malick

Por Eva López López
El hombre una vez que nace ha de elegir entre dos caminos: el de lo divino o el de la naturaleza.  Así se determina poco después de comenzar la película en boca de la que posee el papel de madre de familia, una familia compuesta por ella, su marido y sus tres hijos, asentada en la América de los años cincuenta.
Una vez elegido el camino la persona ha de continuar respetando su decisión el resto de su vida. Una vida de miles de tantas que nacen y mueren para volver a renacer en la Tierra, sumamente ínfimas comparadas con el mundo mismo, con su creación, con el nacimiento y desarrollo del universo desde sus comienzos. Unas vidas que apenas duran un aliento y aún así, en su propio momento de existencia son tan valiosas e importantes como la propia creación del Todo.
Y entonces le llega el momento de elegir su camino al mayor de los niños de esta familia pero son muchos los acontecimientos que le atormentarán durante su adolescencia promoviendo una extremada y violenta rebeldía que le llegará a confundir sí mismo. Y especialmente el difícil equilibrio que se mantiene entre la espiritualidad divina de su madre y la firmeza natural de su padre que lo harán dudar de los lazos que lo unen a ambos.
Será un cargo de conciencia que le perseguirá hasta su adultez, acentuada por la muerte de uno de sus hermanos años atrás, su mejor amigo y confidente. Pero pese a la brevedad de una vida de tantas en este planeta, nunca es tarde para encontrar el perdón, como el que su padre le debe al cabo de los años debido a la rigidez de su educación.
Llegará el fin de los días con el alma en paz de vuelta con su familia, de nuevo unida y feliz. Y le sucederán otras vidas y otras generaciones, envejeciendo junto con el planeta en el que habitan, hasta el último final, una llama llena de energía que volverá a explotar para dar otra vez vida.
Una película con una increíble dirección técnica y artística, imbuida en una profunda espiritualidad expresada desde los símbolos y palabras más poéticas, también religiosas, para transmitirnos la metáfora entre el árbol y la vida, ente que observa las familias y las generaciones transcurrir, alimentándose de sus recuerdos.

2 comentarios:

  1. La polémica y la contradicción de opiniones sobre este film se deben a que no se trata de un cine enfocado al entretenimiento del espectador. En mi opinión con esta película Malick cuenta lo que cuenta sin preocuparse de que una gran parte de la población no la entienda. Dato que se ve reflejado en el porcentaje de público que se sale de la sala del cine a los pocos minutos del comienzo de la película.
    El diálogo brilla por su ausencia. Es el espectador quien de manera constate tiene que estar realizando un trabajo de interpretación y traducción de las actitudes de los personajes y los destalles que nos dejan entrever la historia.
    Por otro lado hay que sumar a lo anterior el hecho de que la trama de la película no se muestra de manera cronológica y que los saltos en el tiempo suponen un plus de dificultad al entendimiento del mensaje.

    A pesar de todo lo anterior creo que se trata de un magnífico cine con una calidad en imagen y fotografía excepcional. Trata temas como la muerte de una manera muy sutil y poco común. Aunque reconozco que mi comprensión de la película seguramente no sea plena, creo que es un cine que merece la pena y que hay que promover. No sólo porque nos haga pensar y trabajar durante la película hay que desestimarlo.

    Patricia Puchol Carabaña

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  2. EL ÁRBOL DE LA VIDA.


    El árbol de la vida es una película que nos cuenta la historia de una familia desde la percepción del hijo mayor en el futuro mediante flash back. La parte literaria parece mantenerse en un segundo plano, adquiriendo mayor interés la parte plástica mostrada a lo largo de la película. Son imágenes de la naturaleza en momentos de actividad alternadas con imágenes idílicas que parecen expresar misticismo, mediante cuadros de luz, pero que pueden resultar excesivos y por lo tanto, mermar el grado de atención del espectador. Por otro lado, ese paralelismo entre lo místico y la naturaleza, es un enfrentamiento entre las dos únicas vías que deja abiertas la película: al principio, una frase de un personaje sentencia que solo hay dos caminos en la vida, el de la naturaleza, que asemeja al egoísmo personal y el de lo divino, que consiste en seguir una idea religiosa y olvidarse de uno mismo.





    Todas las imágenes que se muestran de la fuerza de la naturaleza dan a entender que ésta es poderosa, todo está creado por ella y a su vez puede ser destrozado cuando lo desee. La muerte, que para el ser humano se convierte en algo terrible pese a la gran capacidad de sufrimiento que pueda aguantar, para la naturaleza sería algo insignificante. Por esta razón, el hombre busca refugiarse en la idea de algo superior, lo divino, que en mi opinión está expresado en las imágenes creativas de explosión de luz y color.

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