domingo, 22 de enero de 2012

UN NUEVO GUGGENHEIM EN…HELSINKI



Por Mónica Alda Sanz

La famosa fundación neoyorquina Solomon R. Guggenheim ha propuesto la construcción de un nuevo museo, esta vez, en la ciudad de Helsinki.
La pasada semana los representantes de la fundación entregaron oficialmente el estudio conceptual y de desarrollo para la creación de un nuevo y potente Guggenheim. Este estudio fue encargado a principios del año pasado por el ayuntamiento de Helsinki, el cual llevó a cabo una serie de meditaciones sobre la propuesta de ubicación, su financiación, el programa expositivo y educativo del museo, etc. Según la fundación, esta nueva institución "contribuiría a contextualizar el arte, el diseño y la arquitectura finlandesas dentro de la tradición del arte moderno, y a la vez daría al público de aquel país la posibilidad de contemplar obras de arte procedentes de todo el mundo". Además, consideran que el museo "probablemente incrementaría el turismo cultural y, de este modo, podría favorecer el aumento de las cifras de audiencia globales a otras instituciones artísticas de la ciudad". 


En esta ocasión, por lo visto, la idea no parte de una propuesta arquitectónica que abra el camino y la atención hacia el nuevo museo, sino al revés. Se deja de lado el atractivo arquitectónico, a diferencia del de Bilbao, y la visión focalizada en el continente, para dar más prioridad al contenido. Las conversaciones han incluido a profesionales de muchas disciplinas tanto de Estados Unidos como de Finlandia y otros países nórdicos: otras instituciones culturales, especialistas de programación, educación, asesorías legales y financieras, logísticas y de marketing. 
El nuevo Guggenheim en Helsinki se levantaría en el puerto sur de la ciudad, en pleno centro urbano, y tendría una superficie de 12.000 metros cuadrados, de los que una tercera parte se destinarían a exposiciones. En cuanto al tema económico y de coste del nuevo edificio se ha estimado que serán unos 140 millones de euros, y se calcula que podría atraer entre 400.000 y 650.000 visitantes al año, de los que cerca del 40% serían turistas extranjeros.
Juan Ignacio Vidarte, el director general del Museo Guggenheim Bilbao, que formó parte de las reuniones, declaraba que la construcción de este nuevo centro en Helsinki podría ser compatible con el centro de arte moderno y contemporáneo de la capital vizcaína y que ofrecería a este nuevas oportunidades.
Los trámites para materializar la idea del Museo Guggenheim Bilbao comenzaron en febrero de 1991, cuando los responsables de las Administraciones Vascas se pusieron en contacto con la Solomon R. Guggenheim Foundation para proponerle su participación en una parte del plan de revitalización de Bilbao y del País Vasco en general. Se aprobó, localizaron el solar adecuado, a orillas de la ría de Bilbao, en una zona denominada Abandoibarra, y contrataron al arquitecto canadiense Frank O. Gehry para la construcción del edificio. Seguidamente se llevó a cabo una serie de acuerdos y formalidades durante los siguientes años hasta que en octubre de 1997 quedó oficialmente inaugurado. 


La característica más llamativa del museo es el innovador edificio en el que se emplaza, constituido por formas curvilíneas y retorcidas, recubiertas de piedra caliza, cortinas de cristal y planchas de titanio, un material que mantiene muy las condiciones de preservación y mantenimiento. En su conjunto, el diseño de Gehry crea una estructura singular, espectacular y enormemente visible, consiguiendo una presencia escultórica como telón de fondo al entorno de la ciudad. La Institución cuenta con una superficie total de 24.000 m², de los cuales 11.000 m² están reservados para las exposiciones, distribuidos en 19 galerías. El edificio estaba creado con la finalidad de que existiese una estrecha armonía entre las formas arquitectónicas y los contenidos de cada galería. Sin embargo aquí, y a diferencia del de Helsinki, la arquitectura es el gancho principal que debe a traer a los visitantes del museo. 
Transcurrido menos de un año, más de un millón trescientos mil visitantes habían visitado ya el Museo vasco. Y es que el Guggenheim en sí mismo es una máquina de hacer dinero. Con alrededor de 10 de millones de visitantes acumulados desde su apertura, un estudio realizado por el propio museo, estima en 1.571 millones de euros el PIB generado desde que se abrió hasta ahora, posiblemente algo más, lo que se traduce en más beneficios económicos para la hacienda vizcaína. Pero no se debe de olvidar que el Guggenheim costo unos 126,5 millones de euros, a los que había sumar otros 32,3 millones de la colección permanente, lo que trajo una gran polémica pues por lo visto los fondos para construir el edificio salieron exclusivamente de los presupuestos del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco. Se criticó el que no hubiese salido mejor de otras áreas como Industria, ya que consideraban que era una inversión más bien de carácter empresarial más que cultural, y que dejaba a la cultura vasca sin fondos durante esos años. 


Visto lo visto ¿la creación de este nuevo proyecto en Helsinki podría suponer una “amenaza” para los ingresos económicos de la ciudad de Bilbao? Podría ser. Se plantea un nuevo proyecto en otro país, con características similares a las de Bilbao pero con ciertas innovaciones, y con un determinado atractivo, y claro ¿qué significa esto? Menos afluencia de visitantes, en concreto extranjeros, en la otra institución, ya que posiblemente lo prefieran por la cercanía a sus países de origen y por ser un proyecto nuevo e innovador, con cual se traduce en menos beneficios económicos para el País Vasco. Pero siendo objetivos España posee más tirón cultural que quizás los países nórdicos. Así que en lo que respecta a este tema no habría porque preocuparse… 
Vidarte es positivo y aclaró que el nuevo proyecto es compatible con el museo bilbaíno y no supone ninguna amenaza, dadas sus grandes diferencias conceptuales y la lejanía geográfica entre ambas ciudades. "Más que un museo, el proyecto de Helsinki es un espacio expositivo porque sería una institución sin colección propia, con una visión muy dirigida hacia el diseño y la arquitectura, y con un énfasis en la utilización de la tecnología". Además afirmó que el Guggenheim finlandés ofrecería al museo vasco la posibilidad de crear proyectos conjuntos innovadores."Hay áreas que, para el museo de Bilbao, son interesantes para profundizar en el futuro, como la educación, la tecnología y el diseño". Destacó también que la capital vizcaína puede aportar una experiencia muy valiosa al proyecto del nuevo Guggenheim de Helsinki. "Yo creo que el museo de Bilbao es una referencia. Helsinki y su alcalde se han mirado mucho en el espejo de Bilbao en cuanto a lo que un museo puede suponer en la transformación de una ciudad desde el punto de vista cultural, social y urbanístico".
Veremos cómo termina todo este proceso y si a la larga funciona o no.

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