miércoles, 18 de marzo de 2015

Cervantes Show

La búsqueda de los huesos de Cervantes ha culminado en el punto de partida, aunque según los medios ultraliberales, el resultado ha sido un éxito clamoroso: "es muy posible" que se hayan localizado los restos del ínclito autor del Quijote, aunque, de momento, sea imposible garantizar "matemáticamente" la fiabilidad de las investigaciones. Algo así como la famosa frase del señor Rajoy: "Todo es falso salvo algunas cosas", pero al revés. Y si preferimos seguir al maestro Chapí, como lo de El rey que rabió: puede que tenga la rabia, puede que no.
Pero nadie debería extrañarse porque los resultados finales se conocían antes de que el grupo interdisciplinar, de probado rigor operativo, empezara los trabajos que recogieron todos los medios para certificar pulcritud científica: por los testimonios documentales, los restos de Cervantes, "debían estar" en el Convento de las Trinitarias... Una vez más, el alarde de rigor enmascara fenómenos surrealistas.
Sólo faltaba que en el proceso de la investigación, apareciera una pista a "lo Indiana Jones"; es decir, un cartel que pusiera "Aquí yacen los restos de don Miguel de Cervantes Saavedra", porque no existía ninguna posibilidad de efectuar pruebas de ADN, dado que no se conoce ningún patrón referencial. No ha aparecido el cartelito, aunque estuvo a punto, pero en términos históricos el problema sigue estando resuelto: ahora sólo queda encontrar los huesos que seguramente compondrían el caldo místico ideal, para que lo saboreen quienes no tienen capacidad para leer El Quijote, porque sólo entienden "la cultura" cuando ofrece opciones de negocio... Ciertamente, a efectos de intereses inmediatos, son mucho más rentable aventuras como ésta que combatir los fenómenos que perturben los procesos educativos.


Teniendo en cuenta la repercusión que el proyecto de investigación ha tenido en los medios propios y foráneos, con ingenuidad calculada, me pregunto si todo el argado no habrá sido una simple campaña de publicidad para compensar las medidas de castigo aplicadas a los diferentes territorios culturales...
Una vez más se cumple la sentencia cínica en versión apócrifa:

"Los creadores de cultura son como los cerdos; se les alimenta con desperdicios, pero cuando mueren, se aprovechan hasta los huesos"

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